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Categoría: Incestos

Más allá de una fantasía con mi madre (Cap. 7)

CAPITULO 7

LA BODA DE MIS PRIMOS

Mi primo se casaba, él era más joven que yo, nos llevabamos bien. Me sorprendió el paso que estaba dispuesto a dar, pero de cierta manera podía entenderlo, desde el punto de vista de compartir todo el tiempo y para el resto de su vida con la mujer que amaba, ya que yo ultimamente empezaba a sentir lo mismo por Sofía.

La invitación era para dentro de 1 mes, así que teníamos el tiempo justo para prepararnos para el evento, bueno, por mi parte me pondría uno de los ternos que tengo por ahí y uso solo en ocasiones especiales, total a los hombres nos da igual con la ropa que vayamos, así que por mi parte y  en un momento ya todo estaba listo.

El problema era Sofía, como toda mujer, empezó a volar sus pensamientos de como ir al evento, empezó a decir que esto es un problema, que como iría vestida, que si el vestido ya se lo vieron en otra ocasión, que donde conseguirá uno bonito, y el millón de cosas que dicen las mujeres en momentos como este. Hablaba como un lorito dado cuerda, y yo solo la observaba mientras en mi pensamiento casi sin escuchar lo que decía, veía como movía sus labios y me quedaba hipnotizado por sus movimientos…. me imagina besarlos…. morderlos… Hasta que reaccioné cuando me dijo:

—¿Entonces que?, ¿me vas a compañar o no a buscar un vestido para la fiesta?

En ese instante reaccioné e intuitivamente le contesté que por supuesto, que me dijera cuando para coordinar mis cosas y listo. Quedamos para ir al día siguiente al salir de su trabajo, la pasaría viendo como otras tantas veces. El resto del día pasó sin mayores novedades.

Al otro día, mientras llegaba la hora de salida de su oficina, yo la esperaba fuera del trabajo, con unas ansias locas de verla, tal y como un adolescente lo hace a la salida del colegio en espera de su novia.

Por mi mente solo repasaba la figura de Sofía y esperaba poder distinguirla a la salida del edificio donde ella laboraba, identificándola por su caminar que ya conocía muy bien. A la vez pensaba verla probándose vestidos y pidiéndome mi opinión, y hasta deseaba verla cambiarse frente a mí, pero….  espera un momento, me dije…

Cuidado en caer en lo que trataba de evitar, el hacerla sentir como un objeto sexual otra vez. Así que mejor me puse a pensar en la forma de poder guiarla en escoger un vestido que le sentara bien y resaltara sus atributos.

Por fin pude verla salir, con paso apurado y sensual, por la celeridad con la venía, su falda empezaba a subírsele un poco más de lo normal, su modelo de por sí, es un poco mas alto de la rodilla, pero ahora podía verle un poco más de sus muslos. El bamboleo de sus senos por su paso apurado, mientras llevaba su carte en su hombro y la sujetaba con su mano, en la otra llevaba su chaqueta, se notaba venía agitada. Daba unos pasos un poco mas largos de lo  normal, hasta donde lo estrecha de su falda se lo permitía, lo que al ver sus contoneantes caderas acercarse a mi, empezar a dar rienda suelta a mi imaginación.

El sonido de sus tacones al chocar contra el suelo se confundían con los latidos de mi corazón que subían en aumento descontrolado. Yo trataba de disimular el verla y desnudarla con la mirada, me hacía el desentendido  y hasta me hice el sorprendido, como que no la había visto acercarse.

—Hola, me dijo, mientras me daba un beso en la mejilla y y me regalaba una sonrisa, de esas que te derriten las piernas

Yo podía sentir su pulso acelerado por lo apurada que venía, su respirar agitado que solo lograba exitarme más de lo que ya estaba, ese pecho que subía y bajaba mientras trataba de recuperar el aliento, esa blusa que por casualidad se había desabotonado un poco y me permitía ver el filo de encaje del sujetador blanco que llevaba puesta, pude ver una pequeña gota de sudor resbalar de su frente por un costado de su cara…. Despierta!!! Me dije…..

—Hola, le contesté procurando regalarle la mejor de mis sonrisas, mientras secaba esa gota de sudor haciendo una mueca de asco, para disimular la excitación que me producía tocarla y sentir su piel con mis dedos….

—Disculpa el retraso, me dijo mientras se arreglaba un poco la falda, se dio cuenta que se le había subido un poco mas de lo normal, lo hacía con un movimiento sensual de cadera… Pero ya sabes que en la oficina todo quieren para última hora, … y empezó a darme una serie de explicaciones… vamos como si yo las necesitara… la espera valía lo que estaba disfrutando

—Tranquila, es temprano todavía, vamos a ver tu vestido le dije, mientras le tomaba del brazo como antes y volvía a sentir sus pechos rozar mi brazo, y tomaba su chaqueta para dársela llevando, a la vez que notaba que su respiración se iba controlando.

Mientras caminabamos por la calle cogidos del brazo, y ella alegremente me contaba como debería ser el vestido que quería comprar, sentía que eramos como dos adolescentes que van por la calle disfrutando de su conversa y no les importa nada de lo que pase alrededor suyo. Yo me sentía en el cielo al cmainar con ella de esa manera, y sobretodo al compartir unmomento tan especial como este.

