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Categoría: Orgías

Un trío inesperado en casa con mi mejor amigo

Bueno, pues este es otro relato 100 % verídico y real; y lo voy a contar tal y como pasó.

Si habéis leído alguno de nuestros relatos anteriores, los cuales son también 100 % reales, sabréis que somos una pareja de 44 años ella, y 45 años él.

No voy a dar nuestros nombres reales, pero para efectos de este relato, yo me llamaré José Alberto y mi mujer se llamará Mamen. Llevamos juntos muchos años, somos pareja estable, vivimos juntos y no tenemos niños, así que muchas de nuestras sesiones de sexo se desarrollan en nuestra propia casa. Llevamos en el mundo swinger más de 12 años y en ese tiempo hemos hecho muchas cosas, como todo en la vida, empezando desde la base, luego escalando y aumentando la intensidad poco a poco. Nosotros hemos empezado desde montarnos tríos con otro chico en pubs liberales, o en casa, pasando por intercambio total de parejas, todos en la misma cama, alguna orgía como las que se dan en los pubs liberales – en este punto debo decir que somos asiduos y visitamos con frecuencia un pub liberal en nuestra ciudad – y hemos vivido y creado muchos recuerdos inolvidables. Poco a poco los tríos empezaron a sabernos a poco, por lo que hemos ido escalando. Siempre nos ha gustado a los dos los vídeos de gangbangs, dogging, etc. Siempre vídeos en los que de alguna manera sea siempre una mujer con varios hombres. Eso es lo que más le pone a Mamen y dicho sea de paso, a mí me encanta verla con dos o más chicos a la vez. Eso me gusta mucho, me gusta mucho más que estar yo con Mamen y otra chica. Yo como disfruto es siempre viéndola a ella con varias pollas para ella sola, yo participo cuando me caliento mucho viendo la escena. Hemos frecuentado playas nudistas, hemos hecho gangbangs y algún que otro bukakke. Vamos a seguir haciéndolos porque nos gustan mucho y a ambos nos llena muchísimo. Pero la historia que quiero contar aquí hoy no es nada de eso, es solo un trío normal con otro chico, HMH, y es real. Lo único que tiene de diferente es que esta vez lo hemos hecho con un amigo mío que no sabía que nosotros éramos liberales. Lo contaré tal y como pasó.

Yo, antes de conocerla a ella, viví algunos años en el extranjero, donde había estado casado, tenía mis amigos, etc… Después de las vueltas que da a vida, me separé de mi mujer, volví a España, etc… pero seguí en contacto con mis amigos a través de e-mails, y luego a través de las redes sociales. Entonces, uno de mis amigos, Stephen, con el que más contacto tenía a través de Facebook, me había contado que lo acababa de dejar con su novia, se había mudado de la casa que compartían juntos y quería cambiar un poco de aires.

Dado que tenemos una habitación para invitados, le dije:

“¿Por qué no te vienes unos días a España y te relajas un poco?”

Como he dicho antes, vivimos solos y no hay ningún problema de vecinos, niños, animales ni nada por el estilo. Él aceptó y la verdad es que me alegró mucho porque, aunque estuviésemos en contacto constantemente en las redes sociales, hacía muchos años que no nos veíamos en persona.

Ya estando aquí, le hemos enseñado un poco de nuestra ciudad y las ciudades de alrededor. Mi mujer y yo no hemos destacado nada anormal ni nos sentimos incómodos de tener a alguien en casa que no tenga nada que ver con el mundo swinger. También tengo que decir que Stephen no habla nada de español, y Mamen poco o nada de inglés, así que el interlocutor era siempre yo.

Llegado el domingo, hay un mercado muy típico que ponen aquí los domingos y le había dicho a mi amigo Stephen que le llevaríamos a verlo, pero el domingo por la mañana me entró pereza, así que se fueron mi mujer y mi amigo y yo me quedé en casa. Durante la mañana, mientras yo estaba en el ordenador, mi mujer me mandaba alguna fotos de donde estaban, de las tapas y pinchos que iban comiendo… muy bien todo y parecía que conectaban muy bien.

