~~Me declaro amante del sexo.
De los buenos traseros o culos, de las deliciosas vaginas húmedas
y que se chorrean de verdad. De las mujeres sin complejos o inhibiciones
en el sexo. Soy un hombre sexual, lo llevo en mi mente todo el tiempo.
Tengo la costumbre de mirar todos los días y leer las historias.
Me calientan las de incesto, infidelidad, transexuales, lesbianas, zoofilicas
y de dominación. He probado casi de todo en cuanto a sexo se
refiere, en los sitios más variados y en situaciones extremas
en muchas ocasiones. Quiero contaros una historia verdadera de mis propias
vivencias. Mantuve un tiempo relaciones con una mujer de 32 años,
divorciada, que fue mi secretaria. Conocía yo que ella llevaba
mucho rato sin tener sexo y pese a su actitud algo conservadora advertía
que era una mujer caliente por esos mensajes que dejan las mujeres en
su forma de hablar, mirar o sentarse por ejemplo. Maria Pía,
guapa, delgada, con un par de senos no muy grandes pero duros, firmes,
con deliciosos pezones color chocolate, de caderas altas y cintura pequeña,
piernas bien formadas, con un pubis delicioso depilado y un trasero
de maravilla, parado, firme, redondo, mediano, ya que ella es alta.
Un día me ofrecí llevarla a casa, con cierto recelo ella
acepto y subimos en mi vehículo, que por ser un todo terreno
es alto y hubo de esforzarse para que no viera sus piernas ya que la
falta se le levantaba, sin embargo mire sus muslos y cuando ingreso
un poco de su calzón blanco, lo que me excito mucho, me encanta
mirar entre las piernas y atisbar ese triangulo que se les forma a las
mujeres que se esfuerzan por ocultar. De la oficina a la casa de ella,
había un trayecto de 45 minutos por lo que no debía perder
tiempo, de forma que empecé la conversación sobre su vida
de divorciada y el tiempo que una mujer como ella no debía perder
sin tener una pareja o al menos alguien para que no desperdiciara su
mejor edad en todos los aspectos. La conversación se hizo de
mas confianza y subió de tono, para esto yo había rozado
con mi mano la suya al momento de cambiar las marchas y ella no la retiro,
la mantuvo en el sitio, ante este indicio, aparque en un costado, manifestando
que el vehículo había recalentado y luego de preguntarle
directamente si se masturbaba, lo que la dejo estupefacta, y mientras
pensaba, me acerque a besarla, se resistió al inicio, pero luego
me abrazo, me dio toda su lengua en mi boca, abrió la suya y
empezó a gemir, y a mover su pelvis, era increíble su
reacción de pronto, solo gemía mientras chupaba mi lengua,
y me daba la suya, el lugar era muy transitado así que debíamos
cambiar de sitio, por lo que con mi pene húmedo y ella jadeando
le dije que fuéramos a los moteles que están un poco mas
distantes que la casa de ella. El tiempo se me hacia eterno, tenia miedo
de que cambiase de opinión. En el motel, una vez que cerraron
la puerta del garaje, se volvo sobre mi, se sentó en mi con las
piernas abiertas y la falda subida, a besarme como loca, gemía,
y se frotaba contra mi bragueta, buscaba con sus manos mi zipper y yo
abría su blusa, solo le subí el sostén y sus tetas
aparecieron, saltaron, las tome y chupaba sus pezones, los mordía
y ella gemía, pero el auto era sitio incomodo así que
bajamos, fuimos dejando la ropa en el camino a la cama, se tiro en ella
piernas abiertas, la quite las medias panties y mire su húmedo
calzón, baje a su coño, estaba húmedo, mojado,
sus muslos estaban pegajosos, olía a sexo, chupe, lamí,
metí mi lengua, apreté su clítoris en mi boca,
olía su sexo, lo lamía, mientras se movía, me apretaba
la cara como queriendo meterla en su vagina, se tocaba los senos, mi
verga goteaba líquidos también, no quedaba para mucho
mas, así que me pidió que le penetre, a gritos, móteme,
ya meteme ya, puse sus piernas en mis hombros y se lo metí, toda
la verga, dura, gruesa, tocaba su útero casi, acometía
con fuerza en su interior, gritaba, mas papi, mas dame mas, quiero mas
verga papi, papito dame, gritaba, gemía, me cogia las nalgas,
luego bajo sus piernas y las cerro dejando atrapado mi pene entre sus
piernas y su vulva y empezó un movimiento frenético, y
gritos de quiero correrme, voy a correrme y me apretaba contra ella,
aaaaaaahaaaaaaa, aaaaaaaah, mas ,mas, mas, hasta que sentí un
chorro en mis huevos, como si se habría orinado, un soplo de
líquidos vaginales mojo todo, las sabanas, sus muslos, mi verga
todo. Se había derramando, había eyaculado, su orgasmo
era casi como el de un hombre, con líquidos y todo. Pero pese
a ello yo no me había corrido y aquí vino la mejor parte,
me dijo mi amor, acaba en mi culo, puso sus piernas en mis hombros y
guío mi verga hacia su ano, que estaba sumamente lubricado, por
todos los líquidos que ella había derramado, cuanto se
lo iba metiendo, me decía despacio, papi, despacio, duele, pero
entro todo y empezó a moverse otra vez, sus nalgas, sus caderas,
gritos y gemidos, dame papi, dame rompeme el ano, me gusta, aaaaaaaaaa,
pedía mas y mas y mas y gritaba , yo no podía mas así
que mi leche venia, pero se adelanto ella otra vez, y se corrió
primero con mi verga en su precioso culo, abierto, de inmediato vino
mi leche y gritaba, papi si dame lechita, aaaaaaaaa, que rico, hace
tiempo que no tenia lechita en mi ano, aaaaaaaaaaa. Recordarlo ha hecho
que me caliente, quisiera tenerla ahora mismo. Hay mucho más
que contar. Todo será verdadero. Muchas experiencias quiero compartirlas
para que ustedes se calienten sobre todo las mujeres y me escriban que
les ha gustado. Igual los hombres si lo desean.