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Categoría: Infidelidad

Mi dulce y recatada esposita

Hola amigos, espero sepan disculparme si no lo puedo hacer del todo bien ya que es mi primer relato que me animo a publicar y lo hago pues por ser cien por ciento real y sucedió hace un tiempo atrás.

Para empezar debo decirles que mi nombre es Jesús y el de mi esposa es Andrea, de 30 y 34 años respectivamente, si me lleva 4 años pero nunca ha sido un problema al contrario nos hemos compenetrado muy bien ambos y si ,es de decirles que nos casamos enamorados mutuamente, lo hicimos cuando teníamos 21 y 25 respectivamente. Lo se éramos demasiado jóvenes en especial yo, pero debo decir que al momento de conocerla yo ya tenía una que otra experiencia sexual a pesar de mi corta edad había experimentado algunas prácticas con putas y mujeres fáciles y de baja reputación, pero nunca había estado con una chica a la que realmente deseara locamente. A decir verdad las que me gustaban con afán no me hacían ni caso, conocía una chica que íbamos junto a la secundaria que me tenía realmente embobado, pero como dije antes esa no me hacían caso y cierto día estando con mis amigos en la terraza de un bar llegó ella acompañada de un muchacha un pelín mayor se le notaba y más rescatada en su forma de vestir que mi compañera de instituto que traía unas mini faldas para el infarto, se sentaron unas mesas más adelante nuestro y como ella no me había visto les dije a mis amigos (ellos no sabían que la conocía) voy a sentarme con aquellas bellezas, se empezaron a reír como burlándose mientras no le quitaban la vista de las piernas de mi compañera que tan loco me tenía y que a decir verdad tantas veces me había masturbado por ella, continuaban burlándose cuando me paro y me dirigí hacia donde estaban sentadas bebiendo.

Quedaron de boca abierta cuando me vieron de saludar aquella rubia de infarto la cual se alegró mucho de verme al igual que yo claro está y me presentó a su compañera que resultó ser nada menos que su hermana mayor, enseguida noté su simpatía y nos saludamos con un beso, hablamos de muchas cosas con mi antigua compañera, que seguía estudiando mientras yo había preferido trabajar en la granja de mi padre que distaba a unos 30km de distancia de la ciudad, yo no le quitaba ojo del escote de ella y creo que se daba cuenta la muy zorra pues no dejaba de reírse mientras hablábamos, yo ya estaba teniendo una erección cuando le dije al camarero que trajera otras cervezas y me dijo su hermana que ella no bebía alcohol ya que era mormona, eso fue quizás lo que despertó cierta curiosidad en mi, que también venía de una familia religiosa pero no la misma que ella pertenecía. Eso lo habrá notado mi compañera ya que me decía que había quedado impresionado por ese detalle y trate de disimularlo como pude, al cabo de unas cuantas cervezas más junto a ella y su hermana que bebía zumo, fue cuando ambas fueron al baño y mis amigos se fueron hasta mi mesa e investigaban de que hablábamos y me pedían que si yo estaba por la hermosa rubia porque no le hablaba de uno de ellos a la otra que según ellos estaba más buena si no fuera por las ropas que usaba El caso fue que ellas volvieron y se sentaron nuevamente junto a mi, ni le hablé claro está de mis pajilleros amigos, cuando me dice que ella se iba al encuentro de un tipo que la aguardaba cerca de ahí, que su hermana la esperaría ahí, que si quería hacerle compañía, debo decir que se me vino el alma al piso cuando se paró y salió caminando moviendo ese hermoso trasero y esa pícara sonrisa, se alejó y su religiosa hermana habrá notado lo mal que había quedado pues me dijo que su hermana no cambiaría más ese rol de provocadora y que ya no quedaba forma en la que hablarle, al rato de hablar sobre su hermana me confesó que había ido al encuentro de un hombre casado

