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Categoría: Incestos

Una casa de locos

Aquella noche no me encontraba demasiado bien y por si fuese poco los colegas se habían decidido por acudir a un garito que a mí no me hacía ni pizca de gracia.



-Vamos tío, enróllate. ¿Nos vas a dejar colgados?



-Que va, que paso. Además no me encuentro demasiado bien, creo que tengo algo de fiebre.



-Venga anímate, ya sabes que allí pillamos cacho fijo.



-Que no tíos, que esos no son los cachos que me interesan a mí, paso de ese ambiente. No entiendo que le veis a ese sitio.



-Ja ja ja… nos ha salido un estirado el colega. Pues tú te lo pierdes.



-Sí, seguro que mañana cuando te contemos como hemos triunfado te arrepientes tío.



-Que va, yo me alegraré por vosotros, pero hoy me voy para casa. Que os lo paséis bien.



-Bueno tío, veo que no hay nada que hacer. Mañana te llamo ¿vale?.



-Sí, venga mañana nos vemos, adiós.



-¡Adiós muermo!- Corearon todos mientras me daba la vuelta y emprendía el camino de vuelta a casa.



Volver a casa tan pronto un viernes por la noche no era lo más habitual en mí por aquella época, pera así se habían dado las cosas aquel día y tras media hora de caminata al fresco de la noche llegue al portal de casa a escasos minutos de la una de la madrugada.



Tras subir en el ascensor abrí la puerta de casa con mucho cuidado y todavía con más cuidado la cerré sujetando el pestillo con la mano para para no hacer ruido. Avancé lentamente y a oscuras por el pasillo evitando despertar a mis padres, aunque enseguida llego hasta mis oídos ruido proveniente de su habitación por lo que deduje que todavía estaban despiertos.



A pesar de que no iba a despertar a nadie no cambie de actitud y continúe sigilosamente y a oscuras el camino de mi habitación. La verdad es que no tenía ganas de tener que contestar a las típicas preguntas cotilla de mi madre y di por buena la posibilidad de acostarme antes de que nadie se diese cuenta de que estaba ya en casa.



El camino hacia mi habitación pasaba por delante de la puerta de mis padres y al llegar a su altura la encontré entornada dejando una rendija entre la puerta y el marco por donde escapaba una luz tenue que a buen seguro procedía de la televisión, aunque esta debía estar sin volumen ya que no se escuchaba nada. Fue entonces cuando, justo estando tras la puerta y antes de llegar a la rendija que dejaba escapar la luz del interior, quede congelado al escuchar la voz de mi madre.



-Pero que cabrón que eres.



-Buff, ha sido sin querer nena, no te enfades- Contesto mi padre de inmediato haciéndome sentir aliviado al saber que no había sido descubierto.



-Ja ja, cada día aguantas menos y encima te corres sin avisar, ya te vale. Estas hecho un abuelo.



-Joder Inés, es que hacia tanto tiempo que no me hacías una mamada tan rica que no he podido contenerme y encima así sin yo pedirla ni esperármelo, compréndelo.



- Pues si ni la has tenido que pedir ni te lo esperabas ya puedes imaginar lo cachonda que estoy y las ganas que tengo de polla. Así que o haces que esto se vuelva a poner en forma o te vas a acordar de mí.



Estaba helado, en estado de shock. Sí, ya sé que todos los padres follan y también sé que no seré ni el primero ni el último que los pilla con las manos en la masa, pero de eso a saber que tu madre, que se acerca a los cincuenta años, acaba de comerle la polla a tu padre hasta que este se ha corrido (ves a saber tú como y donde) y encima escucharla seguir exigiendo polla va un trecho.



Inmediatamente me embargo un sentimiento de culpabilidad por estar invadiendo su intimidad a escondidas, aunque de forma involuntaria, y sentí la necesidad de llegar a mi habitación lo antes posible. Me arme de valor y avance cruzando por delante de la rendija abierta con la esperanza de pasar desapercibido y continué avanzando por el pasillo algunos pasos más.



-Uff, no te preocupes, tú sigue dándome lengua y limpiándomela así de bien y veras como revive- Escuche decir a mi padre.



-Más te vale por la cuenta que te trae- Contesto mamá – Mmm, tienes suerte de que me guste tanto tu leche.



Volví a quedarme petrificado en medio del pasillo. No sé muy bien cómo explicarlo, pero un sentimiento mezcla de curiosidad y morbo se apodero de mí y muy lentamente di media vuelta y me acerque hasta el borde de la puerta. El corazón me latía fuertemente agolpando sangre en mi cabeza y consiguiendo que mis sienes le siguiesen el ritmo.



