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Pasé como una semana sin salir de mi casa, estaba deprimida, no entendía como las cosas habían llegado hasta aquí, me quedé sin marido, sin amante y sin amiga. Rita continuamente me llamaba por teléfono y no le contestaba, me ponía mensajes por WhatsApp y no los respondía, estaba pasando el Niágara en bicicleta, estaba tan desesperada que en dos días vi: Merlí en Netflix, La casa de papel en otros dos días, pero nada me distraía, de pronto suena mi teléfono y era Antonio, para decirme si aún lo quería ver, inmediatamente le dije que sí, que viniera a casa y volviéramos, me dijo que mañana en la tarde le terminaban el tratamiento dental y que vendría por la noche, hizo una pausa que a mí me parecieron años…
YO: ¿Qué pasa?
ANTONIO: …no sé… estoy confundido… te amo, pero con dolor…
YO: Perdóname.
ANTONIO: Eso quiero… pero no sé cómo hacerlo… tal vez si…
YO: ¿Qué? Yo hago lo que me pidas.
ANTONIO: Para equilibrar las cosas… estarías dispuesta a…
YO: ¿A hacer el trío con otra mujer? Sí, mi amor, estoy dispuesta a todo con tal de que vuelvas conmigo.
ANTONIO: Pero yo no conozco a ninguna mujer que se anime.
YO: …se me está ocurriendo una brillante idea… déjalo de mi cuenta, mañana en la noche tendrás trío con dos mujeres.
ANTONIO: Pero te juro que será la última vez, no quiero volver a saber nada de tríos, no quiero volver a perderte.
Llamé a Rita y al instante estaba en mi casa, me pidió perdón de mil maneras y yo la dejaba hablar hasta que se le secó la boca de tanto parlotear, saqué la botella de whiskey, sabiendo que borracha se le sale la puta barata que lleva adentro, ella tomaba como si fuera agua, pero por los nervios no se emborrachaba, los siguientes tragos se los di muy cargados, la señal de que ya está borracha era cuando se desataba el pelo, la muy desgraciada tiene un pelo negro que le llega a la mitad de la cintura, me contó que su marido le había regalado una perrita pekinés a su hija pequeña, le pregunté si la perrita ya tenía nombre y me dijo que no, que apenas hoy se la habían llevado, que ni siquiera la había conocido la nena, yo me levante, fui a traer el dije que me regaló Miguel y le dije: -La perrita ya tiene nombre.-
Se quedó callada un instante, luego me dijo sin verme a los ojos:
RITA: No lo puedo aceptar, Vero, ese dije te lo regalaron.
YO: Sí, fue Miguel y tú bien lo sabes, por eso te lo regalo, no quiero nada que me recuerde a ese cabrón.
RITA: Perdóname, por favor.
YO: No debería hacerlo, pero como te dije antes, nunca me pelearé contigo por un hombre.
RITA: (Abrazándome) Gracias amiga, te quiero, te quiero mucho.
YO: Y cuéntame, hiciste el trío con Miguel y su amigo.
RITA: …sí.
YO: Cuéntame, mujer, ¿qué tal la pasaste?
RITA: Bien… pero con un final inesperado.
YO: ¡Cuéntame!
RITA: Pues el amigo está de rechupete… Miguel me trató como a una puta… me dijo que para eso era su sumisa, al no más llegar a su apartamento yo me le tiré a los brazos y me detuvo con una seña, me dijo que ahora las cosas iban a ser diferentes, me pidió que me desnudara, yo al principio no quería, entonces me dijo que me fuera.
YO: Maldito.
RITA: Entonces no tuve más que hacerlo, llamó a su amigo, a quien ni siquiera lo conocía y le dijo, esta es la puta que te conté, yo temblaba de miedo y de vergüenza, el tipo se acercó y me magreó el culo a su antojo, yo miraba para abajo, sin decir nada, se sacó la verga y me obligó a hincarme… no tuve más que mamársela, luego se acercó Miguel y se las mamaba por turnos…
YO: ¿Qué más? Sígueme contando.
RITA: …para no hacerte larga la historia…
YO: Esas son las historias que necesito que sean muy largas.
RITA: …pues Miguel me bañó la cara de semen, no me pidió que me los tragara, me quería tener así, me dijo que no me limpiara, el amigo quería hacer lo mismo pero Miguel se lo impidió, me sentía humillada, la peor de las putas, pero sacaron unos tragos y ya sabes cómo me pongo cuando estoy borracha… luego se desnudaron y vuelta a mamar vergas, ya me dolían las quijadas cuando los dos me las metieron al mismo tiempo.
YO: ¿Y te cupieron?
