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Categoría: Infidelidad

Sexo con mi cuñado

Tengo una hermana de 40 años, cinco mas que yo, casada desde hace 12, con un chico de 42, guapo, alto, simpático.  Viven en una Ciudad de provincias  y tienen cuatro hijos.   Con mi hermana siempre he tenido confianza para contarnos cosas íntimas, así que sabemos todo de nuestros respectivos maridos.  Al parecer mi cuñado  es muy activo sexualmente y mi hermana tuvo que hacerse una  ligadura de trompas  para no tener más hijos, ante la exigencia de sexo constante  a que la somete mi cuñado.  Mi hermana ya no debe seguirle el ritmo y el chico debe  andar  buscándose la vida  fuera de casa, jejejeje....  así son los tíos. Según mi hermana tiene un instrumento fantástico, mas de 18 cm., con un gran capullo circuncidado y siempre dispuesto  a utilizar.

Mi cuñado trabaja  en una empresa con sede en Madrid y una o dos veces al mes  viene a despachar asuntos a la sede Central. La semana pasada  llamó mi hermana  para decirme que Fernando vendría a pasar dos días y se hospedaría en casa. Siempre me llevé bien con él, no así mi marido que al no le cae nada bien.  Conmigo es cariñoso, gastamos bromas, me suele abrazar  como si fuera su hermana pequeña y  le gusta al pasar a su lado darme una  palmadita en el culo añadiendo algún comentario jocoso. Por ejemplo: " Que desperdicio de culo para el gilipollas de tu marido", y cosas así.

El martes  llamó  Fernando, así se llama, que estaba en el aeropuerto y llegaría a comer y tendría que irse rápido  pues tenía una reunión a primera hora de la tarde.  Vino como a las 13.3h. Me dio dos besos, palmadita en el culo, y  como siempre  que estaba  cada día más buena. Tenía la mesa puesta  y nos dispusimos a comer enseguida por sus prisas. Pasamos la comida entre bromas,  me explicó que mi hermana estaba perdiendo apetito sexual, y no me quito ojo de mis pechos y los pezones duros  bien marcados  en la camiseta ceñida que llevaba. Debajo llevaba unos pantis de licra  ajustados  a mis piernas torneadas, dejando intuir mi apretando y redondo culo y por delante la rajita apretada por el tejido.  Note su mirada cada vez que me levantaba  repasándome el cuerpo.

Terminada la comida  retiré le mesa mientras él tomaba un chupito.  Estaba  colocando cosas en la encimera cuando llegó con los últimos platos, los dejó y se colocó detrás de mí cogiéndome las manos y poniéndome su polla ya en erección en mi culo.  ¡Qué haces! le dije asustada. "Nada que no tuviera que haber hecho hace tiempo", contestó. Me empezó a  besar el cuello, la oreja, me hacía sentir aquel bulto  enorme frotando  mis nalgas. Forcejeamos un buen rato pero  no me soltaba   y  aun se ponía mas excitado.   Me dio la  vuelta sin soltarme  para besarme en la boca.  Ladeé mi cara para impedirlo pero él insistía, siguió comiéndome el cuello, metió su pierna entre las mías para separarlas y colocar su paquete  en mi sexo, notaba  su contacto y empecé a mojar.  Ya me había subido la camiseta y sacado mis tetas lamiendo mis pezones duros.  Eso me mata, es un punto sensible que cuando me llegan ahí estoy muerta. Las tetas es lo que mas a mano tienen los tíos y en mi caso me dejan a su merced. Me ha pasado con muchos chicos que apenas me gustaban. Con Fernando no iba a ser menos y además este si que me gustaba.

