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Categoría: Confesiones

Me vuelvo adicta a la leche de mi nuevo jefe

Mi secretaria personal y su leche.

Soy secretaria personal, y trabajo en el Banco más importante de mí ciudad. Soy una chica inteligente, tímida, pero muy morbosa. Me han asignado como jefe al hombre mas atractivo que haya conocido en la empresa, con una presencia imponente, y una voz encantadora. Me gusta, no puedo negarlo.

Yo también le gusto, puedo notar cómo hay complicidad cuando nos cruzamos. Incluso me ha parecido notar que su polla crece cuando me tiene cerca…

Su trabajo es recibir clientes importantes en un salón de conferencias habilitado para ello, con la idea de poder hacer negocios provechosos para las dos partes.

Esta mañana, mientras estábamos en el salón revisando el historial de un cliente, noté que habia un cierto feeling con él, más del habitual, y que estabamos mas cerca el uno del otro de lo que suele ser normal. A veces las hormonas se disparan y no se puede evitar.

Total, que con la tonteria se me cayó el lápiz debajo de la mesa, que tiene la particularidad de que quien está en frente no puede ver debajo de ella; él se apartó un poquito, para permitirme buscarlo, pero con el meneo de las sillas, el lápiz acabó justo debajo de la mesa. Yo me arrodillé a buscar mi lápiz y rapidamente quedé justo delante de las piernas de mi jefe, escondida bajo la mesa.

No pude resistirme a mirar el paquete de mi jefe. Estaba enfrente mio, y siempre me había gustado mirarlo de reojo. Ahora lo tenia delante, y daba la impresion de que estaba mas grande de lo normal, como si la situación le resultara excitante. Tras 3 o 4 segundos mirandolo, nuestras miradas se cruzaron. Era obvio que él sabia que yo estaba mirando su paquete, y era obvio por su tamaño que él estaba excitado.

Aún no se porqué, pero en lugar de levantarme, preferí quedarme allí, unos segundos, a ver qué ocurria. Lo que pasó es que mi jefe, contra pronostico, abrió sus piernas, ofreciendome una mejor vista de su paquete.

Tras otros 4-5 segundos viendo su paquete, volví a mirar a sus ojos. Había deseo en su mirada, se podia notar. No se que me pasó por la cabeza, pero sentí el deseo enorme de tocarla, y eso hice. Empecé a ponerla dura sólo pasándole mi mano por encima del pantalón, acariciandola. Él se dejaba, sin decir nada, sin abrir la boca. Simplemente se colocó bien, en la mesa, con las piernas bien abiertas, ofreciendome su sexo, y dejandome espacio, bajo la mesa, para maniobrar. Yo no aguantaba más. Le bajé el cierre y saqué esa polla divina, grande, hinchada y la tube en mis manos durante unso segundos.

Mi jefe seguía sin decir nada, pero sabía que le gustaba por la forma en que reaccionaba su polla en mi boca. Así, sin mediar palabra, puse su polla en mi boca, y comencé a chuparla, con suavidad.

Ya estaba yo a punto de sacarla para largar un gemido, cuando noté que alguien entraba en el salón. Sabia que hoy debia venir una cliente muy importante. Yo no podía salir de ahí porque sería imposible de explicar mi situación allí, y aún así tenía la necesidad de sacarle esa leche a mi jefe, así que continué mi trabajo.

Mi jefe, con la excusa de una lesión en la pierna, habia evitado el tener que levantarse, y la clienta, que siempre habia sido muy atenta con mi jefe, lo entendió rapido. Comenzaron a hablar de negocios, mientras yo lamía el miembro de mi jefe.

Estaba mamandola rico, la introducía toda en mi boca, hasta mi garganta y así duraba unos segundos, me gusta sentir que me quedo sin aire por tener su polla en mi boca. La saco despacio, chupo la punta, bajo a los huevos mientras mi mano masturba arriba… mmmmmm…

Estaba sorprendida por el control de mi jefe. No se movia, no gemía, no reaccionaba. Sé que lo estaba disfrutando por cómo palpitaba su verga en mi boca, por como se inchaba y por su color, rojo intenso.

Sabia que aquella mujer iba a esar como minimo 20 minutos allí, pues siempre le ha encantado tontear con él. No puedo hacerlo, pero me encantaria enseñarle que su polla es mia y solo mia.

Yo estaba totalmente mojada, la situación me ponia muy excitada, y no podia hacer que mi jefe se corriera tan pronto, quería alargalo mas. Entonces, tras parar un poco y acariciar la base de su polla y sus huevos, comencé a tocarme.

Repetí la jugada 2 o 3 veces, evitando siemrpe que él se corriera, acariciando mi chochito, y dejando pasar los minutos. Entonces, cuando llevaba ya mas de 20 minutos debajo de la mesa, noté como la charla llegaba a su fin, y ella comenzaba a despedirse.

Justo en ese momento, metí su polla dentro de mi boca y comencé a mover mi lengua al rededor de su glande, mientras la metia dentro y la sacaba. La chupé rápido, buscando su leche, su semen.

No tardó mucho en explotar. Su leche, caliente, salió disparada camino del fondo de mi garganta, ansiosa, deseosa de salir. Se notaba que llevaba rato esperando ese momento. Yo, deseaba esa explosión, para recibir su leche, tragarmela toda y dejarlo bien limpito.

Eso hice. Repasé su miembro, duro y erecto, con mi lengua, recogiendo hasta la ultima gotita de su leche, justo en el mismo momento en que la clienta se despedía.

Cuando salí de debajo de la mesa mi jefe, se me quedó mirando y sólo me dijo

– “Buen trabajo. Tendremos este tipo de reuniones más a menudo”.

Yo quedé complacida y ansiosa de repetirlo.

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