Por ello no habían quedado a la vista de todo el mundo, quede realmente sorprendido de la forma que lo dijo, seguí hablando con su hermana durante mucho rato y me dijo que ya no la esperaba más que se iba para su casa y algo me decía que esto no podía quedar así y me ofrecí acompañarla lo cual acepto y salimos caminando, mis amigos quedaron algo extrañados al ver cómo me iba junto a ella. Caminábamos lentamente por las poco iluminadas calles y me contó que estuvo trabajando durante mucho tiempo en el extranjero y de ahí que nunca la había conocido, que se dedicó durante ese tiempo como administrativa y que la salud de su padre la había hecho regresar para quedarse y encargarse de la tienda de ropa que tenía la familia ya que su hermana no quería saber de nada, en fin, yo la verdad es que no la veía como una posible conquista sería por su larga falda y camisa suelta ya que todo lo que quería ver yo eran otro tipo de mujeres, su hermana por ejemplo.

Llegamos a su casa y nos despedimos con cortesía ella entró y yo seguí hacia la casa de mis padres. Pasaron los días y no volví a saber de ellas hasta que un día me encuentro con mi rubia debilidad y me comentó que su hermana no paraba de preguntar por mí, y yo le respondí como podía ser eso si era tan religiosa se podía interesar en un golfo como yo, me dijo también que si quedábamos para encontrarnos en el mismo bar de la otra vez, debo confesar que sin ganas acepté y que esa misma noche nos veríamos ella y su hermana. Cuando llegue al local no estaban lo cual me senté y pedí una cerveza mi mente estaba dormida y a saber en donde cuando la veo aparecer y ese momento me marco para siempre, juro por dios que no parecía la misma mojigata de la otra vez, se había soltado el pelo, traía puesto uno vaqueros ajustados y un top ceñido y unas botas altas ( me vino a la mente lo que me decían mis amigos, que era por su ropa, pero que está igual o mejor que su hermana) venía vestida llamativamente pero si caer en la vulgaridad. Me saludó y se sentó, mi voz se ahogaba a causa de la impresión que me causo su cambio, desde ese momento me enamoré perdidamente de Andrea, mi mandíbula empezó a temblar y mis manos también cuando se acercó y me dio un beso y sentándose me dijo que su hermana se uniría a nosotros luego.

Conversamos de muchas cosas de la vida pero ella llevaba la misma a su terreno la religión, cosa que yo hacía como demostrar atención por el solo hecho de hablar con ella y mirar su dulce sonrisa, de a ratos se me aceleraba el corazón en solo pensar besar esos hermosos y finos labios y luego aterrizaba y me decía para mi " esto lo estoy soñando". La noche transcurría tranquila, hablábamos de lo que había vivido en el extranjero, de lo mucho que echo de menos nuestro país, en fin estábamos en eso cuando se presentó su hermana y ya ni siquiera la mire como antes, más bien me hacía a la idea de que quizás pudiera ser algún día mi cuñada, pero también lo veía como un imposible, su pícara y cómplice sonrisa me ayudó a juntar coraje y antes de que se largasen decirle a su hermana si quería quedar al otro día para ir al cine y aceptó. Debo decir que en ese proceso mi antigua compañera de estudios fue fundamental ya que se le había puesto que yo tenía que ser para su hermana cómo un capricho o quizás porque me conocía que no era un tipo malo a pesar de ser un poco vicioso. Esa noche en particular me acuerdo de no pegar ojo, me había enamorado como nunca antes, estaba con cara de tonto si me la viera, me hacía tantas ilusiones, construía castillos en el aire enormes y se me derrumbaban al mismo tiempo, como podía ser que yo un granjero de pacotilla, sin grandes estudios ni gran físico que digamos me pudiera ligar a esa tía guapa, inteligente y rescatada, pero si, así fue en unas semanas formalizamos nuestra relación como novios creando la envidia de más de uno, yo viajaba todos los días que podía e iba a esperarla a la tienda y cuando cerraba nos íbamos a casa de sus padres donde ella vivía, me los presentó al poco tiempo y debo decir que les caí bastante en gracia más a su padre que a su madre que no me dejaba de mirar de reojo.

