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~Un sabado de julio mientras cenabamos,en un restaurante de SITGES nos bebimos 2 botellas de vino blanco y al terminar una copa cada uno. Empezamos en la habitación del hotel a juguetear en el sofa y los dos acabamos calientes como bestias. Cuando estabamos a punto de irnos a la cama, le propuse algo....un trio fantastico , podiamos vestirnos y salir a tomar una copa, prometiendole que continuariamos despues lo que habiamos empezado. Accedió al instante y le propuse una última petición...tendría que ir vestida como yo le dijese. Me miró y acepto la propuesta. Fuimos a nuestro dormitorio del hotel y le puse encima de la cama lo que yo quería que llevase mientras ella se maquillaba. Entre al baño y le dije que quería que se maquillase no como siempre, si no de manera espectacular, como una puta marcando mucho ojos, labios, etc.... Al salir del baño se encontró la ropa preparada, medias y ligueros, body con las tetas al aire y vestido de verano ajustado hasta la cintura con faldita muy ceñira . Y por supuesto...sin bragas.PAQUI estaba muy cachonda esto acabó de ponerla a mil. Acabó de perfumarse y me dijo ya está..vamonos... yo le dije, todavia falta algo..tus zapatos de tacón y quiero que te pongas la peluca morena...hoy me apetece salir con una "desconocida"... Con su maquillaje recargado y esta peluca es una mujer completamente distinta...solo me recuerda a ella cuando habla..!!! Jajajajaj.
Con el alcohol que llevabamos, no llevamos coche, llamamos a un taxi y nos dejó en el centro de la ciudad. Caminando le dije a donde iriamos...una Discoteca de ambiente liberal y gay en SITGES. Entramos juntos en el local pero no demasiado pegados...pedimos una copa en la barra y yo me "separé" un poco de ella...alguno vino a sacarla a bailar pero ella no accedió. Me fui al servicio, pero antes me acerqué a su oido y le dije...baila..diviertete..yo te vigilo...
Cuando regresé del servicio, observé distante que ella estaba bailando en la pista con un hombre muy moreno, NEGRO de senegal marcando paquete , muy alto y desde lejos parecia atractivo. Todo lo que sonaba eran , salsa, merngue, etc....encadenando las canciones con el baile y "subiendo" el ritmo del baile...penas habíamos entrado en detalles en lo del trío, lo mas que habíamos hablado con el senegales por chat y teléfono es que iba a ser en nuestro hotel, pero lo que íbamos a hacer y el tiempo no habíamos dicho nada. Tan solo quedamos en un bar que él nos había dicho y allí tomaríamos una copa y nos conoceríamos un poco.
Quedamos en llamarle para decirle que ya estábamos llegando. Nos dijo que mejor nos llamaba él por el tema de la mujer. No sé que excusa la pondría para estar toda la noche con nosotros, tampoco era nuestro problema.
Después de comer entramos en la habitación del hotel, deshicimos las maletas y nos sentamos en la cama.
Que, nerviosa?, dije yo
un poco sí, vamos a descansar un poco que la noche puede que sea muy larga…
no hemos entrado en detalles de como hemos imaginado esta noche, no sé, que te gustaría hacer con ese tío por ejemplo…
la verdad es que no sé, ya veremos como va surgiendo la cosa, tu has sido el que mas interés has puesto en esto, que te gustaría a ti?, prefieres contigo primero y luego con el otro…jajaja…no soy muy experta en tríos…llego MOI era un hombre muy alto y corpulento ,hablaba español con dificultar ,pero siempre sonreia ....
Entre besos y caricias me iba desnudando. Los besos me enardecieron por la levedad del roce y la calidez de su lengua, como si sólo pretendiese despertar un deseo insatisfecho entre su boca y la mía y arrastrarme al volcán del desenfreno . MOI el negro contribuía a despojarme de la ropa y besaba y acariciaba mi espalda y mi cuello.
Creo que perdí el conocimiento o mi consciencia entró en otra dimensión, al menos en otro campo de la realidad. La luz tenue de aquel espacio abierto al universo dejaba nuestra desnudez a la vista de las estrellas.
Exploré sus pechos y su silueta con mi manos, y me detuve en el recóndito espacio donde me esperaba el tesoro del placer a mi mujer. Encontré, bajo la fina tela de la braguita, que anunciaba la proximidad de la maravillosa gruta con la que la naturaleza ha dotado a las mujeres.
Me deleité besando su cuello y sus hombros. Me sentí orgulloso de comprobar que los suspiros y gemidos que emitía surgían del placer que le regalaba con mis labios.