Por fin entramos en un local de ropa de mujer, donde ni bien entrar podía apreciar que existía muchos vestidos de todos los tipos, colores, calidades y precios.

—Bueno, no te me aburras mientras busco algo que me guste, debes saber que soy muy indecisa y puedo demorarme una eternidad, me dijo.

—Ok, le dije, mientras hacía una cara de “que más me toca”, aunque por dentro moría de ansias de verla desfilar frente a mis ojos con cada vestido que se probara.

Y fueron varios vestidos los que se fue probando uno a uno, y ninguno me parecía el correcto para ella. Todos tenían en común que eran muy largos o que eran demasiado olgados y no se podía apreciar su figura. También me dí cuenta que todos tenían un aire como de señora mayor, lo cual para nada me gustaba, practicamente era como si quisiera ocultar lo que tenía y dárselas de mujer adulta recatada.

—Y no tiene vestidos más alegres y juveniles, le sugerí a la dependienta de la tienda, mientras Sofía estaba en el vestidor.

—Ya se lo busco, me dijo la dependienta.

Le sugerí uno de los modelos que había visto puesto a un maniqui en la ventana. Mientas veo salir a Sofía, quien por último se había probado un traje formal, de pantalón que aunque elegante, no despertaba lo más mínimo de aprobación de mi parte.

—Creo que ninguno me queda, dijo Sofía torciendo su boca como esas niñas chicquitas que no consiguen lo que desean. Me tocará ver alguno de los que tengo en casa, sugirió a regañadientes.

—Pruébese ese último por favor, le dijo la dependienta, quien había hecho caso a mi sugerencia.

Sofía miró el vestido y con una cara como de asombro, luego se quedó mirando a la dependienta como preguntándole la razón de eso, quien le dijo:

—Su novio sugiere que usted se pruebe uno de estos, mientras me señalaba.

Yo me sonrojé como jamás lo había hecho en mi vida, no porque me dijera que yo se lo había sugerido, puesto que para eso me llevó con ella, fue por lo que dijo la dependienta, “su novio” … palabras que se quedaron retumbando en mi cabeza…

Sofía hizo un ademán, como de sorpresa y aprobación, mientras se dirigía al vestidor. La espera fue mas larga que las veces anteriores, no salía… hasta que se abrió la puerta del vestidor…

Como describir la visión que tenía frente a mis ojos, juro que en ese momento no existía nadie más en el mundo, solo Sofía y yo, la veía acercarse caminando, mientras yo no podía disimular el estar con la boca abierta y atónito por lo que veía. Ella de una manera cómplice dio una vuelta sobre si misma, de una manera tan lenta que me daba tiempo a contemplarla toda.

Mi mirada recorría cada parte de su cuerpo y era perfecta, desde sus pies subía mi mirada como acariciando su figura quedándome por un momento en sus caderas y su cintura, subir por su vientre y pasar por sus senos, detenerme nuevamente en su cuello, hasta llegar a ver su rostro que ahora presentaba un poco de rubor por la situación.

El vestido que tenía puesta era de un color rosa en dos tonos, la falda un poco mas clara que la parte superior. Todo el conjunto era una sola pieza, su falda de una seda que solo al verla se notaba lo delicada que era, se acomodaba a su cintura y formaba sus caderas y muslos a la perfección, mientras caía por un poco más debajo de la rodilla, donde sutilmente se abría en una especie de vuelos que le daban un toque delicioso al caminar. La parte superior estaba compuesta de una especie de tul con tiras un tanto anchas sobre sus hombros y en forma circular sobre sus pechos, ocultándolos y dejando ver una pequeña línea de la unión de los mismos, el corte del mismo era como hecho a la medida de Sofía, sus senos entraban a la perfección sin verlos apretados ni tampoco sueltos, parecería que le tomaron las medidas para fabricarlo, con un tono rosa un poco más oscuro que el de la falda, se entallaba en su cintura y caía sobre la falda con un borde sutilmente irregular de acuerdo a las formas del tul.

Sofía estaba de pie frente a mí, con sus piernas casi entre cruzadas, sumano iaquierda en su cintura, y la derecha suelta a su costado, tenía el cabello recogido, y yo jamás la había visto así, tan hermosa.

—Es perfecto, logré soltar con mucho esfuerzo

—¿Te parece? No es muyyy, no sé como decirlo, ¿tal vez juvenil para mí?

—Para nada!!, repliqué, te queda perfecto, si es como si te lo hubieran hecho a medida!!

La dependienta que de pronto reapareció junto a nosotros, pues en los últimos momentos practicamente había desaparecido de mi vista, dijo:

—Le queda precioso!!, si yo tuviera su figura no dudaría en usarlo. Felicite el gusto de su novio, el vestido que él sugirió resalta sus atributos y de seguro quiere lucirla así y ser la envidia de todos.

Sofía sonrió se ruborizó más, bajó su cabeza solo un poco, de una forma pícara me lanzó una mirada como de aprobación y dijo:

—Ok, me lo llevo

Yo no supe decir absolutamente nada más… todavía no podía bajar de la nube en la que me había subido contemplarla así.

Pero, ¿que pensaba Sofía del comentario de que eramos “novios”?, y de que yo quería lucirla y ser la envidia de todos.

Algo me decía que a ella esto no le molestaba, sino por el contario empezaba a tomar en cuenta la posibilidad de que entre nosotros existiera algo más.

Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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