Eulalia Hemingway Grant. Una mujer bonita tanto externa asimismo interna entre ustedes y yo, en la lozania de su años de jovén de veinti pico. Tiene un momento de sufrimiento también desvastación, principalmente doliente por supuesto; aplastamiento moral igualmente personal. De ahí, sentimental hasta finalmente tenemos desolamiento, por tener en vivo y a todo color. Por consiguiente, personalmente conectado a respirador artificial en condición vegetativo a su novio. Eulalia Hemingway Grant. Doblada con sus puños aferrados a la manta de la cama de habitación hospitalaría, llorosa hasta sufrida pero furiosa que le habla: Amargada a la vez, vaciada y decepcionada, asimismo perturbada; tirándole en cara a su novio vegetativo, me quitastes, obviamente arruinastes completamente; las ilusiones sobre todo, alegrías inclusive, dichas de embararzarse con todos los deseos de ser madre que fuera contigo (Novio). Arruinándome, joderme definitiva hasta rotundamente por ti y solamente por ti. Atrás unas manos le agarran los senos y la otra en todo el clítoris con traje de cuero ajustable, entallable, ceñible, estrechable, apretable entre ustedes y yo, entubable corporal y físicamente. Abraza, al besarle la nuca como hombros, hasta antebrazos, sin cesar a Eulalia Hemingway Grant. Eulalia Hemingway Grant se queda inmóvil, también inerte  adicional petrificada, por supuesto permite, de ahí, acede, hasta deja, sobre todo conciente; lo que le está haciéndo este extraño pero oculto hombre silenciosamente ante la cama hospitalaría de su novio vegativo sin vida propia y mucho más. El hombre la voltea, al acostarla en la cama; al abrirle las piernas que le saca y quita pero arranca de una sola vez, el hilito dental cachetero. Al entrarse a la vagina de Eulalia Hemingway Grant, para follarla que empuja e impulsa y sacude, también hamaquea pero mueve violentamente, sin mayor escrupúlos ni tampoco decencia, ni siquiera tiene el debido respeto por la presencia del novio vegetativo. Arrodillada encima del pene de su novio; se coge de culo a Eulalia Hemingway Grant este hombre. Que la bombea, así culea, inclusive empuja e impulsa, asimismo penetra, además invadida, y atacada sin cesar, que la hamaquea, sacude, finalmente mueve continuamente al venirse en semen que la embaraza. Luego de tres semanas le dan la enhorabuena, por ese hombre atrás de Eulalia Hemingway Grant en la cama de hospitalización, donde estaba postrado su novio vegetativo, que por deseos expresos de los familiares lo desconectarón del respirador artíficial al morír finalmente; haciéndo y declarándo cómo registrándolo cómo hijo del amor. Que se tenían Eulalia Hemingway Grant y su novío; al ser él verdadero padre progenitor de su hijo, nunca saco a la luz que fue un hombre extraño, igualmente desconocido que la embarazo. Aquél día, frente a la cama de hospitalación con su novio vegetativo, y mucho más, entre ustedes y yo.