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Categoría: Incestos

MI PRIMO Y SU MUJER

La razón por la que no me enoje al ver a Luis, llenándole la cara de semen a mi primita Diana, fue porque mientras él cogía con ella, mi primo Enrique, su esposa y yo, disfrutábamos de une excelente trío.



Todo empezó cuando estábamos ebrios un día antes de la boda de mis tíos, yo no podía dormir, así que bajé a la sala a beber un vaso con agua o jugo, ahí en la sala estaba Felicia, la esposa de Enrique, la describiré un poco, ella tiene 38 años, es delgada, aunque muy pechugona, lleva más de 10 años casada con Enrique, quien tiene 40 años, es el mayor de los hijos de mi tío y siempre fue muy cachondo.



Recuerdo en mi adolescencia que jugábamos botella y me besaba con él, eso a veces en familias es muy normal, conforme los años pasaron esos recuerdos quedaron en locuras de niños así que no me traumó ni nada, solo admito, que mi primo es un hombre muy varonil, mide 1,95, es muy guapo, un cuerpo muy bien, un macho alfa en conclusiones.



Volviendo al tema, miré a Felicia, quien solo traía su bata de dormir, una muy corta que dejaba ver sus bellas piernas color canela, yo me senté con ella y comenzamos a charlar sobre la boda de los tíos, en eso estábamos cuando fuimos sorprendidas por Enrique.



E: ¡Que hacen, cochinas!!!



F: Ay, ¡mira a tu primo!!



L: ¿Porque somos cochinas?



E: Solas, en bata y a oscuras, cuéntaselo a quien más confianza le tengas, ¡jajá!



L: jajá, te pasa primo, que acaso quieres que me acueste con ella, ¡jajá!



F: No digas eso, ¡te confieso que el gañan de tu primo quiere que hagamos un trío!



Esa confesión me dejó helada, de hecho, me excitó un poco, imaginarlos con otro hombre y otra mujer, ¡uf!



Enrique sacó una botella de coñac y nos sirvió un caballito, los tres brindamos por los tríos, ¡jajá! Pero yo aún estaba desconcertada.



Tomé otro vaso más de coñac y me dirigía a mi cama, justo en medio de las escaleras, Felicia me alcanzo y me dijo:



F: ¿Me regalas unos minutos?



L. Claro, aun no tengo sueño!



F: Ven, ¡vamos a mi recámara!



L: ¡Ok!



Yo, quien presumía tener un instinto sexual enrome, como cordera seguía a Felicia, ya en su recámara.



L: ¿Que pasa prima?



F: ¡No se cómo empezar!



L: Pues así, ¡suéltalo!



F: Ok, sabes, ¡quiero que tú hagas un trio con nosotros!!



L: ¿Qué???



F: Así, literalmente, queremos que cojas con nosotros dos.



Esas palabras me dejaron enmudecida, no sabía qué hacer, quería salir corriendo del cuarto, pero también una excitación norme recorría mis venas y solo opte por continuar oyendo a Felicia.



F: Queremos experimentar en eso, pero no encontrábamos con quien, hasta que tu o ustedes llegaron.



L: ¿Así? ¿Y que tiene eso de importante?



F: Que siempre has sido la fantasía de mi marido, ¡a veces cuando tenemos sexo le permito me diga tu nombre!



Esa confesión me dejo anonadada y muy caliente, en eso en la puerta estaba parado Enrique:



E: ¡Entonces primita, que dices, te animas?



L: ¡Dios, no sé, somos familia!



F: ¿Qué mejor que la familia para las cosas importante son?



E: Anda, se lo caliente que eres, ¡recuerda que te conozco desde niños!



Sin poder hacer o decir algo, Felicia me tomó de la cara y me beso. Su lengua entraba sensual a mi boca, no podía evitar sentir una adrenalina enorme, Felicia besaba muy rico, solo mire a Enrique que con cara de libidinoso miraba la escena.



E: Si, ¡bésala amor!



