Su nombre era Zaira, tenia 32 años y ambos nos deseábamos con frenesí pero ciertas circunstancias nos impedían realizar nuestros deseos de amarnos con pasión, aquella noche yo aun tenia dudas, ya que no era libre y no quería ilusionarla, ella decía que me amaba con locura, sin embargo logre acomodar las cosas y alli estabamos y por fin podriamos dar rienda suelta a nuestra pasion en aquel hotel de Guadalajara, a lo lejos se escuchaba el bullicio de una de las avenidas principales de la ciudad.
Después de compartir un delicioso baño, las dudas me invadieron de nueva cuenta…y si.. a pesar de que tenia a mi lado a una hermosa mujer, de carnosos labios, hermosos y grandes ojos y un culo de ensueño, estuve a punto de arrepentirme, estuve hablando durante un rato, ella comprendió mi incertidumbre, se puso la ropa interior y se acostó a mi lado disponiéndose a dormir, pero la cercanía de ese cuerpo supero mi fuerza de voluntad y comencé a acariciarle la espalda y las nalgas, metí mis manos en su entre pierna y a pasar mi dedo por su raja que se humedeció al instante,comenzamos a besarnos con desenfreno, manoseándonos y metiéndonos la lengua, desabroche su brassier y le empecé a chupar sus tetas, no muy grandes pero deliciosas, ella se levanto de la cama de un salto y se quito su calzón color vino como toda una puta y se arrojo a la cama sobre mi , el manoseo continuo hasta que ella comenzó a chupar mi verga con fuerza, alternando la estimulación con su boca y con sus manos, después de eso se monto sobre mi y la penetre hasta el fondo, ella se movía y gritaba de placer, yo no llevaba condón y no quería dejarla preñada, así que cuando estaba a punto de llegar se bajo de mi, me la chupo unos segundos hasta que acabe eyaculando en sus manos, ella recogió el semen que escurría por mi entrepierna y se lo bebió todo. Ese fue nuestro primer encuentro.

Posteriormente continuamos y el sexo mejoro, ella me esperaba usando su ropa interior mas sexi, yo le chupaba las tetas, su coño semi rasurado, y la penetraba de perrito o de misionero, ella no tenia reparo en gritar cuanto gozaba sin importar si alguien nos escuchaba, en mas de una ocasión llegamos juntos al orgasmo o lo que ella llamaba una “buena sincronía”. Si nos cruzábamos con algún vecino, en burla me preguntaba ” escuchaste a ese par de de degenerados?”

También le encantaba despertarme por la mañana chupando mi pene, adoraba los mañaneros, ella me mamaba como una posesa desde que el sol salía, causándome un placer imposible de narrar, de ese que es casi cercano al dolor, hasta que con sus lengüetazos y el roce con su garganta me hacia venir a cascadas, Zaira bebía mi esperma hasta la ultima gota, era su desayuno preferido.