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Categoría: Infidelidad

48 HORAS

Día uno



Llegamos juntos al hall del hotel, mire de reojo y te vi encantadora, con un vestido negro vaporoso, hasta las rodillas, se adivinaban los cachetes de tu culazo separados por un tanga de infarto, no habían utilizado mucho material en confeccionarlo. Desde mi perspectiva veía el canal infinito de tus pechos, estos perfectamente dispuestos, cosa que no paso por alto el recepcionista. Te descubrí mirandome la entrepierna, era evidente la enorme erección que me habías provocado. Mire al frente con dificultad y procedí a inscribirnos, utilice como nombres señor y señora de Anansi, ya habíamos quedado en registrarnos con nombres falsos para darle un poco más de morbo al asunto. El recepcionista nos miró extrañado, no éramos la pareja habitual, y el apellido le sonaba un poco a broma, pero cambio de cara cuando le pague por adelantado los dos días de estancia y una generosa propina que nos garantizaría el champán de la noche. Nos dio la llave de la habitación 269, y nos indicó como llegar, y que el desayuno comenzaba a las 8:00.



Entramos al ascensor, pulse el botón de la cuarta planta, la puerta se cerró y ya tenía tu lengua dentro de mi boca, moviéndose juguetona, te cogi por la cintura, tus piernas rodearon mi cuerpo, te rozabas frenéticamente contra el bulto que había aparecido en mi pantalón, fui a sacarmela cuando sono el ascensor, se abrió la puerta y vimos a dos ancianos extranjeros en batín mirarnos asombrados, no dijeron nada, volví a pulsar el botón de la segunda planta, la nuestra y no se movieron del sitio. Los despedí mientras se cerraba la puerta y yo apartaba tu tanga para penetrarte con todas mis ganas, gritaste de placer. El ascensor subía y yo te follaba violentamente contra el espejo del ascensor, tú devorabas mi lengua y mis labios. Salimos del ascesor, el pasillo hasta la habitación era largo y estrecho, fuimos chocando contra las paredes, perdimos varias veces el equilibrio, pero tenías bien agarrada mi polla y en ningún momento permitiste que saliera de dentro de ti. Fui a abrir la puerta, tenía las llaves en el pantalón, y éste a la altura de los tobillos, tenía un serio problema porque estabas imprimiendo un ritmo endiablado, mi esperma ya no aguantaba más en la línea de salida y lo notaba hacer su recorrido hasta la meta, tú te arqueabas y movias tú cuerpo arriba y abajo estrujando mi polla a gran velocidad...



Entramos en la habitación, dejando tras nuestro la huella de nuestra pasión, nos reimos desnudos en la cama pensando en lo que dirían las mujeres de la limpieza al día siguiente, "vaya par de cochinos los de esta habitación, mira nena, toda la moqueta de la entrada mojada, y mira que chorrete en la puerta, seguro que a la perra esta se la han follado contra la puerta, se ha corrido en el suelo y el hijoputa se la ha sacao al mismo tiempo y se ha corrido contra la puerta, que marranos, seguro que son unos jóvenes descerebrados", jajajajaja, nos estuvimos riendo media mañana.



Abrí los ojos, estaba desnudo encima de la cama, traté de moverme pero me fue imposible, tenia esposados los brazos a los barrotes de forja de la cama, te llamé, no contestaste, pero oía ruido en el aseo, esperé... Al cabo de un rato te vi aparecer, semidesnuda, llevabas un tanguita minúsculo, esa era toda la ropa que llevabas en el cuerpo, las manos las llevabas ocupadas con dos cosas, en una un pañuelo grande y negro de seda, en la otra una cámara de video. Con una sonrisa en la boca te acercaste a la cama grabandome con la cámara, hiciste un primer plano de mi polla que permanecía en una semierección, la cogiste con la mano y seguiste grabando mientras la masajeabas de arriba a abajo suavemente, con calma...ahí me encontraba yo, maniatado a tu merced, y entonces procediste a taparme los ojos con el pañuelo, anudándolo con fuerza. Oscuridad...hubo una porción de tiempo que no supe dónde estabas ni qué hacías, pero pronto comencé a sentirte...primero tu aliento sobre mi pezón, se me erizo todo el vello del cuerpo, pasaste tu lengua húmeda por mi boca, deje de sentirte de nuevo...de repente note el contacto de tus labios alrededor de la cabeza de mi polla, delicadamente follaste mi polla con tu boca, ahora más rápido, ahora más profundo, tu saliva lubricaba cada centímetro, hasta que no pude más y eyaculé con violencia dentro de tu boca. No te importo recibir la descarga de esperma y continuaste mamando hasta que mi polla perdió su dureza, de nuevo perdí el contacto contigo, unos instantes en los que intente adivinar tu próximo movimiento...al cabo de un rato note tu presencia otra vez cercana a mí, ahí lo tenía, a escasos centímetros de mi boca, tu sexo. Saqué mi lengua y con toda la suavidad que fuí capaz comencé a lamer tus labios y tu clítoris, te escuche gemir de placer, ibas acercándolo cada vez más a mi boca, seguí chupando utilizando ya mis labios y penetrándote con mi lengua, noté humedecerse tu sexo. En ese momento de un rápido movimiento te trasladaste a la altura de mi polla, ya de nuevo en erección, y noté como la cojías con una mano y la acercabas a la entrada de tu vagina, poco a poco, sin prisa ibas devorando centímetro a centímetro mi polla, más adentro, más adentro, cuando entró por completo la apretaste fuertemente y comenzaste a moverte en círculos cada vez más violentos, pero sin sacarte ni un centímetro...Empezamos a gemir y gritar de placer, me cabalgaste durante un tiempo interminable, maravilloso, en el que en varias ocasiones te movias en espasmos de placer, aflojabas el ritmo cada vez que te corrias, para volver a aumentarlo una y otra vez...Caiste rendida sobre mi, dormimos hasta bien entrada la tarde.



