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Categoría: Incestos

El accidente que me permitió pasar la mejor semana en años

Yo ya soy un viudo de 55 años, tengo una hija y un hijo, este relato se centra en Jorgito y mi nuera, él ya es hombre hecho y derecho este año está cumpliendo sus 28 años y le va muy bien en su trabajo en una empresa dedicada a la exportación de frutas y verduras, hace 8 meses se casó con Fabiola, fueron novios por 5 años, Fabiola es una chica muy atractiva mide aproximadamente 1:70 mt de altura, es bastante delgada pero tiene un culo bien paradito y bien formadito, y unos pechos bastante grandes pero nada exagerados.



Pudieron comprar una casa cerca de la mía a tan solo medio kilómetro, casi todos los fines de semana me invitaban a su casa a desayunar o a cenar, mis visitan son rápidas no quería ser el suegro cae mal pero aun así me gustaba compartir con ellos algunas horas. Pero un sábado por la mañana Fabiola estaba bajando las gradas con un cesto lleno de ropa y piso mal y paso lo inevitable; callo casi desde la parte alta del segundo nivel, con mi hijo escuchamos el gran ruido de la caída seguido de los gritos de ayuda de Fabiola, se agarraba el codo derecho a primera vista se veía que lo tenía zafado, sin nada más que esperar la llevamos al hospital, 4 horas después regresamos a casa, ella con el codo enyesado al igual que el tobillo derecho, pero por suerte no tenía ningún golpe en su cabeza y la mandaron a reposar por unas cuantas semanas. Jorgito me conto que el día lunes salía del país para una capacitación, le recomendé que contratara a una enfermera y que yo la visitaría todos los días para inspeccionar a la enfermera y hacerle compañía a Fabiola, mi hijo coordino todo para que el día lunes a primera hora llegara la enfermera y me entrego un juego de llaves de la casa para que pudiera entrar, a Fabiola le pareció buena idea y mi hijo se quedó más tranquilo.



El día lunes llegué a casa de mi hijo muy temprano eran como las 7:00 de la mañana para poder recibir a la enfermera, entre y subí hasta el cuarto de mi hijo y mi nuera, la puerta estaba entre abierta pero igual toqué antes de entrar, Fabi aún se encontraba en la cama y la desperté en cuanto toque la puerta.



Fabiola – Suegro buenos días, que hora es?



Yo – Fabi buenos días, ya son las 7:00, vine temprano para poder recibir a la enfermera y darle las instrucciones.



Fabiola – Es usted muy amable, su hijo salió a las 4 de la mañana para el aeropuerto, se quedó más tranquilo al saber que usted vendrá a inspeccionar a la enfermera todos los días.



Yo – Yo también estaré más tranquilo al ver que es una enfermera capacitada la que te esté atendiendo, vamos a esperarla y ya veremos.



Pero al cabo de una hora no había rastros de la enfermera entonces decidí llamar a la empresa de contratación y me indicaron que la enfermera asignada para mi nuera se había reportada enferma y en cuanto tuvieran a una libre la mandaran. Subí a contarle a Fabiola.



Fabiola – No hay nada que hacer suegro, esperemos a que manden a una lo más rápido posible. Pero suegro abusando de su confianza no me querrá ayudar el día de hoy.



Yo – Claro que sí, eso precisamente te iba a decir, estoy aquí en lo que te pueda ayudar.



Fabiola - Suegro con mucha pena le tengo que pedir que me ayude a ir al baño, verdaderamente necesito ir.



Yo – Claro que sí, ya te dije que para eso estoy.



La ayude a ponerse en pie, tenía puesto un camisón bastante sexy color rosado, le cubría los pechos y le llegaba has las rodillas, pero era evidente que no llevaba sostén ya que los pechos se encontraban algo caídos. Le costaba mucho caminar por el yeso que tenía en el pie y no podía apoyarse por el yeso que tenía en el codo, así que lo que hizo fue pasar un brazo por mi cuello y yo la tomé de la cintura, la sanción de la tela de seda sobre su fiel era bastante agradable y era la primera vez en mucho tiempo que volvía a tocar a una mujer, me empecé a sentir un poco incómodo mientras nos acercábamos al inodoro, le ayudé hasta ponerla lista para que se sentara en él.



