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Categoría: Confesiones

Follada por mi cuñado (2/2)

Al día siguiente fuimos a cenar a cenar a casa a de ellos, la verdad es que pase todo el día esperando la hora de la cena para poder verle y seguir con el jueguecito que había comenzado. Me puse un vestido cortito y muy pegadito, hacia resaltar mucho mis curvas. Cuando llegamos a casa de ellos fue mi cuñado quien nos recibió mientras mi hermana preparaba la cena, saludo a mi marido y lo dejo pasar, luego me saludo a mí con 2 besos, uno más cerca de mi boca que el otro, me puso su mano sobre mi cintura para invitarme a pasar, y mientras lo hacía deslizo su mano de mi cintura hasta mis nalgas... obviamente no le dije nada… 

Durante la noche no parábamos de buscarnos con las miradas, cuando terminamos de cenar tanto él como yo nos ofrecimos voluntarios para limpiar la cocina y lavar los platos y todo lo demás.

Yo me adelanté con algunas cosas a la cocina y mientras las colocaba en la pica, de la nada sentí como me arrimo todo su paquete por detrás, lo tenía duro, pude sentir como lo tenía duro… me giré para verlo y en cuanto lo hice me beso intensamente en la boca y me dijo: ya para el jueguecito que te traes y pídeme que te de lo que tu marido no te da…

Lo aparte de mi porque sabía que no era el momento para eso porque en cualquier momento podía llegar o mi hermana o mi marido.  Así que le pase mi mano por encima del pantalón sobre su polla, estaba dura y parecía más grande que la de mi marido. Y le dije: Quiero comerme esta polla que tantas maravillas dicen que hace… pero ahora no es el momento.

Nosotros tenemos el mismo horario en nuestros trabajos y siempre estamos 3 horas antes que nuestras parejas en casa. Por lo tanto, le invite a que del trabajo al siguiente día se viniera directo a mi casa y que allí si podíamos hacer lo que fuese.

Al día siguiente antes de que llegase le envié fotos de ropa con la que quería que lo esperara. A lo escogió una minifalda de revuelo tipo colegiala y un una camiseta cortita y escotada sin sostén. La verdad es que estaba muy emocionada y demasiado caliente esperando el momento. Cuando el timbre de mi casa sonó me puse muy nerviosa, y en cuanto le abrí la puerta me cogió de cargo en sus brazos y me llevo directo a mi habitación, si a la habitación donde duermo y tengo intimidades con mi marido, me lanzo sobre la cama y empezó a besarme la boca, luego bajo al cuello, luego bajo a mis pechos, la camisa que tenía puesta prácticamente me la arranco de encima y me empezó a comer los pechos como si fuesen un manjar que le exigía comer más y más. Era increíble la sensación que tenía, estaba tan excitada como nunca lo había estado, me besaba el abdomen, los pechos, el cuello, luego me giro para besarme la espalda, luego poco a poco me fue poniendo posición de perrito, y en cuanto me tubo así, me subió la falda y inmediatamente me bajo la tanguita roja que me había puesto, y en cuanto la quito me empezó a comer el coño. ¡Cuánta razón tenía mi hermana, mi cuñado tiene una lengua que la usa de maravilla! Estaba tan caliente, me encantaba que me tuviera en cuatro y que me estuviera comiendo el coño en esa posición, estaba tan caliente que no tarde en tener mi primer orgasmo, y mientras terminaba él seguía comiéndome el coño con más intensidad. Wow jamás había experimentado tal cosa… una vez termine bajo la intensidad, pero seguí tan caliente que le decía que no parara, el obedientemente continuo, yo solo podía gemir como nunca antes, hasta que en un dado momento sentí que su lengua subió hasta la entrada de mi ano, y la verdad es que esa sensación me encanto, le pedí que no parara, que era su putita y que tenía que complacerme en todo, mámame el culo eran mis órdenes, y él lo empezó a hacer, no sé cómo lo hacía tan delicioso que tuve otro orgasmo, nunca me habían besado el ano, y nunca creí que se disfrutara tanto.

Luego él se puso de pie y se quitó toda su ropa hasta quedar completamente desnudo, sabía que era mi turno de comerme esa polla que tanto había deseado, me giré y me puse de pie para luego colocarme de rodilla frente a él. Era una polla increíble, un poquito más grande que la de mi marido y era gruesa como bien había dicho mi hermana. Sin pensármelo me la metí a la boca, no me entraba toda, pero la metía hasta donde podía. Estaba tan dura… luego me la saqué y empecé a recorrer su tronco con mi lengua de arriba a abajo para luego terminar chupándole los huevos. Podía ver en su rostro que le encantaba, hasta que en momento me la metió en mi boca, me cogió con sus manos la cabeza y empezó a bombear como si me estuviera follando, me encantaba todo porque mi marido nada de esas cosas me había hecho. Bombeaba hasta que sentía que me ahogaba y luego paraba y luego lo volvía y así repetidas veces hasta que la saco y me dijo: no creí que fueras tan putita, ahora vamos a probar ese coño que tan fiel que dicen que ha sido. Me puso en pie, me giro y me puso en 4 a la orilla de la cama y se dispuso a penetrarme.

