Díganme. ¿Quién de ustedes no ha fantasedo alguna vez con una artista del cine o del mundo del espectáculo? Confiesen si no han sentido alguna vez deseos enormes y cachondos de ver completamente desnuda y caliente a la cantante, bailarina o actriz de su devoción. Estoy seguro que si ¿Verdad? Leyendas como Marilyn, Winona, Nicole, Kirsten, Shannon Elizabeth y otras grandes linduras del cine han sido sin duda alguna vez la razón de que miles. ¡Qué digo miles, millones de pingas se pongan erectas de sólo verlas aparecer en una película!
Yo obviamente no fui la excepción. También fui atrapado por la calentura de imaginarme cómo sería observar sin esas fastidiosas ropas a mi actriz favorita. No obstante, la primera vez que me ocurrió, debo confesarles a ustedes que sentí una tremenda vergüenza. Apenas tenía trece años de edad. faltaba poco para que cumpliera los catorce, es verdad, pero apenas era como se diría acá: un mocoso.
¡Nunca me había sucedido! Era para mi la primera vez que experimentaba una sensación distinta en mi cuerpo y también la primera vez en la que mi mente pensaba en otra cosa que no fueran los habituales estudios del colegio. Sentía por primera vez cosquilleos en mi panza, mi corazón me latían a un millon de revoluciones por minuto y me invadía un enorme deseo primero curioso y luego morboso de conocer qué y cómo eran esas películas a las que mis padres llamaban "cine o películas para adultos".
¿Qué era ser adulto? Probablemente mi mente traviesa de púber no sabía un rayo qué era ser adulto realmente, como lo soy ahora, pero en eso entonces todo eran impulsos y deseos de aprender, incluso en el sexo.
Estaba despertando a mi sexualidad y buscaba nuevas experiencias y debo decir que aunque mis padres me formaron estrictamente, jamás me limitaron en mi intimidad, mi testosterona y en esas cosas de "autodescubrirme", aunque yo siempre por respeto y cariño no lo hacía en su delante o cuando estaban despiertos. Siempre esperaba la soledad o la noche para dar rienda suelta a las pasiones que comenzaban a aflorar en mí, a la luz de una lamparilla, en mi cuarto.
Pero vayamos al grano. Sucedió que en una noche del cálido, húmedo y lluvioso verano del 97, si, aquel verano de Ondina y de New Limit, de música techno y cantaditas, estrenaron en la TV en canal 13, aún lo recuerdo muy bien, a las 11 de la noche, la película erótica "Strip Tease". Esa precisamente en la que ustedes están pensando, en la que aparecía la riquísima Demi Moore enseñándolo casi todo y bailando el baile del tubo.
Me moría por verla, así que ideé un plan para que mis padres no se dieran cuenta y me dejaran observarla. Demi era mi diosa y no me podía perder la chance de verla totalmente en cueros. Por esa razón le dije a papá que tenía mucho sueño a eso de las diez y media (poco antes de que empezara el film, para no levantar sospechas) y él me creyó. Como felizmente y gracias al destino ellos también tenían sueño a esa hora, cosa extraña en verano, cuando ellos estaban despiertos hasta las doce o una conmigo viendo películas de acción alquiladas en VHS que gustaban a mi papá, pero obviamente sin contenido para mayores.
Ya libre de la tutela de mis padres, esperé a que se durmieran y en ese instante me fui a mi habitación. Me cambié de ropa y me puse pijamas, en fin hice todo para aparentar que me iba acostar por si mis padres se despertaban por un instante. A las 11 de la noche, apagué todas las luces no sin antes prender mi televisor (en mi casa teníamos dos) y ponerlo en mudo. ¡Si! ¡Les sonará a locura, pero a un mocoso de 13 no se le ocurre otra cosa a primera impresión! No oí ni un ápice de la película, pero eso me importaba un rábano.
En los comerciales, a escondidas en mi cuarto había visto avances de la película y por eso sabía que Demi Moore mostraría toda la generosidad de sus fabulosas y enormes tetitas y su espectacular trasero que de sólo pensar en cómo sería la escena completa del strip tease, se me puso dura y enorme la pinga, que para decir la verdad ya la tenía grande para esa edad.