Me abandoné a los deseos y mi boca se fundió con la suya en una danza parsimoniosa de nuestras lenguas y nuestros labios, acariciándose y atenazándose en un afán de posesión imposible.
Sus manos apresaron mis nalgas y sus dedos buscaron mi culo sin prisa. Acariciaron lentamente las rugosidades que rodean el ano acondiciéndo a unos instantes de confusión entre los deseos de poseer y los de ser poseído. Las manos potentes del hombre acariciaban mis costados y mis caderas al tiempo que sus labios recorrían mi espina dorsal. Se entretuvieron en mis nalgas y se acomodaron un rato en mi ano. Las palpitaciones de mi agujero pedían a gritos que me poseyese. Justo en ese instante de perdición recibí el calor de un gran falo ardiente que se refregaba a la entrada de mi agujero hasta encontrar el perfecto acomodo entre mis nalgas. Un cilindro caliente con un grosor enorme considerable.
La sensación de gozo me parecía insoportable. Los besos, las caricias, los frotamientos, los alientos y los suspiros nos convirtieron en un magma de placer incontrolable.
Como un solo cuerpo nos movimos imperceptiblemente hasta caer derrumbados sobre algo mullido, suave y acogedor. Las manos delicadas de mi mujer empujaron mi cabeza hasta colocarla entre sus piernas,su coño depilado con la raja ala vista .... Mi boca se llenó jugo impregnado del sabor de su sexo. Abrió las piernas completamente y mis labios se unieron a sus labios vaginales como si de otra boca se tratase. Mi lengua recorrió toda la raja deteniéndose unas décimas de segundo en la entrada de la vagina por donde se escapaba el néctar que producía el gozo. Tenía el sabor ácido y salado de los flujos vaginales, pero a mi siempre me han gustado los sabores fuertes.
El africano se colocó detrás de mi. Sus dedos jugaban con mi ano y lo penetraron impregnados de alguna sustancia lubricante. Mi mente, sin embargo, elucubraba sobre el aspecto de un coño que no veía. Intentaba imaginar su forma. Gozaba desesperadamente del sabor, de la textura de los labios mayores de los que se escapaban dos pequeños pétalos impregnados de aquella sustancia viscosa y aromática. Los sonidos guturales de la mujer y sus dedos enredándose en mi ralo cabello me animaban a continuar la exploración. Llegué al clítoris y pasé la punta de mi lengua por las inmediaciones sin rozarlo. Esperé la reacción. Su mano delicada apretó mi cabeza sobre el coño. No sé el tiempo que permanecí jugueteando con el pequeño detonador de explosiones orgásmicas femeninas. Se retorcía, gemía, suspiraba, gritaba palabras que yo no entendía, pero no alcanzaba el orgasmo. Me aprisionaba la cabeza entre sus muslos y gritaba. Del interior de su vagina seguían manando pequeños regueros de flujo que mantenían húmedo todo el entorno. Mis dedos ayudaban a provocar más y más deseo.
Absorto en aquel sabroso coño, no fui consciente de las delicias que el hombre negro me introducía hasta la profundidad de mis entrañas. Mi polla babeaba. Inconscientemente, fluía un hilo de líquido. Hubo un instante contradictorio. La incomodidad que me producía el glande al atravesar mi esfínter, se compensaba con la ansiedad de querer toda su polla dentro de mi.
A partir de ese instante, a mi cuerpo se convirtió en un volcán de placer. No recuerdo el tiempo que estuvimos así. Besaba, lamía y chupaba el chocho de la alemana con ansiedad. Casi la misma con que deseaba que aquella polla que aún no había visto entrase y saliese de mi con fuerza.
Cambiamos de postura y dejé escapar la polla del senegales . Mi mujer se colocó debajo de mi y abrazó mi cintura con sus piernas. Mi polla se deslizó dentro de su coño, sorprendentemente estrecho. Nunca lo hubiese imaginado viendo la corpulencia de sus caderas y sus muslos. Volvimos a morrearnos mientras yo movía mis caderas para meterla y sacarla con un ritmo lento al comprobar que a medida que profundizaba le cortaba la respiración y le saltaban lágrimas. El morreo acabó de completar la fusión de nuestros cuerpos y nuestros deseos. Su marido nos miraba sentado frente a mi y mostrándome su instrumento maravilloso. Era gordo. Siempre tuve como referencia los tubos en los que envuelven el papel higiénico. La tenía aún más gorda. No muy larga, más o menos como la mía. Unos dieciséis centímetros la mia . Deseé chuparla como nunca lo había deseado, pero estaba atrapado entre los muslos y los brazos de PAQUI.