RITA: No se cómo hice, pero sí, me tragué las dos vergas… luego me culiaron uno por uno… Miguel acabó de nuevo y no se le bajaba la verga… el momento cumbre, según yo, fue cuando me cogieron al mismo tiempo, el amigo por la cuca y Miguel por el culo.
YO: ¿Cómo se llamaba el amigo?
RITA: No sé, me dijo Miguel que eso era parte de ser sumisa… pero el verdadero momento cumbre fue cuando el amigo me estaba cogiendo de misionero y Miguel se lo cogió.
YO: ¡Qué asco!
RITA: No sabes lo raro que se siente, pero cada vez que Miguel lo penetraba, el amigo me hundía su verga hasta el fondo, por fin terminaron los dos, se vistieron como si yo no existía y entraron a sus habitaciones, me puse a llorar, me vestí y me fui… solo fui un objeto para ellos.
YO: ¿Y Miguel no te ha llamado?
RITA: No, estoy arrepentida, amiga, eso no se le hace a una mujer decente.
YO: Perdona que te lo diga, pero tú con tragos pierdes la compostura.
RITA: Lo sé y por eso te pido perdón otra vez.
A esas alturas ya arrastraba las palabras y se le alborotaba el pelo, le conté la llamada de Antonio y sus condiciones para volver conmigo, le propuse que fuera ella el complemento de nuestro trío, se negó rotundamente, me dijo que por nada estaba dispuesta a mamar otra cuca:
YO: Pero si no tienes que hacerlo, yo tampoco lo haría, solo vienes mañana en la noche y dejas que mi marido te coja, al fin de cuentas, tú misma me dijiste que te gustaba.
RITA: Sí pero… luego él nos va a pedir que lo hagamos y no quiero.
YO: Cuando lo pida, tú te zafas y le digo que es mi turno de que me coja, total, yo ya te vi coger a ti, qué más da que me mires tú.
RITA: No, amiga, pídeme cualquier cosa, pero eso definitivamente no, ya he cometido muchos errores.
YO: Te quiero enseñar un material que no conoces.
Le enseñé las fotos y los vídeos en mi teléfono, casi cae de espaldas, me preguntó si la estaba chantajeando, que si sería capaz de mostrárselo a su marido, le dije que no, que solo necesitaba que viniera mañana por la noche, que cuando Antonio iniciara el tema, se podía ir, de esa manera, mi marido se daría cuenta que hice el intento pero que no funcionó, ya más tranquila me dijo que sí, pero que si Antonio se propasaba, ella sería capaz de cualquier cosa.
Al día siguiente me preparé como si fuera a mi luna de miel, me rasuré la conchita, me aseé por todos lados, en fin, quedé lista para un buen polvo con mi marido, lo quería impresionar, buscando unos aretes que me fascinan, encontré los sobrecitos con el estimulante sexual que Antonio me puso la noche del trío con Lico, la puta de Rita no sabía lo que le esperaba, esa era mi oportunidad de vengarme de ella, organicé mi plan y con cada detalle iba disfrutando la manera en que la iba a joder, ¿Qué se creía? ¿Qué todo lo había olvidado? Una mujer herida es peor que una guerra nuclear.
Llegó la noche y Rita apareció deslumbrante, iba preciosa la cabrona, nunca la había visto maquillada, parecía modelo la muy puta, rápidamente saqué las bebidas y en lo que llegaba mi marido le di tres tragos, cada uno con un sobrecito de estimulante sexual, a cada rato iba al baño, yo sabía que ella no entendía por qué estaba tan excitada, se lo merecía por haber sido tan puta con Miguel, esta noche no se le olvidaría por el resto de su prostituida vida. Salió del baño y por todo se reía, como si estuviera drogada, en medio de su incipiente borrachera me contó que su marido le había vuelto a pedir un trío con otra chica y que ella estaba pensado seriamente en divorciarse.
Llegó Antonio, yo me le tiré a los brazos de la misma forma que Rita lo había hecho con Miguel, por lógica mi marido me agarró del culo y me dio vueltas, en una de esas miré a Rita como se mordía el labio inferior viendo las manos de Antonio en mi culo, empezábamos bien, luego saludó a Rita con la boca abierta:
ANTONIO: Pero Rita, que guapa estás.
RITA: Gracias, Antonio, Verónica me invitó a cenar para celebrar tu regreso, aunque no creo que sea una buena idea, ustedes querrán estar solos.
YO: De ninguna manera, tenemos toda la vida para compartir, ¿Verdad, mi amor?
ANTONIO: Bueno… eso si pasa lo que tú ya sabes… ¿Verdad, mi amor?