Allí estaba yo, con todos mis sentidos agudizados y a escasos centímetros de la rendija de la puerta preguntándome si me atrevería a mirar o no. Con miedo de ser descubierto pero sin saber controlar un deseo irrefrenable por ver lo que allí estaba pasando. Rápidamente evalué las posibilidades de ser descubierto y concluí que la forma menos arriesgada de poder mirar era hacerlo desde abajo, de tal forma que las posibilidades de cruzar la mirada con unos de mis padres fuese realmente baja. Me arrodille y muy lentamente, a gatas, me asome durante un segundo por la parte inferior del marco de la puerta para inmediatamente volver a mi escondite y evaluar la situación.



No pude ver demasiado, pero con lo visto ya quedé totalmente impresionado. La luz del televisor que estaba situado junto a la puerta iluminaba el interior de la habitación y de forma muy especial el espectacular culo de mi madre que, totalmente desnuda, estaba a cuatro patas y con las piernas ligeramente separadas sobre la cama mientras le realizaba a mi padre lo que a buen seguro era una mamada deliciosa.



Mí ángulo de visión solo me dejaba ver poco más que el culo de mi madre y parte de su cuerpo, el resto quedaba tapado por la cama ya que yo estaba mirando prácticamente desde a ras de suelo. Aquella situación tenía su ventaja, no obstante, ya que me permitía asomarme tranquilamente para observar sin el riesgo de ser descubierto.



Y así lo hice. Volví asomarme para, esta vez sí, deleitarme tranquilamente observando el tremendo culazo de mamá. La luz de la pantalla iluminaba su piel blanca ofreciéndome todo un espectáculo. Aquello era un culo tremendo, diferente y menos firme que el de las chicas de mi edad a que estaba acostumbrado, pero a mi parecer mucho más suculento y con la voluptuosidad que solo una mujer madura puede ofrecer.



-Umm, sí, sigue así, chúpame los huevos ufff.



-Joder, el cabrón de papá está disfrutando de lo lindo- Pensé.



Yo, mientras, estaba extasiado intentando adaptar mis pupilas a la escasez de luz para no perder detalle del espectáculo que mi madre me estaba ofreciendo. El culazo de mamá estaba sustentado por dos muslos imponentes, entre los cuales se mostraba un coño abultado, de labios hinchados y ligeramente separados que dejaban ver la humedad que se escondía en lo más hondo de aquella cueva. El chocho de mamá parecía estar sin arreglar, pero el bello no era lo suficiente espeso como para impedir una clara visión de su sexo, tan solo en su pubis se hacía realmente abundante, mientras que alrededor de sus labios mayores era bastante escaso y prácticamente inexistente en su perineo y alrededor de su ano.



Para entonces yo ya estaba totalmente empalmado y en un estado que podría definir de febril. Mi polla presionaba fuertemente contra mi pantalón con lo que opte por desabrocharlo y bajar la cremallera en busca de algo de alivio.



-Ufff, así nena, pásame la lengua por el ojete mientras me la meneas…verás que rápido empalmo.



-No dirás que hoy no te estoy haciendo disfrutar ¿eh cabrón?



Mamá llevo entonces su mano derecha hacia atrás y pasándola entre sus piernas comenzó a acariciarse el coño deslizando sus dedos por la humedecida raja y separando los labios con los dedos anular e índice mientras que con el corazón alternaba las caricias en su abultado clítoris con pequeñas penetraciones.



-Joder, ummm, que cachonda estoy, ufff, tengo el coño hirviendo- Decía mamá entre pausa y pausa del trabajito que le estaba realizando a papá



Mientras tanto yo, ganando en confianza, ya me había sacado la polla y comenzado a pajearme disfrutando del espectáculo. Con la confianza de no ser descubierto también aumento mi grado de osadía. Retrocedí unos pasos, a gatas, y con mucho cuidado y pegado siempre a la pared me puse de pie para poder tener un mejor ángulo de visión.



Muy lentamente me asomé de nuevo por el marco de la puerta obteniendo esta vez una visión completa del acto sexual de mis padres.



