Hola!!! Me llamo Prisila, tengo 30 años, soy blanca y por lo que me dicen todos soy una mujer atrayente, de esas que tanto los hombres como las mujeres quieren llevarse a la cama a primera vista.
Tengo unos senos bien voluminosas a pesar de su gran tamaño, caderona, y una cola rellenita y durita que cuando paso todos se dan vuelta a mirarla, digamos un exqusito como sabroson culo de prostituta.
Todas las mañanas cuando voy al trabajo, tomo un omnibus que cuando llega a mi parada, esta repleto, me cuesta subir y acomodarme en el pasillo pero comunmente los hombres me van
dejando pasar, yo les agradesco pero se positivamente que lo hacen por una unica razón, les encanta dejarme pasar para luego ponerse detras mio y apoyarme su miembro en mi culito.
Como a mi me encanta esta situación siempre juego con eso, y algunos al bajar del omnibus no saben como taparse para que no se vea lo parado que tienen su pene.
Una mañana yo estaba muy cachonda, y subi con ganas de que me apoyaran bien, el omnibus iba más lleno que nunca, fui ingresando al pasillo del omnibus y vi a un hombre bastante guapo de unos 40 años que me miraba, me tocaba inocentemente mis muslotes de prostitutas eso me encantaba sin darle respuesta de que me molestara y me faltara el respeto; me costo verlo por que estaba bastante oscuro ya que era muy temprano estaba nublado y el omnibus iba con las luces apagadas.
Entonces me acerque a él y a los empujones fui colocandome delante suyo.
Yo tenía puesta una panti bien modelado que me marcaba con el pantimedia y la falda entallada los cantos de mi culo a simple vista, el hombre no lo podía creer, a pesar de esto se comportaba como un caballero y aun con los movimientos del omnibus trataba de no apoyarme.
Fue por eso que yo me agache un poquito como si quisiera ver por la ventana y le apoye mi culo contra su pene, el tipo tenía un pantalón de tela bien fina y por lo que senti, no tenía slip, con lo que entendi que a pesar de su caballerosidad el tenía en mente apoyarse a alguien.
Se sentía como si estubieramos desnudos, eso me enloqueció y a él también, por que enseguida su pija empezo a crecer, se fue acomodando hasta que me la puso bien entre los dos cachetes del culo y empujaba, yo la sentia bien calentita y trataba de apretarla con mis nalgas, llegó un momento en que no soporte más, haciendome la tonta baje una mano y fui tirandola hacía atras, como el omnibus iba tan lleno y a oscuras, la gente no se daba cuenta de nada, entonces con mi mano le entre a acariciar su miembro.
Ahi creo que termino de enloquecer, el tambien bajo su mano, se abrio la brageta del pantalón saco una erorme pija y la puso en mi mano, yo no lo podia creer, ya no sabía si la gente no se daba cuenta o se hacian los tontos, lo cierto es que entonces el con su mano me levanto la pollera y me apartó la tanguita, yo sin dudarlo un momento con su pija en mi mano la fui acomodando entre mi piernas hasta que quedo justo en la
puerta de mi culote que para este momento estaba tan mojada que el jugo me chorreaba por las piernas, cuando el sintio que la punta de su miembro estaba en el lugar justo, pego un
empujón, con el que hizo que me entrara más de la mitad, yo tuve que hacer un esfuerzo increible para no gritar, por lo que me encantaba que me estaba haciendo ese hombre de 40 años detras de mi rabo sexy, para este momento yo creo que la gente ya sabia lo que pasaba por que a algunos los veía como excitados.
Fue entonces que el subio su mano y tomandome de mis muslos pego otro empujón con el que termino de metermela toda.
Aprovechando los movimientos del vehiculo, siguió entrando y saliendo con su pija en mi concha sin problemas, yo lo mire de reojo y le sonrei como para que entendiera que podía hacer lo que quisiera juguetear con todas sus herramientas sexuales y probarlas en mi, fue ahi que senti que su pene se hinchaba más que nunca y un liquido bien caliente empezo a inundarme toda mi conchita, fue increible, en ese momento no pude aguantar más y acabe de tal forma que ya no pude reprimir un pequeño grito de placer.
La gente no hizo comentario alguno, pero creo que algunos tenían ganas de aplaudir.
Luego el guardo su hermoso pene en su pantalón y se bajo en la siguiente parada sin siquiera saludarme. No supe ni su nombre pero hizo que me corriera de una manera que hasta ese día nunca había experimentado.
Lo cierto es que ahora cuando estoy cachonda simplemente busco algun transporte publico que vaya repleto, donde poder cumplir y satisfacer mis gustos que me cogan y saboren un majestuoso culo femenino urbano y que los deleíte muchisímo en el trayecto de nuestros puestos de trabajo, mis deseos más perversos, y no me va nada mal...
Si te gusto ya te contaré otras historias todavía mas calientes que esta. Besos!!!