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Categoría: Maduras

MI MADURA MEXICANA PARTE IV

"LLego el dia de nuestra despedita, o NO??"

 

Era la última noche que le quedaba de vacaciones en Chile, luego de una semana llena de paseos, comidas y mucho SEXO se nos estaba acabando el tiempo de estar juntos. Salimos a cenar esa noche en el restaurante del mismo hotel como una manera de despedida, los 3, ella, su pequeña hija y yo. Esa noche se puso una falda que le llegaba a las rodillas, se veía hermosa, notaba que hacia todo por gustarme ya que siempre me miraba coqueteando o jugando con sus palabras, cosas que solo ella y yo entendíamos, era como que hablábamos en clave para que su hija no note nada. Mientras esperábamos la cena su hija se levanto a mirar por las ventanas, fue cuando me dijo que tenia el culo adolorido por la enculada del día anterior, me sonreí y le dije que mas tarde le daría mas tratamiento, a lo que me dijo “no, ni loca” pero sonriendo a lo que tome como un NO mentiroso. Cenamos pasando una linda velada, hablando de que quizás cuando nos volveríamos a ver colocándonos medios nostálgicos.

Terminamos de cenar y nos fuimos a la pieza ya que su hija reclamaba que tenia sueño, llegamos a la pieza y se durmió, fue cuando callados nos fuimos a la pieza y nos dejamos llevar una vez mas por el deseo, rápidamente estaba de rodillas sacando mi pene, lo saco y me masturbo suavemente, me hablaba mirándome: “cuando será que volveré a mamar este camote” (luego supe que camote es un dulce mexicano tradicional de Puebla), siguió contemplando mi mazo y comenzó a lamerlo a todo su largo, me lamia los huevos dejándolos húmedos cosa que se sentía delicioso, metió uno de sus huevos a su boca succionándolo levemente hasta que lo dejo salir, yo le dije “AY”, “te hice doler” me dijo a lo que conteste “un poco”. Se lo metió a la boca y comenzó a mamarlo mientras se quitaba la parte de arriba de su ropa para dejar sus tetas libres, se las manoseaba al tiempo que mamaba mi mazo, “lo quiero dentro me dijo” y yo obediente me puse tras de ella, levante su falda y mi sorpresa fue mayor cuando vi que tenia un calzón diminuto que se perdía entre sus gloriosas nalgas, la imagen me calentó, hice que se apoyara sobre un mueble donde se lava uno las manos, había un espejo frente a nosotros, levantando bien su culo, corri a un lado su calzón y guie mi mazo a su vagina, la penetre completamente y sin pausa, le deje ir mi mazo por completo, tome sus nalgas y comencé un mete y saca que solo dejaba la cabeza de mi mazo dentro al salir para volver a clavárselo todo, miraba su cara por el espejo y ella a mi, asi la estuve culeando hasta que fui por el otro objetivo, volver a encularla, junte saliva en mi boca y grotescamente le escupí el ano, ella entendió y dijo “hazlo despacio que me duele”, apoye la cabeza de mi pene y comencé a metérselo, contuvo sus chillidos ya que como siempre, había que estar casi callados para no despertar a su hija, con la mitad de mi mazo dentro comencé a moverme, sentía como contraía su ano y apretaba mi mazo, era delicioso, veía su cara, sus ojos bien cerrados, notaba que le dolía pero se dejaba hacer, lo quería tanto como yo, comenzó a masturbarse su vagina, “dame mas duro cabron” me dijo y asi fue, una vez mas le estaba rompiendo el culo y ella no podía gritar para desahogarse, asi masturbándose, mientras la enculaba se vino, acabo con un “mmmmmmmmmmmmmmm” largo muy largo, fue delicioso sentir como apretó mi pene con su ano, prácticamente le lo succiono con su culo, “quiero tu leche, quiero tu leche en mi boca” me dijo mas de una vez animándome a acabar, así fue, Salí de su suculento culo y se agacho frente a mi pene abriendo su boca, yo comencé a masturbarme frente a su cara, “dámela, dámela pendejo” me decía, solté varios chorros sobre su boca, su cara y uno fue a caer sobre uno de sus ojos, la imagen de su rostro bañado de mi semen aun la tengo grabada en mi mente, cuando ya no me salía mas leche tomo mi pene y me succiono la cabeza, me la chupo buscando hasta la ultima gota sacarme, se reincorporo limpiándose su ojo y nos reímos gustosos, fue increíble, se limpio toda mientras yo me subía el pantalón, nos abrasamos y nos besamos, fuimos a la pieza, la veía hacer su maleta, luego mirándome comenzó a sacarse ese calzón diminuto que se le perdía en las nalgas, y me dijo “toma, te lo regalo para que me recuerdes y nunca te olvides de mi” (hasta el dia de hoy aun lo conservo), esa noche me quede a dormir con ella, se iba a su país de regreso en un vuelo muy, muy temprano, las acompañe al aeropuerto, estando ahí en el check-in mire su pasaporte, vi su año de nacimiento y ahí fue cuando me di cuenta que tenia 45 años y no 38 como me había dicho, no dije nada, me guarde su secreto, el complejo de edad que toda mujer tiene y bueno llego el momento de despedirnos, me despedí de su hija y luego ella, mi madura me abrazo, “gracias por todo, se que nos veremos pronto” me dijo, me miro a los ojos y me dio un pequeño beso en los labios, me dijo “Te Quiero……” se dio media vuelta y la vi irse entre la gente….

Asi termino esa semana junto a mi madura mexicana, No fue la ultima vez que la vi….Eso, eso lo contare en otras historias.

Espero les haya gustado, si quieren intercambiar experiencias o solo hablar, contactenme, un abrazo.

 

Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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