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Categoría: Infidelidad

Mi hombre me da los mejores placeres de la vida, pero...

Mi hombre me da los mejores placeres de la vida, pero no puedo estar mucho tiempo sin hacerlo y es por ese motivo que hasta lo hago con mi compadre.



Y hora sin más preámbulos, sigamos con la continuación de mis infidelidades consentidas. Como en los relatos pasados, colocare una parte de la última aventura para que retomen el hilo de la historia.



Lo saca y hace que se lo mame así impregnado de mis flujos y la leche del compadre, y una vez que se lo limpie, me dice…



─ ¡AHORA SI TE VIENE TU CASTIGÓ POR ZORRA!─ Me levanta de nuevo las piernas pero… ya se a donde se dirige con su verga. Siento el glande rozar mi esfínter y de una vez llevo mis manos a la nalgas para separarlas y dejar mi culo expuesto. Entro como un rallo, me dio un poco de dolor pero al instante ya lo estaba disfrutando como la puta que soy.



─ ¡AAHHHHHH BEBE! ¡ESTE CASTIGO SI ME GUSTA! ¿PERO SABES UNA COSA? ¡QUIERO LA VERGA DEL COMPADRE PARTIENDOME EL COÑO MIENTRAS ESTAS EN MI CULO COMO LA OTRA VEZ!



─ ¡TRANQUILA ZORRA QUE ESO YA LO ESTAMOS CUADRANDO!



─¡¡AAAHHYYY NEGRO! ¡NADA MAS IMAGINARLO YA ESTOY ACABANDO! ¡AAAAHHHHHHH! ¡AAAHHHAAAAA! AAAAAAA, AAAAAAA, AAAA!



Acabamos riquísimo, tuve mi cuarto orgasmo del día. Diferente, si. Porque era con mi esposo, aunado al morbo de la complicidad de nuestras aventuras.



Después de la aventura en la camioneta con el compadre, estuvimos sin vernos algo más de mes y medio, claro que llamaba a menudo para saber de nosotros y comentarnos algunas cosas. Cuando hablaba conmigo, nos cachondeábamos por teléfono un rato.



La razón, fue porque cuando el regreso a Caracas, pasó por su antiguo empleo y su ex jefe le prometió que estudiaría su caso, el asunto fue que dos semanas después de coger con él, lo llamaron y se reincorporo de nuevo en su puesto. El no lo pensó dos veces porque podía ejercer su profesión y es algo que le apasiona. (Es encargo de hacer el arte y separaciones de color para trabajos de serigrafía).



El asunto es que un fin de semana estábamos en casa preparando el desayuno, y llega el de visita con su esposa. Nos saludamos y después de mi esposo servirnos unas tazas de café, nos sentamos en el mueble a charlar.



Nos pusimos al día con los cuentos, y el compadre entro en materia…



 



─ compadre necesito un favor suyo urgente ─ y paso a explicarnos el problema en cuestión (yo lo voy a resumir porque no es importante para la historia)



La suegra del compadre había comprado una casa hacía varios años, ella tuvo que vender la de ella para hacer el negocio y finiquitaron el trato. El problema fue que después de tanto tiempo, apareció el verdadero dueño de la casa y fue que se enteraron que el sujeto que les vendió casi que regalada la casa, forjo unos documentos falsos y les hizo el negocio, el solo era el cuidador de la vivienda.



Esto entro en tribunales pero igual ellos tenían que desalojar la casa, y como nosotros aun teníamos la otra casa deshabitada, (de ella les comente en un relato anterior). Ellos decidieron mudarse allí mientras resolvían el problema. Estuvimos de acuerdo y acordamos el día para el traslado.



Llego el día de la mudanza y mi esposo y yo llegamos a la casa a esperar el compadre. Ellos llegaron como media hora después. Estaba el chofer, el compadre y un ayudante. Así que mi esposo se dispuso a ayudarlos a acarrear los enceres.



Estábamos en esas cuando yo iba con unos cuadros y el compadre se me acerca y me da un apretón en una nalga. Yo volteo sobresaltada, y al ver que era él.



─ ¿tú eres loco? ¡Mira que nos pueden ver! ─. Le digo, entre sonriendo y con algo de coquetería.



El se ríe y me dice que ya se había fijado si venia alguien. Seguimos con la mudanza y yo le comente a mi esposo lo del compadre.



─ ¿te gusto?─ Me pregunta.



─¡si, fue algo morboso imaginando que alguien nos podía ver!─. Ahí fue donde el perverso de mi esposo empezó a maquinar la forma de dejarnos un rato a solas.



Como había que subir varias escaleras para llegar a la casa, él le dice al compadre ─ ¡vamos a comprarle algo de beber a esa gente para que no se deshidraten!─ y mandan al chico por unas cervezas.