YO: (Haciéndome la ingenua) ¿Qué quieres que pase, mi amor?
ANTONIO: Pues imagino que Rita ya debe estar al tanto…
RITA: No sé de qué hablan, yo solo vine a cenar.
ANTONIO: Pues de ti depende que vuelva con Vero, yo le pedí hacer un trío con otra mujer y me imagino que si estás aquí es porque estás de acuerdo.
RITA: Lo mejor es que me vaya.
YO: Mi vida, te quiero enseñar unas fotos y unos vídeos que te van a gustar mucho.
ANTONIO: Luego me los enseñas, ahora lo importante es saber si Rita se queda o se va.
RITA: Me quedo… pero lo del trío, ni lo sueñes.
Luego de cenar, me le senté en las piernas a mi marido, con cualquier motivo lo besaba, dejaba que él me tocara las tetas y me subía las manos entre las piernas, yo gemía como si estuviera acabando, Rita tenía las mejillas rojas de la excitación, me paré y le puse el culo en la verga y lo froté impúdicamente para calentarla:
YO: Amor, te quería contar que Rita me confesó que tú le gustas.
RITA: ¡Verónica!
YO: Es más, se masturba fantaseando contigo.
RITA: ¡¡Vero, por favor!!
ANTONIO: ¿Es eso cierto, Rita?
RITA: Pero era un secreto que mi amiga violó.
YO: ¿No te gustaría, amiga, que mi marido te pegue una buena revolcada?
RITA: ¡Me voy!
YO: Mira, mi amor, esta foto de Rita.
ANTONIO: Vaya, sí que eres buena mamando.
RITA: ¿Qué quieres, Vero?
YO: Yo nada, mi vida ¿Te gustaría cogerte a Rita?
ANTONIO: Me las quiero coger a las dos.
RITA: Yo lo haría… no sé lo que me pasa… estoy muy excitada… pero con la condición que Vero y yo no tengamos nada.
YO: Si a mí no me gustan las mujeres, así que por eso no tengas pena.
ANTONIO: Lástima, con lo que he fantaseado de ver Vero en un 69 con otra mujer.
RITA: Pues te quedaras con las ganas.
YO: ¿Sabes que Rita ya hizo un trío con su marido y tubo que mamarle la concha a otra mujer?
RITA: Por favor, no cuentes mis secretos.
ANTONIO: ¿Y te gustó, Rita?
RITA: Para nada, me dio asco, por eso les digo que eso no lo vuelvo a hacer.
YO: Vamos, mi vida, atiende a la invitada, dale un besito por lo menos.
ANTONIO: ¿Quieres?
RITA: No sé, me da pena besarte delante de tu esposa.
YO: Sí, porque si no estuviera ya le abrías dado las nalgas.
RITA: ¡Vero! ¿Por qué me haces esto?
YO: ¿Qué te estoy haciendo? ¿Ofreciéndote al hombre que te gusta? Que mala soy ¿Verdad? Vamos, cariño, bésala de una vez.
RITA: No es necesario.
Rita se le acercó seductora y lo besó con Pasión, Antonio me volteó a ver y lo animé para que le metiera mano, rápidamente bajo sus manos a su culo, ella le restregaba el pubis en la verga, muerta de calentura, como es su costumbre, le agarró la pija encima del pantalón, por las cosas que tenía que pasar por recuperar a mi marido, aunque no lo quisiera reconocer en ese momento, estaba caliente de verlos manosearse, les serví otro trago a los dos con otros sobrecitos de estimulante sexual.
YO: Vamos, Rita, no seas tímida, te quiero ver mamándole la verga a mi marido, en eso eres una experta.
Ella le sacó la pija del pantalón y empezó a mamársela como una becerra.
ANTONIO: Que rico mamás, Rita, así… pásame la lengua por la cabeza, así… así putita.
Al oír esas palabras se alborotó y se la tragó hasta los pelos.
RITA: Que rica verga tienes, Antonio, No sabes la cantidad de noches que soñé con este momento.
ANTONIO: Pues disfrútalo, Rita… ay… así… lámeme los huevos también… que rica estás… que boquita… ven amor, ven, te quiero besar.
YO: Sí mi vida, bésame mientras la puta te da placer.
RITA: Si crees que al llamarme puta me ofendes, estás muy equivocada, más ganas me dan de mamarle la verga a tu marido.
YO: Si no lo digo por ofenderte, solo te defino.
RITA: Pues sí, hoy me siento la mujer más puta de todas.
ANTONIO: Estoy muy caliente, me las quiero coger.
YO: Tranquilo, amor, tenemos toda la noche, disfruta de tu puta y de tu esposa.