Cuando llegaron a casa, me contaron lo que habían visto, lo bien que se lo habían pasado, etc…, se habían entendido a base de señales y gestos o con las pocas palabras que Mamen sabe de inglés. Luego en privado, mi mujer me contaba que mi amigo era simpático, que le caía muy bien, etc…

Fue entonces cuando se me ocurrió la idea de montarnos un trío con él. Se lo dije a mi mujer y le chocó porque era una persona que yo ya conocía de antes, y hasta ahora todas nuestras experiencias han sido siempre con desconocidos; es como una regla no escrita, nunca lo hemos hablado, pero básicamente nunca hemos buscado chicos entre nuestros amigos o conocidos, siempre han sido desconocidos de internet o en pubs liberales.

La conversación fue más o menos así – aunque no con las mismas palabras- pero para poneros en situación:

[Mamen] Pero es que es un amigo tuyo que ya conoces.

[YO] A mí me da igual. Si a ti no te importa, se lo decimos y a ver qué dice.

[Mamen] Vale. No creo que diga que no (riéndose).

[YO] Vale. Lo bueno es que ya estamos en casa y tenemos intimidad, ja, ja,ja.

Una vez a lo largo de la tarde, después de comer, nos sentamos mi amigo y yo a ver una película en el sofá y ella se metió en una de las habitaciones a hacer sus cosas. Yo estaba con mi amigo en el salón pensando en cómo decírselo para que no se cortase. Habíamos puesto una película descargada del internet y había pensado en poner algún vídeo porno de los muchos que tenemos también descargados del internet. Se me ocurrió algo mejor, saqué el móvil e hice así como que me habían mandado un Whatsapp y busqué algún vídeo porno de Whatsapp de esos que nos mandamos entre los tíos. Busqué uno en el que la actriz porno estaba haciendo un trío con dos maromos y le dije a mi amigo:

[YO] “Mira lo que me han mandado”.

[Stephen] “Oh, eso sí que mola”.

[YO] “Todo el mundo ve porno”.

[Stephen] “Sí, todo el mundo”.

Seguimos viendo la película, y después de un rato saqué otro vídeo de otra escena de un trío. Esta vez, después del típico comentario de “como mola” y todo eso, le solté a mi amigo:

[YO] “A mi mujer le gusta mucho esto”.

[Stephen] “¿Los vídeos porno?”

[YO] “Sí, y hacer lo que están haciendo en el vídeo”.

[Stephen] “Oh, mola”.

Yo aquí estaba midiendo su reacción, a ver cómo reaccionaba a mi comentario.

[YO] “A nosotros nos encanta hacer tríos. Hemos hecho muchos”.

[Stephen]” Muy bien, mola”.

Podía ver que estaba algo cortado, así que decidí dejar la conversación ahí para no estropear cualquier oportunidad de hacer algo luego. Seguimos viendo la película y cuando se acabó, le dije a mi amigo de ir a tomar algo a la terraza del bar de abajo. De acuerdo, se lo dije también a mi mujer y cuando se estaba preparando, le conté lo que había pasado hasta entonces.

Mientras tomábamos algo en el bar de abajo, yo intercambiaba miradas con mi mujer porque los dos estábamos pensando lo mismo. Ella también me miraba con esa mirada que pone cuando está llena de deseo. De vez en cuando yo intentaba hacer algún comentario picante sobre sexo, tríos, gangbangs, y que si las mujeres pueden estar con muchos hombres, etc., no vi mucha oportunidad pero solo pensarlo nos ponía a los dos muy cachondos e incluso se notaba que los dos estábamos nerviosos, pero aún así, daban ganas de ponernos a follar ahí mismo delante de todo el bar.

