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El moro me hizo suyo (Tercera parte)

Ya había disfrutado 25 días de vacaciones en mi casa, pero aún me faltaban 20 días que iba a pasar con Jabibi.



Viajaba en el avión que estaba a punto de aterrizar en Marruecos (Casablanca), allí me estaría esperando Jabibi.



Nada más salir de la aduana, ya vi a Jabibi. Con una inmensa sonrisa en su cara, se abrazó a mí, y después de los saludos protocolarios, tiró por mí llevándome hasta su coche, donde dejamos el equipaje, volviendo luego al aeropuerto para tomar algo en la cafetería, ya que yo estaba muerto de sed.



Nos sentamos en una mesa a beber unas cervezas, mientras hablábamos de lo que habíamos hecho esos 25 días en que nos habíamos separado.



Dani, te he extrañado mucho, todas las noches he soñado contigo y tu hermoso culo, besar tus labios, y abrazarte junto a mí.



Yo también te he echado en falta, bueno creo que el que más te ha echado en falta es mi culito. Pero al menos así ha podido descansar estos días.



No sé si daré esperado a llegar a casa para darle la bienvenida como se merece. Tengo ganas de meterte la polla en ese rico y bonito culo.



Tengo los huevos repletos y a punto de estallar, Dani. Esta noche te voy a follar hasta que amanezca. No te voy a dejar dormir, mi amor.



Hablamos durante un buen rato, mientras íbamos consumiendo un par de cervezas. Al acabar, nos levantamos para marchar, pero antes de subir al coche de Jabibi, le pedí que me dejara ir a los servicios, ya que necesitaba mear.



Jabibi entró conmigo en los aseos, al no haber nadie en ellos, me cogió de la mano, metiéndome en uno de los cubículos y cerrando la puerta.



Nada más cerrar la puerta, me rodeó con sus brazos, arrimando mi cintura a él, bajó con su boca buscando mis labios. Puso la boca sobre ellos, empezando a pasar la punta de su lengua y saboreándolos. Poco a poco fue metiendo su lengua, hasta que se encontró con la mía, jugó con ella, la saboreó, succionó para luego ir mordiéndome los labios.



Mientras tanto sus manos se aferraron al cinturón, lo desabrochó, luego siguió desabrochando el pantalón, tirando por él hasta conseguir bajármelos junto al slip.



Espera Jabibi, espera, le dije. Déjame mear que me estoy meando.



Dejó que me colocara para mear, sin dejar de acariciarme. Me sobaba el culo mientras con su barbilla apoyada en mi hombro, me susurraba cuanto te he echado en falta mi amor, que culito más rico.



Subía sus manos por mi vientre acariciándome, fue subiendo mientras me iba acariciando, se paró en los pezones. Con sus manos empezó a pellizcarlos, mientras con su boca me mordía en el cuello y la nuca, ¡aaahhh mi amor! Necesito follarte ya, ¡aaahhh, que rico estás!



Cuando terminé de mear y pulsar el botón de la cisterna, Jabibi ya se había bajado sus pantalones, mostrándome su polla que tanto había echado de menos. Puso las manos sobre mis hombros, haciendo que me agachara y llevara mi boca a su polla, que ya se mostraba en todo su esplendor. Me sujeté a sus piernas mientras abría la boca para dar entrada a aquella rica polla, que ya mostraba en su punta el brillo del precumen que empezaba a salir. Saboree con la punta de la lengua aquel manjar que ya salía, chupeteando luego todo el glande.



Jabibi, se retorcía de gusto y desesperaba por no poder emitir sonidos que nos pudieran delatar. No aguantó más y me levantó por las axilas, dándome la vuelta y colocar mis manos sobre la pared. Me sujetó por las caderas, haciendo que me inclinara un poco, y sacara un poco el culo para dejárselo a su alcance.



Mojó sus dedos con saliva, llevándolos luego a mi culo, repitió varias veces hasta mojar de saliva bien mi ano, luego acariciando el esfínter con un dedo, fue empujándolo, hasta que consiguió abrirme el culo.



Apoyó con desesperación la punta de la polla en la entrada de mi ano, dio un pequeño empujón, y cómo si mi culo ya lo estuviera esperando, le dio entrada a su polla.



¡Ohhh! Suspiré al notar entrar el glande en mi culo.