Era lo que decía mientras cerraba su puerta y se despojaba su camiseta.



Tenía a Felicia prácticamente encima de mí, así que cerré mis ojos y devolví la pasión que ella me regalaba.



La tomé de sus piernas y me acosté para tenerla encima de mí, nos besábamos con mucha sensualidad, miraba como Enrique comenzaba a desvestirse así que comencé a quitarle su bata a Felicia, me encontré con un cuerpo hermoso, no tan exuberante, pero bien cuidado, sus tetas eran muy grandes, más grandes que las mías, así que como bebé comencé a amamantarme de su rico sabor.



Sentí como Enrique subía a la cama y comenzaba a acariciar a su esposa, pronto sus manos también tocaban mi cuerpo que solo traía la bata de dormir puesta.



E: Primita, ¡no sabes cuánto soñé esto!



F: Ah, ¡que rico chupas!



L: ¡Cumplámosle su fantasía nena!



Acostamos a Enrique y mientras me quitaba la bata, Felicia se dirigió a lamer los testículos de su esposo, él me miró y con su dedo me pidió fuera a él, yo seguí la orden y bajé a lamerle su pelvis, mientras le lamiamos Felicia y yo aprovechábamos para besarnos y saborear nuestras lenguas.



Yo fui la prima que llevó a su boca los 19 cm de mi primo, los tragaba con maestría, mientras Felicia besaba mi cuello y me acariciaba las nalgas.



E: Uhm, así, que rico, ¡así prima!



F: Mi amor, ¡esta buenísima tu prima!



E: ¡Por eso te dije que con ella!



L: ¿Así que ya lo tenían planeado? ¡Tramposos!



Ahora Felicia mamaba la verga de su esposo mientras ella hacia eso yo le paraba las nalgas para mamar su rica concha, la cual escurría la sentir mi lengua entrar y salir, la hacía estremecer mientras con lengüetazos ponía inflado su rico clítoris.



F: ¡Ah, Lety, uhm!



L: Goza, uhm, ¡que rica concha!



E: Prima, ¿así que ya sabes de esto?, uhm!!



L: ¡No sabes cuánto sé primo!



Acosté a Felicia para mamar más rico su concha, mientras tanto mi primo me tenía dándome ricas lamidas en mi vagina, su lengua entraba muy rico y se movía como gusano, al enrollaba y apretaba mi clítoris con ella, me hacía gemir y Felicia seguía disfrutando de cómo me comía su concha.



Enrique estaba tan caliente que una vez me dejo de mamar mi vagina, me tomó de la cintura y me empezó a penetrar, su verga entraba con facilidad gracias a lo excitada que me tenía.



E: Ah, uhm, ¡que rico!



F: Ah, si, ¡cógetela mi amor!



L: ¡Ay!! ¡Primo!!!



Me embestía delicioso, el hombre se movía riquísimo, su esposa continuaba jadeando al tener mi lengua lamiéndole su clítoris.



Me acosté y en un 69 hermoso y continúe comiéndome a Felicia, mientras su esposo, me tomaba de las piernas y las levantaba y me penetraba riquísimo, la sensación era fantástico, una lengua y una verga en mi vagina, me daban un placer inmenso.



Enrique se acostó y Felicia subió a cabalgarlo, yo me coloqué detrás de ella y la ayudaba a moverse, mientras eso sucedía, nos besábamos y le acariciaba las tetas, le mordía los pezones, le lamía la espalda y me daba gusto apretándole las nalgas.



E: ¡Ah, sí, que rico!



F: ¡Ah, mi amor, uhm!



L: ¡SI, así, uhm!!



Felicia se puso en cuatro, yo me acosté y el di a lamer mi vagina, mientras Enrique la embestía salvaje, me miraba y más rápido se la metía, yo tomaba la nuca de su esposa y la obligaba a devorarme mi vagina.



L: Uhm, si, así, chupa, ¡uhm!



E: ¡Si, uhm, agh!



F: ¡Mmm, uhm!!



