Yo me tumbe ahora debajo de ella y ella cogió mi miembro con su mano y me dijo -quiero las dos pollas dentro de mí -. Era fascinante todo, no sabría si podría entrar todo ahí, él por el trasero de ella y yo por el coño, noté perfectamente su mano como ayudaba a meterla dentro, estaba mojada por todos lados, notaba curiosamente parte del miembro del él, como todo se rozaba entre sí, como si estuviéramos en el mismo sitio los tres. Ella no paraba de moverse, él tampoco y yo, bueno yo era de locura mamaba sus pechos que me caían ahora encima justo de mis labios y al mismo tiempo sentía aquel placer allí dentro, ella misma con su mano ahora me daba de mamar, tenia que ser impresionante para ella, culo, coño y pechos todo a la vez. Ahora solo eran gritos de los tres de placer, cada uno buscaba ya su placer, a él lo veía por detrás de ella, empujando todo su cuerpo para que le entrara ya con un ritmo desenfrenado, ella no digamos, se volvía loca, nos pedía sentir toda nuestra corrida juntos, que lo hiciéramos juntos, que le llenáramos todo su cuerpo interior de algo caliente, como si fuera poco ya, quería todo, sentirlo todo a la vez.
Así sucedió, fue algo, como describir eso, como poder yo describir lo que pudo sentir ella, sé lo que sentí yo, los gritos de ella de placer conjuntamente con los de él, creo que gritamos todos de placer. No recuerdo el tiempo, pero debió ser algo enorme lo que me salía de mí, recuerdo ver mi propia corrida, aun bajando, por mis testículos, notar la de él también saliendo para fuera y ella, ella tenia su cara justo delante de mí, nunca vi nada igual, ¿que podía sentir para poner aquella cara de placer?. Segundos o minutos no recuerdo, si recuerdo su cara... la verdad es lo único que recuerdo ahora, porque para ser franco, antes de aquella borrachera, nunca pensé que fuera capaz de hacer lo que hice, pero siempre conseguimos sorprendernos a nosotros mismos.