Mi lucha empezó ya cuando cada vez que me acompañaba hasta la salida de la casa quería luego de arrumacos y besos calentones entrar a meterle mano, fue ahí que me dejó claro que no estaba por la labor de aflojar prenda hasta que lo nuestro no fuera más enserio, quería entre otras cosas que la acompañara a su iglesia los Domingos cosa que hacía muy a regañadientes de vez en cuando. La muy cabrona sabia hasta donde dejarme llegar con mis caricias y nunca permitía que llegara a tocar su entrepierna era ahí cuando daba por finalizada las escaramuzas y yo quedaba con unas erecciones que no eran normales, me dolían los huevos de manera que no podía montar mi moto para regresar a la granja y el frío que pasaba no les cuento. Casi 2 meses después una noche que parecía que había avanzado con mis caricias y permitía tocar sus bragas por debajo de su larga falda(en todo ese tiempo nunca dejaba de usarlas salvo raras excepciones ) parecía que llegaba a respirar más rápido de lo normal y yo estaba en la gloria, jugando con mis dedos aunque fuese por encima de su braguita, sentía el calorcito de su enigmático coño cuando de buenas a primeras me quita la mano bruscamente y me dice que me detenga, que sí eso era lo único que yo buscaba de ella que me olvidara, pues ella sería virgen hasta su matrimonio y que el mismo sería con un hombre que pensará como ella en lo religioso, me quedé de piedra al oír eso, vamos a ver cómo que era virgen? como que solo con un tío que fuera de su creencia, una mezcla de rabia y estupor era mi estado, no sabía que decir ni que hacer eso mezclado con mi calentura era un total aturdimiento el caso es que le dije que sí eso era lo que buscaba de mi estaba perdiendo el tiempo, pues yo quería una novia y hacer lo que hacen todos los novios, que no esperara eso de mi ni mucho menos convertirme en religioso empedernido, pues con todo el corazón roto esa noche me marché y la dejé con un sentimiento dentro mío que parecía que se me terminaba el mundo.

Anduve casi una semana que no comía ni hablaba con casi nadie y ello mi padre lo notó por lo que me dijo que si en verdad la quería y ella era así, distinta a la demás mujeres que eso yo ya lo sabía desde un principio y si la había aceptado tal cual que ahora no me asombrara, sus palabras me hicieron recapacitar en algo y sentí que podía recuperar mi ilusión pero a la vez me daba una pereza tremenda renunciar a casi todo. Según decían que su religión te prohibían el café, la bebidas alcohólicas y el tabaco justo todo lo que a mi me gustaba como también prohibían las relaciones extramatrimoniales, estaba en el horno pero aun así llegue a plantearme renunciar a todo por ella. Mis padres en ocasiones pasaban los fin de semanas en la granja junto a mi hermano y mi hermana pequeña y mi otra hermana mayor ya estaba casada por lo cual organizaban alguna comida y ella acudía junto a su pequeño hijo y su marido pasando los fines de semana en el campo ya que vivían en otra ciudad y mis padres estaban enloquecidos con su nieto yo me fui a la casa de la ciudad ya que estaría solo, llegue ya entrada la noche y me dispuse a darme una ducha y prepararme para salir ya estaba pronto casi cuando suena el timbre. Abrí la puerta y mi sorpresa fue tal era la hermana de Andrea que me pregunto si podía pasar, claro le dije, empezó diciéndome que había estado hablando con su hermana respecto a nuestra ruptura y que me entendía desde mi posición, pero que también yo entendiera que su hermana era un caso especial, que porque no trataba de solucionar nuestras diferencias y volviéramos a intentarlo, en fin el caso fue que le dije si era así que le dijese a su hermana que estaría en mi casa que si estaba de acuerdo viniera por aquí.