Mi padre estaba tumbado boca arriba en la cama, con la cabeza sobre la almohada en el lado del cabecero y con las piernas flexionadas y abiertas ofreciéndole a mi madre un completo panorama de su polla, huevos y parte del culo que. Mientras mamá, inclinada frente a él, meneaba su flácida polla con la mano izquierda a la vez que le regalaba húmedos lengüetazos que iban desde el inicio de la raja del culo hasta su depilado escroto, el cual succionaba esporádicamente absorbiendo y soltando de forma sonoramente los testículos de papá.



El aspecto de mamá era soberbio con su culo totalmente en pompa mientras se acariciaba el coño con la mano derecha y con sus colgantes tetas reposando sobre la cama. Sus formas de mujer madura me parecían de lo más excitantes y los pocos kilos de más presentes en su cuerpo eran deliciosos por lo que poco a poco unas ganas locas de poder lamer y saborear aquellas curvas se fueron apoderando de mí.



-Ummm, que lástima que no tengas treinta años menos para que esta polla volviese a estar en forma tan solo unos minutos después de correrse nene-Dijo mamá tras un ruidoso chupetón a los huevos de papá.



- Yo creo que a ti no te seguía el ritmo ni un chaval de veinte años Inés jaja. Tú sigue que ya parece que va poniéndose en forma.



-Uy, no te preocupes que ya me encargaría yo de sacarle todo el rendimiento a una polla así de joven, toda la noche lo iba a tener follándome. Con esa edad siempre están dispuestos a correrse unas cuantas veces seguidas- Contestó mamá mientras con su mano pajeaba ahora de una forma frentica la polla de papá que parecía comenzar a experimentar una erección.



- Umm, Joder que calentorra eres. ¿Quieres decir que tú hijo con veinte años no se estará follando unas cuantas veces a alguna niñata esta noche?



- ¿Y me dices a mi calentorra? Tú que no se te ocurre otra cosa que pensar en tu hijo precisamente ahora- Contesto mi madre levantando su cara y mirando a papá fijamente a la cara por un momento a la vez que frenaba en seco la paja que le estaba propinando.



- Vamos, vamos Inés, no me irás a decir que nunca has tenido curiosidad por saber qué tal se las gasta el niño en la cama, venga que te conozco.



Mamá dejo de mirar a papá y bajando su cara le propino un buen chupetón en el capullo de su cada vez más despierta polla para después añadir.



-Joder, pues claro que tiene su morbo… ¿tú te has fijada el pedazo de hombre en que se ha convertido?- Contesto para acto seguido engullir la polla de papá hasta la mismísima base.



-¡Ja! Lo sabía, sabía que ya le habías echado el ojo jaja. Pues si nos ha salido la mitad de caliente que su madre seguro que es todo un follador jaja.



Mi padre comenzó a reírse a carcajada limpia y fue entonces cuando, levantando su cara, cruzamos nuestra vista por un segundo. Os podéis imaginar el susto.



Mi padre retrocedió de un bote en la cama haciendo que su polla escapase de la boca de mamá sin que está pudiese hacer nada. Yo me escondí rápidamente tras la pared y totalmente pegado a esta me dispuse a ser descubierto y recibir la bronca de mi vida mientras sentía que el corazón se me iba a salir por la boca.



-Joder que susto, ¿Qué te pasa ahora?- Pregunto mamá sobresaltada.



-No, nada…. un calambre, sí, un calambre, aghh- Contesto mi padre disimulando.



-¿Un calambre? ¿Dónde? No, si ya te digo yo que estas hecho un abuelo.



-En la pierna, ufff.



-A ver déjame que te frote un poco. Joder ahora que la tenías tiesa del todo y se vuelve a bajar.



-No, déjalo no es nada. Tú sigue chupando, sigue antes de que se me baje del todo Inés.



Respire con alivio al saber que no iba a ser delatado. En ese momento debía haber desistido y huido asustado a mi cuarto, pero el morbo que toda aquella situación me provocaba hizo que me quedara y tímidamente volví a asomarme por la puerta.



-Desde luego… esto seguro que a tu hijo no le pasa, seguro que a él no se le baja tan fácilmente je je- Y sin esperar contestación mamá volvió a engullir la polla de papá.



Mi, todavía ignorante, madre lanzo este golpe bajo a papá sin saber que efectivamente a su hijo hacia un buen rato que no se le bajaba la polla y que la causa de aquella tremenda erección no era otra mujer que ella. Entonces papá volvió a mirar hacia el marco de la puerta encontrándome atento a lo que allí sucedía sin que esta vez ninguno de los dos resultásemos asustados.



