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La siguiente es una de las muchas historias que han rondado mi cabeza y han marcado mi vida sexual de una u otra forma, se llevara a cabo por tomos espero les guste.
Día de mi cumpleaños
Era una 1 de noviembre día en el que nos pudimos ver porque ella trabajaba y yo estuve ocupado el 30 y 31 de octubre, no nos veíamos hace una semana y las ganas de verla eran incontrolables, solíamos tener sexo cada vez que nos veíamos, pero ese será tema de otro escrito, el hecho es que moría de ganas por verla.
Ella muy temprano me llamo, y expreso lo mucho que había esperado este día solo para poderme ver, mis padres la invitaron a casa para salir a almorzar en honor a mis cumpleaños, siempre estuvo disponible. Era medio día y me pregunto cómo me gustaría que llegara vestida, mi respuesta fue la misma que muchas veces que quería devorarla,
- tráete el vestido blanco que me encanta como se te ven las piernas.
-- bueno amor (respondió ella como siempre)
Al llegar a mi casa tenia las piernas hermosamente depiladas, brillaban al sol, estaba estrenando unos tenis que resaltaban un estilo que yo le había aconsejado, ella siempre fue una buena deportista, (pensé yo mientras miraba sus piernas gruesas y definidas, la mire a los ojos expresándole todo mi deseo de desnudar todo lo que ella arreglo para mí. Pero aún no se podía.
Mis padres presentes la saludaron y como de costumbre la hicieron sentir como en su casa, al fin salimos a almorzar y ella sabía cuánto queríamos tener sexo, en cualquier descuido de mis padres le agarraba ese trasero que se marcaba en un vestido que no era para nada apretado... (Podrán imaginar la dimensión de esas hermosas nalgas...) Lo agarraba por encima de esa tela ligeramente delgada, ella no decía nada solo me miraba con esa mirada de sexo... Yo con solo sentir esas nalgas en mis manos empezaba a sentir una erección creciente.
En el restaurante nos sentamos juntos dándole la cara a mis padres y mi hermano, pedimos y en pleno almuerzo agarra mi mano y la mete entre sus piernas femeninamente cruzadas, solo por hacerme sufrir de deseo, sabia cuanto me gustaba su piel, el grosor de sus piernas ejercitadas, no me dejo tocar su vagina por que supongo yo, sabia como era y la iba a masturbar sin importar nada. Fue así como termino el almuerzo y volvimos a casa. Siempre inventábamos excusas para subir a la terraza y tener sexo descontrolado en las escaleras que desembocaba a el ultimo nivel de la casa, no recuerdo bien que inventamos estaba segado por esa cintura apretada en el que podía juntar los dedos de mis dos manos al agarrar cada lado, sus ojos siempre brillantes mirándome e indicándome que subiéramos, sus labios húmedos y sus dientes perfectos asomándose por encima de sus labios, todo en ella era tan sexy, la tome de la mano y la saque empujándola hacia arriba, subí detrás de ella tratando de mirar que bragas se había puesto, solo se asomaba esa línea marcada que separa las nalgas e las piernas… Creo que tenía el pene a estallar en ese momento, apenas llegamos al último escalón no deje que se volteara, la pegue a la puerta por fin pude detallar al tacto la perfecta redondez de sus nalgas, le volteé solo la cara y la bese con amor lujuria y pasión, no podía negar que la amaba muchísimo. Tome su mano izquierda y entrelazamos nuestros dedos en un movimiento romántico empezamos a entender nuestros ritmos, queríamos lo mismo eso era claro, con mi mano derecha acaricie su vagina por encima de su tanga de encajes que se perdía en la parte de su cola...