Mi coño estaba tan mojado y si polla tan ensalivada que no resultó difícil el hecho de que me introdujera esa enorme polla, sentí como poco a poco iba entrando hasta que la introdujo toda, en realidad para mí era enorme, me dolió un poco, pero me dio igual, le pedí desesperadamente que me follara como quisiera, cuñadito, ¡soy tuya y fóllame como a ti te plazca!! Fóllame como te follas a mi hermana quien dice que tan bien que lo haces, entonces note como esas palabras hicieron no importarle nada, porque empezó a embestirme como si su única misión en la vida fuera recentarme el coño. Yo gritaba de placer y dolor, quería disfrutarlo sin importarme nada ni nadie. Sentir esa enorme polla dentro de mi coño me tenía como loca hasta que tuve mi tercer orgasmo. Y mientras lo tenía empecé a sentir como empezó a pasar un dedo en la entrada de mi ano, mientras me follaba me pasaba su dedo por mi ano como quien prepara algo que se va a comer también.

Entonces recordé que mi hermana dijo que él deseaba con locura practicar sexo anal pero que ella no quería.

Entonces supuse que él lo intentaría a toda costa conmigo, y la verdad es que quería tener este macho complaciéndome por mucho tiempo, así que algo que no le da mi hermanita le tenía que dar.

Luego lo detuve me puse en pie y lo tumbé en la cama boca a arriba, quería cabalgar esa polla y verle su cara mientras lo hacía. Me subí en el abriendo mis piernas y metiéndome ese pedazo de polla, y empecé a mover mis caderas con su polla dentro, su cara estaba llena de placer, de lujuria, de deseo. Lo estuve cabalgando por un rato hasta que el en la misma posición me giro y esta vez quede de espalda hacia él, con las piernas abiertas y él abajo. Y empezó a follarme de esa manera, sentía como esa polla entraba toda hasta llegar a sus huevos. Ya me tenía toda reventada, pero lo estaba gozando.

Luego se puso en pie y me puso de lado a la orilla de la cama y me empezó a penetrar así hasta que pude sentir como esa polla se iba hinchando más de lo normal, entonces supe que estaba a punto de correrse, entonces le dije: lléname el coño de leche cuñadito, dame toda esa leche dentro de mi coño, ¡no pares! ¡No pares! Lléname de tu leche y entonces sentí como esa leche caliente recorría por el interior de mi coño hasta que terminó la saco y se tumbó en la cama boca arriba. Sentía como salían gotas de mi coño de toda esa leche que me dejo dentro, entonces me acerqué a él y empecé comerle la polla una vez más, está vez para dejársela limpia de residuos de semen y vaginales. El me lo agradeció dándome un beso intenso en la boca.

Sabía que estaba en deuda con él, estaba decidida a entregarle la virginidad de mi ano y que se lo disfrutase como no puede hacerlo con mi hermanita, pero estábamos cortos de tiempo y no quería que fuera rápido, quería disfrutarlo con calma, así que le dije al oído. Por hoy no podemos continuar porque pronto llegarán nuestras parejas, así que mañana te espero a la misma hora y te daré un regalito muy especial, tan especial que ni siquiera mi hermana te lo ha dado.

Le brillaron los ojos, creo que entendió a qué me refería, entonces me pidió amablemente si le podía comer la polla una vez más antes de irse, todavía estaba dura así que ni dude en metérmela una vez más y chupársela, se estaba poniendo caliente otra vez así que lo empecé a masturbar mientras le pasaba la lengua por el glande, hasta sentí que terminaba otra vez y antes de que lo hiciese me la metí a la boca para recibir en mi boca toda esa leche, tenía demasiada aun,  era tanta que pude sentir como de la ranura que quedaba de entre su polla y mi boca salían gotas de semen. Me tragué todo lo que pude. Se levanto, me beso la frente, se cambió y me dijo, mañana vuelvo por más cuñadita. Me fui a duchar y como a los 40 minutos llego mi marido. Me vio tan feliz que me pregunto que me pasaba, solamente le dije que me sentía satisfecha, y literalmente estaba muy satisfecha.

La verdad es que me sentí mujer con él, me hizo explotar de placer.  Lo que paso al día siguiente será para otro relato. Porque si, le entregue la virginidad de mi culito, y fue una experiencia increíble.
Datos del Relato
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