Wao... Hay quincenas tan largas, sobre todo qué quedamos líquidamente solamente con ún real. Está precariedad le sucede en su propia cara a la querida Yessenia, dispuesta urgentemente hacer lo qué sea, y decimos lo qué sea por él vil papel del dinero; quién sea meterse, hasta levantarse, de ahí tirarse, sobre todo subirse sexualmente. Siendo toda una buenisíma también riquisíma, por supuesto sabrosisíma prostituta oficial.
Mamarle la pinga de un profesor de licenciatura de derecho, sentado en todo él asiento del conductor, agachada. En medio de las piernas viste traje de cuerina y poli piel con saco del uniforme, con medias soporte abiertas al versele en directo cómo en vivo y a todo color, su clítoris puerco espín; los cañones de los vellos púvicos. Con su mano zurrado, así hurgado a la vez echado hacia atrás y regado él profesor; al empujarle y impulsar su cabeza sin cesar a Yessenia.
De tanto retorcidas y agitadas al mismo tiempo, hamaqueadas a la vez, succionadas de la pinga del profesor de licenciatura de derecho en todo él asiento del conductor; le disparo hartos chorros de un buen polvo. Tragando a gorgotones y a cántaros, Yessenia ya de pie pegada a la puerta del automóvil, èl profesor le paga la cantidad monetaría acordada, al guardarsélo en una copa de su brasier. Sonrié. Besa al doblarse corporalmente, sé despide del profesor de licenciatura de derecho y regresa a su oficina.