Recuerdo como la masturbaba sentía toda su vulva en mi mano, me parecía tan delicada tan excitante,
Procedí a bajarle las tangas delicadamente, mientras mordía levemente sus piernas las lamia, las consentía estaba como en un éxtasis, ni siquiera quise pararme del suelo me quede allí mirando como lo delgado de sus piernas se volvía ancho y llegaba a su vagina notablemente húmeda si más ni más pegue mis labios a su vagina, me separe de ella nuevamente y saque mi lengua, la roce por cada lado de su vagina y termine en su clítoris y ejercí presión, la suficiente para escuchar un gemido tierno al elevar mi mirada veo sus ojos cerrados y sus dientes presionados, seguí haciéndolo hasta que su musculo pélvico empezó a contraerse y a temblar, me fascinaba cuando el placer hacia que pusiera sus manos en mi cabeza y la presionara contra su vagina hasta de una manera brusca que me ponía bien cachondo. Después de tener esa sensación de tembladera supe que era el momento de subir, con mi mentón mojado, la bese... La bese con tanta pasión que ni me di cuenta en que momento me quito la camisa y saco mi pene por el pantalón a medio desapuntar... Con su tanga en mi mano aun hice que subiera la pierna en unos de los barandales de la escalera y la penetre con el mayor placer del mundo, su vagina estaba enjuagada prácticamente, mi pene estaba perfectamente erecto todo jugaba perfecto.
El ritmo era algo que no puedo o no creo poder describir con palabras, un ritmo único que te hace perder gemidos dentro de besos, que te hace poder respirar agitado frente con frete, que hace que su pelo se bata, pero sin pasar a ser sádico como en ocasiones nos gustaba, pero hoy no, hoy sería una celebración y así me lo hizo sentir, su vagina tan estrecha, tan a la medida para hacerme gemir también, quite su brasier sin bajar la blusa del vestido, lo tire al piso y perdí unas de mis manos en sus senos, la otra ano sostenía lo templado de sus nalgas para poder sentir como entraba mi pene en su humanidad, recuerdo que mis dedos alcanzaban a sentir sus labios vaginales húmedos.
Mis besos se concentraron en sus hombres descubierto, mis manos en su espalda tan femenina y delicada, sus nalgas se batía al ritmo que yo la penetraba y con mis brazos la jalaba hacia mí, queriendo tenerla cerca que me gimiera al oída que me besara el cuello. Estaba en un estado que podría ser parecido al de un drogadicto, solo abra los ojos para mirarla de frente sus ojos pidiendo que no parara, y bajar mi mirada y ver sus voluptuosas piernas y nalgas rebotando con mi abdomen, era sentir humedad en una parte que no vez y así de la nada sentir placer.
Luego la volteé para ver como podía subir la tela que me perturbo todo el día y por fin ver ese enorme y perfecto culo descubierto e indefenso frente a mí, ella sabía cuánto le gustaba así que tomo la posición correcta para que su vagina se descubriera entre sus musculosas piernas sin pensarlo dos veces metí mi cara entre ese paraíso abrazando esas caderas y entre lazando mis dedos al encontrase mis manos, no la deje separase ni un segundo de todo el tiempo que estuve allí, pase mi lengua de arriba a abajo. Frotaba su ano con mi lengua y mis dedos húmedos de sus propios jugos, todo era tan fluido, tan húmedo, después de haberme comido literalmente esa vagina que me traía loco, me puse de pie e introduje todo mi pene en su vagina, y no sé cómo se puede describir la penetrada más deliciosa que haya tenido, pero me refería a ella como un calor delicioso que se apodero de mi pene, creo que en ese momento acelere mi ritmo solo y únicamente para oírla gemir al ritmo que yo quisiera, ella misma se cogía las nalgas para templarlas y que la vagina tuviera más estimulo, lo que no sabía era que eso me volvía loco y mejoraba mi ritmo cada vez más, el choque de esa piel ya descrita anteriormente su cara ligeramente volteada mirándome con esos ojos a medio cerrar y esa boca abierta queriendo gritar de placer pero sin poderlo hacer porque estábamos a escondidas me volvían loco, su cabello en mi mano derecha enredado como soga que no debo soltar nunca, mi mano izquierda alcanzaba a tocar su seno izquierdo batiéndose al ritmo de mis empujones, éramos dos confidentes que sabía que quería uno del otro. Lo teníamos todo con cada uno.
Si les gusto este fragmento quizá les siga contando de esta historia y otras de muchas que tengo...
Un abrazo espero lo disfruten tanto como yo disfrute escribirlo.
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