Se fue luego de una hora casi, decidí encender la tele y me puse a ver un partido que estaban echando mientras esperaba, me estaba dando sueño cuando suena el timbre y me sacudió, me incorpore y fui abrir allí estaba Andrea vestida para el infarto con un tapado y maquillada como para ir a una fiesta, me dijo antes que digas nada vamos a cenar y así lo hicimos nos fuimos a un restaurant clásico de nuestra ciudad, no hablábamos prácticamente nada se quitó el abrigo y dios mío llevaba puesto un vestido corto bien ceñido de color celeste abierto en los hombros y un escote muy sugerente, sus pechos no eran muy grandes pero sí muy bien formados, ordenamos la comida y ya me sorprendió de entrada cuando le dijo al camarero que trajera solo vino para beber, pensé que ella no querría beber nada pero me equivoqué se sirvió una copa y empezó a beberla como si tal, yo no me quedé atrás e hice lo mismo, conversábamos de cosas intrascendentes durante la cena, luego me dice que si había pensado acerca del motivo de la discusión le di je que si y tu, le dije, si me contestó lo he pensado mucho. Cuando traté de decirle que estaba dispuesto hacer ese cambio me dijo que no importaba que luego se lo dijese y optamos por volver a casa y ver una película. Yo la notaba rara y muy risueña, sería por el alcohol me decía yo mismo, llegamos encendí una hoguera en la chimenea y ella se sentó en el sofá cruzando sus piernas mientras se reía tontamente, yo mientras tanto prepare una bebida para mi ya que ella no quiso nada, cuando tenía todo listo se levantó y dijo voy al baño ya vuelvo.

Mientras buscaba algo que ver en la tele sucedió algo que casi me da un infarto Andrea se apareció en ropa interior y descalza con cara de cómeme se sentó en mis rodillas y me besó tiernamente, fue un beso tan apasionado que como cada vez que me ocurría con ella mis piernas y mis manos empezaron con el clásico temblor, la tomé de sus blancas y firmes nalgas y la senté encima de mi durísima verga solo me separaba su diminuta tanguita color negra, bese sus tetas sabrosas y sus rosaditos pezones estaban duros y apuntado como cañones hacia adelante, no parábamos de besarnos de manera casi descoordinadas producto de la excitación de ambos. Me levanté del sofá sin soltarla me giré y la recosté a ella, bese sus tetas y fui bajando suavemente con mi lengua hasta llegar a su entrepierna, tocaba con mis dedos el interior de sus labios y notaba lo mojadita que estaba, sin pensarlo más le hice a un lado su tanguita y mi lengua busco su rajita, cosa que la volvió loca, me tiraba del pelo hasta hacerme daño pero yo no renunciaba apartarme de ese exquisito sabor y embriagante perfume de feromonas y note como convulsionaba su cuerpo y mientras se corría empezó a llorar de la excitación al tiempo que regaba mi boca con sus líquidos vaginales. Por Dios que hembra caliente resultó ser la beata se incorporó me bajo el pantalón y sacó mi empapada verga que no le voy a mentir no es un pollón de esos, normal de tamaño de la media, amagó a meterlo en su boca pero se ve que le dio reparo por estar tan mojado de líquido pre seminal, le dije que no hacía falta aunque me moría porque lo hiciese, tampoco quería hacer nada que le disgustase y se arrepintiese.