Luego, después de subir del bar, mi mujer decidió que era el momento de lanzarse, así que me dijo que iba a hacer como que buscaba algo del armario, para que yo le metiera mano por detrás y que lo viera mi amigo. De acuerdo, entonces fui a la habitación de invitados con la excusa de que le iba a preguntar qué le apetecía para cenar luego. Stephen estaba haciendo cualquier cosa con su maleta y sus cosas, así que entablé conversación con él de cualquier cosa.

Entonces entró mi mujer así como con prisa o muy ocupada y fingiendo que estaba buscando algo. Yo me di la vuelta y le pregunté si necesitaba ayuda. Me dijo que no. Se había puesto ya algo más cómodo para estar en casa. Llevaba unos pantalones cortos que se pone para estar en casa y una camiseta con sujetador debajo. Me giré de nuevo hacia mi amigo y seguí hablando con él, pero pendiente de la oportunidad para meterle mano a mi mujer. Entonces cuando estaba buscando algo en el armario, no agachada sino con la cabeza metida en el armario y el cuerpo en forma de “L”, vi la oportunidad. Le di un pellizquito en el culo haciendo el ruido simulado de una bocina, y me reí. Ella fingió estar molesta y dijo: – “Ay, quita”, y siguió removiendo cosas en el armario. Yo sabía que en realidad no estaba buscando nada y que solo estaba fingiendo estar buscando algo.

Entonces le di otro pellizquito imitando a la vez el sonido de una bocina, y de nuevo me reí. Lo que quería es que mi amigo, que estaba sentado en la cama, se riera también. Mi mujer de nuevo fingió estar molesta y de nuevo dijo, “Ay, déjame”, pero se notaba que lo decía con la boca chica, era un “déjame, pero dame más”. Entonces le bajé los pantalones hasta dejarle el culo visible, ambos cachetes. Ella se los subió deprisa, de nuevo fingiendo estar molesta. Pude ver que mi amigo estaba observando la escena y por supuesto le había visto todo el culo a mi mujer. Yo le miré poniendo esa expresión en la cara como diciendo: “Wowww”. Mi amigo sonrió pero se notaba que estaba cortado, aunque estaba claro que le gustaba estar ahí viendo la escena. Yo ya me animé y como ya estaba muy cachondo, me puse a la altura de mi mujer, que seguía fingiendo que buscaba algo en el armario, y le agarré de los pechos por detrás y por encima de la camiseta.

[YO] “¡Eh, estás haciendo trampas! ¡Llevas sujetador!”

[Mamen] “¡Quita, que estoy buscando una cosa!”

[YO] “Vamos, no seas tímida, que estamos en casa y Stephen no ha visto aún nada. A ver si se va a ir sin haber visto nada.

Yo miraba también a mi amigo para ver qué cara ponía o cómo reaccionada. Sabía que como no habla español, no entendía nada de lo que decíamos. Como no decía nada, aunque tenía una sonrisa de esa con los ojos abiertos como platos, seguí adelante porque interpreté que aunque estaba cortado, quería ver más de esa escena.

[YO] “Vamos, enséñamos las tetas como hacen las chicas en los encierros de Pamplona” – dije riéndome a carcajadas exageradas para disimular los nervios.

Yo estaba muy nervioso pero estaba poniéndome muy cachondo a estas alturas y sé que Mamen ya estaría mojada entre las piernas.

Como sabía que Stephen no entendía nada de lo que estábamos hablando, le tiré a Mamen de la camiseta para que se de cuenta de qué iba la cosa y para animar a Mamén para que nos haga una exhibición relámpago de sus tetas. Le puse la mano en el culo y le dije de nuevo:

– [YO] “¡Vamos, enséñanos las tetitas!”