Yo me tome una y mi esposo me hace señas con la mirada para que suba a la casa. Tome un par de vasijas y subí dejándolos solos. Me asomo por una de las ventanas y los veo hablar un rato y luego mi esposo baja unas cestas de ropa del camión y se las da al compadre, que comienza a subir hacia mí.



Yo pensaba que no sería mucho el tiempo, pero después observo que mi esposo le hace señas al muchacho y proceden a bajar el escaparate, hay me di cuenta que mi esposo ya había planeado la estrategia perfecta, el se demoraría un buen rato subiendo las escaleras con esa pesada carga y de seguro tendrían que detenerse un par de veces a descansar.



El compadre llego y ya lo estaba esperando, así que cuando vino a mí, a meterme mano de nuevo, lo habrase y busque sus labios. Enroscamos nuestras lenguas en un beso apasionado, nos magreamos fuertemente un ratico y yo me agache, saque su güevo y comencé a mamárselo desesperadamente, hasta que llego mi esposo con su carga.



Nos arreglamos, y el compadre bajo junto con el chico.



─ ¿ y bien? ─ me pregunta mi esposo.



─ ¡estuvo rico! Nos besamos y le di una mamada de güevo, pero ahora estoy muy caliente ─, le digo apretándole la verga por sobre el pantalón.



─ ¡bueno! Ya veremos que hacemos cuando acabemos.─ y con esa promesa, me dio un beso y se marcho.



Terminamos en un rato mas con la mudanza y el compadre metiéndome mano cada vez que podía y mi esposo también me daba caricias en cada descuido de los presentes.



Cuando faltaban un par de viajes, el compadre le dice a mi esposo que había que celebrar y se fue por una botella. Cuando llego quedaba el último viaje, así que le pago a los del camión y terminamos de cargar los enseres.



Ya instalados en la casa, el compadre preparo en un vaso grandes, un trago de ginebra con jugo de naranja. Bebimos a turno y lo acompañábamos con un « ¡SALUD!». Dimos varias rondas mientras poníamos en puesto algunas cosas para despejar un poco la sala, y el compadre seguía soba que soba.



Después de un rato, estábamos totalmente abrazados, besándonos y acariciándonos. El me había soltado el pantalón y sobaba mi coño directamente, regando mis flujos por los labios para facilitar las caricias con sus dedos, yo a su vez, había sacado su verga y lo masturbaba suavemente.



Mi esposo está sentado en uno de los muebles, con la verga afuera y se masturbaba lentamente mientras nos observaba en nuestra refriega. Me agacho y reanudo la mamada que deje incompleta, luego el compadre me levanta, me pone de espaldas a él, me baja el pantalón, me empuja por la espalda y me pone en la posición de perrito pero de pie. Guía su verga a mi coño que ya lo estaba esperando encharcada en flujos.



 



Entra lentamente y comienza a cogerme rico y despacito. Mi esposo se levanta y colocándose delante de mí, me da su verga a mamar.  Me sirvió de apoyo, porque mientras tenía su verga hasta la garganta, me sujetaba de su cintura para aguantar las envestidas del compadre que para ese momento habían aumentado de velocidad e intensidad de penetración.



He de confesarle, que aunque recién estábamos comenzando con la contienda, yo esta súper excitada con las imágenes que se sucedían en mi mente de la cogida que iba a recibir. Así que levante una mano y se la puse al compadre en la cintura para que bajara la velocidad de sus acometidas, porque ya tenía el orgasmo en puertas y no quería que mi primera venida fuese así, quería estar empalada por mis dos agujeros.



Quería ser esa lechuga dentro del sándwich con mucha salsa, bueno… en este caso sería con mucha leche calientica ¡¡UUUFFFFF NADA MAS RICOOOO!!     Las mujeres que han tenido la dicha como yo, de estar ensartada por ambos agujeros al mismo tiempo, saben a lo que me refiero.



Los estaba dejando que actuaran, pensando que ellos llevaban la batuta, para hacer mi próximo movimiento, cuando de pronto… ¡TOCAN A LA PUERTA!



Mi esposo que era el que estaba más vestido, se guardo la verga y salió a ver quién era.



─¡HOLA! ¿COMO ESTAN USTEDES?─ hablo alto para que nosotros lo escucháramos, yo me arregle el pantalón y el compadre corrió hacia el baño.



Salí al patio donde mi esposo se había quedado con los recién llegados, y eran nada menos… que la esposa del compadre con su madre. Las salude y al rato llego el compadre secándose la cara y las manos, se las había lavado argumentando que todo tenía mucho polvo.



Charlamos un rato, y entramos a la casa, cuando la esposa del compadre vio el colchón de su cama arrumado en la sala, le dijo.



