La verdad es que con mi esposa llevamos varios años de matrimonio. Somos muy felices. A poco de casarnos ella me confesó lo que le pasó en una provincia del norte donde vivía su hermano. Es un caso que todavía me excita como si recién me lo contara. Es increíble. Hasta sueño que se la está cogiendo otro delante mío. No se si podría convencerla de que lo haga actualmente. La verdad es que siempre nos dábamos unas sesiones de atraques espectaculares, pero aunque quedábamos muy calientes porque yo le chupaba las nalgas y le ponía mi verga entre sus piernas hasta que se estremecía como si le diera la electricidad, nunca se la metí. Nunca la había penetrado. Yo la cuidaba mucho como a una bella flor y me parecía que era posible mantenernos así hasta el matrimonio. La verdad es que la veía satisfecha cuando teníamos sesiones muy calientes sin que hubiese sexo. Lo que le pasó creo que es natural cuando alguien descubre algo exquisito que resultaba desconocido. Sinceramente al comienzo cuando empezó a contarme aquello que le sucedió, me dio mucha bronca. Conmigo ahora hace de todo. A veces está tan loca cuando cogemos que se quiere tragar todo el semen cuando le acabo en la boca. Está riquísima y es muy delicada. Cuando se pone a caballo encima mío le chupo el chochito hasta que acaba en mi cara. Cuando estábamos de novios ella tenía 18 y yo no me la había cogido nunca. estaba virgen. Una noche que dormí en la misma habitación que ella y otras primas, en casa de sus parientes, me metí en su cama y la bese entera. cuando puse mi v* entre sus piernas y ya le había quitado la bombacha, no me aguante y acabe como loco. La bañe toda y a ella le gusto.Otra vez que se quedó sola en su casa, en la siesta, nos dimos sin asco en la cama y solamente llegué a ponerle mi poronga en la puerta de su rico culito. Ni siquiera empujé fuerte porque le dolió un poquito así es que acabé a chorros en su cola y en su espalda. Le manché su pelo negro con mi semen y hasta se lo pasé por la cara. Una noche, estando ya casados y mientras me la cogía con un hermoso polvo, me confesó que una vez cuando aun eramos novios y debió viajar a esa provincia del norte pues la esposa de su hermano acababa de dar a luz, cogió con un chico del lugar. Fue su primera vez. Resulta que una de esas noches estando allá, se quedo en casa de una señora vecina y amiga. Era verano y le asignaron una habitación para ella. Se acostó cansada y enseguida se durmió. Se había puesto un caminos corto tipo baby-doll amarillo que yo conocía porque se lo vi varias veces. La verdad es que enloquecía con eso porque siempre fue muy sexy. Yo sabia que el chico hijo de la señora en cuestión estaba loco por ella porque ya me lo habia contado en otras veces que viajó. Esa noche el muchacho aprovechó y cuando todos dormían fue hasta la pieza y empezó a besarla en la boca mientras estaba dormida. En eso ella despertó algo confundida y no supo que pasaba. Al principio, según me contó, pensó en echarlo de inmediato. Lo que pasa es que los besos en la boca y las caricias ya la habían calentado un poco y la situación le gustaba. Me dijo que se acordaba de mi, pero que como nunca había cogido y estaba ya muy caliente le pareció agradable lo que le estaban haciendo. El chico la besaba con ardor en la boca mientras le decía que estaba enamorado de ella. Comenzó a levantarle las piernas y le sacaba la bombacha mientras le chupaba los pies. La besaba en el cuello y luego en el vientre y cuando le abrió al todo las piernas le puso la lengua en su chocho que ya estaba bien mojado. Me dijo que en ese minuto casi le salió un grito de placer y de locura. Le costaba contenerse y sabía que estaban todos durmiendo. La lengua del joven escarbaba y revolvía entre los labios de su zorra y ella escuchaba que él murmuraba "qué rico, qué especial, mi vida. Te la voy a comer toda" Mi chica estaba toda mojada y ya muy caliente, disfrutaba de algo que así, era toda una novedad para ella. Yo nunca había llegado a tanto. Con los dedos él le abría los labios de su vagina y metía la lengua despacito lamiéndole a la vez como si fuera un rico helado. Claro; como me contó, jamás la habían hecho llegar hasta ahí. Era un momento de locura total. Pensó arrepentida que me estaba engañando pero a la vez se repetía que eso que le hacían era lo más rico y placentero que había experimentado nunca. Ni en sus más calientes fantasías soñó que alguien podría chuparle así la concha y volverla loca de esa manera. Alguna vez una de sus amigas le había contado que le hicieron sexo oral y que era muy bueno, pero no lo imaginaba así. Al momento ya le estaba chupando las tetitas y con la otra mano le acariciaba delicadamente la conchita. En un momento se puso encima de ella y pudo sentirlo cómo jadeaba de la calentura. Le decía "mi amor, mi amor