-¿Sabes? Apostaría a que tienes razón y que la polla de tu hijo está siempre dispuesta para que disfruten de ella- Le contesto mirándome fijamente.



-Mmm sí, envidia me da la guarrilla que pueda disfrutarla- Dijo mamá sacase la polla de la boca y comenzando a menearla intensamente.



Mi padre me señalo a mamá con la mirada en un gesto que interprete como una especie de: mira tu madre lo que dice y lo calentorra que es.



-Me parece a mí que para guarrilla ya está su madre jaja.



-Ummm, creo que tienes razón. Suerte tienes que no esté aquí, estoy tan cachonda que ahora mismo sería capaz de una locura.



- ¿Si? ¿Qué harías dime?- Preguntaba mi padre provocando.



-No sé, pero iba a saber lo que es un coño de verdad, el coño de la calentorra de su madre.



-Me estas poniendo muy cachondo, sigue, sigue contándome- Le preguntaba papá mirándome con una sonrisa en la cara mientras ella alternaba lametones a su polla con los movimientos de su mano- ¿Qué le dirías? ¿Qué?



- Pero que cerdos somos… buffff- Le contesto mamá- Le diría que viniese aquí a probar el coño caliente de su madre, le pediría que no dejase un centímetro de mi culo y de mi coño sin lamer mientras yo le como la polla a su padre.



Para entonces yo ya me había desecho de mis zapatos, pantalones y calzoncillos que yacían en medio del pasillo. Las ganas de cumplir con los deseos de mamá se hacían cada vez más irrefrenables y pequeñas gotas de líquido pre seminal resbalaban por la punta de mi capullo.



-¡Vamos díselo! Díselo como si estuviese escuchándote ahora mismo, díselo como se lo dirías si estuviese viendo a la cachondona de su madre con el culo en pompa y mamando verga.



- Ven cariño, ven aquí a comerte el coño de mamá, ven a comerte el coño que te dio a luz hace veinte años.



No pude resistir más y tome la invitación de mamá al pie de la letra. Empuje la puerta con la mano e irrumpí en la habitación tan solo con la camiseta puesta y luciendo mi polla totalmente erecta. Mamá se sobresaltó y avanzo a gatas por la cama en dirección a mi padre que la recibió con una carcajada.



-Ja ja ja, Parece que tus plegarias han sido escuchadas. Aquí lo tienes y parece dispuesto a cumplir todas tus órdenes.



-Eres un cabrón- Contesto mi madre a la vez que abofeteaba su cara- ¿Sabías que tu hijo estaba ahí?



-¿Pero no es lo que querías?- Contesto el llevándose la mano a su mejilla



Mientras yo estaba como un pasmarote a los pies de la cama de mis padres con la polla apuntando al frente y sin decir palabra. Finalmente mamá se volvió hacia mí y mirando a los ojos pregunto:



-¿Cuánto tiempo llevas espiando?



-Ehh… un rato- conteste bajando mi mirada en dirección al suelo y sin poder aguantarle la mirada.



-Mírame cuando te hablo. ¿Entonces has oído lo que estaba diciendo?



- Pero mírale Inés, ¿A ti que te parece?- Interrumpió mi padre.



-No estoy hablando contigo, déjale que conteste. Mírame cuando te hablo Dani.



-Sí, sí lo he oído- Le conteste volviendo a mirarla a la cara.



-¿Y qué piensas al respecto?- Pregunto entonces bajando su mirada en dirección a mi enhiesta polla.



-¿Co.. como que qué pienso?



-Joder, ¿no es evidente lo que piensa?- Volvió a interrumpirle mi padre.



-Que te calles coño- Le ordeno ella a la vez que le propinaba un codazo- Sí, ¿Qué piensas de lo que he dicho?- volvió a preguntarme sin dejar de mirar mi entrepierna y mientras e mordía levemente el labio inferior.



- Ehhh no, no creo haber pensado nada, solo he sentido muchas ganas de hacer lo que decías.



-¿Comerme el coño?- Me pregunto volviéndome a mirar a los ojos y con una sonrisa en la cara por primera vez desde que irrumpí en la habitación.



-Sí.



-¿Y tú qué opinas de todo esto?- Pregunto entonces girándose hacia mi padre y mirándole seriamente a los ojos.



-De perdidos al rio ¿No?- Y entonces mirando hacia a mí añadió: Total esto nunca saldrá de aquí ¿verdad?-



- No, claro que no- Conteste al segundo.



