Buenas tardes. No voy a decir mi nombre verdadero y pongamos que me llamo Narciso Bello. Tengo 54 años y soy un hombre atractivo que me cuido bastante mi físico. Voy a un gimnasio y también hago natación.
Me propongo contaros mis experiencias tanto sexuales como amorosas. Y es que tengo una doble vertiente. Por un lado soy un hombre romántico y tierno pero por otro lado me gusta mucho el sexo sin amor. El sexo por el sexo. Por eso también veo mucho cine porno. Es la mejor forma de saciarte y seguir siendo fiel a tu pareja.
La primera experiencia que os cuento me paso hace tres años. Entonces no tenía pareja. Acostumbro a salir de vacaciones a través de agencias de viaje sólo o acompañado. Y me gusta viajar con grupos. Aquel verano fui en un grupo a Peñíscola. Íbamos en el autocar y pronto me fije que teníamos una monitora muy joven y muy atractiva. Se llamaba Miriam. Era rubia, de estatura mediana, con un rostro precioso con una naricilla muy bonita. Su voz era encantadora y su cuerpo estupendo. Y era un persona majísima.
Pasados algunos días allí en Peñíscola me di cuenta de que le atraía. Me echaba miraditas. Pero sucedió lo que sucedió casi cuando se acababan las vacaciones. Salimos de noche, aunque yo no acostumbraba a hacerlo quizás porque ella me empujó a hacerlo. Sabía que tenía pareja. Un profesor uruguayo. Quizás ella quisiese bailar.
Me tomé un cubata y vi que Miriam se pedía otro. La saque a bailar y fue cuando nos besamos ante la mirada sorprendida de todo el grupo. A llegar al hotel la invité a subir a mi habitación y accedió. Iba a ser un polvazo romántico. Estaba electrizado. Su belleza, su sensual piel junto a mí. Nos besábamos sin parar. Con nuestras lenguas. Nos quitamos la ropa. Le bese los pechos preciosos. Ella mi cuello. Le mordí los pezones. Le acaricié su clítoris. Olí su perfume. Lamí su coño y también su ano. Ella era de las que sueltan agua. Era multiorgásmica. Me la comía a besos y ella me la chupo. De locura, con su lengua y sus labios y su maravillosa cara.
Se tumbo en la cama boca arriba y en esa posición me la follé.me dijo que esa era su posición preferida además de a cuatro patas. Ella gritaba de placer y me decía que estaba loca por mi y yo por ti, le contestaba. Notaba su rostro pegado al mío. Eso me encanta. Fue maravilloso. Mi orgasmo llegó. Ella me decía cuando se corría.
Lo que vino después no fue bueno. Salió de mi habitación y al día siguiente me trato como a un turista más.
Y esta es mi primera historia. Pero hay muchas más.