LIGUE EN EL GIMNASIO
Hola de nuevo, este es mi segundo relato, para los que no me conozcan, mi nombre es Sara, tengo 34 años, mido 1,65 cm peso 52 kilos, llevo el cabello tintado de pelirroja, y utilizo la talla 95 de sujetador.
En mi anterior relato “Mi primera infidelidad”, relataba como gracias a mi marido, empecé a despertar toda mi sexualidad, ya que él me indujo a cometer una infidelidad consentida.
De eso hace mas de un mes, y todavía hay noches que me despierto húmeda recordando todo lo que paso. Pero este es otro relato.
El pasado domingo, tuvimos un largo día de playa, tomando el sol, nadando, y paseando.
Después de cenar nos acostamos, y pese a estar un poco cansada, la verdad es que me encontraba algo excitada. Me acerque un poco a Javier (mi marido) y comencé a acariciarle la espalda. Pero pronto me di cuenta, que esa noche no conseguiría nada, por lo visto él estaba francamente cansado. Así que me di la vuelta, y decidí dormirme.
Tuve una serie de sueños eróticos, que me hicieron despertar por la mañana con muchas ganas de hacer el amor. Solo había un problema, Javier ya se había marchado al trabajo.
Por un momento, pensé en masturbarme, pero decidí levantarme, desayunar y marcharme al gimnasio.
Una vez en el, ya cambiada, me senté en la bicicleta estática, y comencé a pedalear. De pronto hizo lo mismo Pablo en la bicicleta de al lado.
-“Hola Sara, tan guapa como siempre” dijo él.
-“Gracias, sobre todo con esta cara de lunes por la mañana”
Estuvimos un rato charlando sobre temas banales, cuando de repente me di cuenta que lo empezaba a mirar de una manera especial, me estaba imaginándome con él, y eso me estaba excitando.
Pablo, era todo lo contrario a un guaperas, tenia 45 años aproximadamente, mediría 1,70 cm y pesaría unos 80 kilos. Pero a las mujeres, no solo nos atrae un cuerpo perfecto, a veces no sabes por que motivo, te encuentras fantaseando con un hombre que no te mirarías por la calle.
Yo sabia que le gustaba, siempre que podía, hacia ejercicios cerca de mí, entablaba conversación, y cuando creía que no me veía me repasaba con la vista de arriba abajo.
Ese día estaba francamente eléctrica, así que le dije:
-“Pablo ¿Te apetece tomar un café?”
-“ Claro, eso esta echo” dijo él
Me duche me puse mi vestido y salí al vestíbulo del gimnasio. Pablo ya estaba allí.
Nos dirigimos al bar de la esquina, y mientras estábamos bebiendo, pude observar como me miraba las piernas.
-“Tengo que comprar crema Hidratante, por que las tengo un poco resecas del sol y el agua del mar” le dije.
-“Unas piernas así de bonitas hay que cuidarlas” dijo
-“Gracias, que tonto eres” y me reí
Pero ese piropo me había gustado.
El comercio junto al bar, era un supermercado, y le pregunte a Pablo, si no le importaba acompañarme a comprar unas cosas que necesitaba, y ayudarme con las bolsas.
Él accedió encantado. Al llegar a mi casa, le envite a pasar.
-“¿Te apetece tomar algo? Dije
En ese instante, me acerque muy lentamente a su oído, y en voz baja le dije
-¿Quieres tomarme a mí?
Se quedo petrificado, supongo que nunca una mujer como yo, le había propuesto algo así, de repente.
Entramos al salón, y nos besamos, su aliento olía a tabaco, pero eso no me molesto, al contrario, ese hombre sabia besar. Un beso largo, húmedo y pasional.
En ese momento note sus manos en mi trasero, acariciándolo suavemente, eran grandes y fuertes.
Yo me quite el vestido, y me quede con el tanga, y el sujetador. Me estaba mirando con una expresión entre deseo e incredulidad. Podría tenerme, él lo deseaba, y yo también.
