Mi nombre es Adrián, tengo 53 años y desde hace algunos años vivo en pareja con Rafaela de 57. Regresamos a nuestro país hace menos de un año luego de un lapso de cinco años viviendo en España, allí me desempeñaba como docente en una universidad en la Región Autónoma de Castilla-Leon, a unos doscientos km de Madrid; en la misma universidad Rafaela estaba inscripta en un posgrado en su especialidad yo soy Lic en Física y ella es Psicologa. En aquella ciudad cierta pareja amiga, ambos conocidos en el Campus, nos introdujeron en la práctica del intercambio swinger, práctica que ejecutamos en múltiples noches y fines de semana llenos de pasión y sensualidad. Al volver a Montevideo nos vimos obligados a interrumpir dicha práctica, simplemente no conocíamos a nadie que lo practicara y la concurrencia a un bar de encuentros resulto un fracaso, eso hasta que inesperadamente y sin que lo propusieramos terminamos ligados con Graciela, una amiga de Rafa en un encuentro que es el que motiva este relato.
Tenemos un refugio costero en la costa atlántica donde pasamos el verano y al que visitamos fuera de temporada estival uno o dos fines de semana por mes; unos días atrás Rafa me comunicó:-Acabo de cortar con Graciela, nos va a visitar mañana, se encuentra en Punta del Este con el marido, se va a quedar desde el viernes al domingo, cuando Juan (su marido) la va a pasar a buscar que van a visitar a su cuñado a la Barra de Valizas...¿ténes inconveniente en que ella se quede?-, -¿inconveniente?...¡ninguno, bienvenida!. Rafa sabía de antemano mi respuesta y premio mi aceptación con un largo, caliente y húmedo beso con esa lengua enorme con la que explora mi boca en cada vez que nos besamos. Antes de continuar una sumaria referencia acerca de Rafa, es rubia, de ojos de un dulce e inocente azul profundo, cuerpo pequeño (yo soy bastante más corpulento) y sus 57 años se notan, los tiene y los lleva con coquetería, y una dignidad que realza aún más su natural belleza, pues Rafa seduce más por su actitud que por sus atributos físicos, que los tiene y hace que no pase desapercibida y que a muchos tipos mucho más jóvenes provocan de una manera muchas veces irresistibles, vestida seduce, desnuda hace perder toda racionalidad e imprime en hombres y mujeres un irrefrenable deseo de poseer y disfrutar de ese cuerpo tan sensual. Al día siguiente fuimos a esperar a Graciela a la terminal de omnibuses e intercambiamos con ella el normal dialogo de novedades sobre las pequeñas aventuras de las recién iniciadas vacaciones. Graciela, tiene 59 años, es algo más alta que Rafa, de pelo castaño casi rubio y ojos verdeazulados de mirada inocente y al igual que Rafa comparte con ella el buen gusto por la vestimenta y el discreto maquillaje que realzan aún más sus delicados rasgos, a lo que sumado a un hermoso par de piernas y senos pequeños aún bastante firmes, debo aclarar que ambas se conocen desde hace muchos años desde su período como estudiantes, Graciela también es psicologa, y como vecinas de su ciudad natal.