Jabibi me puso una mano en la boca y me decía: Calla mi amor, calla que nos pueden oír. Siguió empujando su polla, hasta que consiguió metérmela toda.



Esperó unos segundos a que me acostumbrara y el culo se dilatara un poco, y poco a poco empezó a mover su pelvis, hasta que ya metía y sacaba la polla a toda velocidad.



No tardó mucho en empezar a correrse. Daba fuertes embestidas mientras me mordía el cuello, e iba soltando su semen en el culo.



Cuando terminó de eyacular, sin sacar la polla, cogió con su mano la mía, y dándome mordiscos en el cuello, me hizo eyacular a mí.



Nos volvimos a besar, y después de un buen morreo, donde me volvió a dejar los labios hinchados y colorados cómo tomates, nos vestimos, saliendo del aseo con precaución y mucho sigilo.



Llegamos al coche, nos sentamos y allí me volvió a acariciar la pierna. Mi amor, cuanto te necesitaba, me decía mientras me acariciaba la pierna.



Jabibi, si no paras de meterme mano, me vas a hacer empalmar de nuevo. Mejor que arranques y me lleves a tu casa.



Según íbamos llegando a su casa, me iba explicando las zonas por donde íbamos pasando, y la historia de la ciudad.



Aquí es, dijo cuando llegamos a una casa de 3 plantas. Ahora conocerás a mi tío y su familia, como te dije, es toda la familia que me queda, y no temas nada, porque la casa es mía, y ellos saben todo de mí.



Bajamos del coche, cogí la maleta, y fui siguiendo a Jabibi. Abrió la puerta, y allí en la planta de abajo, que era donde estaba la cocina, comedor y una gran sala, además de otras estancias que todavía desconocía, estaba su tío. Me presentó y le dijo que nos perdonara, que primero iba a subir el equipaje y acomodarme.



Subimos al primer piso, entramos en una inmensa habitación, este es nuestro dormitorio, me dijo. Aquí tienes para guardar la maleta, y colocar la ropa. Allí está el aseo, y como ves esto es la cama. Era como un grandísimo colchón tirado sobre el suelo. Aquí dormiremos los 2, es nuestro nido de amor.



Después de guardar la maleta y haber colocado la ropa que tenía pensado usar, bajamos y junto a su tío, fuimos recorriendo toda la casa. Me enseñó todas las estancias, diciendo que además de su tío, estaba la mujer de este, y un hijo de más o menos mi edad.



La mujer del tío llegó a la casa cuando terminábamos de hacer todo el recorrido; venía de comprar algunas cosas, por lo que se disculpó por no estar cuando había llegado. El hijo estaba estudiando y no llegaría hasta la hora de cenar.



La mujer se llamaba Aisha, el hijo Said y el tío Rachid.



Después de un buen rato hablando con el tío, la mujer y haber recorrido toda la casa, Jabibi me llevó a dar una vuelta por la ciudad e irla conociendo.



Entre que paramos a consumir algo y hacer alguna compra, no fue mucho lo que vimos, ya que a las 7:30 de la tarde, ya estábamos de vuelta en casa y A las 8 cenábamos.



Cuando íbamos a sentarnos a cenar, fue cuando apareció el primo de Jabibi, Said. Me presentó, sentándonos a cenar.



Mientras estábamos cenando, el primo no me quitaba la vista de encima. Era como si quisiera comerme a mí, en lugar de comer la cena. Era alto y guapo cómo Jabibi, tenía unas pestañas que quitaban el hipo, eran largas y rizadas, que le hacían tener una mirada muy sexi y tierna.



Durante toda la cena, estuvimos hablando de todo un poco. Ellos contaron que tanto les había hablado Jabibi de mí, que habían estado deseando conocer a ese Dani, del que tanto les hablaba Jabibi.



Y ahora querían saber todo de mí. De donde era, cómo se vivía, si tenía familia, etc.



Les conté todo lo que quisieron saber, y respondí a todo lo que me preguntaron. Yo creo que les satisfice todas las curiosidades que tenían sobre mí.



Pasaban algo de las 10 de la noche, cuando Jabibi se levantó, y despidiéndose de ellos, me llevó para la cama.



Nosotros ya nos retiramos a dormir, Dani debe estar cansado del viaje, y mañana quiero llevarlo a conocer la ciudad.