─ ¡hay amor! ¿Por qué dejaste el colchón allí tirado? ¡Yo te dije que armaras la cama para ponerlo en su lugar de una vez y no se ensucie!─ yo la miraba y pensaba « ¡porque íbamos a coger sobre tu colchón, ibas a dormir en el, sin imaginarte que tu esposo y el mío me habían dado tremenda cogida sobre el estúpida!»



Luego mi esposo le entrego una de las llaves de la casa al compadre y nos fuimos a casa a coger los dos solos y terminar lo que habíamos empezado.



Ahora bien. Esta parte de la historia es lo que me llevo a colocar el nombre al relato. Fueron una serie de acontecimientos que sucedieron en algo así como un ensayo y error.



Habían transcurrido una o dos semanas, yo estaba en casa, ya le había dado de comer a la niña y dormía, era medio día, y yo estaba echada en la cama viendo televisión, sumergida en un sopor intenso, me acariciaba el cuerpo y el coño por sobre la ropa dilucidando entre quedarme dormida o terminar por masturbándome.



Suena el teléfono, me paro sobresaltada y corro a contestar.



─¡HALO!



─¡HOLA COMADRE! ¿Cómo estás? ─ era el compadre.



─ muy bien cariño ¿y tú en que andas?



─ oye todo bien comadre, la estaba llamando acordándome de la fantasía que me contaste en la camioneta ¿te acurdas? ─ me interroga.



─¡COMO NO ME VOY A ACORDAR! ¡Y más por la forma en que te la conté!



─ bueno, pensando en eso… ¡quería ofrecerte un trabajito! ¿Estás interesada?



─ ¿SIII? ¿Y de que va eso? Primero explícame el asunto.



─ bueno.. El asunto es que uno de mis sobrinos se vino a Caracas a pasar unos días, y yo le dije que lo iba a llevar de putas, luego pensé en ti y… aunque no es exactamente tu fantasía, por lo menos harás de puta y ya es algo.



─¡ y cuéntame algo! ¿Este chico en cuestión es virgen? ─ la idea me paso fugazmente por la mente, me imagine desvirgando a un chiquillo y me dio un escalofrió por la columna y me hizo palpitar el esfínter y el coño cuando llego allí.



─¡bueno… técnicamente lo es! Tú sabes que los chicos del pueblo comienzan a hacerse hombres cogiendo con las burras─. Esta parte no me agrado mucho, por el tema de la zoofilia, aunque he visto algunos videos con mi esposo, no es un tema que me apasiona. Pero me guarde de hacerle el comentario al compadre y el prosiguió ─, la idea es que tu eres una puta y el te va a pagar y todo por tus servicios, ¿Qué te parece?



─¡ok! El único detalle es el lugar donde voy a coger con tu sobrino.



─¡AH! Por eso no se preocupe comadre, yo no les avise, pero el abogado que lleva nuestro caso, nos recomendó que no abandonáramos la casa, así que nos trasladamos de nuevo, solo con unas colchonetas y lo necesario para estar allí (hubo más explicación, pero eso no viene al caso)



 



─¡A muy bueno! Entonces yo los esperaría allí. ¿Y para cuando seria?



─ yo estoy pensando para el Jueves, (La cita seria dos días después) tengo que salir a comprar unos materiales para la empresa y así aprovecho y me le escapo a la cuaima.  Así le doy tiempo que le comente al compadre para ver qué opina.



─ok cariño, quedamos así, llámame mañana para confirmar.



Cuando llego mi esposo, le conté toda la historia y el tubo de acuerdo, claro como el siempre me decía.



─¿tu quieres? ─ y mi respuesta, fuese: sí o no, era importante para tomar la decisión, aunque muy pocas veces fueron no, poquísimas diría yo, porque como él me repetía siempre «es que tu eres muy puta» y no se equivocaba.



Todo quedo listo, y el día en cuestión, me traslade a la casa a esperar al compadre con su sobrino. Me di un buen baño, depilación total y mis cremas con sus olores tan ricos.



Yo había dejado algunos artículos en esa casa porque no me interesaron en llevármelos, entre ellos, estaba el short que había usado la segunda vez que cogí con el compadre.



Así que solo me coloque la parte superior del Baby Doll que era una pequeña bata rosada de encajes que llegaba a la altura de la cintura y luego el short de blu jean abajo, zapatos negros de tacón, pintura en ojos y labios, y para rematar me coloque una bata de casa por si llegaba alguien inesperado.



A los quince minutos estaban allí, a penas entraron y serré la puerta, me quite la bata y comencé con mi actuación, pasamos a la sala y yo caminaba delante de ellos moviendo mis caderas acompasadamente para que pudieran deleitarse con la vista de mi culo.



