(Hagan un esfuerzo y lean todo el relato. (no se van a arrepentir), por favor dejen comentarios, y si quieren -a los que les hayan gustado el relato, podemos cambiar emails)
Siempre he sido un tipo un poco timido y temeroso al rechazo, por eso mis experiencias sexuales fueron un poco tardías en lo que respecta a las folladas, de adolescente creo que rompí las marcas de masturbación y de andar deseoso de cogerme a cualquier mujer que se me pusiera cerca de la verga, a veces me pajeaba tres veces al día, a la espera de que se me pusiera una cuquita a tiro de mi pinga...Eso se llama en Venezuela andar ¨birriondo¨.
Debido a que mis padres estaban separados, me tocó entrar a estudiar la secundaria en un colegio militar (internado) que queda en las afueras de Caracas, alli me hice amigo de cantidad de compañeros de clase y de algunas chicas que solo iban al liceo en la mañana y se iban en la tarde a sus casas.
En tercer año me hice amigo de Amalio, un carajo superinteligente para las ¨3 marías¨ (matemáticas, física y química) y aunque bajito y no muy apuesto, tenía una suerte de magnetismo especial para las carajitas, uno podía ver como las chicas lo veían extasiadas cuando hablaba con ellas y en una oportunidad otro compañero de clase de apellido Hernández, vimos como Amalio se estaba cogiendo en una tarde de deportes a una chica de 3er año muy bonita que se llamaba Leonilde; ella lo siguió a los salones de clase vacíos que estaban en una loma en el colegio (nosotros dos la seguimos sin que ella se diera cuenta), cuando vemos ocultos que Leonilde mira a todos lados, y se mete a un salon de clases, a los tres minutos estamos viendo discretamente desde una ventana, a la chica ya sin el short, a horcajadas sobre un pupitre y a Amalio dándole una tonelada de verga, le saca y le mete la pinga y Leonilde le tiene los dos brazos sobre los hombros al afortunado Amalio, que sigue bombeando a la chica ausente de las cosas que en voz baja ella le está diciendo. Yo nunca había visto a nadie follando en vivo. Eso me excitó muchísimo.
Seguimos viendo la acción, se me para la pinga que me la saco del short y empiezo a pajearme, mi compañero me ve a la cara y me pregunta tímidamente que si él me puede pajear a mi, yo sin pensar mucho le digo que si, y es entonces que siento la mano masculina que se cierra sobre mi verga tiesa y comienza a masturbarme, mientras Amalio y Leonilde están cogiendo en el salón vacío, sigo viendo la cogida mientras Hernández me sigue haciendo la paja, y en un abrir y cerrar de ojos, se pone en cuclillas y comienza a mamarme la pinga (esto no estaba previsto) y en el aula parece que Amalio va a tener un ataque cardiaco, porque se pone recto y Leonilde se abraza desesperadamente al carajo, y deduzco que está eyaculando en la cuquita de la chica, casi al mismo momento en que a mi se me está saliendo la leche a chorros en la boca de Hernández, que me mira a los ojos como diciendo que está bien, que siga eyaculando...Cosa que hice sin pensarlo dos veces y sin remordimientos.
Hernández me hizo prometer que no dijera nada, y de verdad, hasta ahora nunca lo hice, ni volvió a pasar algo similar.
Esa fue la primera vez que me mamaron la verga, a lo que no le di mucha importancia, pero una cosa que me impresionó y excitó muchíiiiisimo fue ver como mi amigo se cogia a Leonilde sin que estuvieran de novios.
Unos dias después del espectáculo, le pregunté a Amalio si estaba de amores con la chica y lo negó ¨-Pero te vi singando con ella en el salón¨ -le dije, a lo que me respondió que Leonilde le daba la cuca a quien se la pidiera, y que para nada eran enamorados. De verdad que hice buenas migas con el carajo, a quien vi desnudo -muchas veces en las duchas- y me di cuenta de que tenía una verga de gran tamaño. Años después de salir de secundaria me tropecé en Caracas casualmente con Leonilde, a quien luego de tomarnos unas cuantas copas, le propuse irnos a un motel del este de Caracas, lo que aceptó sin pensarlo mucho.
La cogi sin condón, y me di cuenta que Amalio había tenido razón, la chica (que si no es que era muy puta), le gustaba mucho singar; y era muy buena en la cama; echamos unos 3 polvos esa tarde/noche, y nos despedimos después de dejarla en su casa de Caricuao sin mucho convencimiento de repetir la cita.