Pasarlo bien y no hacer mucho ruido, dijo Said, el primo de Jabibi, cuando nos íbamos.



Jabibi se echó a reír cogiéndome por la mano, e hizo que pasara delante de él, poniendo luego sus manos en mi cintura, mientras subíamos las escaleras.



Entramos en el inmenso dormitorio, y después de cerrar la puerta, Jabibi me rodeó con sus brazos por la espalda, empezando a morderme el cuello, e irme quitando la ropa.



Jabibi, deja que primero me vaya a lavar, le dije mientras intentaba zafarme de sus brazos.



No sé si daré esperado tanto tiempo. Mañana nos bañaremos los 2 juntos.



Solo voy a lavarme la boca y a mear, le dije.



Me soltó de su abrazo, dejando que fuese a lavarme. No tardes mucho mi amor, mientras tanto me iré quitando la ropa.



Entré en aquel inmenso baño, y luego de asearme, salí para desvestirme y acostarme con Jabibi.



Jabibi me estaba esperando sentado en un sillón, completamente en pelotas. Ven mi amor, ven que te quiero quitar yo la ropa.



Me acerqué a él, cogiéndome el por las manos, lo primero que hizo fue quitarme los zapatos y calcetines, luego me hizo girar y me abrazó por la espalda a la vez que se levantaba del sillón.



Me empezó a morder el cuello, mientras con sus manos me desabrochaba el cinturón, luego siguió desabrochándome el pantalón, dejó que fuera cayendo por mis piernas, mientras iba subiéndome la camiseta, para sacármela por la cabeza y haciéndome levantar los brazos para ello.



Después de sacarme la camiseta, volvió con sus labios a besar y morderme el cuello, mientras sus manos acariciaban y pellizcaban los pezones. Siguió bajando y acariciando con sus manos hasta llegar a mi slip. Ahí las fue deslizando por dentro, a la vez que me lo iba bajando, y Dejando que el slip cayera por las piernas, hasta llegar a los tobillos, donde tenía el pantalón.



Me arrimó más a su cuerpo, haciendo que mi culo se pegara a su pubis y notara su polla pegada a él.



Llevó sus manos a mis ingles, apretándome contra él, y acariciándome los huevos y polla a la vez que iba restregando su polla por mi culo.



Metió uno de sus pies por el medio de mis piernas, y pisando el slip y pantalón, terminó de quitarme toda la ropa.



Luego me fue llevando hasta llegar a la cama. Con una mano apartó la ropa y nos metimos entre las sábanas.



Me tumbó boca abajo, y así como estaba pegado a mi espalda, nos quedamos. Mordía mi cuello y hombro, luego fue llevando mis brazos arriba, e hizo que abriera las piernas para poderse colocar mejor.



Echó la mano al lubricante que ya había dejado a la cabecera de la cama, vertió unas gotas en el canal de mi culo, luego con su mano lo fue esparciendo por todo el ano. Hizo presión con un dedo en el esfínter haciendo que se abriera, lubricando la entrada.



Volvió a echarse sobre mi espalda, a la vez que se iba restregando con la polla por mi cuerpo, buscando la entrada de mi ano.



Cuando la dio colocado, me pidió que elevara un poco el culo. Nada más levanté un poco el culo, ya me entraba el glande en él.



Al notar entrar su polla, di un suspiro de placer, ¡ooohhh! Y seguido volvió a dar otro movimiento a su pelvis, entrándome toda la polla en el culo, ¡oooohhhh! Gemí más fuerte.



Ya, ya está mi amor, me dijo mientras se quedaba parado unos segundos. Mientras me besaba la cara y cuello.



Empezó moviendo su pelvis despacito, para poco a poco ir cogiendo más ritmo, cómo notó que yo elevaba un poco más el culo buscando su polla, empezó a follarme más rápido y profundo.



¡Ay mi amor cuanto te quiero! Que gusto y placer me das, ¡ooohhh! Que gustito estoy sintiendo, ¡ooohhh! Que caliente y suavecito se nota tu culito mi amor.



Los 2 gemíamos y jadeábamos sin parar.



Yo pegaba y subía mi culo para que la polla de mi morito me llegara lo más profundo; me encantaba notar sus huevos pegados a mi culo, y su pelvis haciéndome cosquillas en el culo con sus pelos.



