Llevando de almuerzo un sábado y disfrutando meramente de la compañía grata como fascinante igual maravilloso de mi jefa, que andaba luciendo y vistiendo que le queda de maravilla y claro que tiene mucha razón en que le entalla muy bien la falda azul oscura del uniforme de trabajo de la universidad llevando coronadamente como perfilando y modelando magnificamente el contraste de su piel con medias negras transparentes con su cabello liso largo negro que me deja enamorado y cautivante hasta reafirmante el cariño que gozo y considero igual vivo perdidamente por mi querida jefa.

Tomados de las manos como fueramos unos realistas novios que se idolatran, admiran, consagran, quieren, confian uno del otro, deleítan mutuamente entre muchas otras cualidades y facinaciones controvertidas igual expresivas a simple vista con tanta congratulaciones primordialmente velando por el bienestar física, mental y salud de los dos.

Después de un par de horas de andar paseando se me ocurre una brillante idea de llevarmela para pasar un tiempo a sola y comodamente juntos sin pronunciar ni siquiera sin decirle nada quedando como una sorpresa, paramos en un residencial pagando una habitacion, subiendo por el ascensor caminamos a la misma habitación cerrando inmediatamente la puerta; la pongo contra la pared al levantarle y doblarle una pierna abierta le corro su falda al bajarle todita su media con su panti para acariciarle, tocarle, manosearla y masturbarmela con todas las ganas inyectadas que contego dentro de mi. Dandole puros besos apasionados en su boca y cuello incluyendo, oídos frente, cachete en todos los rincones extenso de su geografia anatomica.

Desnudandonos todo los dos metiendonos en la cama, la culeo en posición de perro y misionera, mamandole sus ricos senos lamiendo y besando sus pezones. Sigo masturbandola al venirme sublimemente con ella quedando abrazados y pegados debajo de las sabanas blancas de la misma cama de la habitación disfrutando y deseandonos cada momento más ese sábado que salimos almorzar y pasear libres como palomas y sin ningun compromiso ni siquiera con prisa de despedirnos y que cada uno tome por sus direcciones respectivas entre mi jefa y yo.