─¿este es el niñato que me comentaste? ─ le digo al compadre, y luego de convenir el precio de la cogida delante del muchacho, le pregunto.



─ ¿y tú… ya cogido antes con una mujer?



─¡no señora, esta es mi primera vez! ─ me contesta entre dientes como con pena.



Me rio fuertemente mientras le digo…─ ¡oye chico… llámame puta, o zorra si quieres, pero nunca señora!─ y me sigo riendo mientras volteó y le guiño un ojo al compadre.



Luego le digo que me siga, y nos vamos al piso superior donde teníamos un cuarto con una cama y los enceres que habíamos dejado allí.



Aunque el compadre me lo había pedido encarecidamente que lo hiciera sin condón, la verdad que la historia de la burra me tenía algo asustada por alguna infección o algo parecido, así que esta vez no iba a ser tan complaciente.



Nada más llegar, el chico se saco la ropa, yo le puse el condón y tuve que masturbarlo un rato para que el miembro se pusiera en estado de rigidez,  supuse que era por los nervios, así que lo agarre y comencé a mamárselo con el forro, después me puse sobre la cama, levante las piernas abiertas sujetándomelas por las rodillas y él se subió sobre mi y de un solo golpe me la clavó.



De no ser porque la situación me tenía algo excitada, y mi cuca ya estaba bien mojada en flujos, de seguro su penetración me hubiese dolido, porque sus envestidas eran fuertes y sin control.



Desde un principio, toda la experiencia con el chico había sido un desastre. A toda vista, yo era una puta y el solo quería disfrutar de mi cuca, así que después de darme unos pocos golpes, diez a lo máximo, se vino en el condón, y así mismo como termino, se vistió, me dio el dinero y bajo a buscar al compadre.



Yo lo seguí, y cundo llegamos a la sala, el compadre nos vio sorprendido… ─ ¡¿YA?! ─ fueron las palabras que acompañaron su mirada de asombro.



─¡bueno que te puedo decir!─ Le conteste sonriendo y algo frustrada, mientras charlábamos, el chico comenzó con una cantaleta de vámonos, vámonos.



El compadre desistió algo mal humorado y me dijo.



─me tengo que ir, si llega solo a casa ya sabes lo que va a pasar con mi esposa.



─bueno tranquilo papi, otra vez será.



Los acompañe a la puerta, nos dimos un fugaz besito de lengua y se fueron. Regrese al cuarto, me tire en la cama y me dispuse a masturbarme antes de irme a casa, y aunque en el momento alto del éxtasis, me paso por la mente utilizar el semen del chico para masturbarme, luego desistí de la idea y termine acabando de la forma habitual. Me cambie de ropa, deje todo lo demás en un cajón en el cuarto y me fui a la casa.



Un par de días después, suena el teléfono.



─¡holaa comadre! ¿Cómo esta?



─¡hola compadre! ¡Muy bien, estoy dándole pecho a la niña para darme un baño y preparar la cena!



─¡MMMM! Me guarda un poquito─ y se ríe ─ ¡Qué mal estuvo la última aventura! ¿No? ─ y antes de que le contestara, agrega ─ pero para que te alegres, te tengo otro trabajito, pero te prometo que este si va a estar mejor.



─¿en serio? ¿No se trata de otro bebe sin experiencia verdad? ─ le digo algo refunfuñona.



─ ¡no comadre! Este si es un señor serio, es viudo desde hace unos tres años y estuvimos hablando y le asome la posibilidad de coger con una puta joven y discreta y el acepto.



─está bien ¿y para cuando seria eso?



─¡ese es el detalle! ¿Crees que pueda ser para mañana? Puedo escaparme por asuntos del trabajo y la verdad que no quiero dejarlo para luego porque tendría que ser dentro de dos semanas que salgo a comprar material de nuevo.



─¡ok cariño! Déjame decirle a mi esposo, estoy segura que no dirá que no pero igual tengo que avisarle, te llamo a la noche cuando allá llegado.



Colgó y yo seguí en lo mío. Llego mi esposo, le cuento los acontecimientos y como era de esperar, la pregunta y mi respuesta.



 



─¡SI QUIERO! La verdad que eso de hacer de puta me excita, recuerda que siempre he querido probar con un completo extraño que si aguante un poco mas y disfrutarlo.



El compadre llamo a la hora precisa, se veía que estaba ansioso porque no espero que yo lo llamara,  como mi esposo ya estaba en casa, el lo atendió, hablaron un rato y luego me paso la bocina.



─hola comadre, ya el compadre me dijo que tienes el permiso, ya tengo  todo preparado, estaremos por allá como a las doce A.M. después de hacer las diligencias de la empresa.



Nos pusimos de acuerdo. Y la mañana siguiente, luego que mi esposo se fue a trabajar, entre al baño, hice mi ritual de depilación, baño y cremas. Y me fui a la cita con mi desconocido.



