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Categoría: Maduras

NO CREÍA QUE ME PUDIERA PASAR A MÍ

"Relato de madura con aventura inesperada y final..."

 

Nunca me ví como una mujer que levantara pasiones, en el instituto y en la universidad pasé algo desapercibida, ahora tengo 45 años toda mi formación académica, se ha ido desvaneciendo, me casé con 25 años, y mi marido subió profesionalmente como la espuma, ahora es el doctor jefe de una clínica privada y yo me dedique a criar a nuestras dos hijas mellizas, paso el tiempo entre salidas con amigas, compras y organizar la vida cotidiana, me cuido y mi imagen no esta mal, aunque si es cierto que me quedo muy por detrás de tantas chicas jóvenes con sus cuerpos perfecto y su bonitas caras.

Me atrevo a escribir lo que me ha sucedido hace muy pocos días, ya que me ha subido la libido y me ha sacado de esa hibernación permanente en la que me había acomodado, como ya os he dicho mi vida es algo aburrida, la casa perfecta, mis hijas de “erasmus” fuera del país, mi marido en su clínica y llegando a casa para almorzar y dormir si no está de viaje, me cansé de acompañarlo para dar paseos sola, por ciudades que una vez que había visitado varias veces, dejaban de apasionarme, ahora he contactado con un grupo de chicas que van al gimnasio, hacen senderismo y paseos por el campo, alguna vez merendamos o hacemos una cena donde siempre acabamos eligiendo el camarero mas guapo o mas sensual, las mas atrevidas cuentan aventuras o experiencias con sus maridos en la cama, me mantiene bien, hablamos, reímos y nos evadimos de un mundo que casi todas tenemos parecido.

La pasada semana acudí a una boutique por la que paso todas las temporadas, compré varias cosas para el verano, dejé la compra para que le realizaran alguna compostura, tres días después pasé a recoger mi compra, estuve en la peluquería y viendo que llegaba un poco tarde, llamé por teléfono para decirles que estaba a unas pocas cuadras, que me esperaran, el chico que me atiende habitualmente me recibió con su sonrisa, me dijo que estaba todo preparado, me invito a que volviera a probar para dar el ok, me acompañó a una zona que tienen reservada para ropa de fiesta, yo no tenia demasiadas ganas de desvestirme, le dije que no venia preparada de zapatos, pero el insistió, me acompaño al probador, me facilito unas sandalias altas para que me viera mejor, ya dentro me di cuenta que el sujetador que llevaba se veía demasiado y hacia feo, me lo quité, me coloqué un vestido de gasa estampada, me marca la cintura, cuando ví con el, me dio una subida de animo, me vi muy bien el pelo y las piernas, se veían mejor formadas y doradas con las salidas al campo, y la sandalia hacia que me viera mas alta y esbelta, me di cuenta que con el frío del aire acondicionado mis pezones se habían endurecido y se marcaban, el no llevar sujetador me dejo indefensa ante la marca que producían en el vestido, el chico me agasajo diciendo lo bien que me veía, se coloco detrás de mi, casi me hablaba al oído, nos comunicábamos a través del espejo, y sentí una atracción hacia el, que creo compartíamos, di un paso hacia atrás haciendo como que me desequilibraba, el me sujeto por la cintura, note sus manos como presionaban, y no hice por escapar, nos miramos a través del espejo, yo retire la mirada, algo sonrojada me volví al vestidor, ya dentro, me recupere, mi pulso se había acelerado, me sentía acalorada, dejé caer el vestido y me miré al espejo, pocas veces me ví tan bien medio desnuda, con aquellos tacones y en braguitas, me las subí por los lados para que me hicieran las piernas mas largas, me giré y me miré el trasero, no me veía nada mal, pensé que se podía abrir la puerta del vestidor en cualquier momento, y entraría él, pero ahora lo escuchaba fuera haciendo algo propio de su trabajo, me pareció oír el sonido de los cierres de la boutique, me froté los pezones para que se bajaran, pero fue peor aun, ya que ahora me estaba excitando, me colocaba el siguiente vestido, este de tirantes y un escote algo generoso tanto por delante como por detrás, a propósito deje la cremallera de la espalda bajada, salí del vestidor y note que la parte de la entrada de la boutique se encontraba mas oscura, le pregunte que si estaba cerrando, el me dijo que no me preocupara, que sus compañeras se habían marchado y el no tenia prisa, que me tomara el tiempo que necesitara, le pedí que me ayudara con la cremallera, se coloco detrás, y observe como miraba hacia el final de mi espalda, viendo mis braguitas, comenzó a subir lentamente mirándome y de nuevo me deje caer hacia atrás, ahora es cuando el dio rienda suelta a lo que estábamos deseando, me cogio por la cintura y desde atrás comenzó a besar mi cuello al tiempo que me decía lo magnifica que me encontraba, me atraía hacia el, yo lleve mis manos hacia atrás y cociéndolo de las caderas le llevé hasta mi, notaba como estaba teniendo una erección y restregaba su entrepierna por mi trasero mientras me seguía besando el cuello y los hombros, me volví y nos besamos, su lengua entro en mi boca como un tsunami, me fue llevando hacia el vestidor y allí dejó caer mi vestido, me quedé desnuda, o casi desnuda ante el, ahora estaba en sus brazos y no creo que me pudiera escapar, ni quería escaparme, me besaba el cuello y bajaba hasta mi pecho, chupaba y mordía mis pezones, yo eché la cabeza hacia atrás y lo dejé hacer, me estaba dando mucho placer, en ningún momento sentí pudor ni vergüenza, yo metía mis dedos entre su pelo, y atraía su cabeza hacia mi, me acabo empujando contra la pared del vestidor y bajo mis bragas, al instante tenia su cara metida entre mis piernas, la situación me había desbordado, yo ya no era dueña de mi, ni de mis actos, lo levante y fui yo la que ahora se puso de rodillas y abriendo su cremallera metí mi mano y saqué aquel descomunal falo, que se había quedado bloqueado por la impronta de salir, salto como un resorte y al instante estaba dentro de mi boca, lamí y chupé, sentía la dureza de una verga joven y fuerte, las venas se le marcaban y yo las percibía con mis labios, comenzó el movimiento acompasado de sus caderas, entraba y salía, yo ponía cada vez mas saliva en mi boca, notaba como jadeaba mientras manoseaba mi pecho, pellizcaba mis pezones casi haciéndome daño, un daño que me excitaba aun mas, al instante me levanto y con sus pies como si se tratara de un policía en un cacheo, abrió los míos, al instante entro en mi algo maravilloso, duro y calido, de nuevo empezó en movimiento de sus caderas y no pude resistir mas, comencé a tener un orgasmo que no se terminaba, se volvía a repetir y cuando estaba decayendo el derramo su néctar dentro de mí, me abrazó como fundiéndonos en una sola persona, y así estuvimos un tiempo que no sabría medir, sentía como movía su verga dentro de mí, después se apartó y su semen comenzó a caer por mis muslos, por un momento me dispuse a limpiarme, pero lo deje caer, hacia tiempo que no tenia esa sensación de vaciarme, de relajación, de no tener reparo, lo abracé y nos besamos, me hizo sentir muy bien, después recogí mi compra y me marche a casa, mientras me daba una ducha y esperaba a que llegara mi marido, vi un pequeño morado en mi cuello, me sonreí a mi misma en el espejo, volví a tener un orgasmo tocándome y recordando una aventura que nunca creí que me pudiera pasar a mi.

Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 10
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1553
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