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Categoría: Incestos

Provocando incesto, mi esposa y su hermano

Mi mujer se llama Sandra, es alta, morena, tiene ojos grandes, labios carnosos, creo que cara de zorra pone caliente a más de uno. Tienes unas tetas que cuando usa blusas ligeras me gusta como los tipos en la calle la observan con mucho morbo, ella siempre se hace la disimulada, y unas piernas de puta que te paran la verga en segundos.



Hace tiempo me hice fan de los relatos eróticos y empecé a navegar por diferentes tipos de relatos, hasta que sentí curiosidad por lo de incesto, me calentaba los hijos cogiendo con sus madres o el morbo entre hermano-hermana.



Empecé a ser más observador con mi cuñado José, yo estoy casado con su hermana Sandra, teníamos reuniones familiares en un terreno campestre que tiene piscina y le empecé a sugerir a Sandra usar trajes de baño más escotados con la excusa de que se bronceara y comencé a notar como José observaba a mi esposa Sandra, su hermana.



Aprovechaba la ocasión para mirar el escote de Sandra y obviamente notaba como sus tetas casi salían de su traje de baño o rebotaban cuando saltaba por la pelota, ver eso me excito pero aún no comprobaba mi teoría si José se le antojaba Sandra como mujer.



No metimos a la alberca y propuse un juego como tipo water polo, con una pelota y tratar de quitársela al que la tuviera. Yo hice pareja con mi esposa y José con su primo. Yo siempre hacia los saques para enviarle la pelota a Sandra, su hermano José ya acalorado y con unas bebidas encima no dudaba en lanzarse contra ella, me encantaba ver como “jugando” José le rozaba las tetas a Sandra, en un saque la pelota salió y José tuvo que ir por ella, note entre su entrepierna un bulto, sin duda lo había calentado los roces con mi esposa.



Mi morbo cada vez aumentaba, mis suegros se fueron temprano y nosotros decidimos quedarnos con mi cuñado y su primo y mi esposa a terminarnos las cervezas. Obviamente mi esposa ya un poco tomada les propuse jugar a la botella y establecer castigos. Me sentía nervioso y cachondo a la vez, ver a mi esposa tomada ya con un vestido ligero puesto de color blanco, escotado y con la falda arriba de la rodilla, de seguro a los dos jóvenes los ponía a mil, ya con sus vergas paradas por mi esposa.



Después de varias rondas por fin me toco ponerle el castigo a mi esposa Sandra, entre el morbo, el alcohol y el miedo, le propuse, quiero que bailes un pedacito de una canción de reggaetón con José y Beto, pero baila como si estuvieras soltera, esperaba el no, cuando se levantó de la silla con una sonrisa y dijo, acepto el reto, los dos adolescentes cachondos se levantaron y yo todo nervioso y caliente puse una canción en mi celular.



Sandra se puso en medio de los dos, José quedo atrás de ella en sus nalgas y Beto adelante de ella, comenzaron a bailar y yo comente que mal bailan, incitando a que se le pegaran. José, dijo, bueno no respondo.



Los dos se le pegaron dejando a mi esposa en medio, Sandra por adelante le pegaba las tetas y las chichotas a Beto, que solo miraba su cara de morboso la tomo por la cintura tímidamente y la pego hacia él, de seguro mi esposa sentía toda la verga de Beto en su vagina, mientras su hermano José ya sin disimular le pego la verga entre las nalgas de mi esposa, esa escena de puta de mi esposa Sandra y su hermano José me fascinaba, me pareció tan rápido que la canción termino y regresaron a sus sillas, mi esposa muy agitada, según ella por el baile.



Yo andaba súper caliente, le toco a mi esposa castigar a Beto y dijo, bueno este castigo es para todos, que tan grande la tienen?



Wow, casi me vengo, escuchando que mi esposa hacia esas preguntas, sí que la habían puesto caliente esos adolescentes calenturientos.



Beto dijo, 18 cms, y José 25 centímetros hermanita. Los ojos de Sandra se abrieron más, de seguro se saboreó esas vergas.



Me toco el castigo a mí, y ya quise ir mas allá, le dije quiero que te sientes arriba de tu hermano hasta que de vuelta todos los turnos, se levanta y me dijo, de frente o de lado o como me siento, wow, me dejaba escoger la muy puta, le dije que de frente, quería que sintiera bien la verga de José y que le pusiera unos cuantos centímetros de su cara sus enormes tetotas de puta.



Se sentó encima de José, dejando mostrar sus piernas y de seguro sintiendo la gran verga de su hermano, sus tetas a unos cuantos centímetros de la cara de su hermano y el con los ojos morbosos mirando esas tremendas tetas.



Jamás pensé que me podría venir sin tocarme cuando sentí los chorros de semen saliendo de mi verga por debajo de mi pantalón. El primer paso estaba dado.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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