Mamá miro entonces al techo y cerrando los ojos tomo aire profundamente para luego dejarlo escapar con un bufido.



-Bufffff, siempre he sabido que en esta casa estábamos todos locos de remate, completamente locos.



Volvió a mirarnos, alternamente a ambos a la cara, antes de retroceder lentamente a gatas por la cama y detenerse al borde de esta. Su cabeza descendió entonces hasta el colchón a la vez que arqueaba su espalda haciendo que su culo se empinase y quedase totalmente expuesto.



-Está bien, si estamos todos locos, haz que merezca la pena- Me dijo mirando hacia atrás con su cara totalmente pegada al colchón.



Papá sonrió y me señalo el culo de mamá con la mirada invitándome a disfrutar de él. No tuvieron que insistir otra vez.



Arrodillándome me lance a por el culo de mama con toda mi ansia. Quería morder y lamer aquel tremendo culo sin dejar un solo centímetro de piel sin recorrer por mi lengua. Separe los cachetes de mamá y los mordí alternamente a la vez que sorbía toda la carne que podía llevar a mi boca. Deslice mi lengua por la raja de su culo cubriéndola totalmente por la abundante saliva que manaba de mi boca mientras sus cachetes temblaban al ser estrujados por mis manos.



-Sí, así nene, comete a tu madre, cómetela toda- Dijo mamá entre sollozos-



Retire la cara del culo de mamá y contemple por unos instantes el impresiónate coño que tenía ante mí. Inunde mis fosas nasales por completo con el embriagador aroma que emanaba su humedecido coño antes de lanzarme a por el con la boca abierta intentando devorar sus hinchados y apetecibles labios vaginales.



Comencé a deslizar mi lengua por la raja de mamá que se abrió sin dificultad ante mis caricias para dejarme saborear la profundidad de su sexo. Me pareció estar comiéndome la más dulce y voluptuosa de las frutas, su sabor inundo mis papilas gustativas al tiempo que, literalmente, bebía su zumo espeso y caliente.



-Ummm, así, así dame lengua cariño, comete el coño de mamá, es tuyo, hunde tu lengua tanto como puedas bebe-



Mamá llevo una de sus manos hacia atrás entre sus piernas y comenzó a acariciar su clítoris mientras yo intentaba no dejar un milímetro de su gruta sin saborear. Mi lengua alternaba las lamidas a sus labios vaginales con penetraciones que me llevaban a hundir la cara tanto como la naturaleza me permitía en el coño de mi madre. Por momentos me faltaba la respiración ante tal abundancia, pero os juro que no me hubiese importado terminar ahogado en el flujo de mamá que, a aquellas alturas, era ya tan abundante que descendía por sus mulos.



-¿Esta bueno verdad?- Me pregunto mi padre a la vez que tomando suavemente a mamá del pelo la invitaba a levantar la cabeza para plantarle su polla en los labios.



-Ssss, sí- Alcance a decir mientras tomaba aire.



-Métemela ya nene, métesela a mamá por favor… llénale a tu madre el coño con tu polla, déjame sentir como invades mis entrañas- Suplicó mamá antes de engullir la polla de su marido.



Sorbí una última vez el sexo de mamá antes de incorporarme para acercar mi verga a su trasero. Al sentir el contacto de mi polla contra su piel alargo su mano y tomándola por el tronco comenzó a restregarse el capullo entre los labios mayores de su babeante coño que rápidamente rodeo el glande dejándome sentir su caliente humedad.



Finalmente situó mi polla en la entrada de su coño y sacándose la polla de mi padre de la boca dijo:



-Vamos, clávamela, clávamela hasta el fondo cariño, deseo sentir tu polla muy dentro de mí.



Sujete el culo de mamá con ambas manos y poco a poco comencé a empujar sintiendo como mi polla se veía envuelta por un calor y humedad indescriptibles a medida que atravesaba los pliegues del coño hasta, que finalmente, mi pubis termino por chocar con el culazo de mi madre.



-Aggghh SÍÍ, por fin- Consiguió decir mamá entre gemidos antes de que papá volviese a ahogar su voz llenando su boca de polla.



Aguante sin moverme, allí clavado, en lo más hondo del coño de mi madre unos segundos sintiendo como su sexo envolvía mi polla, apretándola a su voluntad antes de iniciar un lento mete y saca. Era una gozada sentir como cada centímetro de mi polla se escurría lentamente y sin dificultad por su lubricado chocho mientras poco a poco comencé a tomar velocidad.