¡Ohhh! Dame, dame más fuerte, ¡ooohhhh! Le pedía a mi morito, elevando el culo y pegándolo más a él.



Jabibi, mordía mi cuello y hombro, lamía mi cara, e iba moviendo su pelvis cada vez más rápido.



En toda la habitación se escuchaban los jadeos y gemidos de ambos, y el sonido de su pelvis al pegar en mi culito, plas plas plas plas, y de repente empezó a gemir más fuerte, ¡ooooohhh! Y gritaba: me corro, me corro, me corro mi amor.



Su polla empezaba a escupir semen dentro de mi culo. Largó 5 o 6 trallazos, llenando mi culo con él.



Cuando terminó de eyacular, quedó tumbado sobre mí, recuperando el aliento. Luego llevó una mano a mi polla, y con solo tocarme, empecé a expulsar el semen, ¡oooohhh Jabibi! Me corro, me corro.



Había llenado su mano y manchado las sábanas con mi leche; había quedado exhausto.



Jabibi seguía echado sobre mi espalda, besando mi cara y cuello, y con la polla dentro de mi culo. Mi amor, te quiero, me decía mientras me daba besos por todo el cuello y cara, y me acariciaba con sus manos.



Desperté por la mañana al sentir los labios de Jabibi recorrerme por la espalda, y sus manos acariciarme el culo. Mi amor, tenemos que levantarnos, me decía subiéndose a horcajadas sobre mi espalda.



Desperté con Jabibi montado sobre mi espalda, notando el calor de sus huevos y su polla erecta.



Agachó su cabeza para besarme y morderme el cuello, a la vez que se iba estirando sobre mí, colocándose para volver adarme por el culo.



Levanta el culo un poco mi amor, me decía sin dejar de besar y dar mordiscos a mi cuello.



Me estiré cómo pude, desperezándome un poco, y tan pronto levanté un poco el culo, ya noté la polla de Jabibi entrando en mi ano.



¡Ohhh! Suspiré al notar como mi esfínter se abría, dando entrada a su glande.



¡Ahhh! Mi amor, así, así, me decía Jabibi, mientras me iba metiendo la polla en el culo.



Con una de sus manos buscaba mi polla y huevos, mientras seguía moviendo su pelvis introduciendo y sacando su polla en mi culo, ¡aaahhh! Mi amor, te quiero mi amor, ¡aaahhh!



Agarró mi polla con su mano, y mientras me seguía dando por el culo, iba haciéndome una paja.



¡Ohhh! Suspiraba y gemía yo, notando como la polla de Jabibi entraba y salía de mi culo, rozándome la próstata, y sintiendo cómo mi polla era estimulada por la mano de Jabibi, ¡ooohhh!



No tardé mucho en empezar a correrme, ¡ooohhh! Jabibi, Jabibi, gemía, ¡ooohhh! Y sin poder remediarlo, empecé a eyacular en su mano.



¡Ahhh! Mi amor, gritaba Jabibi, incrementando sus arremetidas, ¡aaahhh! Mi amor, ¡aaahhh! Empezando a soltar todo su esperma en mi culo.



Cuando terminó de descargar todo el semen, quedamos parados unos minutos, levantándonos una vez repuestos y recuperada la respiración.



Antes de levantarnos, me giré y echando un brazo sobre Jabibi, busqué su boca, besando sus labios y metiendo la lengua en ella. Me subí a horcajadas sobre él, y sin dejar de besarlo, le dije, me gusta cómo me despiertas, mi amor.



Nos metimos en la ducha, y después de una hora, estábamos desayunando junto al resto de la familia de Jabibi.



Esa mañana de sábado después de haber desayunado, Jabibi, junto a su primo Said, me llevaron a conocer la ciudad, hacer unas compras, comer algo, y a una especie de balneario que al parecer era la casa de un amigo de Said, donde Jabibi ayudado por Said; más bien Jabibi ayudó a su primo; me volvieron a depilar por completo.



Después de depilarme y antes de bañarnos y perfumarnos, Jabibi junto a su primo, me poseyeron por todos mis agujeros, y todas las posturas posibles.