Use la misma ropa que me puse con el chico, y ellos llegaron a la hora convenida. El señor era un hombre medio gordo, alto, mediría como un metro noventa o algo así, canoso y con unas entradas grandes, yo le calcule unos cincuenta y pico de años, pero no se veía mal. Después de las presentaciones, mi compadre me dice al oído antes de subir con el señor.



─recuerda lo que te pedí, me lo prometiste ─ ya sabía a lo que se refería, que aquel desconocido dejara todo su semen dentro de mi coño.



Confiando en sus palabras, decidí complacerlo y darme el gusto también de sentir la leche caliente de un extraño llenando mi cuca.



Subimos, el señor se desvistió y yo comencé a mamarle la verga, estaba bien aseado, se veía se había acicalado bien para estar conmigo, olía a jabón y perfume, seguro quería dar una buena impresión.



El detalle fue que cuando le mamaba la verga y esta comenzó a tomar cuerpo… ¡ERA UN MONSTRUO, SUPER LARGA Y GRUESA! Jamás había visto una con esas dimensiones, me era difícil mantenerla en la boca y lo que pensaba era «Dios mío ¿esta vergon cabra en mi coño?». Lo seguí mamando un rato sin decir nada, me deleitaba con su tamaño, su grosor.



Era alucinante ver un aparato tan exagerado, yo siempre pensé que la de mi marido era grande, pero esta era realmente desproporcionada.



Llego el momento de probar su envergadura con mi coño, me acomode como hice con el chico, y cuando se acerco…



─¡DESPACITO POR FAVOR! ─ le dije algo nerviosa y termine por confesarle,─¡JAMÁS HE TENIDO UN APARATO DE ESE TAMAÑO DENTRO DE MÍ!



─ ¡TRANQUILA SEÑORITA! Yo estoy claro de mi problema y tuve mucha práctica con mi esposa ─ me dijo como para calmarme.



¡¿SEÑORITA?! Este apelativo, me lleno de morbo y ternura, por lo que decidí poner todo de mi parte para hacerle disfrutar del momento. Luego el me ensalivo los labios vaginales y comenzó a restregarme el glande por ellos, lo subía y bajaba por mis labios mientras me iba ensalivando.



Después de un rato, yo resuma flujos en abundancia, y el, al percatarse, supo que era el momento de avanzar,  comenzó a ejercer presión con su glande en mi gruta encharcada.



Me daba envestidas cortas y suaves hasta que… la cabeza comenzó a franquear los labios vaginales y sentí como se distendían para darle paso a semejante verga. Aunque pensé en un principio que sería un dolor atroz, no fue así, si hubo algo de molestia, pero no fue mucha, la sensación de llenura, era extraña, pero no desagradable.



El continuo con maestría su trabajo hasta que me la tenía toda metida, bueno… ¡creo que fue solo la mitad! Aunque en la posición que yo estaba, no podía ver, pero si sentí clarito cuando su glande golpeo en la entrada de mi cuello uterino, lo empujaba, lo movía, en un momento llegue a sentir que la tenía clavada directamente en mi estomago.



Ahora sí, la sensación de llenura en mi cavidad era absoluta, las sacudidas en mis paredes  vaginales eran algo nuevo para mí, el placer que sentí, subió mi temperatura de cero a mil en segundos, llegue al borde del precipicio, y en el fondo, el placer como lava hirviente, esperaba que cayese para consumirme y fundirme con él.



Y no lo defraude, me deje llevar por las sensaciones nuevas y placenteras, y caí con quejidos de placer y exigencias.



─¡AAAH! ¡AAAHHHH!─ tímidamente al principio, pero luego fueron subiendo de tono y comentarios.



─¡HAY ASI PAPI! ¡ME GUSTA, DAME MAS DURO ANDA! ¡AAAHHHHHH! ¡ME MATAS CON TU VERGOTA PAPI! ¡DALE, DALE  ANDA, COMPLACE, DALE MAS RAPIDO POR FAVOR!─ si aumento sus envestidas pero aun se mantenía aguantado como para no dañarme.



─¡WWWAAAUUU! ¡HAY PAPA TE VOY A CONFESAR ALGO! ¡AAAAHHHHH! ¡ME TIENES AL BORDE AAHHHHHH! ¡NUNCA HABIA PROBADO UNA VERGA TAN RICA!─el me había comentado al principio, que estaba al tanto de su problema, y yo pensaba entre las envestidas« ¿problema? ¡Si me tienes en la gloria! ¡Yo podría cogerme esta verga sin descanso todos los días!»─ ¡OHHH, OOHHHH! ¡ME VAS A SACAR UN ORGASMO RAPIDITO! ¡AAAHHHH, AAAHHHH! ¡VOY A ACABAR SOBRE TU VERGA PAPA!