Esa tarde luego de compartir unos mates salimos a caminar por la orilla del océano, donde pude apreciar la discreta belleza de ambas y traté de no intervenir en lo que consideré una conversación entre amigas, simplemente interviniendo con monosílabos pero sin dejar de sentir como mi excitación iba aumentando. Cuando volvimos a nuestra casa y ya casi a prepararnos para cenar Graciela manifestó su deseo de ir al baño cosa que hizo, al salir ella entré yo, el natural orden y pulcritud que con Rafa imponemos en el baño se sentía resaltado por el reciente olor dejado por Graciela, me senté en el water y pude sentir caliente su tapa, pensé: "el culo divino de esta mina estuvo sentado acá" y sentí ese caliente en mis piernas y empecé a delirar, con lo que tuve una erección inmediata, y en el extremo de mi glande empezó a fluir la natural lubricación que experimentamos los varones en la pija al estar calientes. La sonrisa complice, que escapó a la percepción de Graciela y que dibujaban los labios de Rafa indicaban que sabía lo que había pasado por mi cabeza: sabía que me había sentado en el water a testear el calor de la cola de Graciela, quiero aclarar que en mi casa no me gusta orinar de pie sinó que me siento para ello, cosa que no hago fuera de mi casa. Rafaela acompaño a Graciela hasta la farmacia antes de su cierre, pues ella necesitaba comprar protector solar, quedé solo y decidí continuar con la lectura de una novela de Patrick O´Brian, al rato sentí las voces de ambas mujeres mezcladas con sus risas -¿podemos entrar?- ¿estás "visible"? preguntó Rafa acompañada por la risa de Graciela, eso debido a nuestra costumbre de estar desnudos en casa, por lo que cumpliendo con la consigna de Rafa "desnuda cuando sea posible, vestida cuando sea necesario" ella si bien sabía que estaba con mi bermuda y mi remera decidió reir un poco considerando mi posible desnudez y mi prisa para vestirme, - en casa también somos de andar desnudos, a veces no podemos, por nuestros hijos y nueras, pero lo haceos- intervino Graciela. Decidimos cenar afuera, dejé a ambas mujeres preparase para salir y decidí dar unas brazadas en el mar antes que oscureciera del todo, volví luego a cosa y ya estaban prontas, me dí una breve ducha y salimos a cenar. La calle principal del pequeño pueblo estaba atiborrada de gente y ambas mujeres con sus blusas veraniegas, suecos blancos y hot pants, me hacían sentir el macho alfa de aquellas dos Afroditas maduras, cenamos de manera muy agradable en un muy bien instalado chiringo que temporada tras temporada abre al costado de la playa, luego de un breve tour nuevamente por el centro decidimos volver a casa a terminar la noche como les propuse: disfrutar un trago de ron entre los tres en casa, cosa que ambas mujeres aceptaron con entusiasmo. Nuevamente instalados en el living room de nuestro refugio, el ron fue servido, sintonicé la FM que trasmite desde La Paloma a esa hora de la noche música electrónica soft. Sin consultar a Rafa y pensando que podría aportar a distender el ambiente, y observando como había venido lo sensual de la charla previa durante la cena decidí encender un porro de marihuana... Rafa frunció el ceño con cierta desaprobación, pero no dijo nada, di unas pitadas y se lo pasé a Graciela, con gran sorpresa de mi parte lo tomó le dió unas pitadas largas y profundas y lo pasó a Rafa, le dió dos pitadas y me lo devolvió, continuamos la conversación sobre temas más personales, Rafa se paro, y empezó a apagar luces hasta reducirlas a un mínimo, se sentó a mi costado y me tomó la mano y se sacó los suecos, se empezó a acercar cada vez más a mí, me rodeo el cuello con un brazo y me tomó la mano, yo rodee su cadera con mi mano, Graciela levanto el porro, lo encendió y le dió un par de nuevas pitadas, Rafa empezó a besarme la boca con intensidad, nuestras bocas algo abiertas y con sus lenguas para afuera se humedecían reciprocamente, se sirvió un trago de ron y me lo introdujo en la boca, a nuestro costado Graciela empezó a bailar con cierto frenesí parada frente a la estufa a leña, subió el volumen de la música que había cambiado de electrónica a un blues de Steve Ray Vaughan, aflojé los botones de la blusa, le solté el soutien y dejé su pezón izquierdo con su enorme aureola rosada totalmente libre, le pasé la lengua, Graciela se movía con