Infiel con el primo de mi marido.
Continuación de la primera historia, donde les conté que Darío el primo de mi marido Alex me había rompido el culo. Ya les había contado en mi relato que luego de ese encuentro hemos seguido teniendo sexo. Ahora les contaré la segunda vez que estuvimos juntos.
Después de la noche en que estuvimos junto Darío y yo y al otro día que volvimos a estar, en ausencia de Alex, nuestra vida siguió normalmente y no volvimos a hablar de eso por un tiempo, aunque yo cada vez que lo veía me excitaba al recordar que su verga había estado en mi estrecho culito y no dejaba de desear el momento en que pudiera volver a estar con Darío.
Aproximadamente dos semanas después de lo sucedido, yo salí con Alex a hacer unas diligencias y al terminar nos fuimos a almorzar en casa. Llegamos a casa, y allí estaba Darío quien estaba trabajando en algún proyecto de su colegio, y por su parte Marta estaba ayudándole. Luego de almorzar me senté a dialogar con Alex, de diversos temas, y luego nos fuimos al cuarto ya que los chicos seguían en el comedor trabajando; Aproximadamente a las 4 de la tarde se fue Marta y nos despedimos normalmente, como había sucedido las dos últimas semanas porque nadie se podía enterar de lo que había pasado.
Un día recibí una llamada de una amiga, y me dijo que diera a donde estaba ella para darme un cosa que tenía para mi; le dije a Darío que me llevará puesto que Alex aún no volví a del trabajo, el me dijo que no había problema tomo las llaves del auto y me llevo a donde me vería con mi amiga, la esperamos dentro del auto, la llame y le dije que la esperaba allí en los estacionamiento de su edificio, ella me dijo que no había problema; la situación Se fue poniendo incómoda para ambos; sentados conversando yo le iba recordando lo que habíamos vivido y a el se le estaba parando la verga de solo imaginar aquel momento.
Empezamos a hablar y se sentía un clima tenso en ese auto, ya en ese momento su pene estaba totalmente erecto, al notarlo me dijo que si recordaba lo que habíamos hecho y yo inmediatamente y un poco avergonzada le dije que sí, puesto que el me preguntó si me había gustado. El me decía que había sido la mejor noche de su vida.
Yo notaba que su cara demostraba deseo y lujuria, lo cual me sorprendió, pues creí que nunca volvería a tener algo con el. Fui acercando mi boca a la suya, yo sólo recordaba estar en la cama con el primo de Alex mi marido, y a la expectativa de lo que iba a suceder me sentía poseída por el deseo, por fin nuestros labios se encontraron comenzamos a besarnos, mientras Darío me tomo una de mis manos llevándola a su verga, como tratando de que yo la cogiera a toda sobre el pantalón. Obviamente yo lo besé apasionadamente y el siguió acariciando mi pierna cada vez mas cerca de mi concha sobre mi falda , entonces, llegó mi amiga a darme el sobre que me había dicho; nos marchamos y mi deseo y el de Darío fue tal que nos metimos en un lugar de ocasión.
Dentro el abrió mi pierna y metió la suya entre la mía y me tiró sobre la cama, empezó a bajar y se detuvo en mi ombligo, sacando la camisa de dentro de la falda, comenzó a lamerle hasta que me moje , su pene, erecto y duro como una roca, lo tome con mis dos manos y empecé a hacerle una paja no quería chuparlo; y el estaba apunto de venirse pero sintió que sonó la puerta, y se asustó así que guardo su pene en su pantalón y me pidió que nos marchamos. Salimos y el subió su pantalón, intentando ocultar su pene erecto. Yo le dije a Darío que no pasaba nada y el sólo me respondió que Marta estaba por llegar. Apenas llegué a mi casa me meti a la regadera y me empecé a tocar hasta que me vine pero aun asi no dejaba de pensar en que queria estar con Darío y que el también conmigo.
Dos días después, yo estaba en mi casa y ya entrada la noche Alex me dijo que debía ir a la casa de su Papa porque necesitaba que el lo ayudara. yo estaba vestida con el camisón azul oscuro que solía usar como pijama el cual dejaba muy poco a la imaginación. Inmediatamente fui al cuarto de Darío toque después abrí le pregunte si podría pasar y me hizo seguir y noté que el estaba sólo, por lo que le pregunté donde estaba Marta pues ella siempre estaba en casa hasta en la sopa. El me respondió que había salido donde unas amigas y que no regresaría. Asi que supe que seria nuestro momento quería sentir su verga mas bien necesitaba sentir su verga. No tardó mucho en tomarme la mano y llevarme a su cama, yo ya sabía lo que esa noche iba a pasar, y se me empezó a parársele la verga. El me llevó hasta su cama y me sentó allí, luego, mientras lentamente me iba desvistiendo. Ya el tenía su l torso desnudo, y yo comenze a bajar y desbrochar su pantalón y bajar sus bóxer, quedando afuera su verga. En medio del silencio la tome con mis manos y le dio un par de batidas, luego cerré mi boca y con mis labios recorrí todo su pene con mi boca y con mis labios recorrió todo hasta llegar a las huevas, ya el no podía más. El luego, me abrió mi boca y metió la cabeza de su pene en mi boca y mientras apretaba mis labios empecé a mamarle se notaba que el no estaba acostumbrado a hacer sexo oral, así que yo lo complacía.
