Quiero comenzar por decirles que la cuarentena por el tema del covid-19 me tiene cansada y ha tenido efectos muy extraños en mucha gente y sobre todo en mi, me he sentido tan caliente y con ganas de sexo en las últimas semanas, mi ex me escribio un buen día y tome la decisión de seguir ahí, hablábamos de todo un poco hasta que hablamos de lo bien que la pasamos sexualmente, así que después de mucho sexting planeamos vernos alguna vez, y ayer dijo: pasaré a saludar.
Llegó a las 5:20 de la tarde me escribió que estaba en la esquina que le abriera, salí y como siempre tan imponente llegó en su moto, después de casi dos años, pude notar que estaba un poco más delgado, dejo crecer su barba y además su bigote, se ve como todo un hombre, está lloviendo y yo traía puesta una blusa blanca un poco ajustada, debajo traía un arnés de torso, eso enmarca las tetas de una manera que no se explicar, un short de jeans, debajo un hilo con un poco de transparencia al frente.
Medio un abrazo fuerte y su chaqueta con la lluvia mojo mi blusa haciendo que inmediato mis pezones su pusieran muy duros, y se viera el color de ellos, entramos y en la cocina nos besamos, en su cercanía note su erección, solté su pantalón, y me ayudó a sacar esa enorme verga suya, empecé a tocarlo mientras seguía besándolo, me senté y empecé a chuparla, ufff fue delicioso, pregunto si podía quitar mi blusa y yo solo levanté los brazos, saco la blusa me levanto y chupo las tetas, me dio la vuelta y me puso contra la pared acerco su cadera a mi culo, solo para frotar su verga, me llevo a la sala y allí me hizo quitar el short y me quedé en hilo y el arnés, me pidió que hiciera algo para el, así que me senté frente a él, abrí mis piernas y mientras lo miraba empecé a pasar mis dedos sobre mi vagina, corriendo el hilo, chupaba mis dedos y volvía a repetir el toque, empezó a pedir que merienda un dedo, luego de verme así y masturbarse, me pidió el segundo dedo y mientras lo hacía, metió su dedo y con la otra mano tocaba mis tetas, me hizo poner de perrito y siguió tocándome desde atrás.
Se sentó y yo sobre él con mis tetas en su cara, el las chupaban y las mordía suave, yo me movía rozando su verga contra mi vagina solo deseando que... No aguante más y le pedí que me penetrara, lo miraba a la cara y no dejaba de acordarme de esos encuentros, me movía y él tocaba mi culo y lo abría mientras tocaba mi ano, era la sensación más espectacular de todo el mundo, luego de un buen rato, mientras me inclinaba hacia atrás, lo miraba con deseo y le decía que quería ser suya, me comportaba como una traviesa hasta que empecé a llegar, lo abrace y en su oído le decía su nombre, las piernas me temblaban y el solo me tomaba por la cintura y me decía lo mucho que me extrañaba, que sensación más única y yo en mi corazón también lo había extrañado a cada instante de mí.
Me puse de pie y me puso de perrito en el sillón, y me penetró desde atrás, se movía lento, abrió mi culo y empezó a embestirme, duro sin más, agarraba mi cabello y hacia mi cabeza de para atrás, mientras eso me besaba, yo era completamente suya y me lo demostraba, fuimos hasta la cocina y me puso los pechos contra la pared, y volvió a penetrarme, puso su mano sobre mi clítoris y con la otra mano mi cabello, mi cabeza estaba sobre su hombro y volví a llegar, está vez conas fuerza, sentía mis líquidos correr por mis piernas, y el solo seguía moviéndose, mis piernas flaquearon y sentía que me iba a derrumbar, mis temblores no paraba hasta que salió, con dificultad me llevo hasta la escalera y ahí de pie me penetró nuevamente.
Mientras me sostenía de su cuello hablábamos de la vida, de lo mucho que nos queríamos salió y puso mi mano en su verga empecé a masturbarme mientras hacía lo mismo conmigo, no tarde mucho en volver a sentir que llegaba apreté un poco más su verga, su leche se escurrían por mi mano, mientras temblaba me arrodille en el piso, acerque mi boca a su verga y chupé su glande, y soltó y fuerte gemido, terminamos sentados en el piso de la cocina hablando de lo que vamos a volver hacer.