Llegué al punto álgido y abrasador del orgasmo que precede a la corrida. Inmerso y abandonado en aquellas carnes ardientes y blandas, estuve a punto de dejarme vencer. Pero me contuve. Resistí con la polla a punto de explotar y esperando que ella recibiese el fuego que desprendía mi capullo. Me miró a los ojos y me dijo algo que no entendí, pero que debió ser halagador porque cerró los ojos y se le escaparon dos lágrimas. Superada la primera embestida de la leche, continué el contoneo de mis caderas para que mi polla rozase toda su vagina. La besé de nuevo hasta que una mano fuerte me cogió por el poco pelo que me va quedando y levantó mi cabeza. Ante mi tenía la polla que deseaba. Un glande con una forma que no sabría describir, pero gordo, servía como avanzadilla de la dureza de la polla. Me la metió en la boca y saboreé el delicioso miembro. Cerré los ojos. Chupé el capullo, acaricié el frenillo con mi lengua, lamí todo el tronco hasta los huevos.
Quise compartirla con la mujer, pero él se negó. Me empezó a follar la boca mientras se justificaba.
Disfruté chupando y lamiendo aquella polla enorme que cogía con mi mano para comprobar su dureza y suavidad aterciopelada. Me pareció que la mía era minúscula, aunque, paradójicamente, conseguía satisfacer a la mujer que tenía debajo.
Ella reclamó mi atención de nuevo. Se estremeció un instante y, a partir de ese momento, inició una serie de convulsiones como una posesa. Su columna vertebral se retorcía como una gata. Gritó y lloró. Rió y profirió palabras que me parecieron insultos. Sus piernas me abrazaron con tanta fuerza que tuve miedo. Su coño estaba completamente empapado y mi polla se deslizaba por su interior sin notar el roce.
Al fin se quedó inmóvil. Me tenía aprisionado y dentro de ella. Los flujos me mojaban desde mi ombligo a mis huevos. Era delicioso. El senegales aprovechó la quietud para darme de nuevo su polla. Y agradecí la oferta. Disfrute de nuevo del grosor y de la textura. Me extasié deslizando la piel de arriba abajo, arrancándole algunos gemidos. Acaricié con un dedo su ano al tiempo que chupaba con glotonería su capullo. Le gustó. Le introduje un poco del dedo y su polla, increíblemente, pareció endurecerse más. Su esposa me miraba y acariciaba mi cintura. Se movía imperceptiblemente. Apretaba el interior de su coño sobre mi polla y me provocó un nuevo acceso orgásmico con la boca llena de polla. Hubiese sido un buen momento para correrme, pero recordé que si dejaba escapar mi leche, si me rendía al clímax que me llegaba, se acababa el placer.
Las caderas femeninas iniciaron de nuevo la danza sexual y me indicaba que continuase chupando polla. Sus ojos se giraban en los arrebatos de gusto que recibía y su cara de viciosa provocaba mi locura.
Nos colocamos a gatas. Quería tener ante mi aquellas caderas inmensas y las nalgas maravillosas. Quería perderme entre ellas y meter mi polla en su coño desde atrás. Meterla en su culo. Ser absorbido por uno de aquellos agujeros tan ardientes. Jugar a meterla y sacarla en uno y otro. Colocados así, pude continuar la deliciosa mamada durante unos minutos, pero prefirió metérmela de nuevo aprovechando mi colocación. Sus acometidas eran largas. Sacaba su polla hasta dejar el capullo justo en el punto de cruzar el esfínter y la metía toda hasta que sus huevos chocaban con los míos. Me pellizcó los pezones con sus dedos y sus embates me empujaban a mi a meterla toda en aquel coño del que continuaban manando chorros de flujo y mojando la superficie de terciopelo sobre la que nos dedicábamos a la deliciosa misión de provocar placer al prójimo.
PAQUI se acariciaba el clítoris. Se arrancó varios orgasmos, cada cual más convulso e intenso. Tuve que hacer un esfuerzo titánico para resistir. Sufrí cada una de esas deleitosas convulsiones. Mi culo estaba completamente dilatado. Ya no sentía ninguna incomodidad. Lo tenía completamente rendido. El roce me daba cada vez más gusto.EL NEGRO -con un acento castellano que parecia ALEMAN
- Te voy a llenar el culo de leche –me confesó mi follador apretando con fuerza mis caderas.Te voy ha partir el culo ,mi pollon es de mas de un palmo...y gordo como una morcilla
- Lléname –le respondí y sentí que mi resistencia a correrme se debilitaba.