El no decía nada, solo me veía, y en el último momento, tal vez producto de mis palabras, el señor aumento sus envestidas, y ahora si sentía como que me iba a traspasar, era una sanción indescriptible.



 



Hale mas las piernas hacia mí y las separa para que me lo enterrara hasta donde le diera la gana.



─¡HAY ASI, DALE, DALE PAPI! ¡ASII, ASII! ¡DALE, DALE! ¡DALE PAPI QUE ME VOY A VENIR! ¡ME VOY! ¡AHHHHHHHH! ─ le apreté la verga los más duro que pude con mis músculos vaginales y acabe. Me vine en un orgasmo único y ruidoso. Incluso, grite un par de veces, y el acompaño mi venida regalándome varios chorros de su leche. Sentía su semen caliente brotar dentro de mí, mojando mis paredes vaginales y todo mi coño con su néctar. Me subió hasta la cúspide para dejarme caer de golpe sobre un placer sublime y desconocido.



Llore, se me salieron las lagrimas de gozo, y aunque es algo que me ha pasado pocas veces, solté varios chorros de flujo cuando me vine. La causa, supongo que fue porque estaba cumpliendo dos de mis fantasías al mismo tiempo.



La primera: era coger con un desconocido y que me dejara cargadita con su leche, y la segunda, era una que me tenía encabronada. Cada vez que veía las películas porno que llevaba mi marido, y salían esas mujeres disfrutándose esos hombres con unas vergas descomunales. ¡QUÉ ENVIDIA ME DABAN!



El señor se salió de mí, y yo quede como una muñeca tirada sobre la cama.



─cariño disculpa no te acompañe pero me dejaste muerta ─ el se ríe y me dice que no me preocupe, le digo que pase por el baño para que se aseé antes de irse, y el recoge su ropa, saca el dinero, me paga y se va desnudo al baño a lavarse.



Me acomodo en la cama sin moverme mucho, no quería que se saliera el semen de mi coño aunque a esas alturas ya salía una considerable cantidad de leche por mis labios.



El compadre llega sonriendo y me dice.



─¡oye comadre! ¡El señor quedo súper encantado y agradecido con tu trabajo! ─ mientras termina de quitarse la ropa y se sienta al borde de la cama ─. ¡Bueno! ¡Aunque por tus gritos creo que tu también quedaste muy complacida!



─ no te lo voy a negar ¡es el primer polvo con una verga tan grande y rica que he tenido! ¡Me dejo desfallecida!



El se me acerca y separa los labios vaginales ─ ¿así que te gusto zorrita? ─ ese trato familiar, que es el que usa mi esposo conmigo cundo llego de coger, me gusto mucho y me hizo sentir en intimidad con él. Asumí mi papel de gatita zorra como lo hago con mi esposo.



─¡SII! ¡ESA VERGOTA ME HIZO LLORAR DE PLACER! Y MIRA COMO ME DEJO LA CUCA ABIERTOTA! ─ y con mis dedos separo los labios vaginales para que vea mejor ─ ¡MIRA COMO ESTA ROJA Y CHORREANDO LECHE CARIÑO! Ahí, el se acomodo y puso su verga lista para penetrarme ─. ¿QUÉ VAS A HACER PAPI? ¿TE VAS A COGER MI CUQUITA LLENA DE LECHE? ─, le digo melosa sin dejar de abrir mis labios con los dedos.



─¡SI COMADRE, ESO ES LO QUE QUIERO!



─¡VEN PUES PAPI! ─ y sigo sujetándome el coño, aunque falta, falta, no hacía, bien abierta que estaba.



─¡UUUFFFF! ¡ASI PAPI!─ le digo cuando entra, el se acomoda sobre mi y busca mis labios que ya lo esperaban ansiosos.



Subo mis piernas por sus costados, nos abrazamos y comenzamos a coger rico, me daba suavecito y nos chupábamos las lenguas.



─¡MMMMM! ¡RICO COMADRE! ¡ESTAS AGUADITA! ¡CARGADITA DE LECHE!─ Bajo la cara a mis tetas que no habían recibido atención hasta ahora y comenzó a mamármelas.



No les voy a mentir, la situación me tenía excitada pero… estaba segura que no llegaría al orgasmo fácilmente. Así que lo deje que me cogiera duro y me disfrutara.



Le decía al oído cositas ricas─ ¡ASI PAPI DAME! ¡DAME DURO AMOR QUE SOY TU PUTA! ¡DAME, DAME TU LECHE ANDA!



Se vino rapidísimo, me di cuenta que la situación lo excitaba al máximo porque no aguanto lo que normalmente dura.



