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Categoría: Incestos

Época que espié a mi madre

Esto sucedió hace muchos años, siempre fuimos una familia humilde por lo que las posibilidades económicas solo nos permitían vivir en un salón donde no habían divisiones, para la época mi madre tenía 44, mi padre 48 y yo 18, ella era una mujer no muy atractiva, media 1.50cm de estatura, cabello corto, rellenita, nalgona, tetas algo grandes.



Todo empezó por casualidad un lunes festivo día en que no tuve que ir al colegio, eran alrededor de las 6 de la mañana, yo dormía, pero estaba algo incómodo con la postura en la que estaba, eso hizo que yo despertara para intentar acomodarme, cuando lo hice levante un poco la cabeza, cuando lo hice vi como mi padre estaba encima de mi madre dándole verga mientras ella tenía sus piernas bien abiertas recibiendo, ellos me vieron y de inmediato él se bajó y se acostaron, yo me asusté mucho, me agache y cubrí mi cabeza con la cobija, cosa normal en mi porque siempre he dormido cobijado de pies a cabeza, me quede muy quieto no sin antes dejar un pequeño agujero para poder ver que sucedía, estaba asustado y a la vez algo emocionado, no podía creer lo que había visto, me quede muy quieto.



Ellos después de unos minutos me empezaron a llamar, incluso él se levantó y movió mi cabeza pero yo seguí inmóvil, él se volvió a meter en la cama y después de unos 10 o 15 minutos pensando que en realidad yo no había visto nada y estaba dormido el volvió a quitarse sus calzoncillos y se montó de nuevo sobre ella, no podía creer lo que estaba empezando a ver, ella abrió bien sus piernas como dando la bienvenida a la verga que iba a entrar, él le daba duro, a ritmo rápido y fuerte, ella lo miraba y se agarraba de las manos de él, así fue por 15 minutos, luego él se bajó, se puso boca arriba, tomo su verga y la puso derecha, ella se incorporó, con su cuerpo totalmente desnudo se sentó sobre esa verga que la esperaba y empezó a cabalgar, era delicioso ver como sus tetas se movían cada vez que ella subía y bajaba, lo hacía con fuerza, incluso él se notaba un poco dolido cada vez que ella le daba cada sentada, él le acariciaba las tetas, se las mamaba y yo no salía de mi asombro, mi calentura y mi morbo, ver a mi madre recibiendo verga como en las películas, me tocaba la verga que para entonces ya estaba muy dura, después de ella cabalgar un buen rato el vuelve a tomar las riendas, se le monta y le da verga duro, ella pujaba y eso me ponía a mil, de repente el acelero el ritmo hasta que le llego por dentro él se tumbó en la cama después de vaciar su leche en la concha y se quedaron un momento quietos, luego se besaron y se levantaron, él se fue a bañar, ella por el contrario se quedó así toda la mañana, desde ese día me entro un morbo terrible por verla desnuda o follando, fueron muchas situaciones vistas, una época genial.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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