La tomaba de sus manos y la ponía a acariciarme las tetas, su marido continuaba empujándole todo su duro palo, ella jadeaba, yo también ye le estaba maravillado.



Me pidió ponerme en cuatro, Felicia se acostó y subí en ella colocándome en cuatro y Enrique me la metía a mí para luego sacármela y dársela a Felicia, esos movimientos eran riquísimos, mientras tanto su esposa y yo nos besábamos, chocábamos las tetas y disfrutábamos las metidas de Enrique.



E: ¡Ah, que rico, uf!



L: Si, así, Felicia, mueve tu cadera hermosa, ¡uhm!



F: ¡Lety, eres una diabla!!!



E: Ah, que rico, aprietan delicioso, ¡moría por cogerte Lety!



L: Pues cógeme, vamos, ¡déjanos locas!!



Me encantaba estar así, sentía la verga entrar y salir con todo, además el rose de la vagina de Felicia me daba más placer, estaba gozando ser la puta de mi primo y su esposa.



E: ¡Ah, chiquitas, uhm!



F: ¡Lety!!! ¡Que rico, uhm, agh!!



L: Así, ah, muévanse, ¡muévanse!!



E: ¡Me voy a venir!!!



F: ¡Danos tu leche en nuestras bocas!!!



L: Agh, si, ¡llénanos de tú semen!!!



Enrique subió a la cama y se puso de pie, mientras su esposa y yo nos entrelazamos para tijeretear, Felicia era novata en eso y no se acomodaba, así que yo la guie, mientras besábamos la verga de su esposo y le ayudábamos a que se corriera.



E: ¡Ah, sí así, uhm!!



F: Ah, Lety, mi amor ¡tú prima lo hache rico!!!



L: Vamos, ¡saca tu leche!!! Nena, muévete, uhm!!!



Enrique no toleró más y comenzó a expulsar su semen en nuestros cuerpos, caía en nuestras bocas y Felicia y yo nos besábamos pasándonos la leche caliente, él gemía de placer, se movía como si tuviera una convulsión, Felicia y yo aceleramos nuestros movimientos, ahora llenas de semen, yo la tomé de las nalgas y la movía a mi gusto contra mi vagina, quería que nos corriéramos juntas.



L: ¡Así, muévete, uhm!!



F: ¡Ah, uhm, uf, ah!!



E: ¡Si, así prima, hazla tu perra!!!



F: ¡Ah, me vengo!



L: ¡Ah, si, uhm, yo igual, muévete, muévete!!



F: ¡Agh, Lety!



Ambas nos corrimos juntas, el orgasmo fue maravilloso y duradero, ella babeaba y gritaba, Enrique le tapaba la boca mientras observaba caliente la escena, yo le acababa de dar el mejor orgasmo de su vida a su esposa.



F: ¡Ah, que rico, uhm!!



L: Uhm, Felicia, me sorprendes, ¡eres una bisexual caliente!



E: Los sorprendidos somos nosotros, ¡vaya que guardado te lo tenías prima!!



L: Uf, que rico, ¡de verdad que rico sexo tuvimos!!!



Los tres nos acostamos en su cama, nos tomamos una foto para el recuerdo, antes de irme a mi cuarto, decidí que junto a Felicia darle una mamada nuevamente a mi primo.



Satisfecha por haberle ayudado a cumplir su fantasía a mi primo, regresé a mi cama, Luis seguía profundamente dormido, así que lo abracé y me quedé dormida.



Cuando vi a Luis con Diana, me excité, recordé el rico trío que hice con Enrique, así que cogí como loca con mi esposo y le permití cogerse a Diana las veces que quisiera, con la condición de que en algún momento hiciéramos un trío, un trío como el que hice con Enrique y Felicia, el cual hoy ya algunos años después, continuamos recordando la rica noche que tuvimos, aunque ya no se ha repetido, Luis si cumplió su promesa, pero esa historia se las contaremos después.



Saludos, su amiga, Lety.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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