-“Te confieso, que me he masturbado alguna vez, pensando en ti, y en un momento como este” exclamo Pablo.
-“Hoy no será necesario” le dije.
Entonces empecé a pensar en una sorpresa para Javier mi marido, y le pedí a Pablo que esperase un segundo.
Me dirigí al dormitorio, cogí la cámara de video, y la puse en un lugar estratégico.
Había decidido grabar la sesión con mi amigo, para que más tarde Javier pudiera comprobar que no era necesario que él me buscase los amantes ( Como conté en mi anterior relato) .
Llame a Pablo, y él entro en el dormitorio. Nos volvimos a besar.
Se le notaban las ganas, Era separado, y posiblemente llevara un largo tiempo sin acostarse con una mujer.
Le quite la camiseta, los zapatos, y los pantalones. Se quedo con un Calzoncillo tipo bañador. Al sentarme en la cama, le mire, y al verle esa barriguita, que en otras ocasiones me hubiese parecido ridícula, me humedecí.
Se sentó a mi lado, y me quito el sujetador, sus manos empezaron a recorrer mis senos, y los empezó a apretar, con deseo y rabia contenida.
Me pellizco los pezones, que ya empezaban a estar muy duros. Me paso la lengua por encima, haciendo círculos, mordisqueándolos suavemente.
Entonces me empujo suavemente para que me acostara, y me quito el tanga.
Me separo un poco las piernas, y empezó a besarme en mi sexo. Se debió dar cuenta de lo húmeda que estaba, por que paro y me dijo.
-¿Tu marido no te folla bien, Sara?
Quería excitarle mas, mucho más de lo que él podría haber imaginado en sus fantasías conmigo.
-“La verdad es que el pobre no sabe dejarme satisfecha, necesito un hombre como tu ahora.” Le dije.
Le quite los calzoncillos, y pude observar su miembro, era bastante más pequeño que el de Javier, debería de medir unos 12 cm, pero lo tenia duro como una roca.
Lo empezó a acaricia con la mano, y me lo intruje en la boca para humedecerlo, cuando lo tuve bien lubricado, lo saque, y continué moviendo la mano mas deprisa.
-“¿Quieres correrte así?” Le pregunte.
-“ Si Sara, quiero correrme en tu boca” dijo Pablo.
Todos los hombres tienen esa fantasia, y yo estaba tan caliente que la haría realidad.
-“Que polla mas dura, no como la de mi marido”
Le estaba mintiendo, pero ver lo excitado que estaba con mis palabras, me encantaba.
Empecé a lamerle impregnando de mi saliva todo su aparato, cuando volví a masturbarlo con la mano, escuche ese sonido tan característico del roce de la mano con una polla húmeda.
-“Ummmm, sigue, sigue. Quiero correrme.” Dijo él.
Volví a introducírmela en la boca, y empecé a mover mi cabeza compulsivamente, cada vez mas deprisa. Podía oír sus gemidos, y su respiración, como una señal de que no tardaría mucho en correrse.
De pronto recordé que estaba filmando en video todo, y me di cuenta de que no seria demasiado espectacular que se corriera dentro de mi boca sin mas, así que la saque, y la agarre por el tronco, moviéndola muy deprisa mientras con la boca abierta y la lengua fuera lamía la punta de su capullo.
En ese momento, note que se tensaban sus pelotas, y que empezaba a temblar.
La aparte un poco, y empezó a escupir semen. Fue directo a mi nariz a mi pelo, y parte había caído en mi boca abierta. La imagen que luego podría visionar Javier, era perfecta.
Pablo se recostó en la cama, y yo le limpie con mi boca bien su aparato.
-“Gracias Sara, ha sido brutal” dijo él.
-“Tenia muchas ganas de hacerlo, con mi marido no suelo hacer muy a menudo estas cosas”
Evidentemente era mentira, pero me encantaba que se sintiera especial.
Pablo se incorporo un poco, y me abrió las piernas, levantando un poco mi culo.