Yo – Ya está, puede tomarse el tiempo que necesite esperare afuera, puede con lo demás?



Fabiola – No uso ropa interior para dormir así que será más fácil hacer esto. – Me sorprendió que fuera tan sincera así que solo me di la vuelta y me dirigí a la puerta, aún no había salido del baño cuando escuche que ya estaba haciendo pis, un gran morbo se apodero de mí y luche para no voltear a ver a Fabi que seguramente tenía el camisón arremangado a la cintura, pero pude llegar hasta la puerta y salir sin voltear, al pasar aproximadamente 5 minutos Fabi me avisa que ya está lista para que la ayude a salir, al entrar aún se encontraba sentada en el inodoro pero el camisón le cubría toda sus caderas y parte de su muslos.



Fabiola – Que pena suegro que me vea en esta posición.



Yo – No diga eso, no me molesta para nada.



La acomode nuevamente en la su cama baje a prepárele el desayuno y se lo lleve hasta la cama, la acompañe hasta que acabo de comer.



Yo – Estere aquí abajo viendo tv y si necesitas algo mas no dudes en darme un grito.



Fabiola – La verdad si necesito algo más, pero no sé cómo decirlo, me da mucha pena, pero necesito que me ayude con otra cosa, no sé si va a querer.



Yo – Dígame Fabi, en lo que pueda la ayudé



Fabiola – Necesito tomar una ducha no quiero incomodarlo.



Yo – A mí no me molestará poderte ayudar en lo que necesites para que tomes un baño.



Fabiola – Le agradezco lo amable que está siendo conmigo.



Otra vez la ayude a ponerse en pie y la tome de la cintura mientras ella me ponía su brazo atrás de cabeza y la lleve hasta la ducha, tome dos bolsas plásticas y se las coloque en cada yeso, allí se empezó a complicar un poco la situación, la quería ayudar en todo lo que se pudiera y a la vez no quería ver de más o parecer aprovecharme de la situación, hasta que ella dijo en tono firme y convencida:



Fabiola – Suegro hagamos esto de una forma rápida y sin tapujos ayúdeme a quitarme este camisón y no se preocupe por nada más.



Me agarro por sorpresa, pero lo dijo con mucha seguridad y hasta con tono autoritario, ella sabía que todo esto yo no lo había buscado.



Yo – Ya que tengo tu permiso lo hare Fabi. - Así que le levante el camisón hasta el cuello y ella subió los brazos para poder sacarle del todo la prenda y poder dejar ante mí todo su cuerpo completamente en pelotas, sus pechos eran hermosos a pesar de ser grandes y redondos estaban ligeramente caídos con unos pezones bien delgados pero bastante parados como en forma de punta y que sobresalían bastante con unas aureolas casi inexistentes, su panocha era igual de hermosa con unos pocos bellos que le cubrían y dejaba ver todo y sus detalles, sus labios vaginales eran bastante grandes y arrugados de color café oscuro, al ver a tremendo cuero en pelotas delante de mí empecé a sentir como mi polla empezaba a crecer.



Fabiola – Ahora encienda la regadera por favor suegro. – Encendí la regadera y esperamos a que el agua se empezara a poner caliente mientras yo seguía sosteniendo a mi nuera por la cintura y ella con su brazo por detrás de mi cabeza para tener un mejor apoyo, pero ahora mi mano tocaba directamente su piel y sus tetas me quedaban a la vista para poder contemplarlas sin mucho esfuerzo. La ayude a que se acomodara y se sentara en un banco de plástico para que no le costaba mucho trabajo. - Ayúdeme suegro que no podré hacerlo con mi mano zurda, ya le dije quítese la pena y hágalo lo más normal que pueda, esto solo quedara entre nosotros y hágalo como si yo fuera su esposa y yo me dejare como si usted fuera el mío.