Le quite del todo su tanga y la contemple alelado, que belleza de mujer, su coñito bien cuidadito y cerradito brillaba, sus pocos pelos rubios en forma de rectángulo seguían hacia arriba, volví a comerme ese chochito con más ganas que antes, luego cuando creí que se estaba arrepintiendo me arrodille entre sus piernas y guíe mi verga hacia su oficio ultra lubricado forcé un poquito y encontré resistencia, ella dio un grito y se quedó muy quieta, yo me deje caer encima de ella con un ligero movimiento de caderas sentí como todo mi miembro se perdió dentro de su interior, ella comenzó a resoplar y a llorar, al principio fue como si le doliera pero me di cuenta que cada vez que lloraba era cuando llegaba un orgasmo, empecé mi mete y saca más rápido y veía como se le daban vuelta los ojos quedando en blanco y ante cada embiste lo acompañaba con un gemido cada vez más fuerte, yo ya no aguantaba más y fue así que cuando escuché su grito más alto y prolongado me salí de ella y mi leche juro por dios que se oyó chocar con sus tetas de la fuerza que salió disparada, uno, dos, tres y hasta cinco chorros se estamparon con esas bellas tetas dejándola perdida de semen, solo se oían resoplidos y pulsaciones aceleradas de ambos, nos costó casi dos minutos volver en si vaya polvazo habíamos echado, al cabo de un rato la ayude a incorporarse y luego la puse de pie, fue ahí que nos dimos cuenta que habíamos manchado de sangre el cojín de tela color beige del sofá, vaya susto nos dimos corrimos hacia el bañó y tratamos de limpiarlo primero con agua y luego lo secamos con el secador de cabello pero no hubo forma de quitarla del todo, luego de eso nos confiamos amor eterno y al cabo de unos meses pasó lo inevitable se quedó embarazada.

Y como buenos cristianos nos casamos de apuro por el que dirán, sus padres y los míos organizaron todo y salió una ceremonia bonita, ella dejo sus prácticas eclesiásticas poco a poco, dejo de trabajar en la tienda y nos mudamos al campo a la granja de mi padre que con la llegada de nuestro hijo estaba encantado al igual que mi madre no así tanto mis suegros que tenían que lidiar ellos con la tienda. Tenía ya nuestro hijo un año cuando me dijo que ella no se adaptaba a la vida del campo y que deseaba volver a la ciudad que encontraría un trabajo y alquilásemos una casita y nos fuéramos a vivir en ella, yo por mi parte no quería dejar a mi padre solo, no al menos hasta que mi hermano fuera un poco más grande y valiera para ayudarle mientras tanto seguiría estudiando. Un mes más tarde Andrea y mi hijo Jesulin estaban ya instalados en su nueva casa, mi mujer consiguió trabajo de secretaria en una empresa de dedicada a la mensajería y nuestro peque comenzaría en breve la guardería y yo cuando no estaba muy cansado me unía a ellos por las noches. Debo confesar que Andrea se había puesto aún más buena luego del embarazo, cambio su juvenil cuerpo por unas curvas de mucha importancia sus tetas se desarrollaron bastante más sus caderas se ensancharon y su culo también aumento algo volviéndose más rico aún, no iba al gym pero si salía a correr logrando así tener un tonificado cuerpo. La vida en la ciudad le sentó fenomenal pues se la veía radiante y ardiente en nuestros encuentros que eran casi todos los días, siempre me imaginaba cosas guarras con ella como principal plato. Vestida con su uniforme de trabajo quedaba muy bonita y ahí fue que empecé a sentir a celos de todas las personas que la rodeaban y no podía sacarme de la cabeza que me estuviese poniendo los cuernos, eso se volvió una obsesión por mi parte y poco a poco empezó a gustarme la idea de ver ese hermoso cuerpo gozando con otro hombre es así que cada encuentro que tenía empecé a insinuarle la idea pero al principio​ me trató de degenerado y todas esas cosas. También justo es decir que cuando tocaba ese tema nuestros polvos se volvían tan intensos que había algo que me decía que a ella en parte le gustaba la idea, pasó mucho tiempo con mi insistencia continua en esa idea, mientras ella la veía de usar alguna que otra minifalda aunque sea dentro de casa observaba que le ponía enseñar las piernas a cualquier hombre que nos visitaba por distintas razones en nuestra casa.

