Me habían concedido un traslado a un instituto en Valladolid, después de ejercer la docencia como profesor de tercer curso de la ESO en Santa Cruz de Tenerife durante mis últimos cuatro años.
Estaba nervioso en mi primer día en el Instituto, como supongo le ocurriría a cualquiera en mi lugar, eran las doce de la mañana todos los alumnos estaban ya en sus asientos, me presente.
- Me llamo Juan y durante este curso voy a ser vuestro profesor de Física.
Después de presentar el programa y las presentaciones de los alumnos, sonó la sirena de de final de clase, mientras recogía todos mis documentos y los introducía en mi cartera, todos los alumnos salían de la clase, habían acabado las clases por hoy, de repente sentí como cerraban la puerta ahogándose el ruido exterior, ví que quedaban dos alumnas al final del aula, ambas llevaban dos falditas muy cortas, un polo blanco muy ceñido y escotado, unos calcetines finos y blancos hasta casi la rodilla, las dos con unos cabellos dorados que caían sobre sus hombros, me invitaron a acercarme.
- Hola profesor, o mejor Juan, le podemos llamar así ¿verdad?, me llamo Sonia y esta es mi amiga Julia- Se presentaron mientras Julia abría sus bronceadas piernas, mostrándome sus braguitas y acariciándose con sus dedos su delicado monte.
- Mira chicas no creo que esto sea buena idea, sois muy jóvenes, yo soy vuestro profesor y puede venir cualquiera y descubrirnos, buscándonos la ruina los tres- dije no muy convencido y deseando seguir adelante.
- No se preocupe, ya hemos cerrado la puerta y no es probable que venga nadie al aula hasta dentro de unas horas- dijo Julia, mientras Sonia me acariciaba la nuca con sus dedos y dándome un beso en la boca mientras con su otra mano me dirigía la mía a su formidable culo, por debajo de su falda.
Yo no podía resistirme, mi miembro empezó a estar inquieto, notaba como iba creciendo y no era el único, Julia ya se había quitado su polo dejando unos pechos suaves, bronceados y no demasiado grandes, me los acercó a la boca, los succioné con irrefrenable pasión , le quité sus minúsculas braguitas y acaricié su pubis, mi excitación iba en aumento. Sonia solo llevaba sus calcetines y zapatos se apoyo en una mesa y empezó a masturbarse, Julia empezó a desnudarme, me quito los pantalones y los calzoncillos cogiendo mi miembro se lo introdujo en la boca, calida y húmeda, el hogar perfecto para mi pene, Sonia se acerco y empezó a besarme , le acaricié los pechos y su rajita, estaba muy caliente, mis dedos se impregnaron de sus deliciosos jugos, según comprobé cuando le besaba se rajita y lamía su clítoris, sacando pequeños gritos de placer y fuertes contorsiones. Sonia colocándose sobre una mesa me ofreció su coñito, Julia sacó un preservativo y me lo puso cuidadosamente, dirigiendo mi miembro con su mano hacia el coñito de su amiga, ayudándome a introducirlo suavemente en Julia mientras besaba sus labios y sus pechos, al principio lo noté muy estrecho, pero poco a poco fue cediendo, hasta que se lo introduje hasta dentro, Sonia se retorcía de placer y Julia nos iba proporcionando a ambos besos y caricias por todo el cuerpo.
- Sigue, no pares, más fuerte por favor.
- No te preocupes, no pararía en la vida, sois unas viciosillas y me estáis convirtiendo en un pervertido.
- Deja algo para mí, no se lo des todo a esta zorra, yo también quiero mi parte- dijo Julia, caliente como estaba.
- Ponte sobre Sonia, así podré teneros a mi disposición a la vez, y penetraros a ambas.
Así lo hizo, mientras embestía a Sonia introduje mis dedos en el coñito de Julia y besaba su culito, Sonia se retorcía de placer alcanzando un gran orgasmo, Julia ya estaba preparada para recibirme, así que introduje mi miembro en ella, dio un grito y empezó a retorcerse de placer Sonia la besaba y acariciaba mientras bailaba con mi pene la danza del amor, no podíamos aguantar más, la abracé por detrás y aumentando la fuerza de mis embestidas alcanzamos el climax, me corrí como hacía tiempo. De repente oí una voz.
-Señor, ¿se encuentra usted bien?-Me dijo la azafata de mi vuelo.
Descubrí que había sido un sueño, fantástico, pero solo un sueño, iba en un vuelo nocturno hacia Madrid y me había quedado dormido.
- Si, si- balbucee, observando que tenía la entrepierna húmeda y que la azafata no me quitaba la vista de mis pantalones. Ruborizandome.
- Si quieres acompáñame y te ayudaré a limpiarte- me dijo, notando en ese momento al hablarme que algo se traía entre manos.
La acompañé por el pasillo hacia la cola del avión, los escasos pasajeros estaban dormidos, ella iba por delante de mí, contorneándose exageradamente y soltándose el pañuelo.
Cuando llegamos a la cola del avión, corrió una cortina, me desabrochó el pantalón, cogió unas toallitas húmedas lo limpió, me quito los calzoncillos, echándolos a un lado se arrodilló y se introdujo mi pene en su boca.
- Te lo voy a dejar bien limpio- Empezó a chupar con frenesí, desde la punta hasta los testículos, no dejando ni un centímetro sin lamer.
- No pares, sigue chupando así- Mi pene estaba preparado para un asalto de altura, deje que lamiera un poco mas- Levántate- Le desabroche la blusa y el sujetador, liberando sus grandes pechos, ella mientras soltaba su falda en el suelo.
Le ayude con sus braguitas y después de acariciarle su rajita y encontrarla muy caliente introduje mi pene, embistiéndola con fuerza mientras nos besábamos apasionadamente, noté que el calor me subía y alcanzamos el orgasmo, mientras la otra azafata indicaba que estábamos llegando al aeropuerto de Madrid-Barajas, que permaneciéramos en nuestros asientos y nos abrocháramos los cinturones, yo los dos, nos vestimos a toda prisa y con otro beso nos despedimos.
Cuando llegué a recoger el equipaje, esperaba encontrarla allí, pero no la volví a ver, todavía voy alguna vez al aeropuerto para ver si la encuentro, pero hasta ahora no ha habido suerte, no se como se llama y ha sido el polvo de mas altura que he tenido, nunca lo olvidaré. Por cierto en mi primer día de instituto lamentablemente no ocurrió lo del sueño, pero no pierdo la esperanza.
hehe. malo..malo el profesor, pero me gustan las historias de aula, las busco como loca, son mis favoritas. Ojala fueras mi profesor....(sueno)