Cada vez que penetraba a mamá y la base de mi pene chocaba contra su cuerpo se transmitía una onda por sus caderas que hacía temblar sus generosos glúteos y provocaba en mí un efecto casi hipnótico que me llevo a acelerar el ritmo más y más. El sonido de nuestros cuerpos chocando junto con sus gemidos era la banda sonora de la escena de sexo más morbosa que jamás hubiese imaginado.



Aquel ritmo frenético junto a la excitación del momento me llevaron a un punto en el que sabía que no iba a poder aguantar más. No quería correrme tan pronto, quería alargar aquellos instantes tanto como fuera posible por lo que me detuve a descansar un minuto intentando recobrar el control de mi cuerpo.



-Nooo… ¿Por qué se para?-Pregunto mamá suplicante.



-Creo que me corro- Conteste.



-Jajaja, dice que se corre- Repitió mi padre.



-¿Qué se corre? ¿Qué te corres? ¿Y a que se supone que estas esperando?- Pregunto mi madre desesperada y con toda su fuerza echo su tremendo culo hacia atrás clavándose mi polla tan profundamente como pudo y apretándose fuertemente contra mi cuerpo me dijo: -Lléname, lléname el coño con tu leche de una vez, vamossss.



Aquello fue demasiado. Sentí las contracciones del orgasmo apoderarse de mí, sentí como el semen presionaba la base de mi polla y pude notar todos y cada uno de los chorros de esperma recorriendo su tronco y descargando en el interior del coño de mamá mientras que este, llevado también por sus propio clímax comenzó a contraerse apretando mi miembro en un intento de ordeñar hasta la última gota de leche.



-SÍÍÍÍ… sí… sí gritaba mamá llevada también por el orgasmo.



Fue largo y fue muy intenso. Cuando por fin recobre el control de mi cuerpo retrocedí con cuidado hasta que mi pene abandono el coño de mamá arrastrando consigo un hilo mezcla de semen y flujo materno muestra del mar de fluidos que inundaba en ese momento el sexo de mi madre.



Pensé entonces que todo había acabado. Trataba de recobrar el aliento cuando mi padre se tumbó en la cama y deslizando sus pies por entre las piernas de mamá situó su polla a la altura del coño chorreante. Mamá no lo dudo un momento, tomo con su mano el miembro de mi padre y tras acomodarlo en la entrada de su sexo se dejó caer sobre este hasta clavárselo por completo.



-Ummm, sí, lléname tú también, quiero que me llenéis el coño de leche hasta que rebose.



Estaba totalmente alucinado, con los ojos abiertos como platos y sin saber qué hacer ni qué decir. Pensé por un momento que sobraba en ese momento, pero de nuevo fue mamá quien tomo la iniciativa y girándose hacia mí me alargo su mano.



-Vamos ven aquí cariño, sube a la cama.



Tome su mano y me guio hasta situarme de pie en la cama, frente a ella, y con un pie a cada lado de mi padre que disfrutaba de la cabalgada que mamá le estaba regalando. Mi miembro semierecto y mojado por la mezcla de nuestros fluidos colgaba a escasos centímetros de su cara.



-Déjame que te limpie hijo.



Con los dedos pulgar e índice de su mano izquierda rodeo mi pene por su base apretándolo y provocando que este se levantase un poco, saco su lengua y comenzó a deslizarse por el tronco hasta llegar al glande que rodeo y succiono con sus labios llevándose contigo los restos de semen que lo ensuciaban. Mientras mamá hacia esto no dejaba de mirar a mis ojos asombrados desde abajo a la vez contoneaba suavemente sus caderas amasando la polla de papá.



-¿Te gusta cariño?



-Joderrrr, sí, me gusta mucho.



Me sonrió de una forma dulce y volviendo a rodear el capullo con los labios comenzó a engullir mi polla hasta llegar a la mismísima base, donde aguantó la respiración por unos segundos antes de retirarse dejándola totalmente ensalivada. No tuvo que repetir el gesto más de tres veces para que mi erección volviese a ser totalmente completa.



-Mira que polla tiene tu hijo- Dijo mi madre orgullosa- Acaba de correrse y en menos de un minuto mira como vuelve a estar.



-Joder con su edad cualquiera-



-Escusas, siempre escusas.- Contesto en tono burlón mientras deslizaba su manos arriba y abajo por mi verga y tras propinarme un sonoro beso en el capullo añadió dirigiéndose a mí- Corre hijo, abre el cajón de mi mesita.