Ya pasados varios años (en los 90s), Amalio y yo conservamos la amistad, y a veces salíamos en citas en grupo, yo iba con una novia flaca y alta que tenía para el momento, mientras mi pana -ya casado- lo hacía con su esposa, una rubia bellísima muy pequeña de estatura, delgada y de cuerpo espectacular llamada Loira, que siempre me atrajo muchísimo, (con una hermana de cabello oscuro casi tan guapa como Loira) y quien luego de notar mi atracción hacia ella, me atormentaba con coqueteos y mensajes de doble sentido sin que eso irritara a Amalio en absoluto; por el contrario, el carajo lo disfrutaba, siempre estimulaba conversaciones de corte sexual, hablando de sexo en grupo, de escapadas que se daban a los bares de parejas y experiencias en reuniones swingers donde intercambiaban parejas. Mi novia de entonces le parecía el sexo en grupo una cochinada, se negaba en redondo a que tuviéramos una experiencia similar y hasta rechazaba ver porno cuando estabamos cogiendo en los moteles.
No puedo negarlo Loira me atraía como un imán y Amalio además de notarlo, lo disfrutaba, yo no lo podía disimular. Un día mientras jugábamos billar y nos tomábamos unos tragos en el apartamento de mis amigos, busco hielo me encuentro con Loira en la cocina donde me da un largo beso de lengua y me dice lujuriosamente en voz baja, que vaya a llevar a mi novia a su casa y que regrese, porque quiere tener un trio con Amalio y conmigo.
Me hice el borracho perdido y nos despedimos. Dejé a mi mojigata novia en su casa, y me regresé casi quemando llantas a casa de Amalio, donde me esperaba la bella Loira y la real posibilidad de cogerme a esta mujer que me traía de cabeza. Ya los tres solos, en su habitación, Loira está casi sin ropa, solo lleva puesto un babydoll transparente, que deja ver sus bellas formas, su boca pintada de rojo, sus tetas chiquitas (pero perfectas) de pezones rosados y un culito un poco pequeño para mi gusto, pero muy redondo y firme, deja caer varias toallas en la cama.
La mujer de Amalio me trae una bebida, pone música y me da otro beso en la boca después que mi pana comenta que ya por fin voy a poder coger con su esposa, a lo que Loira replica que ella también quería coger conmigo. Sin saber absolutamente que hacer, miro a mi pana buscando aprobación, y me dice con un gesto que proceda, cosa que hice en dos segundos, me pongo a besarle el cuello a su esposa lujuriosamente, mientras ella me está ayudando a desvestirme, y preguntándome en voz baja que porqué nunca le había entrado, sin saber qué decir, comienzo a quitarle las panties, y me doy cuenta que los vellos púbicos de ella son casi amarillos (verdadera rubia), Amalio que está mamándole las tetas y besándola me dice que le coma la cuca a Loira, que a ella le gusta mucho que se la mamen, a lo que obedecí como un perro faldero, y que me pongo a darle lenguazos a los labios vaginales y a chuparle ruidosamente el clítoris, y que Loira comienza a gemir y a decirme que siga asi, que me sujeta la cabeza con sus manos entre sus piernas y me sigue diciendo que no me detenga, que se va a venir, y Amalio está viendome como le estoy chupando la panocha a su esposa, mientras le está metiendo la verga en la boca a la bella Loira que está apoyada sobre los codos en la cama dejándose lamer su cuquita espectacular por mi, hasta que ella se sacude en el colchón, me empuja la cabeza entre sus piernas con una mano, y me dice que se vino.
Yo entre lamida y chupada, tengo la pinga palpitante y dura como un palo, y Loira me dice que me acueste al lado de Amalio, cuya verga gigante también está bien parada, y que se aproxima su esposa, y con un pañito húmedo me asea la cabeza de la verga, mientras explica que no le gusta mamar vergas sin limpiarlas antes, y tres segundos después de rodillas en la cama, se pone a chuparme la pinga mientras le agarra con la mano derecha la macana a Amalio y le pajea, para un instante despúes hacer lo mismo a su esposo, quien está sonriéndome y me dice que Loira le había propuesto el trio desde hace más de seis meses, mientras ella cómplice con una verga en la boca confirma el mensaje.