Se salió de mí y se acostó a mi lado,  me dio un beso y luego empezó a contarme de repente una historia extraña.



─¿sabe una cosa comadre? Mi esposa y su mama están molestas por una situación muy peculiar ─ me contaba mientras nos acariciábamos y nos dábamos besitos.



─ ¿y eso compadre? ¿No tiene nada que ver con lo de nosotros?



 



─ ¡NO QUE VA! ¡Déjeme explicarle! Resulta ser que mi esposa fue un día a los tribunales por el problema de la casa, cuando llego en la tarde, estaba furiosa porque el juez que lleva el caso, le dijo que si ella era amable con él, arreglaría todo en su favor para que se quedara con la casa ─aquí el se levanta, se arrodilla en la cama como para verme mejor, y continua─ lo que nos sorprendió fue la respuesta de su mama, le dijo que porque ella no actuó en el momento e hizo lo que le pio el juez. Mi esposa se quedo en shock por su respuesta y solo atino a decirle « ¿y qué garantía tengo yo de que después que le diera cuchara a ese tipo, cumpliera con su palabra?». El asunto fue, que al día siguiente cuando llegue del trabajo, se notaba la tención, aunque hablaban entre ellas, eran frases cortas y evitaban el contacto visual. Yo decidí retirarme del campo de batalla, así que una vez termine de cenar, me retire al cuarto con el pretexto de que me estaba doliendo la cabeza. Al rato llego mi esposa y me dice que tiene que contarme algo…



─ En lo que saliste esta mañana para el trabajo. Mi mama salió del cuarto y de una vez me pregunto. Que había pensado de la propuesta del juez, yo no le conteste nada. Y entonces ella se lanzo con un discurso que ella lo había dado todo por mi y ahora que necesitaba de mi ayuda, yo le daba la espalda, que por mi culpa nos quedaríamos sin nada, y para rematar me saco en cara que todo lo que me había dado desde que nací y literalmente me dijo, que yo se lo debía y tenía que pagar eso, siendo la puta del juez. Me dio tanta rabia sus palabras que me arregle y me fui dispuesta acostarme con el hombre. Pero cuando llegue al juzgado. Me dio un remordimiento tan grande contigo, que me regrese a casa sin subir a su oficina. ¡Y antes que nada, quiero pedirte disculpas por eso! ¡Por pensar en cometer esa locura por culpa de mi madre!



A estas alturas de la historia, el compadre me sobaba la cuca, regaba el semen por mis labios vaginales y los recorría de arriba abajo. Yo esperaba que agregara algo mas al relato, pero el ya había fijado su vista en mi coño y se deleitaba acariciándome, saco mi clítoris de su escondite y con la otra mano, untaba semen sobre él y lo acariciaba en círculos.



¿Y yo?….



─¡AHHHHHH! ¡Me imagino que fue una situación desagradable! ¡UUUWWWOOOO! ─ le respondía, suspirando entre cortada por sus caricias ─,¿y la relación con su suegra? ¡AAHHH! ¡AAAHHH! ¡Supongo que tú y tu esposa! ¡MMMMMM! Deben estar súper ¡AAAAAAAA! ¡Súper molestos con ella! ¡AAHHHAAAA!



El no me respondía, luego se acomodo entre mis piernas y me clavo su verga de nuevo, me dio un beso y me dijo…



─ ¡no vas a creer lo que te voy a decir! En otra oportunidad, tal vez me hubiese enfurecido. Pero después de conocer esta vida swinger contigo y el compadre. ¡Te juro que me imagine cogerla después de estar con el juez y la verga se me puso durísima! ¡Le hice el amor! Y aunque supongo que ella creyó que la forma en que la cogí, fue en agradecimiento por no acostarse con el tipo. ¡Era todo lo contrario! ¡De seguro que ella no se lo imagino! ¡Pero le di durísimo imaginándola chorreando leche del juez mientras la cogía!─ hizo una pausa para darnos un beso bien rico, y luego agrego ─ ¡he disfrutado mas de hacer el amor contigo, que todas las veces que lo he hecho con mi esposa! ¡Eres la primera mujer que cogí por el culo, disfrute esa experiencia contigo y creo que no lo hare con nadie más! ─ me decía todo eso, mientras nos besábamos y me cogía despacito, bien rico ─. ¡Esa morbosidad que descubrí en el sexo, de verdad me tiene prendado de ti! Eres cómplice, complaciente y además tienes un morbo que me despierta diferentes sensaciones que jamás supe que se podían disfrutar en el sexo. Voy a confesarte algo… ¡estoy enamorado de ti! Pero no ese amor como el que siento por mi esposa, es algo que no sabría como explicártelo, pero es referente al sexo, la pasión. Te confieso que algunas veces cuando hago el amor con mi esposa, me imagino las cosas que hemos hecho y me da un morbo tremendo.