Así que con el permiso de ella me sacudí la pena y vergüenza, espere a que ella se mojara toda apague la regadera y empecé a enjabonarle todo el cuerpo, me di un gran gusto poder lavar todo ese cuerpo, le lave los pies, los muslos , la espalda, el cuello y sin pesarlo demasiado le agarre cada teta con toda propiedad y se las enjabone hasta me atreví a masajear cada pezón, mi nuera no se inmuto para nada y se veía disfrutaba de baño que le estaba dando, le dije que se pusiera de pie tomé más jabón en mis manos y empecé a lavar ese tremendo culo le lave cada nalga de abajo hacia arriba y al igual que todo lo demás me di gustazo, era el mejor que había tocado en toda mi vida y era mucho más firme de lo que imagine al ver que abrió un poco la piernas me estaba invitando a que lavara su ojete a lo que accedí sin decir ninguna palabra le metí los dedos llenos de jabón por entre sus nalgas pasando tres cuatro y hasta cinco veces mis dedos en su ojete, le pedí que se voltea, ella sabía la parte que procedía a lavar y me indico que para eso tenía un jabón especial, tome un poco de ese jabón líquido intimo en la palma de mi mano y empecé a meter toda la mano entre su entrepierna rápidamente el jabón empezó hacer espuma, le agarraba sus labios vaginales y con mucha propiedad se los estire y se los lave de la forma más delicada que pude, en ese momento la polla la tenía al máximo casi la sentía salir de mi pantalón, quien iba a decir que algún día vería a mi nuera desnuda y mucho menos poder darle un baño con mis propias manos y con el consentimiento de ella. Le encendí la regadera para que se quitara todo el jabón, y al igual que en el desayuno me quede acompañándola en al baño mientras disfrutaba que le callera el agua caliente por todo cuerpo desnudo yo seguía disfrutando de todo ese ejemplar de mujer frente de mí.



La ayude a salir y llevarla nuevamente hasta su cama ya dejando atrás la vergüenza y acostumbrada a que yo la viera sin ropa se despojó de su bata empezó a secarse todo el cuerpo así en pelotas mientras ella me indicaba donde tenía su ropa, me indico donde se encontraba cada prenda de vestir y tampoco se limitó a decirme que color y estilo de calzón necesitaba al igual que su sostén.



Desde ese momento me convertí en su enfermero y le atendí desde llevarle un vaso de agua hasta llevarla al baño cada vez que necesitaba hacer pis y fue tanto la confianza que frente de mi hacia pis y se limpiaba sin pena ni vergüenza. Acordamos decirle a Jorgito que la enfermera llego desde el primer día hasta el último, y yo disfrute cada momento que pase con Fabi y poderla atender en todo lo que necesitó. Lo mejor lo tuve al final, el último día antes de que Jorgito llegara, Fabi me dijo:



Fabiola – Suegro no sé cómo pagarle todo lo que ha hecho por mí, así que le propongo una cosa para pagarle de alguna forma, que al igual que todo lo que ha pasado no le puede a decir a Jorge; sé que tiene baste tiempo sin salir con una mujer y yo lo he puesto en una situación comprometedora usted viéndome tocándome así desnuda y ayudándome en todo y he notado sus erecciones así que le propongo un polvo al estilo y forma que usted quiera sino quiere simplemente dígame que no.



Estaba entre la espada y la pared, aun así, la calentura pudo más que razón y le dije que sí. Así que tuve el mejor polvo que jamás he tenido en mucho tiempo, le pegue una gran cogida a mi nuera, empezamos haciéndolo de cucharita para que ella tuviera mejor comodidad, pero al final la termine montando acomodándome entre sus piernas, al principio parecía que solo lo estaba haciéndolo para complacerme, pero la hice acabar dos veces y dejándome venir dentro de ella y eyaculando todo el semen que tenía acumulado, que yo no sé cómo no quedó embarazada después de nuestro encuentro.



Seguramente tendré otra oportunidad para poder ver a mi nuera otra vez en pelotas o mejor aún otra excusa para que cojamos.



Dejen sus comentarios que tal les pareció, se los agradeceré bastante.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 8.33
  • Votos: 3
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