Esa noche nos arreglamos para salir a cenar, había que recuperar fuerzas, decidimos salir a la costa, había muchos sitios para elegir y entramos en uno que tenía muy buena pinta. Cenamos copiosamente y bebimos en demasía, cerveza sobre todo, mucha cerveza...Nos propusimos visitar algún pub de moda, y allí nos presentamos. Más cerveza, más cerveza, más cerveza, íbamos completamente borrachos, nos magreamos amparados en la multitud, nos comimos las lenguas, estabas desatada, incluso hiciste alguna proposición a chicos y chicas que nos rodeaban. Nos divertimos mucho, pasamos la noche bebiendo y bailando, era la hora de volver al hotel a descansar, teníamos al día siguiente masajes y Spa contratados y había que disfrutarlo...De camino al coche nos dimos cuenta que no íbamos en condiciones de conducir, y decidimos llamar a un taxi, apareció al momento, el taxista era un chico joven, bien plantado y te entró por el ojo, montaste delante, yo detrás y vi como le susurrabas algo al oído. Llegamos al hotel y me mandaste a esperarte en la habitación, "tengo un asunto pendiente y ahora subo"- me dijiste totalmente borracha.



Subiste al cabo de una hora, ya más espabilada, yo estaba desnudo en el balcón fumando un porro de marihuana, acababa de empezar una botella de champán y viniste a hacerme compañia, fumamos, bebimos y nos volvimos a amar en el balcón, esta vez te dominé yo a cuatro patas, te la metía salvajemente mientras bebía de la botella de champán. la acabe derramando en tu culo y salpicaba en cada embestida que realizaba contra tu vagina. Nos sorprendio el alba en el suelo borrachos, extenuados y pegajosos...



Día dos



Sentado en la cama, dormías plácidamente boca a bajo a mi lado, desnuda, con una sonrisa en la boca. No quise despertarte, en ese instante vi la cámara de video y me puse a verla. Empezaba con un primer plano de mi polla, bien cerca, se notaban claramente todas las venas, luego llegaba la parte en la que me tapabas los ojos, dejabas la cámara apuntando a mi entrepierna y me la chupabas, me encantaba la forma en que mirabas la cámara con mi polla dentro de la boca, se me puso de nuevo dura, jajaja. Volvías a coger la cámara y hacías un primer plano de cómo entraba mi polla centímetro a centímetro en tú vagina, aquí se perdía la grabación, pues te movias tanto que igual se veía una teta que la mesita de noche. A éstas alturas ya estaba yo pegándome una buena paja viendo el video y no lo paré, cual fue mi sorpresa cuando continuo el video, dejabas la cámara encima de un seto apuntando a un rincón del parking del hotel, entonces aparecías de la mano el taxista, ibas completamente borracha, le bajaste los pantalones y te metiste su enorme pene en la boca, no podías tragartela entero, aunque él te cogía de la cabeza y apretaba fuerte, te hizo vomitar, entonces te levanto, te aparto el tanga y empezó a follarte violentamente, te tapaba la boca para que no se oyeran tus gritos de dolor y placer, después de unos minutos de penetraciones salvajes se corrió en tu cara, te dejó en el suelo y se marcho, permaneciste inmóvil en el suelo unos minutos, dolorida, cansada, te levantaste y apagaste la cámara...



Estuve a punto de correrme viendo el video, pero se me ocurrió una idea mejor, fui a la maleta y busqué un bote de vaselina que había traído conmigo, me lubrique bien la polla y cogi un poco más para huntarte el ojete. Te lo frote muy bien por el ano introduciendo algún dedo para ir ensanchandolo, no te despertaste, me puse detrás de ti, agarré mi polla, apunte bien y de un golpe de cadera te la enterré en el culo hasta los huevos...Te despertaste sobresaltada, no podías moverte, estabas aprisionada bajo mi cuerpo, te dolía, se veía en tu cara, pero no hiciste nada para sacarla, al contrario empezaste a moverte, yo notaba mi polla totalmente estrujada por tu culo, me gustaba mucho y a ti también parecía gustarte, nos empezamos a mover al compas y gemir como locos, gritabas con cada embestida y aún así te movías como una loca, me corrí hasta en dos ocasiones dentro de tu culo...



Descansamos un rato abrazados juntos en la cama, poco después nos dirigimos a disfrutar de una sesión de sauna, duchas frías y masajes reconstituyentes. Incluso nos dieron un masaje con chocolate que nos dejó dormidos sobre las camillas. Después comimos en el restaurante del hotel, copiosamente pues habíamos gastado muchas energías durante el fin de semana, hablamos durante toda la tarde de nuestros problemas, de la familia, del trabajo, echamos algún polvo más, apasionados como todos, salvajes, dulces, con dureza pero con cariño, nos besamos, nos chupamos, nos lamimos, no hubo rincón que no disfrutáramos el uno del otro, y como todo se acaba llego la noche y con ella el momento de la despedida...



Nos separamos a la salida del hotel, nos dimos un último y apasionado último beso, nos miramos a la cara sabiendo que nada de lo que habíamos hecho se volvería a repetir.



Fue el último día que te vi...


Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
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