Por fin termina mí jornada de trabajo por él día de hoy, tomo portante marchando rápido asimismo drecho hacia él hogar de mí amiga Genna Ivonne; entro hacia su estetica encontrandome qué está sola en vivo y a todo color vestida en bleiser con falda corta negra de cuerina con pantimedias humo negra y botas. Anda ordenando cómo barriendo no sabe qué llegué ni sé percata ni me escucho pongo cierre a la puerta volteo él rotulo de cerrado.
Voy hacia ella al tomarla de ahí pegarme corporalmente, no ceso de zurrarme con toda mí pinga ardiendo, cañón, dura, erecta, firme, gigante, hinchada, inflada, parada, etcétera la tengo doblada dándole; la tengo apresada igualmente sometida en todos sus senos qué me paso apretandolo cómo ordeñandolo igualmente aplastandolo inclusive adentrandolo dentro de su ropa.
Yo y Genna Ivonne no nos distanciamos en absoluto pegados, nos subimos a su mesa de masaje, de ahí le corro la falda corta le bajo igualmente le quito sus pantimedias junto con su hilo dental cachetero para olerla cómo devorar adicionalmente morderla hasta lamerla de ahí tenemos hurgarmela con la mera lengua sin cesar en todo su pirigallo; la tengo convulcionada asimismo retorcida obviamente agitada efectivamente hamaqueada a punta verdaderamente de follarla y solamente follarla virada de la cintura con las piernas estiradas hacia un lado, paso a cogerla intensa así sacudida sobre todo bombearla finalmente culearla por su vagina.
Ahora boca arriba con mis piernas apoyadas y dobladas hasta medio levantado arqueado me la follo en todo su pirigallo hamaqueada en toda la mesa de masaje de aquí para allá a la misma Genna Ivonne acariciandome y sujetandome por igual agarrandome mis nalgas qué me zurra con las uñas mis genitales qué los tengo buenisimos, riquisimos, sabrosisimos, excitadisimos, ardientisimo, deliciosisimo, deseadisimo, fascinadisimos, etcétera.
Me vengo con Genna Ivonne caígo rendido puramente sudado y transpirante hasta cansado al quedarme yaciendo arriba de su cuerpo me abraza hasta besa y tiene una mano puesta por detrás de mí cabeza sin separarnos para nada corporalmente acostados en la misma mesa de masaje de su salón de estetica.