No vayan a pensar que mi familia es un hato de locos y tarados, pero en ocasiones suceden cada cosas, que de verdad son dignas de contar y de que ustedes las conozcan. Pues resulta que en días anteriores me dediqué a observar a mi primo Raymond, el cual tiene 15 años, a la salida del colegio, se situaba en una esquina como para que nadie lo pudiese divisar, pero encontré un ángulo perfecto para ver de que se trataba, que cosas estaba tramando. Observé entonces como cada vez que una chica pasaba por su lado el le entregaba una pequeña tarjeta, la chica la leía y como impulsada por un resorte inmediatamente le propinaba una bofetada.
Pasaron por allí más de 20 chicas y les aseguro que al menos recibió 15 bofetadas, de verdad que aquello logró atraer mi atención y decidí enviar a una de mis mejores amigas para ver si le entregaba la singular tarjeta. Como en efecto, no más se acercó él la abordó, le entregó la tarjeta y ella riéndose se alejó del lugar con ella en la mano. Dio unas vueltas y finalmente vino a mi para mostrármela. Me parecía algo inverosímil lo que mis ojos leían, finalmente me dio hasta risa y la guardé en mi bolsillo.
Esperé a que decidiera irse para su casa y emprendí camino detrás de él, faltando solo unos metros para llegar, sin haberse percatado de mi presencia lo llamé y cuando se volvió se asombró un poco por mi presencia allí, ya que el camino hacia mi casa era totalmente opuesto. --¿Qué hubo prima, que haces por aquí?—, --solo vengo a que me saques de una duda—, --pues tu dirás en que puedo ayudarte—, introduje la mano en mi cartera y extraje la tarjeta mostrándosela…--¿Primo tu estás loco?—, --¿Cómo se te ocurren éstas cosas?—. Me contó entonces que había escuchado decir a su padre que lo más importante en la vida es anunciar el producto para lograr una excelente venta, ir directo a los posibles clientes y promocionarse. Comprendí que aquello dicho por su padre él lo había entendido a su manera. --¿Pero eres tan entupido que te dejas abofetear así como así?—. –No primita si lees detenidamente la tarjeta comprenderás que no es como tu dices. Yo solamente había leído los primeros renglones del texto y comencé a leerla completa: SOY UN CHICO POCO AFORTUNADO EN LA VIDA Y EN EL AMOR, SIEMPRE HE QUERIDO HACER EL AMOR CON UNA CHICA COMO TU, SI ESTAS DE ACUERDO ME HACES UNA LLAMADA TELEFONICA Y DE FORMA MUY DISCRETA NOS PONDREMOS EN CONTACTO. TE ASEGURO QUEDARÀS MUY COMPLACIDA. SI ERES VIRGEN SOLO SONRIE, DE LOS CONTRARIO DAME UNA BOFETADA PARA ESTAR SEGURO DE QUE TE GUSTARÌA HACERLO CONMIGO…
Ahora comprendía el porque de las repetidas bofetadas, el muy astuto había tenido buenos resultados con su tarjetita, les confieso que hasta yo estuve tentada de propinarle una bofetada. Solo me limité a echarme a reír y darle las espaldas…--¡¡No prima…no….mentiras no se valen!!—.