Todo sucedió una noche en que nos quedamos de ver con Mirna y Lulú, las amigas de Lora, tremendas putas de excelentes cuerpos y bonitas caras, altas, con unas piernas y tetas divinas, Lulú nalgona por naturaleza, Mirna morena clara y un cabello precioso largo y sedoso, una carita de ángel, mi hermana guapa a más no poder, con sus ojotes bien delineados, sus tetas enormes y esas piernotas que parecen diseñadas para atrapar al macho hasta asfixiarlo en el paraíso y, yo con una minifalda tipo likra (aunque no recuerdo de que estaba hecha) con lunares blancos y fondo azul, una blusa abierta por delante con botones perla y zapatillas color marfil, sin medias, peinada de coleta y maquillada por mi hermana como una princesa, con aretes de aro de plástico y labios en marrón, nos veíamos de verdad precisosas.

La salida fue planeada desde una semana antes, queríamos ir a las fiestas de la ciudad en donde se llevaría a cabo un bailable regional donde estaría de figurante una prima de Puebla. La ciudad se preparó para este aniversario del año 1977 con grandes eventos, artistas nacionales e invitados artísticos de Colombia y Guatemala. El parque central estaba lleno de gente, los puestos de comida, artesanía, libros y cientos de objetos más estaban por todas partes. Nosotras muy coquetas nos sentamos en las sillas de lámina casi hasta adelante, los ávidos ojos de cientos de hombres nos comian con descaro las piernas que enseñábamos muy poco tapadas por nuestras 4 minifaldas.

De las cuatro Lora resplandecía, estaba en su ambiente, le gustaba brillar y lucir en todas partes. Poco a poco se fue tornando aburrido el transcurrir de los espectáculos culturales, el último sería el bailable del grupo de danza de mi prima Melisa que venían de Puebla, ellas era entonces una linda mujercita también de mi edad (19 años) blanca, de ojos color miel, muy bonita y bastante seriecita para mi gusto. Por fin se presentaron, bailaron un jarabe tapatío, Melisa se veía muy hermosa de trenza, con el enorme vestido (esos vestidos son pesadísimos) y sus zapatos especiales de danza. Bailaron muy hermoso, conmovedor. Después nos reunimos con ella para saludarla, declinó nuestra invitación al baile que comenzaría alrededor de las 11 de la noche ahí mismo en el parque. Se tenía que regresar a Puebla, nos presentó a unos muchachos que venían con el grupo, dos eran tipos guapos de cabello largo trenzado y altos, buenos mozos, se notaba a leguas que les gustaba el hipismo y las drogas.

Ellos si se quedaron y aceptaron estar con nosotras en el baile. Mirna y Lulú los quería para ellas y tuvimos que ponernos de acuerdo, por fin cedieron y quedamos que Lora estaría con el más guapo (Lorenzo) y Mirna con el otro (Elías) Bailamos con todo mundo y como a la 1 de la mañana, nos fuimos del parque, acordamos irnos al campo a un lugar que conocía Lulú atrás del campo de golf donde podríamos estar solos y a gusto, ellos querían fumar mariguana y caminando nos fuímos el grupito de 6. El lugar era idóneo para que unos jovenes estuvieran a solas ¿Puta cómo descubriste este lugar? le preguntó Lora a Lulú. Pues me trajo un amigovio. Realmente era un bello sitio, con césped, volaban a esa hora algunas luciérnagas, los muchachos sacaron una botella de tequila y de ella tomamos todos. se liaron sus porros y comenzaron a fumar. Estábamos muy contentos y relajados en el lugar. Lora fumó un poco y se puso chispeante y más putilla de lo normal, comenzó a besarse y meterse mano con Lorenzo y Lulú con Elías.