ANTONIO: Ay, mi amor, no sabes cuánto te amo, gracias por regalarme este momento… así putita… pásame tus deditos por todo el culo.
YO: Chúpate un dedo y méteselo entre el culo, a mi marido le gusta, igual que al tuyo.
ANTONIO: Que bueno saber que a tu marido también le gusta, creí que yo era raro… a la puta, que rico, así, mi puta… saca y mete tu dedo mientras me pajeas la verga y me lames los huevos, ay, me vengo, me vengo en tu boca…
YO: No, tengo una mejor idea, báñale la cara, quiero ver su rostro lleno de leche.
Y Antonio se pajeó y la dejó pringada de semen.
YO: Quédate así, no te limpies, amor, pídele que no lo haga, mira que sexi se ve con la cara goteando leche hasta sus tetas.
ANTONIO: Tienes razón, amor, no te limpies, Rita, de verdad que te ves muy puta con la cara manchada.
YO: Mira, Rita, no se le bajó la verga, límpiasela con esa boquita de ramera barata que tienes.
RITA: Lo hago si prometes cogerme.
ANTONIO: Por supuesto.
YO: Pero ahora es mi turno, siéntate en el sillón y déjame un momento disfrutar de mi marido.
Me desnudé por completo y desnudé a mi marido, hicimos un 69 delicioso, mientras Rita se metía no sé qué por la concha, por lo bajo le dije a mi marido que le pidiera a Rita hacer un striptease, ella iba a comenzar a hacerlo cuando yo me levante y puse Corazón Partío, ella se quedó quieta un momento, le pedí a Antonio que me cogiera y sin pensárselo dos veces me la trabó de misionero.
ANTONIO: Vamos, Rita, quiero ver ese striptease mientras me cojo a mi esposa.
La puta de Rita se desnudaba bailando, pero se tocaba por todo el cuerpo viéndonos culear.
YO: Ay, que rico me coges, mi amor, que verga tan rica tienes, eres el mejor amante del mundo. ¿Te gusta ver cómo me coge mi marido? ¿No te gustaría estar en mi lugar?… Ay, así, amor, destrózame la pusa, que rico… ¿Quién de las dos te gusta más, cariño?
ANTONIO: Tú, mi amor.
YO: Pero el “espantapájaros” tiene lo suyo.
RITA: Ya, por favor, necesito verga.
YO: Espérate, putita, ya te va a complacer, solo deja que me dé un orgasmo y te lo presto… así, mi vida… que manera de cogerme tienes… que rico… ya, mi vida… me vengo… más… más duro… así… que ricoooooo.
Me levanté y me fui al baño a asearme, cuando salí, Antonio estaba acostado y Rita lo cabalgaba, era impresionante ver su culo como bajaba y subía de la verga de mi marido, me acerqué por atrás de ella y la nalgueé, ella se asustó y protestó, me pidió que no la tocara, yo con más ganas le dejé las nalgas rojas, Rita se enojó y le pedí a mi marido que dejara de cogérsela, pero ella seguía cabalgando, y yo seguía pegándole.
RITA: Si quieres nalguearme, hazlo, pero no le pidas a tu marido que deje de cogerme… ay, no tan duro… ay… no, Vero, me duele.
YO: Muérdele las chiches a esta puta, no se las chupes, muérdeselas, que le duela, úsala como la puta que es, humíllala, sométela.
RITA: Ay, Antonio, no tan duro… ay, ya no me pegues, Rita.
YO: Antonio, deja de cogértela.
RITA: Está bien, úsenme, pero no dejes de cogerme.
YO: Así me gusta, puta de mierda. Ahora me toca a mí.
Nos pusimos en cuatro las dos y Antonio nos culeaba por turnos, le pedí que nos cogiera por el culo y nos dio gusto, le enterraba la verga en el hoyo trasero a una y luego a la otra, intercambiaba los hoyos a su antojo, a veces nos cogía por la cuca y otras por el culo, los tres sudábamos como si estuviéramos en el desierto, cada metida sonaba a chapoteo, en eso Rita se convulsionó en un orgasmo bestial, mi marido le dejó todo el culo abierto, ella se fue al baño y me siguió culeando a mí, cuando salió se había limpiado el semen de la cara, le dije que por qué había desobedecido las órdenes de mi marido, ella soltó una carcajada y dijo que ya había tenido un orgasmo delicioso y que era hora de irse, intentó vestirse, pero yo brinqué como una pantera y la tiré sobre la alfombra, le pedí a Antonio que se la cogiera, él la puso armas al hombro y se la volvió a coger, la tenía inmovilizada, ahí me surgió una idea macabra, me senté en su cara.