-¿Cómo?



-Mi mesita, que vayas y abras el cajón. Tienes que coger una cosa. ¡Vamos muévete!



-Rápidamente baje de la cama y abrí el cajón tal y como me había pedido-



-Ya, ya está. ¿Que busco?



Mamá se había inclinado hacia delante y cabalgaba a mi padre a buen ritmo haciendo que su polla entrase y saliese del lubricado coño con total facilidad. Mientras papa intentaba lamer sus tetas que colgaban balanceándose provocativamente frente a su cara.



-Mmmm, un bote, un bote pequeño y rojo- Me contesto con voz entrecortada.



-No lo veo mamá-



-Busca joder, al fondo, debajo de mis braguitas.



-Sí, ya lo tengo-



Se trataba de un pequeño bote de lubricante con sabor a fresa al parecer.



-Ven trae- Contesto deteniendo su cabalgada y volviendo a erguirse mientras papá intentaba desesperadamente que no se le escapase el pezón que por fin había conseguido atrapar con su boca.- Y tú estate quieto- Le dijo a él empujando con una mano y obligándolo a permanecer tumbado en la cama con lo que no le quedó más remedio que abandonar su recién conquistado tesoro.



Avance de rodillas por la cama hasta la altura de mi madre que tomo rápidamente el pequeño bote de lubricante de mis manos. Apretó el dosificador un par de veces recogiendo el oleoso líquido con la palma de su mano y acto seguido lo extendió por mi miembro deslizando su mano por toda su longitud y prestando especial atención al glande que quedo de lo más resbaladizo y brillante.



-Venga nene, échame tú a mí también.



-¿Echarte dónde?- Pregunte sabiendo la respuesta pero sin atreverme a creerla del todo.



-¿Dónde va ser bobo? En el culo, en el culo. Joder siempre eh querido hacer esto y hoy me lo vais a dar.



Una vez obtenida la carta blanca por parte de mama no tarde ni un segundo en colocarme detrás de ella. Mi madre volvió a inclinarse hacia delante dejando su culo bien expuesto, cosa que papá agradeció atrapando nuevamente su preciada teta.



-Umm, trae aquí esa teta joder- Alcanzo a decir antes de llenar su boca con la abundante carne de mamá.



El panorama era verdaderamente increíble. El culo de mama se me ofrecía sin reparo mientras que algo más abajo su coño tenía atrapada la polla de papá en un mar de fluidos viscosos que escapaban mojando sus huevos.



Deje caer un par de dosis de lubricante en el culo de mamá y comencé a extenderlo deslizando mis dedos por toda la raja, al llegar a su ano comencé a acariciarlo con pequeños movimientos circulares que poco a poco fui acompañando con presión. Volví a depositar otra dosis de lubricante directamente sobre aquel botoncito y poco a poco apreté con mi pulgar que se deslizó sin dificultad hasta el interior del culo de mamá.



-Vamos, vamos. ¿A qué esperas? No lo vas a romper, no será la primera vez.



No tenía miedo a romperlo, pero disfrutaba explorando el culo de mamá, estaba completamente absorto con aquello y tubo que insistir una segunda vez.



-No me hagas esperar más, fóllame el culo vamos, métemela, he soñado tantas veces sentirme totalmente llena buffff, hoy me lo vais a dar, vais a llenarme completamente, quiero sentir vuestras pollas a la vez. Por favor hijo, dale este capricho a tu madre no la hagas esperar más.



Sus suplicas me hicieron reaccionar y poniéndome en cuclillas comencé a restregar mi polla por su culo. El lubricante hacia bien su trabajo y mi capullo resbalaba con total facilidad recorriendo el canal entre sus glúteos.



Finalmente fue ella quien alargando su mano sujeto mi polla situándola en posición y girando su cara hacía atrás dijo.



-Vamos empuja, empuja y clávate bien dentro de mamá.



Obedecí y con cuidado fui empujando aumentado la presión despacio, su ano no tardo en abrirse acogiendo mi glande con facilidad. No era ningún experto, pero di por buenas las palabras de mamá al respecto de que no era la primera vez que le follaban el culo, mi padre tenía que haberlo disfrutado muchas veces sin duda. Continúe avanzando notando como el interior de mi madre se abría a mi paso. Estaba claro que estaba acostumbrada a ello, pero sin duda se sentía mucho más apretado que su coño.