Me embistió vigorosamente varias veces, casi pierdo el mundo de vista ,unas salvajes entradas hasta lo mas profundo de mis entrañas notaba los huevos chocando con mis nalgas ,. Luego con más suavidad. Y, al final,notaba las venas y el bombeo del semen en mi interior el , se quedó pegado a mi. Su erección le abandonó y la polla se escapaba de mi culo. Su leche empezó a resbalar por mis nalgas, pero el la recogió con sus labios. Su lengua lamía mi culo y aprovechaba para no dejar caer ni una gota.
Mi esposa se había quedado inmóvil hasta que acabó . Se deshizo de mi penetración. Se giró y me besó en los labios. Ambos permanecíamos de rodillas. Me besó en la boca y luego en mis pezones, rojos y doloridos por los pellizcos del negro. Me hizo incorporarme y mi polla quedó a la altura de su cara. Me la chupó lentamente durante una eternidad. La lamió toda, por todas partes; su lengua jugó con mis huevos; sus dedos acariciaron mi ano sensible. Gemí, suspiré, sollocé y balbuceé fuera de mí. Podría haber soportado aquel gusto infinitamente. Mi polla podría resistir sin correrse muchas horas. Pero el objetivo no era ese, si no perder la noción de la vida, enajenarse de la realidad, abandonar toda la fuerza, dejar escapar la energía vital en ese momento en que el primer chorro leche sale disparado del glande. Ella lo adivinó y aplicó sus labios al capullo y lo friccionó lubricado con su saliva y lo abrasó con su experiencia. Me entregué. Le entregué el primer chorro y se atragantó, pero continuó y le envié el segundo y un tercero. Se apaciguó mi ímpetu, pero sus labios carnosos más y más leche de mi interior, hasta que salieron, débilmente, las últimas gotas. Mi polla se quedó flácida e insensible. El mundo se había acabado.
PAQUI se incorporó y, esbozando una sonrisa, puso sus labios sobre los míos. Instintivamente saqué la lengua para buscar la suya y, en esos momentos, me regaló parte del néctar que extrajo de mi polla. Nos besamos y compartimos le leche que había reservado para goce de los dos. Tras eso. el colega se sentaría en la cama redonda, poniéndola de rodillas y le diría que me sacase la polla.Se arrodillo y Cogío enorme salió como mastil, al fin estaba libre y al fin podía verla el la agarraría de la cabeza y la haría chupármela un buen rato hasta el fondo de su garganta ,en un chupada de PETER PAN , o sea hasta la campanilla ,las venas del colega negro , estaban al reventar ella comenzó a lamer su glande como si fuera un rico cono, luego bajo por todo ese tronco hasta llegar a sus huevos, los chupaba, mordía y succionaba, estaba como una verdadera puta disfrutando de eso tan rico.MOI primero para después echarla en la cama y follarmela por todos , la abrió sus piernas y con su otra mano acomodo su enorme verga y le incrustó, dio un gemido desgarrador el mástil se fue abriendo paso por sus entrañas, ella me sentía llena, pero solo había entrado la mitad, se adelante le acabaron más rápido ella solo gritaba y pedía mas y mas, luego se volvió a cambiar de posición,para penetrarla pòr el bonito culo redondo , el placer se hizo infinito, hasta que se detuvo, saco su verga del coño..., le dijo que se volteara y le recostar para penetrarla por detrás así que el la acomodaron de espalda y comenzaron a darles con todo frenesí, ella qritaba , gemia ,lloraba ,su pequeño agujero era penetrado por un palo de carne negro de 30 centimetros , sus fuerza eran escasas y el negro taladraba su ano con saña , así estuvieros por varios minutos, hasta que despues de grito salvaje la polla estaba a punto de explotar. Cuando acabo despues de un sudor que goteaba a chorros el negro, por supuesto lo hizo dentro de su ano .Estuvo follándo un rato por el ano hasta que se corrió dentro y la lleno el culo de leche caliente que iba saliendo lentamente por el ano y escurriendo por la pierna manchando sus piernas. Por ultimo.ella hizo un mamada al haría mirarme, con su boca abierta y la lengua fuera para correrme sobre ella y llenarla toda la cara con mi leche, que gusto de voyeur con movil en mano.
El negro pegó su cuerpo al mío sin decir nada. Dejó un beso en mi cuello y se alejó. Quedamos ella y yo abrazados. Los latidos de nuestros corazones se acompasaron.QUE noche ...que trio salvaje
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