De las citas concertadas sólo quedaba hacer el amor con valeria, pasaron cuatro meses y nos era imposible, vernos a solas, o eran los compromisos familiares, de la universidad o el novio que algo presentía, porque ya valeria no quería soltarle nada. De las tres el novio que tenía el pene mas chico era el de ella según sus estimaciones llegaría a los nueve cms. si no es
que un poquito menos y delgado.
Un día jueves me llamó, y me dijo que con su familia, estaban invitados a una boda en La Antigua Guatemala, casualmente a esa misma boda fuí invitado por el padre del novio. La boda se realizaría sábado al medio día en la catedral de esa bella ciudad colonial, y luego la recepción en el Hotel Antigua, para finalizar no más de las diez de la noche. Ella me hizo el comentario que se hospedarían en ese mismo hotel, pero que por razones de espacio y no habiendo más cupo ella se quedaría con sus padres en la misma habitación. Yo le comenté que estaba en la misma situación, y que había reservado en otro hotel, que casualmente queda casi a la vecindad de la casa de una su amiga y compañera de estudios. Cuyos padres no estarían el fin de semana, ella quedó de llamarme un ahora después. Como lo hizo no sé, el asunto es que los padres le dieron permiso para dormir en la casa de su amiga, quién le ayudó a facilitar nuestro encuentro, incluso que yo cancelara la reservación para dormir en su casa.
A la nueve y media de la noche se retiró la madre de Valeria a su habitación y acto seguido el padre fué a dejar a casa tanto a la amiga como a ella. Yo aún estaba en la recepción con el padre del novio, cuando el señor regresó, se fúa a dormir, en la fiesta ni nos saludamos, como unos perfectos desconocidos, teníamos que hacer las cosas muy bién. Llegué a la casa, y nos condujo la amiga a nuestra habitación, y nos dice los voy a dejar en esta, alejada de mí para que me dejen dormir. La verdad es que te la estás jugando valeria, pero vale la pena por un macho así, fué lo único que alcanzé a oír.
Después de una ligera ducha, nos empezamos a amar desenfrenadamente, su rostro hermoso, sus pechos medianos redondos y sus pezones hermosos rosados, que se erizaron al contacto de mis labios, sus curvas exquisitas, y su pronunciado culo, duro y paradito, su vagina depilada, de labios delgados y rojitos, y su clítoris, la otra vez no se lo había apreciado, era grande rojito,la ví salir de su capullo de piel, era asombroso, ver como lo tenía de paradito, se lo mamé mucho tiempo, en ese lapso tuvo dos orgasmos, me chupó con deleite la polla, la acoste boca arriba, llené de gel todo su hoyito, y yo embarré todo el pene, la vez anterior ella sentada sobre mi se había metido no mas de tres pulgadas, hoy era su quinta relación sexual y segunda conmigo. Estaba super excitada, le coloqué la punta de la verga en su entrada y por el gel resbaló la cabeza y unas dos pulgadas más, ella no se inquietó, al contrario cerró los ojos y en sus labios se dibujó una sonrisa de satisfacción, salí y volví a entrar, sentí lo apretado y caliente de su vagina, estaba ya a la mitad, sentía cada vez mas estrecho, pero no se quejaba, mi cabeza abría paso al tronco, que deslizaba suavemente, estaba al tope, su vagina perfectamente dilatada al grosor de mi verga, salía y entraba , ella seguía mi ritmo, era lento, me abrazaba y besaba, y me decía si no te deseara tanto, no habría hecho todo esto para ser tuya mi amor, cógeme rico, hazme felíz, méte todo tu verga en mi, háceme acabar, y apretaba su vagina, gimió y se vino, acto seguido me corrí en ella, y susurraba que rico siento tus chorros de leche caliente, lástima las circunstancias, sino que diera por que esa leche forme un nuevo ser en mí. cogimos dos veces más, al amanecer nos besamos efusivamente, y me dice estoy adolorida de las piernas y mi vagina arde, pero valió la pena. Fué cuando le dije, ahora te voy a penetrar por el ano, para que seas toda mía y por si no volvemos a vernos, abrió los ojos como platos, pero esa mujer se había jugado el todo por el todo para ser mía y complacerme, se colocó de perrito, dilaté su culito con mis dedos, y adentro la mitad de un sólo, solo gimió, mordió la almohada y al tope, no tenía mucho tiempo, luego irian por ella, acaricié su enorme clítoris que estaba ya fuera de su capullo, empezó a gozar y a moverse a mi ritmo, y sentí cuando terminó y yo nuevamente inundo sus entrañas, saqué mi pene manchadito de sangre. Terminando de ducharnos estábamos, cuando sonó la bocina de un auto afuera, salió disparada y luego me dice luego te llamo. Esa llamada nunca la recibí
A través de Cynthia supe, que de ese encuentro diez días después, se graduaron en la universidad, y su familia se fué a vivir fuera de Guatemala.
El día que fueron a traer a Valeria, me quedé a desayunar con María José, la amiga de ella, me comentó que oyó los gemidos, porque se acercó a oírnos, y que se habia puesto nerviosa, pero esa ya es otra historia.