-Ohhhhh, síííí- Dijo dejando escapar el aire una vez estuve totalmente dentro- Joder, como me llenáis los dos, siento vuestras pollas, siento vuestras pollas apretarse en mi interior, joder que gusto. Folladme, folladme hasta me llenéis de leche, quiero sentir como me rebosa ummm, quiero morirme de gusto.



A decir verdad no hizo falta que ninguno de los dos fallásemos a mi madre. Fue ella misma la que comenzó a moverse hacia adelante y atrás follándose ella misma. Al principio fue despacio y poco a poco fue acelerando el ritmo. Podía sentir como el culo de mamá me apretaba cada vez que la polla de mi padre entraba en su caliente coño.



Mamá respiraba entrecortadamente en un mar de gemidos disfrutando la sensación de sentirse totalmente llena por sus hombres.



Compaginar los movimientos de los tres era difícil y varias veces la polla de papá se escapó de su coño cuando fue él quien quiso marcar el ritmo. Este inconveniente lo resolvíamos parando por unos momentos en los que mamá que tomaba rápidamente el miembro díscolo para volver a llevarlo al agujero adecuado.



Finalmente y sin alternar palabra llegamos a un acuerdo tácito por el que los tres nos alternábamos para llevar el ritmo. Cuando era mi padre quien follaba el coño de mamá yo aguantaba la posición, mientras que cuando era yo quien jodía el su culo papá aguantaba sin moverse demasiado. De esta forma conseguimos mantener nuestras pollas enterradas dentro de mi madre sin mayor contratiempo y solo cuando era ella la que marcaba el ritmo nuestras vergas entraban y salían a un mismo tiempo.



Aquella debió ser la escena familiar más guarra que jamás se halla dado. Nuestros gemidos se entremezclaban sin que ninguno intentásemos ahogarlos en ningún momento. Por mi parte follaba a mi madre al más puro estilo canino y a toda velocidad, mi padre también se aplicaba en lo que a velocidad se refiere mientras que mamá tenía un estilo más lento pero profundo.



Fue durante mi turno cuando, follando su culo a toda pastilla y excitado por los continuos gemidos que escapaban de su boca mientras lo hacía, sentí que no podía más. Me corría y ni quería ni podía vitarlo.



-Me voy a correrrrrr mamá… me corroooo.



-Si nene, correteé, lléname el culo de leche, llénamelo que me corro yo también ummmm.



Comencé a correrme con tanta fuerza dentro del culo de mamá que incluso sentí una pequeña punzada de dolor al salir el semen a borbotones por la punta de mi polla.



-Sí te siento cariño, te siento, me corro me corro yo también aghhh.



Dicho y hecho, el culo de mamá comenzó a contraerse violentamente estrujando mi polla y sin duda su coño acompaño en la jugada pues papá se nos unió en pocos segundos.



-Joderrr, tu coño, como me ordeña la polla, como me aprietaaaa, me corro, me corro yo también uffff.



-Ahhh.



-Ummm.



Fue un auténtico concierto de gemidos en el que los tres perdimos cualquier tipo de control sobre nuestros cuerpos. Mamá cayó derrumbada entre temblores sobre el cuerpo de mi padre acompañándola yo detrás en lo que fue un abrazo a tres que perduro durante varios minutos en los que intentábamos recobrar la respiración.



Finalmente rodé a un lado quedando tumbado boca arriba en la cama siguiéndome mamá algunos segundos después.



Los tres estábamos tumbados en la cama boca arriba, mirando al techo con mi madre en el medio. Tras unos minutos me gire y la bese tiernamente en la mejilla, ella se volvió hacia mí correspondiendo el beso con otro, pero esta vez en la boca. Mi padre hizo lo mismo y tras besarla también en la mejilla obtuvo igual respuesta por su parte.



Todo la acción de hacía unos minutos había devenido en una calma total.



Mi padre llevo su mano hasta el coño de mamá y tras introducir sus dedos y recoger la mezcla de sémenes que emanaba de él llevo su mano a la boca de mamá que comenzó a lamer y besar sus dedos hasta dejarlos totalmente limpios.



-¿Eres feliz?- Le pregunto él con una sonrisa.



-Sí- contesto ella que poco después se giró en mi dirección y me ofreció su boca en un cálido beso que no pude rechazar.



No recuerdo mucho más, solo que una gran sensación de relax me invadió por completo. Ni tan solo se cuándo ni cómo me dormí.



Al despertar por la mañana ninguno de los dos estaba ya en la cama conmigo.



FIN.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 9.5
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