Le doy un beso de lengua y le digo…



─¡compadre yo también lo amo mucho, recuerda que fuiste el primero después de mi esposo que estuvo conmigo en esta aventura! ¡Por eso te quiero y vas a ser el primero de mis hombres!



Las palabras del compadre, me llenaron de sentimiento, y el aprecio que nos teníamos, salió a flor de piel y nos entregamos como dos amantes consumando nuestro amor.



Antes de continuar, quiero aclarar algo para los que ya se están figurando una trama distinta. Yo ame, amo, y siempre amare a mi esposo. Para mí, el lo es todo, mi vida mi felicidad, el padre de mis hijos y el amor más grande del mundo, si no fuese por él, jamás hubiese descubierto y disfrutado el mundo del swinger. Lo del compadre es un cariño distinto, solo referente al sexo y nada más. Una vez esclarecido el tema, continuamos con la historia.



Ya no nos hablamos mas nada, solo nos entregamos a hacer el amor y disfrutar de nuestros cuerpos. Después de un rato, como toda mujer sumisa que quiere darle el mayor placer a su hombre.



─¡ya va papi espérate! ─ le digo, mientras lo empujo suavemente para que se baje de mi. Luego me doy la vuelta dejando la cabeza clavada en la cama y mis nalgas levantadas, ofreciéndole mi agujerito anal. Aparto la tira del short abriéndome las nalgas.



─¡así papi! ¡Dame por el culo que quiero sentir tu verga llenándome de leche!─ arqueaba la cintura y apretaba y aflojaba el esfínter para que se moviera y el detectara mi ansiedad.



─¡HAY, ASI MI AMOR! ¡METELA TODA PAPI, DAME DURO! ─ comencé a masturbarme y apretar el esfínter para darle más placer, bueno… no solo a él, porque cada vez que se lo apretaba, la sensación de penetración era más exquisita.



─¡HHUUUYYY! ¡ASI NEGRITO, VENTE CONMIGO! ¡DAME TU LECHE CIELO! ¡AAHHHH! ¡AAHHHHHH!─ giraba el culo como un torbellino. Cuando el acelero sus embestida. Me di con todo sobre mi clítoris, y cuando su verga comenzó a latir dejando todo su semen en mis entrañas, ya el orgasmo me estaba desgarrando el alma con una fuerza letal. Salía en gritos por mi boca y convulsionaba todo mi cuerpo, apretando mis músculos vaginales automáticamente dándole más placer a su acabada.



Nos abrazamos para descansar mientras nos acariciábamos y besábamos. Nos prodigamos mucho amor, no dejábamos de tocarnos. Hicimos el amor toda la tarde. Repitió el anal un par de veces, incluso hizo algo que hasta ese momento solo lo había hecho mi esposo: metía su verga en mi coño y la sacaba mojada en su semen mezclado con la de mi amante y me la daba a mamar. Ya entrada la tarde, me pidió que me bañara con él, y aunque no le gusto mucho. Le dije que le tenía que llegar a mi esposo tal como estaba y llevarle mi ofrenda.



Nos despedimos con un beso apasionado y cada quien para su casa.



Cuando llegue. Solo me lave los senos para darle de comer a mi hija, y como en veinte minutos después, llego mi esposo. Nos saludamos con un gran beso y mientras él fue a tomar un baño, me desvestí, y cuando salió ya estaba preparada para él.



Me dio a mamar su verga mientras comencé a contarle con lujo de detalles, como había estado mi día de puta. Cuando me clavo su güevo en mi coño rebosado de semen, ya la historia iba por la cogida con el compadre.



Le hable de sus sentimientos… ¡le hable de mis sentimientos! Y después de terminar de coger y disfrutar de otro grandioso orgasmo con mi esposo.  Nos pusimos a hablar sobre los afectos nacidos, y llegamos al acuerdo, que mi compadre pasaría a ser mi marido.



Por supuesto mi esposo seguiría siendo mi esposo (el macho alfa) el compadre tendría algunas concesiones sobre mi cuerpo, pero… siempre, siempre, mi esposo tendría que estar al tanto de todo y el seria el principal en decidir cualquier evento (aventura, cogida, u otra idea guarra del compadre) si se efectuaba o no y el permiso para cualquier movimiento posterior.



Yo quede de acuerdo con todas las clausulas, tampoco era que quería tener un problema con mi esposo por una aventura, así que felizmente disfrutaría de dos hombres cada vez que quisiera, o pudiera, en el caso del compadre.



Les comento que el dinero recaudado por mis servicios, lo utilice para comprarle un lindo vestidito a mi hija. Dinero ganado con el sudor de mi frente, o más bien con el sudor de mi coño, jejejeje.


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