~~Me metí desnuda a su cama. Yo me acosté boca arriba. Él en cambio se sentó de costado, con el culo a la altura de mi cara. Mientras charlaba pude ver que se había quitado los calzoncillos. Movió lentamente el culo acercándolo a mi boca.
A mí me gusta que las mujeres me chupen el culo me dijo. Y fue arrimando su culo más cerca de mi cara. Yo permanecía quieta, fascinada por ese culo que ocupaba toda mi visión. ¿Te gustaría lamerme el culo? preguntó. Sorprendida por la firmeza de su tono de voz, solo atiné a murmurar sí, claro Así me gusta, putica y levantando la pierna me puso el culo en la cara, el ano a la altura de mi boca.
Ahora dale a la lengua, zorra, méteme la lengua, lámeme el culo Y empezó a mover el culo contra mi cara. Yo saqué la lengua y comencé a lamerlo con pasión, metiendo y sacando la lengua de su culo, mientras él lo movía sobre mi cara.
Voy a dejarte entrar un poco de aire para que no te me vayas a morir .
Cuando me besan y lamen el culo tan rico como lo estás haciendo no puedo contenerme y te lo aprieto duro contra la cara y te puedo cortar la respiración. Agárrame el culo con ambas manos y bésalo!. Me dijo ¡Qué placer me dio ese hombre! Que sabroso! Pensé yo.¡Mi lengua le recorría el culo de arriba abajo, y se lo besaba como si estuviera hipnotizada!
Estaba fascinada. Yo estaba dispuesta a volver a chuparle ese culo cada vez que me dijera. ¡Así, putica! ¡méteme la lengua! ¡Y besámelo, chupámelo! y seguía removiendo el culo contra mi cara y mi boca. Cada tanto lo levantaba un poco para dejarme respirar. ¿Te gusta el olor?¿ Te voy a refregar este culo en la cara para que conozcas lo que es complacer a tu amo Me gustaba su olor. Y también el sabor. ¡¡¡Qué rico, papito!!! ¡Chuparle el culo me arrecha mucho, le dije! ¡Me gusta cuando tengo la cabeza entre las piernas de un hombre Me gusta dominar a la mujer y obligarla a que haga lo que yo quiera! Me gusta cuando la domino y la obligo a chuparme el culo y la polla! Era lo que él decía y me hacía.¡ Mi clítoris se puso rígido. Yo chupaba y chupaba. De pronto me cogió del pelo y me acercó mi boca a sus huevos. Fui limpiando sus pelos. Abrió las piernas ampliamente, ofreciéndome sus pelotas desfachatadamente. Sus pelotas eran corrugadas pero suaves y acariciaban mis mejillas. El olor que salía de sus genitales me embriagaba. Una vez que tuve sus huevas dentro de mi boca comencé a pasarles la lengua y a ensalivarlas. Todo esto ocurría en silencio, con sólo el ruido de nuestras respiraciones y jadeos.
¡Así me gusta, mi putica obediente! ¡Ahora de rodillas, zorra! y puso su verga frente a mi cara. ¡Ya sabés lo que tenés que hacer! ¡Mámala pero sin sacarme el polvo! Yo me la metí en la boca y la entraba y sacaba de mi boca como si fuera un bombón. De su polla comenzó a salir un poquito de semen y entonces le retiré la cara. Me tomó por las axilas y me hizo erguir hasta que mis tetas le quedaron en su cara. Mis pezones estaban duros. Se puso a chuparlos y a morderlos. Sus manos mientras tanto apretaban y soltaban mis tetas con fuerza. Con las manos también me acariciaba la cabeza y el cuello, y me metió un dedo en la boca para que se lo chupara, y se lo chupé.
¡Ahora tengo ganas de ir al baño. dijo él de pronto.!¡Pero creo no voy a llegar a tiempo! ¡ Abre tu boca! Ordenó. Y ahí me soltó un chorrito y luego me largó un chorro más largo que me llenó la boca. Me sentí extasiada y me lo tragué. Muy bien putica! Ahora lámeme bien la polla para limpiarme Pero cuando estaba ya acabando de limpiarla de pis con mi lengua, llegó otra descarga, que empecé a tragar con gozo. Me agarré a sus nalgas, pegando mi boca a su verga, para tragarme todo lo que tuviera para darme, pero me la sacó de la boca y me dijo que me acostar de espaldas sobre el suelo. Y parándose con ambas piernas abiertas, una a cada lado de mi cuerpo, apuntó con su verga a mi cara, ojos, pelo, orejas, nariz, boca. Yo abrí la boca y me metió un largo chorro para después seguir por mi cuello, mi pecho, hasta mojarme completamente. ¡Estuve juntando todo este pis para vos, zorra! dijo acuclillándose frente a mi boca, de modo de que pudo continuar meándome. Yo estaba llena de placer, y bebía y bebía su orín, amarillo y caliente. Cuando terminó, yo vi embobada como su verga se acercaba y la restregaba contra mi cara. Sus orines sabían exquisitos.
Me volví una adicta a su pis. Apenas llegaba al motel me arrodillaba frente a su verga con la boca abierta, y él, sacaba su verga y llenaba mi boca de pis. Después terminaba chupándole la verga, su culo, o lo que él quisiera. Un día me empotró la verga en el culo y me lo llenó de pis. Fue delicioso!
Se acostó en la cama boca arriba. Su verga se paró de nuevo y apuntaba al techo. Me hizo señas para que subiera también a la cama y me dijo: ¡ Pónte en cuclillas, de espalda a mí, abre bien esas nalgas y colócate la verga a la entrada de ese culo! Hice lo que me dijo y él me tomo con sus manos de la cintura y metió su verga en mi culo hasta empalarme completamente. Mis nalgas rebotaban una y otra vez sobre su pelvis y yo hacía movimientos cortitos pero cada vez más seguidos. Ahí estaba yo con su verga bien metida en mi culo, mi respiración se aceleraba más y más, mi culo se contraía espasmódicamente para apretarle su pija. Sentí que su verga estallaba en mi culo como un surtidor y que sus manos se aferraban con fuerza a mis nalgas. Un orgasmo se me vino también desde la cabeza e hizo explosión en mi culo. Quedamos rendidos, uno en brazos del otro.