Cierto día estábamos firmando unos papeles en el salón de casa con el gestor de mi padre y ella se sentó frente a nosotros y estuvo todo el tiempo ahí y la vi de hacer algo que nunca la había visto llevaba puestas unas minifaldas rojas y en cierto momento vi que se queda con las piernas separadas un instante suficiente para ver que no llevaba bragas la miré a los ojos y me sonrió pícaramente, le había enseñado el coño a ese señor mayor la muy puta, en cuanto se retiró el gestor nos dispusimos a echar un polvazo y fue cuando me dijo sí seguía con la idea de mi fantasía a lo cual le dije que no había otra cosa en el mundo que deseara más, fue cuando me dijo que ya tenía la persona idónea para ello, se trataba de un repartidor de la empresa en donde ella trabajaba que vivía tirándole los tejos todo el tiempo, además era casado por lo cual lo convertía en el candidato perfecto para nuestro plan, yo debería esconderme ya que el tipo no reaccionaria ni de coña si yo estaba presente, estábamos a lunes y ella lo cito para el jueves​ estuve preparando la habitación con lujos de detalles para poder observar mejor debía de hacerlo desde afuera por la ventana que daba al patio trasero de la casa, me puse manos a la obra coloque unas cortinas que dejaban ver hacia adentro, pero para afuera no se veía nada y menos por la noche como habían quedado, en las lámparas de las mesillas puse bombillas más potentes para que la habitación desde fuera se viera mejor, noche antes probé todo y la verdad que nadie podía ver que desde fuera se viera tan claro, eso sí oír no se oiría nada. Llegó el jueves por la tarde y yo estaba tan excitado y deseando que llegara las once de la noche que era la hora que habían quedado, entre tanto yo debía de llegar a casa por la parte trasera y dejar el coche aparcado a unas calles de allí, tome posición a eso de las 10 :30 Andrea no estaba aún en casa, estaría probablemente en casa de su madre dejándole nuestro hijo argumentando que debía madrugada al día siguiente, 10: 40 la veo de llegar entro a la habitación se quitó toda la ropa y se metió al baño deprisa a darse una ducha yo la podía ver de un lado para otro de la habitación pero no encendía las luces potentes, por lo tanto mi visión no era muy buena buena que digamos, ella no sabía si yo ya estaba en mi puesto se la veía nerviosa y trataba de proceder ignorándome se volvió a meter en el baño y apagó todas las luces de la casa en ese momento me entró la desesperación pues no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, se acercaba la hora y no paraba de temblar de la excitación fumaba un cigarro tras otro para calmar los nervios. 11:15 se empieza a ver movimiento ya que se enciende la luz del salón pero a esa ventana no podía asomarme si no quería ser descubierto deduje por las sombras que ya había más de una persona en la casa y unas leves sonrisas de Andrea me supuse que no estaba sola, pasaba el tiempo y no empezaba la acción, yo tenía ya un cuadro de ansiedad que no podía con él, seguía pasado el tiempo y parecía que seguían en el salón ya que era la única luz de la casa que permanecía encendida. La intriga me estaba matando, miro mi reloj y eran las 12:18, la muy puta no estaría follandose lo en la sala y no me dejaría verla, en fin yo ya estaba de los nervios cuando se apagan también las luces de la sala, l incertidumbre fue total hasta que no vi encenderse la luz del techo de nuestra habitación.