Yo de veras que quiero meterle la verga a Loira más que nada en el mundo, y en unos minutos le pregunto que si podemos comenzar a coger, y ambos dicen que si, y pregunto por los condones (SIDA en los 90s era preocupante), y ella me dice que no me preocupe, que ella usa anticonceptivos, así que se pone sobre mis piernas, se mete el glande el su boca, lo moja con su saliva, y deja caer su panochita sobre mi pinga que está tiesa y caliente y comienza a cabalgarme lentamente, mientras que Amalio, se acerca curiosamente a mirar como entra y sale mi macana del chocho de su esposa, mientras me mira y pone un pulgar hacia arriba y nos pregunta cómo va la cogida, yo viendo a esta diosa vikinga dejándose coger por mi no pienso mucho, cuando siento los dedos de mi pana, estimulando el clítoris de su esposa y eventualmente tocándome la pinga, lo que me da un poco de corte, pero a la vez me excita.
En un segundo se pone de pie, y veo cómo le mete su verga en la boca a Loira, que comienza a mamarle la pinga a Amalio, que se está dejando llevar, y que se arrodilla para mamarle las tetas y besarla, y mientras está de rodillas, tiene la polla muy cerca de mi cara, lo que nota Loira, quien sigue cabalgándome y con una cara y una voz llenas de lujuria me dice: ¨-¡mámaselo, mámale el güevo, anda mi amor, mámaselo!, y yo en medio de esta orgia de placer, sin pensarlo mucho, asentí con la cabeza.
Amalio que está pendiente de todo, acerca su macana a mi boca que está abierta, mete la cabeza y comienzo a chupársela, mientras mi pana comienza a mover las caderas, y siento además de la tibieza y estrechez de la vagina de Loira, la firme cabeza de la pinga de mi amigo en la boca, y chupo y chupo, mientras ella lujuriosamente me dice que siga asi, ¡anda papi, mámate esa pinga, qué rico se ve! ¡Sigue mamándosela! Mientras le pregunta a Amalio si le gusta y éste responde que si, a lo que ella se desacopla, me incorporo con los codos, y tomando las riendas de la triple interacción, le dice a su esposo que ahora él me mame el güevo a mi, a lo que obedientemente procede, y veo a Amalio, que se arrodilla a un lado de mi y comienza a chuparme la polla, mientras su esposa mira con fascinación como él me agarra el ariete, se mete mi verga en su boca y ruidosamente ya me está mamando la polla, ella se acerca y me da un profundo beso de lengua; y me dice que siga mamandole el güevo, yo con ambas manos libres, tomo con una la verga de Amalio, que es muy grande, un poco curvada a un lado y está muy tiesa y palpitando, le observo las venas y el glande, Loira me acerca la cabeza y vuelve a decirme que se la chupe -anda papi, mámale el güevo- ¡se ve tan divino! sigue diciendo y la obedezco, y ya con más calma me comienzo a meter en la boca y a acariciar con los labios la cabeza de esa pinga que parece una ciruela, y la veo a ella, que se pone a mamar mi verga junto a Amalio, y momentos después se acerca para compartir conmigo la polla de Amalio.
Nunca antes habia agarrado la verga de otro hombre, y menos aun, mamado un güevo, en secundaria Hernández me la había mamado a mi, pero nunca había estado en una situación similar ni pensado mucho en eso, pero ahora estaba disfrutando -sin proponermelo- de mi primera experiencia en un trio ¿bisexual? ¡Me estaba agradando mamarme una polla, especialmente muy grande, muy tiesa y venuda!, que observaba curiosamente entre chupada y chupada, y metía mi lengua en el ojete del glande para saborear el cristalino pre-semen que le salía de la pinga de Amalio, mientras Loira nos mamaba la verga a ambos y nos veía con fascinación chupándonos las macanas.
