El Ama se dirigió hacia la alberca caminando con ese porte de diosa y detrás de ella caminando a 4 patas mirando al piso su par de ratonas, al llegar al elevador estaba vacío, por lo que les fue fácil a su par de ratonas posicionarse detrás de su Majestad manteniendo el orden y silencio debido mientras que su dueña no les dirigiera la palabra.

Al llegar al lobby se abrió el elevador y al salir su Majestad con sus dos ratonas a cuatro patas siguiéndola por detrás, entre la gente que alcanzó ver la escena les causó revuelo, ya que no era normal ver a una dama con dos chicas siguiéndolas como dos perritas estando en celo. Al llegar a la alberca, las ratonas se dieron a la tarea de buscar un camastro libre para que su divinidad se recostara y ellas antes que nada deberían untarle bronceador para inmediatamente después una sobarle los pies y la nueva ratona (la azafata) se pusiera a abanicarla.

Ya untada de bronceador y estando atendida por sus ratonas , el Ama sacó de su bolso para la alberca el cupón que se le había dado en recepción a la hora del registro, levantó la mano agitando el cupón lo que hizo que pronto se diera cuenta uno de los meseros asignados a la alberca. Al llegar el mesero le fue entregado el cupón de cortesía y ya que hacia bastante calor el Ama ordenó le llevaran un ponche de frutas bien frio.

El mesero preguntó si le traía algo de beber a sus chicas, el Ama respondió a estas ratonas tráiganle solo agua pero en platos de perro, ellas así acostumbran beber, sabe que, mejor que sean cuatro platos y que faltan dos por llegar. El mesero al escuchar tal petición le extrañó el comentario, sin embargo en la regla de que el cliente siempre tiene la razón el mesero guardo silencio y llevó lo solicitado.

Poco antes de que regresara el mesero con la bebida de cortesía y los platos con agua llegaron las dos ratonas faltantes y enseguida se postraron una a cada lado de su Diosa, se les preguntó si habían terminado con lo que se les ordenó hacer, las ratonas respondieron con todo respeto “Sí su Majestad” y ya estamos listas para acatar todos y cada uno de sus deseos.

El Ama dijo tu ratona ponte a 4 patas, ya que no tarda en venir el mesero con mi bebida y tú me servirás como mesa de servicio, inmediatamente después le dio la orden a la ratona restante, tu ve a caminar por el hotel y si ves posibles candidatas sondeas en que cuarto se hospedan, investigas sus nombres y me vienes a dar el reporte. La ratona respondió “Enseguida Majestad” y se retiró a cumplir la orden obviamente sin darle la espalda.

A los pocos minutos regresó el mesero y notó que ya había dos chicas más, una que se estaba retirando y otra que se ponía en postura de cuatro patas y que la dama que hacía uso del camastro ponía encima de la espalda de la chica su bebida usándola como mesita de servicio. El Ama ordenó a la ratona que servía de mesita que se mantuviera erguida, ya que si se le llegaba a caer una sola gota de su bebida de cortesía la castigaría sin comer un día entero. La ratona con tal de no ser castigada se mantuvo tan dura como una estatua de mármol durante el tiempo que así lo dispusiera el Ama.

Como a los veinte minutos el Ama ya un poco sudada por los rayos del sol y habiéndose terminado su bebida se metió a refrescarse a la alberca mientras que sus perras solo podían beber el agua que su Majestad buenamente les había pedido con el mesero.

Más o menos después de 45 minutos su Alteza salió de la alberca y enseguida sus súbditas se acercaron para calzarla y no se quemara los pies y una toalla para secarse el exceso de agua para enseguida disponerse a regresar a su cuarto de nueva cuenta con su sequito de ratonas caminándole por detrás como las perras que eran, ordenó a una de sus estúpidas ordenara una bebida al bar con cargo a la habitación mientras que ella se comunicaba por videoconferencia con ratona y ver cómo le iba con el negocio.

Ratona al comenzar la video conferencia y ver a su dueña enseguida se postró y beso el suelo en muestra de respeto y simbolizando estar besando los pies de su dignísima Majestad. Le dijo que los negocios iban de maravilla, que ya había conseguido más ratonas para tenerlas como reserva y así no quedarse sin personal en caso de haber un evento grande.

El Ama dijo a ratona que al llegar a Hawái había rentado una limusina, la cual le había transportado hasta el lujoso hotel, lo cual le había dado una idea al Ama de abrir en Madrid un servicio de limusinas el cual se ofrecerían a las ricachonas para subir así la plusvalía del negocio ofreciendo transportar a los invitados de manera ejecutiva.

Ratona con suma humildad felicitó la creatividad y visión de su Ama y señora para crear negocios bastante rentables y enseguida se puso a la búsqueda de algún servicio de limusinas para ofrecer una buena cantidad para que se lo vendieran y enseguida ponerlo a funcionar. Al día siguiente la esclava que se le ordenó buscar candidatas le comento a su Alteza que tenía ubicadas algunas chicas de apariencia bastante sumisa y que serían fáciles de manipular, el Ama le ordenó traerlas ante ella y presentárselas lo antes posible para su uso como perras en el negocio.