sensualidad y ahora nos mostraba su culo apretado en su hot pant, Rafaela me empujó con suavidad, se sacó la blusa y el soutien , se calzó los suecos y en topples con su hot pant también blanco se unió a la danza de Graciela, ambas reían y se sacudían con sensual intensidad, Rafa desprendió la blusa de su amiga y le quitó el sostén, Graciela la dejó hacer con sumiso erotismo, me quité la remera y me bajé la bermuda para dar libertad a una chorreante , húmeda y durisima erección, una a otra se despojaron de sus pantalones cortisimos y quedaron Graciela con un colaless amarillo y Rafa con también una minúscula bombachita blanca, se acercaron ambas al sillón, Rafaela se me tiró arriba y Graciela al costado, me besaban alternativamente en la boca, se besaban entre ellas y alternativamente nuestras tres lenguas se cruzaban en una lujuriosa esgrima, me despojaron completamente de toda vestimenta, acostado boca arriba en aquel sillón, vi como Rafa le daba a Graciela y tomaba para ella un pequeño almohadón sobre el que apoyaron sus rodillas, tiraron los suecos y ambas bocas alternaban la posesión de mi pija al tiempo que se besaban con dulzura, se pusieron de pie, y abrazadas con delicadeza una recorría la piel de la otra con dulzura y se besaban en la boca profunda y suavemente...-vamos a la cama- propuso Rafa, de dimos cada uno una última pitada al porro , vaciamos lo que quedaba de ron en los vasos y fuimos al dormitorio, caminando lentamente, los tres abrazados, besandonos yo en el medio y mis manos en cada cadera y las manos de ellas en las mias, yo ya desnudo y ellas solo con sus bombachitas, les saqué las bombachas y nos empezamos a revolcar en la cama, las acosté una al lado de la otra boca arriba y con una pierna entrelazada con la del costado, chupé la concha de Graciela, y luego me dediqué a la de Rafa, ambas mujeres se tocaban sus tetas y se acariciaban su propia piel, me acosté boca arriba, Graciela me acercó su concha a mi cara mientras que Rafa se metió mi pija en su boca, cambiaron de posición, Rafa manifestó su deseo de ir al baño-me estoy meando- manifestó, - te acompaño- le contestó Graciela, me levanté y las seguí al baño, encontré a Rafa sentada en el water meando mientras Graciela parada al costado le acariciaba el cuerpo, cuando estaba por pasar papel en su entrepierna yo anuncié:- mi lengua es tu papel, mi amor-, se paró, me arrodille y pasé mi lengua por su rincón más secreto, Graciela deliraba y recostada a la pileta se tocaba la concha, volví al cuarto-no se tarden- les dije, me tiré en la cama, Graciela se me tiró arrriba y Rafa al costado-¡¡¡cogeme!!!cogeme, te lo ruego!!!!...miré a Rafa, sonrió con picardia - las visitas primero-me montó estando yo boca arriba y empezó a cabalgarme con lentitud, Rafa se tocaba la concha y gemía con pasión, Graciela se desconectó de mi, se tiró boca arriba -vení, dale, seguí-, luego descubriría que la posición del misionero era con la que alcanzaba el orgasmo, cosa que hizo con tenues gemidos mientras me clavaba las uñas en la espalda y me mordía el cuello. A continuación Rafa me presentó su culo, hundí en el mi lengua, me acosté e hice que me montara, en unos minutos más gemía alcanzando un orgasmo de esos a los que me tiene acostumbrado cuando está muy caliente. -Mi amor,- dijo- ¿y vos?-...yo quiero que acabar mi leche en la cara y la boca de ambas-...me pare al costado de la cama, me la empezaron a chupar en forma alternativa como al inicio, lo hacían con toda las posibilidades de sus bocas, la lengua, el paladar, los dientes, competían sin proponerselo, cual de las dos la trataba mejor....y me acabé con una eyaculación que me hizo perder casi el sentido, una abundante cantidad de leche en bocas, caras y tetas....nos bañamos, nos vestimos y salimos a caminar por la orilla del mar...casi amanecía. Cansados nos fuimos a dormir, le dejé mi lugar en la cama a Graciela y me fui adormir al otro cuarto. Al otro día, nos levantamos, nuevo baño, desyunamos desnudos, pero sin ninguna referiencia a lo acontecido.
Jornadas de playa, sol, paseos, almuerzos, no lo volvimos a repetir.
Llegó el domingo y con el la despedida, arribó Juan, apenas un rato compartido entre los cuatro y partieron.
Ayer lunes Rafa: recibió en su celular un mensaje de Graciela, con laconismo decía: me encantó estar en tu casa, ¡ojalá se repita!