YO: Este es tu castigo por desobediente, ahora te voy a marcar con mis jugos, vamos, mámame la pepa, puta.
Ella cerraba la boca y yo le tapé la nariz, en eso la abrió y sacó la lengua, yo aproveché para restregarle toda la concha en su boca, me froté el clítoris, quería bañarla con mi acabada, le agarré las tetas y se las estrujé con odio.
RITA: No, por favor, sabes que me da asco, ¡¡¡¡¡Noooooo!!!!! Ay me duele.
YO: Amor, deja de cogerte a esta puta, deja que se vaya.
RITA: No, por favor, estoy muy caliente a punto de acabar.
YO: Entonces méteme la lengua en la raja… así, putita… que rico me mamas la concha… dime que te gusta.
RITA: No, es asqueroso.
Entonces sin soltarle la nariz le puse todo mi culo en la boca.
YO: Dime que te gusta o te asfixio, cabrona.
RITA: Sí… sí… me gusta… tienes la cuca muy dulce…
YO: Méteme la lengua entre el culo, hija de puta.
RITA: Cómo tú digas… pero dame más verga, Antonio…
YO: Ahora chúpame el clítoris.
Y me vine sobre su cara de manera abundante, como si me hubiera orinado, me levanté y vi su cara llena de mis jugos, mientras Antonio le seguía dando verga le pregunté que me dijera la verdad, que no le iba a pedir a Antonio que dejara de cogérsela:
YO: ¿Te gustó mamarme la cuchara?
RITA: Me encantó… no sé qué me pasa hoy… ay, que rico, méteme toda la verga Antonio, que rico… te voy a decir la verdad… tu panochita me sabe a gloria… ay… de habértela probado antes hubiéramos hecho este trío desde el principio.
ANTONIO: Quiero verlas hacer un 69 mientras me las cojo.
RITA: Sí, papito, lo que tú quieras, ven mamita, súbete encima de mí y dame a probar de nuevo tu cuquita mientras me mamas la mía.
YO: No, putita, yo solo te uso, a mí no me gustan las mujeres, este trío lo hice primero por complacer a mi marido y segundo es mi forma de pedirle perdón por mi falta.
ANTONIO: Gracias, mi vida… puta, que ricos chuchos tiene Rita… así mamita, apriétame la verga… como te prometí, amor, este será nuestro último trío.
RITA: Dame más… por favor… dame más duro… méteme toda la verga.
Y en un sentimiento mal sano, le pegué una bofetada a Rita.
RITA: ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué me pegas?… no sé qué me pasa hoy… pégame de nuevo… ay… más duro, Vero… ¡Ay!… ¿Por qué me gusta que me pegues? Dame otra cachetada, pero más duro… Ay, que rico, siento la cara hirviendo… me voy a venir, dame verga, Antonio, hasta el fondo, párteme la cuca… así, Vero, sácame sangre si quieres… ¡Ay!… que rico… no sabía que era masoquista, ¡DENME VERGA!… me estoy viniendo… AYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY… YAAAAAAAAAAAAAA.
Al día siguiente retomamos nuestras vidas y con Antonio no volvimos hablar del tema, pero sentía que algo se había roto entre Rita y yo, hablamos por teléfono:
RITA: Gracias por llamarme, creo que toda la violencia de ayer, me la merecía, no sé qué me pasó, pero disfruté mucho ser su puta sumisa.
YO: Sí, es una nueva etapa que no conocía de ti, estabas tan segura de que no te gustaban las mujeres y me sorprendí mucho cuando me confesaste que te gustó mamarme la cuca… yo… te pido perdón… toda esa violencia a la que te referiste… eran celos… me dio mucho coraje verte con Miguel…
RITA: Por mi parte todo queda en el olvido ¿Amigas?
YO: ¡AMIGAS! Te juro que en este momento borro los vídeos y fotos que les tomé.
RITA: Gracias, Vero… pero ahora soy yo la que te tengo que pedir un favor…
YO: ¡Olvídalo!
RITA: Pero ni siquiera te he dicho qué es.
YO: Me lo imagino, ayer me dijiste que tu marido quiere hacer otro trío, ¡Olvídalo! Le prometí a mi marido que el de ayer fue el último.
RITA: Sí, pero… ¿Qué quieres? ¿Qué me divorcie?… No soporto la idea de vivir con mi mamá… solo una vez… te juro que será la última vez… hoy por ti, mañana por mí… ¡Vero! ¿Estás ahí?
YO: ¡Esta bien!, ¡¡¡¡Pero esta sí será la última vez!!!!
FIN.
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