Y hundió sé cara en mi sexo, empezó a lamer separándome los labios, e introdujo la punta de su lengua dentro, me estaba follando con la lengua, y eso me encantaba.
Luego se centro en mi clítoris, y empezó a mordisquearlo suavemente, pasando su lengua a continuación, y lamiéndome todo el coño.
Empecé a notar que estaba a punto de correrme, le cogí la cabeza, y con mis manos la apreté contra mí.
-“No pares ahora, que te mato.” Le grite.
No tenia ninguna intención de parar, si una cosa sabia hacer Pablo era utilizar la lengua.
Me corrí inmediatamente, yo creo que mi grito le sobresalto un poco.
No suelo gritar, pero la situación me tenia muy excitada, y el hambre sexual que tenia últimamente se añadió a esta, así que no pude evitarlo.
Le pedí que me abrazara, se acostó a mi lado y me rodeo con sus brazos. Me encantaba estar así, y pude apreciar que a el también. La tenia dura otra vez.
Sin decir palabra, me di la vuelta, y me quede de lado mientras apretaba mi culo contra él.
Separe un poco las piernas, busque con la mano su aparato, y la puse en la entrada de mi coño.
-“Empuja Pablo” le susurre.
No hizo falta que le dijera nada más. Introdujo su polla dentro de mí, y empezó a moverse rítmicamente.
A mí esa posición me encanta, muchas mañanas la practicaba con Javier, pero ahora era otro el que estaba dentro de mí, y además lo estaba grabando en video.
Empecé a acariciarme el clítoris cada vez mas deprisa, siguiendo el ritmo de las envestidas de Pablo. Note que me venia otro orgasmo, y movía mi culo golpeándole el vientre a el.
En ese momento me corrí, y continué moviendome para Pablo.
No pudo resistirlo mucho mas, empezó a moverse espasmódicamente, y note que se estaba corriendo.
Nos quedamos un cuarto de hora aproximadamente así, y luego nos duchamos, nos vestimos, y salimos a tomar otro café.
Le explique que esto había sido muy bonito, pero que me sentía un poco culpable, y que no quería que volviese a ocurrir.
Lo que en verdad no le dije, es que yo no quería ninguna relación estable, y que además Javier era mil veces mejor en la cama. Pero no se trata de hacer daño a la gente.
Luego visione la cinta de video, y la verdad es que había quedado muy excitante, pese a tener solo un Angulo fijo. Escribí una nota para Javier contándole lo que había pasado, se la deje encima de la mesa del comedor, y me fui a dar una vuelta.
Calcule el tiempo en que él volvería del trabajo, y vería la cinta, y volví a casa.
Al llegar estaba viendo la cinta, y pude ver que estaba sumamente excitado.
-“Sara, Menuda puta que estas echa” me dijo él
Yo me acerque, le bese, y le dije
-“Hace unos días que no me haces caso, estaba necesitada”
Yo ya estaba Húmeda otra vez, la idea de que me viera en video, y se pusiese a tono viéndome con otro, había sido genial.
El se levanto, y se dirijo a mí sin decir palabra. Me recostó contra la mesa de manera, que yo no le veía, y dejando mi trasero en pompa, Separo mis piernas y subió la falda de mi vestido hasta mi espalda, me toco el coño, y comprobó que lo tenia mojado.
No se molesto, ni en quitarme el tanga, lo aparto a un lado, y me penetro salvajemente.
Creía morir, Ahora si que me notaba llena de el, me lo estaba haciendo sin decir palabra. Y sé que estaba mirando el video mientras lo hacia.
La situación nos excitaba a los dos sobremanera, así que no tarde en correrme.
Unos dias tanto, y otros tan poco. Pero que le vamos a Hacer.
Espero que os guste este relato. Y no os engañéis, quiero a Javier con locura, pero no pienso parar ahora de disfrutar de mi sexualidad.
Ya os contare nuevas experiencias.
Un Beso
Sara pi