Las demás nos tumbamos a contemplar las estrellas que en el cielo de marzo brillaban enormes y refulgentes. Después llegaron otros chicos y Mirna se fue con uno de ellos, regresó un ratito después por Lulú ya que el muchacho que la traía de cabeza preguntó por ella, así Elías se quedó solo y me atrajo hacia él, nos besuqueamos, él no sospechaba ni remotamente que no era yo la chica dulce y bonita que tenía entre sus brazos, sino una mujercita con pene que estaba ya mojado por la calentura del momento, me descuidé y me metió mano entre las piernas, de inmediato notó el bulto apretado bajo una toalla sanitaria, le dije que estaba reglando y que me había puesto mucho papel higiénico debajo de la toalla, estaba apenada, él me pidió que le hiciera sexo oral y se tumbó, me recosté a su lado y subí una pierna en la suya, le abrí el cierre y le saqué el pene, estaba aun flácido, lo comencé a masturbar y se puso rígido, me incliné y me lo llevé a la boca, lo mamé, antes de que se corriera llegaron a nuestro lado Lora y su nuevo amigo ¡Vamos a otro sitio! Dijo Lora, no tarda en llegar la policía, ya hay muchos chiscos aquí. Nos fuimos caminando al costado de la vía, Elías nos preguntó ¿Dónde hay un hotelillo por aquí cerca? Yo respondí: Por aquí llegamos a la salida a Orizaba, hay un motel pero no sé cuanto cobren por la habitación. Lorenzo dijo: Tengo $200 pesos ¿Alcanzarán? Yo creo que sí, respondí. Por fin caminando llegamos ahí, entramos al motel, un sujeto nos señaló una habitación y nos metimos mientras Lorenzo fue a pagar. Ya adentro los cuatro, nos terminamos el tequila, Lora estaba bien putona, se puso en cuatro y se quitó su minúscula pantaletita arrojándosela a Lorenzo a la cara, éste satisfecho la olió con deleite, yo estaba con Elías sentada en sus piernas en un pequeño sofa junto a la puerta del cuarto.

Lorenzo volteó a mirarme y dijo: vente para acá mi reina, ponte igual que Lora en cuatro patas. Miré a Elías y él asintió con una mirada. Me puse junto a Lora en cuatro ¡Bésense! ordenó Lorenzo. Nos besamos pero, el pero de siempre ¿Cómo hacerle para que no se dieran cuenta que tenía yo pene y huevos? Lora les dijo: Mi hermanita está reglando, pero su culo es muy calientito y sabroso. Ni tardo ni perezoso Lorenzo se puso detrás de nosotras y comenzó a meterle los dedos a Lora en la jugosda papayota mientras, que a mí me metía un dedo en mi culito (un poco antes me lo llené de crema) al mismo tiempo nos exigía que siguiéramos besándonos, después Elías se acostó en la cama frente a nosotras y metió su verga en la boca de Lora, la sacó y la metió en la mía y así de una a otra. Estaba rica, era una verga de unos 28 centímetros, bastante gorda.

La mamamos al mismo tiempo Lora y yo. Elías me penetró primero a mí, suavecito, rico, supo dilatar mi ano, amoldándolo para recibir ese regalo de Dios para mí, la rica verga me entró milímetro a milímetro, yo gemí de intenso placer, así a lo pelón cogíamos en esos días, sin condón, sin miedo a las enfermedades. Cuando Lorenzo comprendió que Lora merecía la verga tanto como yo la saco de mi caliente culo y se la metió sin más a Lora, la muy puta se revolcó por un intenso orgasmo que le ocasionó Lorenzo y su vergota. Mi pene estaba a punto de estallar, ansiaba salirse y disfrutar también de los placeres de la carne pero, logré contenerlo en su sitio. Elías se puso detrás de mí y me ensartó de un chingadazo. Así mirándonos a los ojos las dos putas hermanas recibimos la leche de este par de cabrones. Salimos de ahí como a las 3 1/2 los desgraciados ni siquiera nos fueron a dejar a casa, al llegar mamá estaba bien dormida y en su cama estaba el hijito de Lora, nos fuimos solas a dormir y nos metimos en la cama de Lora que era más amplia que la mía ¿Te saco la lechita hermana? has de haber quedado todavía caliente. Si, por favor, yo solo vestía para dormir esa noche un baby doll de Lora, estaba sin pantaletas, Lora se bajó a mamármelo rico y se encimó en mí con las piernas bien separadas, se metió mi duro pene a su papayita ardiente, bañada en semen de Elías y de Lorenzo, se movió rico y terminamos al mismo tiempo. ¡Ay hermanita mía cuánto te debo en esta vida! Continuará.