Daisuke está solo en casa. Por lo tanto, decide aprovechar su soledad para pasar algún tiempo con su mano derecha. En el dormitorio, desnudo porta velas perfumadas en casi todas las superficies abiertas. Las ilumina mientras va respirando los cálidos olores. La vainilla y la canela llenan el aire mientras se dirige a su cama; él pone en una lista de reproducción las canciones que le recuerda a su historia con Ken, ahora ausente por un tiempo.

Cada frase o estrofa le hace recordar a él mas intensamente

Al lado de la cama está la mesita de noche, y dentro del primer cajón está una colección bien organizada de juguetes del sexo, saca su consolador favorito. Es uno bonito morado ligeramente curvado, y también vibra, es uno de los juguetes que usó Takeru para hacerle llegar al orgasmo en varias ocasiones, casi todo lo que hay en ese cajón han sido utilizado por ellos dos.

Además, se asegura de agarrar una botella de lubricante y un par de pinzas de pezón. Hoy queria disfrutar del sexo en soledad dandose él mismo todo el amor del mundo mientras las pinzas se pinchaban en la piel.

Al tenerlo todo, se acercó a la cama, colocando los suministros en las sábanas blancas, se detuvo junto a ellos acostadose en la cama con los ojos cerrados y relajados. Pasó las manos por su torso lentamente. Sus dedos sobre sus pezones, sus manos tocando alrededor de ellos haciendo que su respiración se intensificara.

Sus manos seguían bajando evitando su polla, trazando líneas sobre los lados y la parte posterior de sus muslos. Una mano se extiende y agarra las pinzas de pezón. Él los pone en sus pezones individualmente, respirando fuertemente con cada uno. La presión envía chispas de dolor y placer a través de su cuerpo. El rostro de Daisuke se contrae y él deja escapar un suspiro tembloroso. Él tira de la cadena suavemente, tirando de sus pezones duros hacia abajo. La sensación está en el borde de su zona de comfort, pero le gusta. Una vez más, la cadena tira, pero con más fuerza. El aguijón del dolor hace que Daisuke suelte un gemido quebrado, la espalda se arquea ligueramente

Tira sus dedos de su mano derecha en su boca, chupándolos y golpeándolos con su lengua, sacándolos con un estallido. Los dedos pulidos de saliva frotan su agujero perezosamente. Aprieta un puño en su propio cabello mientras dos dedos se zambullen, abriendo su culo. Un tiro de dolor por estar tan estirado tan rápido va directamente a su ingle. Un leve gemido se escapa cuando su cabeza se inclina hacia un lado. Después de los dedos, usa ambas manos para lubricar el vibrador y encenderlo.

Separa sus piernas y presiona su agujero. Deja que la punta presione lentamente mientras toma una respiración aguda con una mano agarrando firmemente su muslo. Sus ojos revolotean cerca mientras el vibrador penetra, estirando los músculos alrededor de él. El dolor dispara su entrepierna, la polla dejando escapar pequeños hilos de semen sus muslos temblando.

Es el momento, Daisuke empuja el vibrador, su cadera tiene vida propia, sube y baja por la tensión, él gime, profundo y tembloroso.

Mientras bombea el consolador en sí mismo a un ritmo constante, Daisuke tira de la cadena de sus pinzas de pezón. El gemido que suelta suena como un grito más agudo, tira varias veces sobre las pinzas, juntando el dolor y el placer le desquebrajan las tripas por dentro. Se muerde el labio con una respiración temblorosa, se deja caer la boca en la cama mientras siente como el dolor domina todo su cuerpo.

Sigue follandose a si mismo con la canciones en su oído que le hacen tener a Ken en la mente y el vibrador metiendoselo con la misma fuerza que Takeru, ambas cosas le hacen gritar al techo arqueando la espalda por completo. Él hunde sus dedos en su muslo hasta casi hacerse moratones para así, aumentar el ritmo y se balancea en el vibrador.

Daisuke se muerde otra vez los labios con fuerza, sofocando un gemido que todavía se desliza. Él se burla así mismo con un dedo arrastrando sobre su polla dura, frotando la cabeza suavemente. Recoge los pequeños hilos de semen con su dedo indicador y los masajea sobre el eje.

Sintiendo que su orgasmo se acerca, comienza a actuar salvajemente, escupe en su mano, lo arrastra sobre la cabeza de su polla, bombeándose. Los gemidos salen de su boca, fuertes y profundos. Ojos ferozmente cerrados, se mete de nuevo el vibrador. Los dedos de Daisuke se curvan, su voz se agrieta, sus caderas se contraen. Lo golpea. Una gran luz blanca de placer y exceso de estimulación le envuelve cuando él se corre sobre su torso, y con ello un bajo gemido, despues de eso, cae en la cama con los labios entreabiertos. La habitación huele a sexo, almizcle y calor.

Respirando con fuerza, sonrie con unas cuantas lágrimas caídas. La primera cancion termina, y en el silencio antes de que la siguiente empieze ya está pensando en la siguiente pista de música para tener su siguiente orgasmo recordandose a si mismo que hay 12 canciones más para escuchar y sentir.