Vi toda la película completa y más o menos entendí que la chica lo hacía por ayudar a su hija, no porque era una perdida, disculpando el término, pero me importaba un anis. Sólo deseaba ver cómo se quitaba prenda por prenda ante MIS ojos. Y allí empezó la fantasía sexual. Yo me imaginaba que Demi se estaba despojando de su blusa blanca creo que era, para dejarme ver esa preciosa lencería negra que jamás podré olvidar. Pensaba que el show era solo para mi. Era YO el único en la película aparte de ella y no, no era un expectador, era un actor. En mi mente era yo al que le caían las prendas que ella arrojaba hacia el público.
Y llegó el momento. Demi se quitó el sostén no sin antes contornearme su preciosa cintura y ponerse en poses de kamasutra que me hicieron babear y besar el televisor hasta en veinte oportunidades. Se puso en 4, dobló sus piernas en una manera muy sensual y se acarició los senos. ¡Oh! ¡Yo soñaba que eran mis manos las que tocaban y apretaban pero suavemente esos deliciosos pechos! ¡Yo se los chupaba como un bebé chupa un biberón lleno de leche!
Luego puso esa super cachonda carita de niña traviesa con la boquita abierta y chupándose un dedo, que imaginé que ese dedo índice de Demi era mi pinga, algo más grande y jugoso que ese tonto
dedo. Soñaba que ella se lo metía hasta el fondo de su garganta y que lo chupaba suavemente, y que después acariciaba la cabecita de mi glande. Y besé mi pantalla por enésima vez.
Luego jugó con su culito. Lo movía enfrente de mis ojos, muy cercade mi, tanto que podía olerlo, lamerlo, tocarlo y lo acaricié en mi pensamiento. Le lamí también su coño delicioso encima de su tanga negra de encaje, que yo rogaba que se la quitara, pero que me dejó lamenteblemente con las ganas, pues terminó su baile, se retiró y se fue.
Mi cerebro, que era tan bueno para los cálculos, no obstante, hizo el resto y me imaginé su coñito velludo, lleno de pequeños y rizados pelitos negros delicados que acaricié y bese. Luego toqué su clítoris y sus húmedos y rosados labios vaginales se expandieron para dejar entar mi lengua entre ellos.
La lamí tan bien que se vino en mi cara tres veces. Finalmente Demi me pidió con su voz suave y apasionada que la penetrara con mi pene adolescente. Yo lo hice, la senté encima e mi verga, ambos frente a frente y mientras chupaba sus voluptuosos pezones y apretaba fuertemente sus nalgas, sus contracciones vaginales tan rápidas no me permitieron seguir adelante y sin aguantar más, un temblor recorrió mi espalda y mis piernas hasta la punta de mis pies y me corrí todo mi semen dentro de su vagina, aunque dudo que la hubiera podido embarazar porque no tenía espermios aún, debido a mi corta edad. No estoy seguro.
En la realidad me tuve que conformar con verla tras la pantalla de mi televisor y lo único que obtuve fue bajarme los pantalones y calzoncillos para apretar mi pene y dejar salir un chorro enorme para mis años y cremoso de blanca esperma que se quedó pegado encima de la palma mi mano izquierda. Aunque es bueno admitir que fue la primera vez que vi una película para adultos y que tuve una gran experiencia de éxtasis viendo desnuda a la mujer y artista de mis sueños.
Pero no se decepcionen, luego hice el mismo plan y así vi a Demi Moore y ahí si totalmente desnuda follando rico en "Proposición Inconveniente", también a las 11, en otro canal. Aunque para esa vez me aseguré de yo estar totalmente desnudo en la vida real mientras me masturbaba y tenía esa fantasía. Y esa ya es otra historia.
¡Gracias por existir, Demi Moore! La actriz que me hizo fantasear por primera vez. Un beso enorme para tí. Siempre quise follarte Demi.