Me rendí y  abandoné a sus caricias. Me besó con lengua, y  mmmmmm ........ cómo besaba el condenado. Con las tetas fuera quedaba bajarme los pantis  que en un segundo estaban en el suelo. Me levantó en el aire para sentarme en la mesa y sacándome los pantis de los pies, me quitó las bragas y empezó a comerme el coño de forma deliciosa. Pronto tenía toda la cara empapada de mis flujos y me  daba un orgasmo que me hizo estremecer y gritar de placer.  Se levantó para besarme y noté el sabor de mis flujos, le lamí la cara saboreándolos. Me puso en cuatro con las tetas sobre la mesa y apuntando su miembro me colocó su capullo entre los labios de la vagina y de una embestida me penetró.  UFFFf ..........  cómo se sentía aquella verga en mi interior, sus sacudidas me producían  gemidos que a él le excitaban  y notaba su dureza  ajustada a las paredes vaginales dándome un gusto extremo. Pronto noté su descarga inundando mi tesoro y me vine a la vez  con una corrida que me hizo temblar. 

"Mereció la pena, ¿verdad cuñadita."?  No dije nada porque no me salían las palabras  de como me dejó.  Andaba con prisa y se despidió. “Vuelvo a la noche y terminamos lo que hemos empezado". Sabía que mi marido estaba  de viaje por negocios y esa noche dormía sola.

Por la tarde  vino a visitarme una amiga y quiso bajar a tomar un café.  Entramos en una cafetería cercana, no me había dejado cambiar. "es un momento  y está ahí al lado", dijo, así que iba con lo puesto,  llamando la atención con mis pezones bien marcados y mi vulva apretada por la licra marcando rajita. "¡Hala que bien! Así que,  entre lo cachonda que aún andaba y cómo me miraban los tíos me sentía algo fulana,  aunque a mi amiga le encantaba mi look.

Fernando llamó que no venía a cenar que tenía un compromiso. A todo esto mi hermana ya había llamado y le dije que había estado comiendo y se había ido con prisa, que me había dicho  vendría tarde, así que yo ya estaré durmiendo cuando llegue, le dije.

Me metí en la cama  viendo que no llegaba pero no podía dormir, estaba excitadísima y pensando en la verga exquisita de Fernando mi mano acariciaba  mis tetas y sexo. Estaba a mil. Pasadas más de las 24 h.  Sonó el timbre. Me había acostado desnuda y me puse la bata para abrir la puerta. Nada mas entrar empezó a besarme y magrearme, venía contento con alguna copita. Fuimos a la cama y me llenó de besos, lamió  cada centímetro de mi cuerpo y me colocó encima en posición de 69.  Nos comíamos apresurados como si nos fuera a faltar tiempo.  Su verga era magnífica, con su gran tronco y unos huevos más bien pequeños apretados junto a su culo.  Los comí y fui subiendo hasta el glande que  ya goteaba. Lo lamí con esmero y empecé e meterla y sacarla de mi boca ensalivándola a conciencia. Su comida de coño no desmerecía  y estaba a punto de correrme como así hice en segundos. Me colocó debajo y después de jugar con su pollón haciéndomelo desear, me  la metió sin compasión y con mis piernas en sus hombros me hizo venirme  seguido varias veces, cuando  se corrió  casi me desmayo sintiendo  su chorro inundar mi coño y sus espasmos haciéndome temblar,  produciéndome contracciones incontroladas. Caímos rendidos en pocos minutos.

A media noche  desperté con él encima  cogiéndome de nuevo. Despertamos sobre las 8 de la mañana, él empalmado de nuevo me volvió a follar pero solo me abrí de piernas para que pudiera satisfacerse.  Recién despierta y sin ningún preámbulo no andaba con deseo, así que aunque fingí un orgasmo no me corrí.

Sigue viniendo por Madrid una o dos veces al mes como de costumbre, pero  le explicó a mi hermana que prefería  hospedarse en un hotel porque  no simpatizaba con mi marido y no quería molestar. Por supuesto en cada viaje reserva una tarde para mí y disfrutamos cada día mas, inventando variantes y juegos que nos llevan al límite.

Datos del Relato
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