Ella sonrió y dijo: “Hmmm”. Como siempre que estamos cachondos, pensamos más con el rabo que con la cabeza, entonces me lancé y le metí las dos manos por debajo de la camiseta, buscando la manera de meterlas por debajo del sujetador. Mamen no se defendió porque sabía a lo que íbamos y entonces le levanté la camiseta, dejando a la vista las tetas con el sujetador mal colocado, pero con las dos tetas bien a la vista. Ella se las tapó enseguida – aunque los dos somos nudista y no tenemos ningún reparo en mostrarnos desnudos. Lo malo es que estaba de frente al armario y de espaldas a nosotros así que le dije que se de la vuelta. Yo miré a Stephen, a ver como iba reaccionando. De momento estaba ahí sin moverse con esa sonrisa de cuando te estás poniendo más cachondo que un animal en celo.

Le pedí de nuevo a Mamen que se de la vuelta. Ella, que fingía aún estar buscando algo en el armario, se dio la vuelta y fingió estar molesta:

– [MAMEN] “¿Qué quieres, pesado?”

Yo me acerqué a su oído y le dije:

– [YO] “Vamos, cariño, ahora es el momento. Tú déjate hacer, que este no entiende nada de los que decimos”.

Entonces la empujé hacia la cama y la tumbé boca arriba medio bruscamente. Mamen se dejaba hacer y no oponía resistencia. Se la notaba nerviosa, pero también lo estaba yo; y mi amigo Stephen, no quiero ni pensar lo que estaría pensando. Fingí estar jugando entre su camiseta y metiéndole las manos por debajo de la camiseta. Ella se movía ahora como si la estuviese haciendo cosquillas, pero no se defendía.

“Ahora” – le dije, y entonces le levanté bruscamente la camiseta y le moví el sujetador dejándole un pecho fuera y el otro medio tapado. Antes de que se pudiera defender, me agaché y puse la boca en la teta. Empecé a besar ese pecho y con la otra mano le agarré el otro pecho, dejándolo ahora ya también al descubierto. Mamen estaba mirando al techo, puso su mano encima de mi cabeza y se reía nerviosamente.

Entonces yo miré a Stephen, el cual estaba ahí como una estatua mirando la escena, totalmente paralizado y supongo que encantado de presenciar esa escena. “Stephen, “mira esto” – le dije señalando a Mamen. Él asintió con la cabeza, pero no dijo nada, parecia que intentaba murmurar algo, pero no importaba. Entonces le quité la camiseta y el sujetador por completo a Mamen, seguía tumbada pero ahora con los pechos al aire. Estaba roja y cortada, nerviosa, pero sabía que estaba muy cachonda en ese momento. Sabía que iba a tener dos pollas para ella sola.

Le dije a Stephen:

– [YO] “Stephen, dale un beso a esos pechos”.

– [STEPHEN] “¿Qué?”

Tuve que insistir un poco con Stephen porque estaba paralizado. Tuvimos una breve conversación en la que le expliqué a Stephen que no era nuestra primera vez y él es un buen amigo con el que teníamos confianza. Le expliqué brevemente que nosotros somos pareja liberal y que nos gusta el sexo en grupo, que a Mamen le había caído muy bien y por eso quería hacer el amor con los dos, que no sabíamos cómo decírselo y que por eso le había estado enseñando vídeos de tríos y gangbangs, etc… Finalmente habíamos decidido saltar así al ruedo, sentíamos haberle hecho pasar el bochorno, etc…

Finalmente, seguimos hablando un rato sobre el tema sentados en la cama. Mamen todavía con los pechos al aire. Cuando ya parecía que habíamos hablado suficiente, y habiendo quedado claro que Stephen iba a participar en nuestro juego erótico, entonces empecé a besar a Mamen, baje a su cuello y se lo besé. Le dije que bese a Stephen. Ella se acercó a él y él se dejó hacer. Casi me corro cuando les observé besándose, sabía que ese solo era el principio y la noche auguraba una buena sesión de sexo. Mientras ellos se besaban, me acerqué a Mamen por detrás y le besé los pechos. Ellos seguían besándose y Mamen gemía. Miré y les vi como se metían la lengua en la boca y se besaban como locos. Era muy excitante.

