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Categoría: Incestos

Historias de sexo con mi prima -2

Hola, me llamo Gabi y mi prima Gisel.

En esta oportunidad les voy a contar la segunda vez que me la cogí.

Ya nos habíamos besado, también nos habíamos tocado cada parte de nuestros cuerpos, me había practicado sexo oral varias veces y habíamos perdido nuestra virginidad una tarde calurosa y perfecta que no voy a olvidarme nunca más.

Nos habíamos visto completamente desnudos (ella era hermosa) habíamos hecho el amor por primera vez; ahora no era sólo mi prima sino también mi mujer, compañeros en todas nuestras fantasías sexuales.

Ese día de nuestra primera vez, nos quedamos juntos lo que quedaba de la tarde acostados en un sillón y basándonos como dos enamorados, nos mirábamos y sonreíamos cada vez que nos quedábamos sin aire.

Llegaron nuestros padres y ella se fue a su casa.

Esa noche no pude dormir recordando su cuerpo desnudo, sus tetas, las piernas, esa cola hermosa, su suave espalda, los gemidos suaves que hacia cuando me la estaba cogiendo, las palabras que me dijo durante todo lo que duró el coito (te amo, te quiero, mi amor, primito lindo) no podía más que estuve toda la noche a pura paja, ya no me salía más semen.

El día siguiente era domingo así que estaba toda la familia, no podíamos hacer nada, sólo aguantarnos las ganas de querer basarnos en todos lados, sólo nos mirábamos y sonreíamos sin saber qué hacer.

Nuestros padres haciendo un asado y mis primas y mis hermanos correteando de una casa a otra (vivíamos al lado) así que era imposible.

Al día siguiente ya era lunes y todos volvíamos a la rutina.

Nuestros padres se iban a trabajar temprano; mis hermanos y mis otras primas iban a la escuela al medio día así que al regresar teníamos las dos casas sólo para nosotros.

Al llegar ella estaba parada en el portón de su casa.

Gi: te gané, te querés matar.

Yo: no me importa.

Miré hacia todos lados para ver sí algún vecino nos observaba y como los que vi estaban en lo suyo, la tome de la cintura y le di un pico.

Gi: ¿qué hacés? nos va a ver alguien.

Yo: vos no te resististe mucho.

Gi: vamos entremos a casa!!

Nos metimos como siempre a su habitación, nos acostamos en su cama y comenzamos con nuestros besos y franeleos luchando a ver quién quedaba por encima del otro; a mí me gustaba de las dos formas, cuando ella estaba por encima me encantaba tocarle su hermosa cola y cuando yo estaba por encima me gustaba apoyar mi entrepierna en la suya, apretarnos y movernos como sí lo estuviésemos haciendo.

Así estuvimos un largo rato, cuando estábamos juntos perdíamos la noción del tiempo.

Hasta que ella.

Gi: ¿me lo sacó?

Yo: ¿qué? (sorprendido)

Gi: al pantalón.

Yo: los forros los tengo en casa, ya vuelvo (con cara de felicidad)

Gi: dale te espero.

Corrí hasta casa, tiré mi mochila por ahí, abrí el cajón, tomé uno y volví corriendo hasta mi prima.

Cuando abro la puerta de su habitación la veo acostada en su cama mostrando las tetas, del medio para abajo tapada con una sábana y su ropa tirada en el piso.

Yo me saqué la ropa rápido y me puse el preservativo mirándola a ella; gi me sonreía mirándome a mí y a mi miembro completamente parado.

Me metí a la cama y nos comimos la boca nuevamente recuperando así la calentura que teníamos hace unos minutos.

Yo: ya mi amor, te la quiero poner.

Gi: si pero despacio como la otra vez.

Ya estábamos los dos muy calientes, transpirados, con la respiración agitada; cuando le chupaba las tetas se notaba que el corazón le iba a estallar así que era hora de hacerlo otra vez.

En posición "misionero", mi prima ya con las piernas abiertas se la empecé a meter de a poco y me recibió con unos leves gemidos.

Esta vez tenía la concha completamente depilada, unos labios vaginales hinchados y hermosos; típico de una adolescente iniciándose.

Mi miembro se perdía dentro de ella y salía completamente empapado (maldito condón que no me dejaba disfrutar del todo) igual podía sentir lo apretado y caliente que estaba su vagina.

Gi: ay seguí así Gabi.

Yo: mirá como me pones mi amor.

Gi: siempre vas a ser mi primo favorito, te amo.

Yo le seguía dando, se la enterraba toda despacio y después aumentaba la velocidad de la cogida; ella ya no gemía, gritaba.

Gi: pará pará Gabi (con la voz agitada)

Yo: ¿te estoy lastimando?

Gi: no mi amor, no.

¿Me dejás arriba?

Ella se subió sobre mi y la verdad que no sabía montar, hacia lo que podía pero igual a mi me encantaba.

La dejé que me monte por un rato hasta que la noté un poco incómoda, entonces la di vuelta y la seguí bombeando.

Así disfrutábamos más, el "misionero" era la posición ideal para una chica y un chico de 18 años que recién estaban aprendiendo a coger aparte el sentir nuestros cuerpos, el decirnos cosas al oído era lo más excitante que podía haber.

Ya no me decía despacio, ahora me pedía que la cogiera más rápido.

Gi: ah ah así me gusta, más rápido mi amor.

Yo le seguí dando hasta que no aguanté más y acabe pero no podía parar, mi prima me estaba pidiendo más.

Me dolía mucho mi miembro pero seguí hasta que.

Gi: aaaaah aaaah.

Ella me abrazo fuerte y se retorció conmigo.

Estaba presenciando un terrible orgasmo femenino; era la primera vez que veía a una mujer en ese estado de "trance".

Yo: ¿estás bien mi amor?

Gi: si (intentando hacer respiraciones profundas)

Nos abrazamos y besamos, estuvimos así por un rato.

Gi: ay me encantó, Gabi te amo.

Yo: yo también Gi ¿por qué me quisiste montar?

Gi: creí que te iba a gustar más pero no es tan fácil como se ve en las películas jaja.

Yo: ¿qué películas estás viendo? Que cochina sos.

Gi: siempre se puede mejorar ¿no? La próxima vez lo voy a hacer mejor.

Mi prima me estaba diciendo que iba a ver próxima vez (no saben lo contento que me pusieron esas palabras).

Nos fijamos la hora y ya eran como las 3 de la tarde, todavía quedaba tiempo.

Me dijo que se iba a dar una ducha y yo la seguí; nos bañamos juntos por primera vez, ya no parecía tan tímida con nuestra desnudez.

Nos besamos bajo el agua, jugamos un poco con la espuma y el jabón, me dio una gran chupada como siempre hasta se enojó porque no llevé otro preservativo (estaba más caliente que yo).

Por último me fui a casa pensando en las palabras de mi prima, iba a haber próxima vez.

Ahora mi meta era hacerle esa hermosa cola, sabía que iba a llevar tiempo, que tenía que ser paciente y cuando llegue el momento ella misma me lo iba a pedir.

Espero que les haya gustado, saludos.

Datos del Relato
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