Yo junto a mí buenísima, calientísima, deseadísima, encantadísima, fabulosísima, hermosísima, querídisima, provocadísima chhica colombiana Andrea hoy por hoy.

Estamos viendo la función del mediodía en la sala del mismo cine; una película de las prohíbidas sobre todo sexuales, solos al tener toda la sala cinematografica para nosotros y solo nosotros.

Unas escenas pornografícas qué les cuento propia como verdaderamente están bastante elevadísimas, de las propias testosteronas a mí parecer igualmente sucede qué mí chica colombiana Andrea; está reaccionando en vivo y a todo color con un euforíco clímax. Qué le sobre viene unos múltiples orgasmos adicionándoles, qué los pezones sé les pongan prácticamente cómo unos cañones, al mismo tiempo duros, a la vez erectos, también grandotes para rematar el momento firmes. 

Andrea de repente siento y me sujeta a la vez, zarandea mí amiguito continuamente, cada vez más intensa; está apunto de arrancarme y cercenarme mí pinga. Por lo euforíco qué sé encuentra igualmente sé pone por estás escenas pornografícas altamente contagiosas entre ustedes y yo.

Yo le meto mi mano dentro de la propia falda al fondo encontrandome impresionado, por supuesto, imaginando me; qué trae el clítoris como la vagina sin cesar, segregantes de jugos vaginales adicionalmente, les cuento no paran de convulsionarse en la mismísima de Andrea.

Nos ponemos de pie de la fila de nuestras butacas rapidamente, salimos hacia el centro de la misma sala cinematografíca, nos acostamos qué le corro la falda al mismo tiempo le desabrocho el saco grande; én qué me poseciono de mi rol erótico. Én qué me le clavo hasta entierro, al darle está tremenda y aniquiladora follada fuertemente, qué la tengo hamaqueada acostados al darle impulso como empujones continuamente varias veces, mientras la tengo apretándo le como jalándo le de los pezones; al mismo tiempo a mí chica colombiana Andrea. Qué tiene los meros ojos puestos siguiendo cada una de las escenas pornografícas de la misma película respectivamente.

A lo largo de la duración de la misma película yacemos al quedarnos acostados follandonos y cogiendonos sin detenernos para nada; al tirarme la especialmente subirme la igualmente dominarme la, etcétera. A mís anchas está terminándo se la película ambos nos detenemos nos paramos al volvernos a vestirnos como arreglarnos, al encender las luces de la propia sala. Mí chica colombiana Andrea aún ardiente obviamente incitada por todos los mismísimos coños; me sujeta de mi mano correamos al salir volando por la puerta trasera que da al exterior, al montarnos en un taxi al irnos sin desviarnos hacia el prostibulo, para continuar donde nos quedamos en la tarde de hoy y mucho más.