El estaba demasiado excitado, y me daba cuenta que yo también el se arrodilló en el suelo, subió mi camisón y bajo mi tanga, que ya se sentía húmeda. Paso su mano por mi chochito peladito y bajo a meter un dedo en mi vagina, yo me arqueaba mientras el me metía otro dedo, empezaba a meterlos y sacárselos lentamente mientras pasaba su lengua por mi clítoris. Saco sus dedos y empezó a lamer mi vagina, rompí el silenció con un fuerte gemido que fue seguido de un orgasmo larguísimo, el cual Darío trago y que imagino le supo a placer mis jugos eran deliciosos, el continuo metiendo su lengua en mi chochito hasta donde más podía y yo seguía gimiendo y viniéndome. El estaba calientísimo y al pararse todo su pene en mi vagina y pasaba la punta de éste por toda mi mojada rajita, lo tome con mi mano y lo inserte en mi chochito delicadamente mientras inhalaba profundamente con mis ojos cerrados. Darío empezó a hacer movimientos cortos y lentos, y de repente me metí todo el pene mientras yo solté un pequeño grito, Darío empezó a meter y sacar toda su verga, acelerando mi respiración, así que lo empezó a hacer más rápido y no tarde en venirme, el también estaba bien caliente, así que me avisó que se vendría y le pedí que dejara su leche entre su leche en Mi raja así lo hizo y empezó a chorrear por toda mi vagina.
No pensaba dejarle ir, cogí su pene con mis manos y se lo masturbe hasta que volvió a estar duro. Lo acosté en la cama y le dije que le iba a enseñar como me gustaba que me cogiera. Me senté lentamente en su pene y empecé a subir y bajar, mientras Darío sobaba mis tetas, y acariciaba mis piernas. Aumente el ritmo y el con una mano apretaba mi seno y con la otra jugaba con mi clítoris, arque mi espalda hacia atrás y facilite su tarea seguí subiendo y bajando de su pene hasta que me vine pero continúe no me importó estar toda senc8ble quería más me abalancé sobre el le Di un beso descanse un momento, sin sacar su verga cerca de mi raja volví a a levantarme y seguir en el sube y baja, le dije "¿Te hago venir?", Darío asintió con su cabeza y empecé a hacer pequeños movimientos circulares sobre su pene aumentando la velocidad Darío notaba el efecto que esto le causaba estaba tan cerca de venirse aumente nuevamente la velocidad; el sujeto mis caderas y tuve un orgasmo más, y casi simultáneamente también el descargó todo su semen dentro de mi. Los dos estábamos exhaustos, pero yo estaba realmente deseosa de sexo, me levante y saque su pene de mi vagina mientras su semen escudería por mis piernas; tome su pene en mis manos y chupándole se volvió a parar lo tome de la mano y poniéndome en 4 Darío me metio su verga por mi vagina el me apretó y tiro de los cabellos haciéndome gemir.
Me le vine una vez más y Darío empezó a meterme un dedo por mi ano mientras clavaba mi cabeza en la cama, metió uno y después otro mientras bombeaba mi chochito, ya casi sin energía ya, solo recibía sui verga y sus dedos mientras trataba de tomar un nuevo aire. El primo de mi marido sacó su verga y empezó a lamer los bordes de mi ano, hasta que dilataron y comencé a excitarme aún más así que nuevamente me metió su verga por la vagina, pero ya no podía soportarlo, así que saque su verga de mi concha y la puse en mi cola. El metió de poco a poco su pene en mi ano disfrutando mi estreches; a diferencia de la primera vez disfrutaba con esta situación, y dominaba la penetración, me fui metiendo el pene de Darío poco a poco.
Era evidente el dolor que sentía, por fin tuvo todo su pene dentro de mi, trate de contener la respiración, me movía hacia delante y hacia atrás lentamente mientras me quejaba por el dolor, luego Darío lo empezó a hacer un poco más rápido; yo me quede quieta, ya que no aguantaba la combinación entre placer y dolor, Darío me pidió insistentemente que yo manejara el ritmo. Trate de relajarme para acostumbrarme a la presi9n de el bombeo en el hoyo de mi cola; mientras su pene seguía haciendo presión en mi ano, por lo que el se excitada aún más y más, en fin el era un jovenzuelo de 18 que estaba cumpliendo su fantasía de cogerse a una mujer por el culo; no desaprovecho su oportunidad asi que me penetro por la cola por unos mas o menos 15 a 20 minutos.
De pronto sentí como su ritmo empezó a bajar ya era el momento para que el se viniera, de pronto aceleró el ritmo y me empecé a quejar, pero el lo hizo tan aprisa como pudo, agarrándose fijamente a mi cadera jadeando como animal en celos, grita Nancy grita Nancy me decía el cabron; desesperadamente le pedí que parará, aaahhh aaaahhhhh para para para; eso parecia exitar mas a Darío, hasta que por fin saco su verga de mi cola corriendose en mis nalgas coloradas de los azotitos que c9n la mano Darío me daba.
lo cual me excitada, respire profundamente y me deje caer en la cama como cuerpo sin alma de aquella culiada salvaje, el siguió reposando su pene sobre mis nalgas, lo tome con mis manos y retire de allí tomando una de sus manos acostándolo a mi lado en su cama; con mi último aliento se lo limpie hasta que su pene se encogió. Rápidamente se vistió y marchó, no sin antes prometernos que ésta no sería la última vez. Quedé tirada en la cama de Darío con las nalgas llenas de su esperma y corriéndome por las piernas; el mee beso la cabeza y se fu estaba casi dormida, así que me acerqué a ella, besé su cabeza y me fui