Said, el primo de Jabibi, resultó ser un gran semental, tenía una polla más grande y gorda que la de Jabibi; lo que más me costó, fue meter aquel ciruelo que tenía de polla en la boca, ya que apenas me cabía; gracias a que Jabibi me tenía el culo bien abierto de tanto follarlo, si no, la polla de Said, no me hubiera entrado tan fácil. Cuando me la metió en el culo, no tardó en hacer que me corriera ni 3 minutos; me hizo correr sin tocarme.



Me había dado por el culo, después de haber sido follado por Jabibi. Me colocó boca arriba, levantó mis piernas doblándolas por las rodillas llevándolas a mi pecho, haciendo que mi culo le mostrara el esfínter. Para hacer que quedara más levantado, se tumbó sobre mis piernas y pecho, haciendo que las piernas quedaran lo más pegadas a mi pecho, respingando mi culo más arriba y quedara más expuesto para su penetración.



Cuando empezó a meterme aquel ciruelo, creí que me iba desmayar. Empecé a dar gritos de placer que ni metiendo su lengua en mi boca apoderándose de ella, fue capaz de acallar.



Cuando terminó por correrse dentro de mí, quedé tan agotado, que me tubo que levantar y cogerme en brazos; las piernas me temblaban y no me daban sujetado. Quedé con agujetas hasta el día siguiente.



Después de salir de allí, follado, sin vellos en el cuerpo, unas agujetas y el culo super abierto y repleto de semen, me llevaron a comprar unas babuchas junto a una chilaba que me regaló Jabibi. Quería que la pusiera sin llevar ropa alguna debajo de la chilaba, pero ese día no lo consiguió; logré ponerme el slip, y al menos ese día salí de allí con el puesto.



Ese día no me volvió a dar por el culo Jabibi, yo me encontraba tan pero que tan cansado, que esa noche no follamos. Claro que, al día siguiente, volví a despertarme con la polla de Jabibi dentro de mi culo.



Al día siguiente, me llevó en su vehículo a conocer Rabat, y consiguió que llevara puesta la chilaba y babuchas, y no llevara nada más puesto; me convenció para que fuera incluso sin el slip puesto.



En el camino a Rabat, me dio por el culo 2 veces, una al llegar a Rabat, en el hotel nada más llegar, y la otra fue en una parada que hicimos en el camino. Salimos del vehículo a estirar las piernas y mear en una zona desierta, y cuando estábamos meando, me levanto la chilaba por detrás, y arrimado a un árbol para que me pudiera sujetar, me dio por el culo.



Me había subido la chilaba por detrás, dejando mi culito al aire. Me subió la chilaba hasta la cabeza, quedando sujeta por la misma, me hizo apoyar las manos en un árbol, abrió mis piernas colocándose entre ellas. Levantó su chilaba colocando su polla en la entrada de mi ano, comenzando a empujar su polla hasta que me tubo empalado.



¡Ohhh! Dani, tu culo me vuelve loco, no me canso de follarlo, con solo mirar para él, ya me pones a mil.



Que gusto, ¡ooohhh! Que gusto me da follar tu culito, Dani, ¡ooohhh! Que gusto.



Me tubo casi 10 minutos apoyado al árbol, dándome por el culo. Entraba y salía su polla de mi culo, haciendo que con cada embestida que me daba, me pusiera de puntillas.



Jabibi, ¡ooohhh! Jabibi, gritaba yo, salpicando de semen con mi polla la parte delantera de la chilaba que llevaba puesta. No paraba de gotear semen, mientras estaba siendo enculado por Jabibi.



Cuando terminó de darme por el culo, quedamos jadeando pegados uno al otro. Mi polla parando de salpicar el semen que me goteaba, y Jabibi mordiéndome la espalda y recuperando el aliento.



Durante los 20 días que estuve en Marruecos con Jabibi, me dio por el culo todos los días, hubo días en que me folló 2 veces, y en un par de ocasiones, llegó a darme por el culo 3 veces. El primo de Jabibi no me volvió a follar, ya que con lo que me daba por el culo Jabibi, tenía polla de sobra, y además mi culito no aguantaba tan fácilmente aquel ciruelo de Said.



Pasados los 20 días, volvimos a embarcar Jabibi y yo en el mismo barco, y como en la campaña anterior, durante 6 meses que duró la misma, volví a ser su mujer.


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