que bella que sos. Te amo quiero hacerte mía". Se acomodó sobre ella cuidando de no aplastarla y dejó que cayera el miembro justo sobre la zorrita peluda que estaba hinchada y remojada. Me contó que era una v* dura, grande y caliente. Era como un pedazo de material rígido y suave, muy caliente, tanto que le quemaba la entrepierna. En ese instante mi chica calculó que la verga que le estaban por meter era más grande y gruesa que la mía. A mi me la había tocado y agarrado varias veces. Aquí no se animó a tocar pero apreciaba las dimensiones en su sexo. Pudo sentir cuando se la apoyó en su pequeña raja y quiso empujar. El dolor fue muy fuerte y ella lo quería rechazar empujándolo con las manos por el pecho. Sin embargo mi novia estaba muy caliente. Tenia la chocha toda mojada y se dió cuenta que lo mejor era dejar que siguiera. Ya estaba y además, se encontraba muy lejos de mi. El calor de esa noche, el sabor que tiene una aventura, la inexperiencia a ese nivel de excitación y en fin, todo el escenario era propicio para lo que le estaban haciendo. Me contó que el chico dio como un envio y pudo ella sentir cómo le entraba despacio y caliente ese trozo duro y gordo. Era su primera vez. Ella lo tomó fuerte de sus brazos casi a la altura de los hombros y le clavó las uñas mientras intentaba apagar el grito de dolor y de gusto. Mientras la pija le entraba sentía como sirenas de alarma en sus oídos. Con sus pies mi novia lo atrapaba al muchacho casi por las nalgas y mientras se fundían sus bocas en un beso la lengua del chico le llegaba a la garganta. Cómo sería el placer que mi niña sentía que hasta un hilo de saliva le corría por la comisura de los labios. Ella me dio todos los detalles. El joven sabía coger. Se la culeaba con delicadeza y con mucho cuidado. No la maltrataba pero le demostraba que podía darle más y más. Le masajeaba las tetas y con los dedos hacía como si fueran perillas los pezones. Después sacaba un poco la pija, no al todo, y; mientras paraba un instante, le chupaba los pezones despacito. Siempre, permanentemente le susurraba al oído "mi amor, mi amor, que rica que estás, te amo. Ahora sos mía, por fin.". Cuando paraba de bombear, ella sentía que la cabeza de la poronga le latía adentro y eso la volvía más loca. Ahí ella le pedía en un grito ahogado que se la siguiera metiendo, que le gustaba mucho. Le pedía que no parara, que era rico y que la partiera al todo. Me confesó que fue algo sublime, pese al dolor. Enseguida el muchacho empezó a bombear lento pero firme y la locura se apoderó de ella. Quería gritar fuerte pero no podía. Gemía como loca y parecía que la cabeza le estallaba. Un temblor en todo el cuerpo se apropiaba de su persona y mientras él la besaba le decía "que rica concha que tienes mi vida, al fin es mía, sabes cómo he soñado con ella todo este tiempo. Te la voy a comer toda, ricura. No te vas a olvidar más de este polvo, mi amor. Nadie te va a volver a culear como yo esta noche, bombomcito. Yo sabía que eras muy rica y deliciosa. Siempre lo supe. Ahora sos mía". Mi novia se volvió loca. El le chupaba las tetas y bombeaba como una máquina. El placer la dejaba casi anulada y lo único que le pedía es que le diera más. Para ella, en su inexperiencia, esa era la pija soñada. El chico se puso saliva y le metió el dedo en la cola masturbándola así mientras se la seguía cogiendo y le decía que su culo era lo más rico que había tocado. Mi chica estaba tan caliente que no podía más. Tenía la conchita hinchada y le dolía pero el placer era enorme. Sintió cómo un liquido caliente le entraba en la vagina y también percibió que le corría por los glúteos. No sabe si él la hizo acabar o no, pero dice que como se la cogía y a la vez le levantaba las piernas chupándole con delicadeza los dedos de los pies, el placer fue infinito. Cuando el muchacho acabó ella lo empujó con los pies y lo echó. El salió rápido de la habitación y se fue. Mi novia salió hacia el baño y cuando se sentó en en el inodoro, de su chocho cayó sangre. Dice que de nuevo se acordó de mi. Se puso a llorar. Ya no era virgen porque otro que no era su novio, se la había cogido. Actualmente mi esposa está muy rica. Han pasado los años y ya no quiere contarme de aquello. Dice que casi no se acuerda o no se quiere acordar. No voy a decir su nombre, pónganle ustedes el que quieran. Yo de verdad quisiera verla cuando otro se la coge. Es muy bonita y se pone más linda aún cuando esta cogiendo. Se le dilatan las pupilas y sus ojos negros se ponen brillantes. Tiene una concha riquísima y cada vez que puedo se la chupo hasta el cansancio.
No sé si a alguien le pasó algo similar. Este recuerdo me acompaña siempre y me excita cada vez que lo traigo a mi memoria. Comenten.
Macho si ténes una buena mujer no tentes al Diablo. Tranquilo gozala y disfrutala.