No podia librarme de aquel muchacho limpiabotas, que me perseguia por el puerto, insistiendo en limpiarme el calzado.
- Si no llevo zapatos, son zuecos y se limpian con agua solamente.
- Yo se los limpio por favor que hoy no he trabajado nada.
Tenia algo en su mirada que me convencio, no se si serian sus ojos azules en un cuerpo mestizo, su sonrisa encantadora o unas lindas piernas desafiantes envueltas en un pantalon corto deportivo.
Bueno, hazlo.
Me sente en un banco del parque junto al puerto y coloque mi pie izquierdo calzado en su utensilio de limpiar, mientras observaba sus miradas de reojo,que me motivaron para atreverme a descalzar el pie derecho que empece a dejar resabalar por entre sus muslos, buscando con mis dedos la ignorada presa.
Fue sorprendente descubrir que no usaba nada debajo de su ancho patalon, y sintiendo un fuerte golpeteo en mi corazon, me encontraba cogiendo su verguita, que para unos trece anos que aparentaba, tenia un desarrollo excepcional.
Mire a ambos lados comprobando que no habia nadie en la zona, por lo que podia seguir insistiendo con los dedos de mi pie, mientras que el muy nervioso se dejaba acariciar con una presion muy fuerte por parte de mi dedo pulgar que le acogia entre este y el siguiente.
Lo curioso es que no llegaba a tener pelitos, pero su tamano era similar al de un hombre de mi edad (40) .
Tanto frotar dio su fruto y empezo a derramar por un lado borbotones de leche a presion, mientras que al mismo tiempo, tras observar que no eramos vistos, me la cogio bajandome el ziper, y manoseandola con una mano, previamente untada con su leche, me hizo una masturbacion inolvidable, que motivo que le diera 5 dolares de recuerdo.
(continuara)