– [YO] “Cógele las manos y pónselas encima tuya” – le dije a Mamen, para que Stephen empezara también a meterla mano.

Ella así lo hizo y cuando se estaban tocando los cuerpos con las manos y besándose, empecé a quitarme los pantalones y le dije a Stephen que se desnudara. Una vez los dos desnudos, le pedí que desnudara él a Mamen, que me gusta ver como otro chico le quita la ropa. Una vez los tres desnudos, empezó la fiesta, los tres en la cama, ambos con ella, ella disfrutando de lo que más le gusta en la cama… la verdad es que nos lo pasamos muy bien. Como siempre que invitamos a algún chico a casa, me encantó ver como Stephen besaba a Mamen, como la acariciábamos los dos al mismo tiempo, como nuestras lenguas chupeteaban todo su cuerpo. Yo paré un poco para ver como Stephen le comía el coño a Mamen, como le metía la lengua por la vagina como si se la fuesen a quitar.

Mamen también disfrutó de lo lindo. A ella le encanta estar con más de uno a la vez, si es posible, en forma de gangbang, pero esta noche era un trío. Nos comía las pollas al mismo tiempo, como en los vídeos que veíamos, hicimos de todo – menos la doble penetración – que no es que no lo hayamos hecho nunca, pero esa noche no se dió el caso. Ambos la penetramos, Stephen con condón y yo a pelo. Como suelo hacer siempre, yo me corrí en su boca en la postura que me gusta: ella tumbada boca arriba y con la boca abierta esperando la leche. Yo de rodillas a la altura de su boca y cuando me voy a correr, apuntando bien para que no se derrame nada fuera. Stephen se corrió en su vagina con un condón. Esa fue a grandes rasgos la primera ronda.

Como teníamos toda la noche, después de descansar volvimos al ataque e hicimos más de lo mismo. La segunda vez se corrió también en el condón. A mí me hubiese gustado que Stephen se hubiera corrido también en su boca. No pasa nada por eso. A Mamen le gusta el esperma y no sería la primera vez que se traga las corridas de otros chicos. No sé que tiene eso, que el ver como se corren en su boca es una de las cosas que más me excitan en este mundo. Una vez en un gangbang en un pub liberal pude disfrutar del bonito espectáculo de ver a 5 chicos esperando su turno para echarle toda la leche en la boca a Mamen, y se lo tragó todo. Esa experiencia la he contado en otro de nuestros relatos – que insisto en que son 100 % reales.

Pero bueno, en este caso no se dio así, Stephen no se corrió en su boca. Otra vez será. Mi amigo ya se fue de regreso a su país, esto fue en verano 2018. Me pareció un poco soso en la cama, así como un poco de inexperiencia. Yo tuve que decirle a veces que le haga esto a Mamen o que le haga lo otro… bueno, una experiencia más.

La próxima experiencia queremos que sea un gangbang. Nos gustan más que los tríos. A mí me encanta verla con muchos chicos, y a ella le encanta tener varias pollas a su disposición. Estoy pensando en quedarme fuera de la habitación en el próximo gangbang, esperar fuera y escuchar, saber que dentro de la habitación hay varios chicos follándose a mi mujer, 5 o 6 sería ideal. Creo que me estoy convirtiendo en un cornudo consentido y solo quiero ver como 5 o 6 corneadores se follan a mi mujer por todos los agujeros sin que yo participe para nada… y luego yo besarla sabiendo que se ha tragado el semen de todos y cada uno de ellos. Hemos hecho varios gangbangs pero siempre he participado yo también. Lo contaré por aquí cuando lo llevemos a cabo. Ganas no nos faltan.

Hasta la próxima.

Pareja Erótica.

Datos del Relato
  • Categoría: Orgías
  • Media: 7
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2304
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