El tipo tendría unos 35 años quizás estatura normal moreno, algo rellenito, yo no lograba verle la cara ya que estaba de espaldas y se besaban​ frenéticamente, debo confesar que esa acción me produjo un estado de culpabilidad tremendo, mi verga se vino al suelo con ver a mi amada en otros brazos y encima por iniciativa mía, joder, tanto fue así que baje mi vista para no verla, cuando levanté mi vista ella se había girado quedando de espaldas a la ventana, el tipo le había arremangado la minifalda hasta la cintura y le estaba dando una sobada de culo monumental, al ver eso mi miembro empezó a crecer, le hacía a un lado su tanguita e introducía un dedo en su coñito, mi visión era espectacular. Andrea se retorcía en señal de que la estaba poniendo a mil por hora, todo esto ocurría sin dejar de morrearse ella lo empujó hacia atrás hasta llegar a la cama, lo hizo sentar y se quitó la blusa y no llevaba ya sujetador, también se quitó la minifalda quedando solo con una tanguita color azul, le quitó la remera a él y lo hizo estirar hacia atrás para poder quitar sus pantalones, por debajo de su calzoncillos se veía que el tío estaba empalmado​ pues parecía tener un buen tamaño, Andrea aprovecho para encender las luces de las mesillas y ahí el escenario tomo otra dimensión, podía al menos ver el rostro del tipo y el de mí mujer que estaba desencajado, se veía que le estaba gustando él se incorporó y le saco su única prenda que le quedaba, su diminuta tanguita y la dejo a un costado de la cama se volvió a tumbar y se quitó​ su calzoncillo, su verga no era tan grande como parecía pero si era muy gruesa, el la cogió de sus caderas e hizo que se sentara en su cara con las piernas bien abiertas mi mujer se restregaba con su cara toda su zona íntima, se estiraba hacia atrás con su brazo para poder alcanzar la verga y pajearsela para que no perdiera volumen, se detuvo un momento y se giró formando un 69, podía apreciar como quería engullir aquella polla entera en su boca pero su grosor no se lo permitía ver su cara chupando esa polla era un poema pues no habría los ojos pues sabía que la estaba viendo, por lo tanto la saboreaba como si fuese un helado, el tipo no tardó en levantarse y poniéndola en el borde de la cama le abrió bien las piernas y se la clavó de una empezando el mete saca, Andrea se mordía los labios del placer que le daba aquella gorda polla, al rato cambian de posición y es ella la que se sube encima para cabalgarlo, lo hacía como una posesa, arqueaba las caderas de una manera magistral enterrándose ese pedazo carne en toda su raja y a la ver que aceleraba de tal manera supuse que se estaba corriendo, pues lo hacía a un velocidad nunca antes vista, no parece la mujer que yo conocía, su cuerpo empezó a temblar y se dejó caer encima del pecho de él, se quedó un rato inmóvil y cuando se bajó por su coño escurría un líquido blanco abundante, el muy cabrón se había corrido dentro de ella.

Yo pensé que todo había terminado ahí pues se quedaron tumbados bocarriba y ella no dejaba de jugar con su fláccido pene y se reía de algo que ,seguramente le decía pero yo no podía oírlos, pasaron lo minutos y mi pica otra vez cobro vida de ver como mutuamente se tocaban, ella se paró y cogiendo un pequeño trapo se secó el coño, lo hizo bien cerca de la ventana cosa que yo pudiera verla de primera mano, el continuaba acostado con su polla como estaca apuntando al techo, mi mujer se arrodilló a su lado y empezó a chuparla, luego de algunos minutos se coloca en cuatro patas con la cara hacia donde yo espiaba, él se colocó detrás y la ensarto rápidamente y empezó a moverse a un ritmo normal, para luego si hacer chillar la cama y el golpe sobre las nalgas de Andrea que si podía oír, de pronto vi que su cara empezaba a tomar forma de llanto y eso era normal en ella cuando se aproximaba un orgasmo, sus espasmos eran cada vez más continuos hasta que un grito de placer anunciaba su momento de máxima tensión ella había pegado su cabeza en el colchón y sus pelos no dejaban ver su cara, había tenido una corrida espectacular, dejó caer su cuerpo en la cama y él se subió encima y continuó follandola bocabajo por unos minutos más hasta correrse dentro una vez más, después de un rato se levantaron ambos y se dirigieron al baño a limpiarse seguramente, volvieron y él se vistió y seguidamente abandonaron la habitación, mi mujer continuaba desnuda todo el tiempo, pasaron unos minutos y ella abrió la puerta del patio trasero para hacerme entrar, lo primero que hice fue tocar su coño y estaba empapado de la leche de su amante, nos besamos y nos fuimos a la habitación y también tuve la oportunidad de echar mi polvo de rigor.

En fin está fue la primera vez que mi rescatada esposa se tiro a otro macho mientras la veía, luego al poco tiempo hubo otro encuentro pero ya se los contaré en otra ocasión.

Datos del Relato
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