El ambiente esta complatamente cargado de lujuria y placer, y asi estuvimos por un rato, Loira y yo le chupábamos la polla a Amalio, y momentos después ella se ponía junto con Amalio a mamarme la verga a mi, hasta que unos minutos en este intercambio oral, mi pana le dice a su esposa que se está viniendo, y ella se aproxima a mi cara y me pide con obscena sensualidad, que deje que él se venga en nuestras bocas, y yo que estoy cargado de curiosidad y lascivia asiento con la cabeza, y ella comienza a pajearle la pinga, y mi pana comienza a mover la caderas y a decir que ya casi está acabando y yo sigo mamando esa macana que está caliente y palpitando, Loira se arrodilla junto a mi, saca el güevo de Amalio de mi boca y lo chupa enérgicamente, cuando instantes después mi amigo dice -ya,ya,ya- veo que se contrae y dilata esa pingota, y Loira hace un gesto de asentimiento con ojos muy abiertos, me aproxima la boca al güevo de su esposo, y un instante después siento un chorrazo de semen caliente y salado invadiendo mi boca, y ella me dice -¡sigue mi amor, no te pares, sigue mamándole la pinga, anda papi, trágate esa leche mi amor, qué divino se ve!!! Ya me había echado como tres chorros de leche en la boca y cuando yo estaba tratando de no escupir o vomitar al tragarme la carga, ella se metió la polla palpitante de su marido en la boca y comenzó solo a chuparle la cabeza, para recibir como dos pulsiones mas de semen, que se iba tragando a medida que recibia la eyaculación de Amalio en la boca.
Me dio un poco de corte, -no mamarle la pinga a mi amigo- sino que me hubiera visto tragándome su semen, a lo que él se puso de rodillas en la cama, y besando a su esposa le dice que quiere verme cogiéndola, a lo que ella después de besarme acepta encantada; y esta vez apoyo la espalda al copete de la cama, y ambos se acercan a mi, nos damos un trago de cerveza, y Amalio me comienza a mamar la pinga, y unos momentos después ayuda a Loira a sentarse sobre mi güevo erecto, y esta belleza rubia comienza a cabalgarme como una potra en celo; siento su estrecha panochita muy tibia ensartándose en mi vara lentamente, pero el ritmo de sus culeadas va en aumento, la beso en la boca, y me inclino para besarla lúbricamente y mamar sus rosados pezones que están muy parados, y ella gime y dice una sarta de vulgaridades exquisitas, mientras Amalio, a lado nuestro nos dice palabrotas, a mi me pregunta que si me gusta cogerme a su puta, qué si su puta singa bien, y a Loira que si la estoy cogiendo bien, ¡¨-anda pana, cógete bien a esta perra, esta caraja es bien puta, quiere singar contigo desde hace tiempo¨!, ¡mira que puta es! Hasta que la cabalgata de esta bella amazona rubia me está haciendo llegar, y le digo que me estoy viniendo, y le pregunto que dónde echo la leche, respondiéndome, que me venga adento de ella, miro a mi pana buscando aprobación y también asiente, y unos instantes después me estoy corriendo adentro de la protagonista de mis fantasías erótica, siento que estoy eyaculando un caudal de semen dentro de la cuquita de esa bellisima mujer que me trae bizco desde que la conocí, mientras Amalio que tiene nuevamente su enorme verga tiesa, la mete dentro de mi boca para que se la mame nuevamente, mientras Loira sigue gimiendo y totalmente acoplada sobre mi pinga no quiere perder ni una gota de mi leche.
Unos momentos después ella aun encaramada en mi güevo, se pone junto a mi a mamarle la pinga a Amalio, quien de pie junto a nosotros se sonrie y alegremente propone que nos tomemos una champaña que tiene enfriándose en refrigerador. La bella Loira toma una de las toallas que había dejado en la cama, se levanta y se mete rápidamente uno de los paños en la entrepierna, va al baño y me dice que me espere, mientras su esposo está buscando ruidosamente la champaña y las copas, mientras tanto sentado en la cama me pongo a pensar en lo que ha pasado, que en media hora, tuve mi primer trio, me mamé una verga (grande, gruesa dura y venuda), me cogi a la esposa de un amigo cercano (delante de él), me tragué unos chorros de semen y estoy a punto de tomar champaña para celebrarlo.
Estuve tentado de preguntarle a Loira si su hermana también estaba en el swinger, pero cambié de idea. Esa noche volvimos a coger otras dos veces, pero a ella, y aunque Amalio y yo volvimos a mamarnos las pingas, ni él se vino en mi boca ni yo en la de él, Loira insistió en que ella quería que le eyácularamos adentro de la cuca, aunque Amalio se vino una vez dentro del culo de su esposa. Volvimos a tener trios y orgías con otras parejas, pero esas historias las dejo para otros capítulos de esta saga.
Éntrale sin darle muchos rodeos ¿Eres chico o chica?