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EL ABUELO DE ANITA 3
Pasado un tiempo sin verse, los acontecimientos en las vidas de todos continúan andando y sucediéndose como todo ser que respira y camina por aquí en esta tierra.
Anita convivía con César bajo las protestas inútiles de sus padres. Sobre todo del padre. Estaban habitando un departamento muy confortable en la zona costanera de la ciudad. Desde allí se veía todo tan hermoso. Lindo. Los autos rondaban por la calle solitaria y mas en días de otoño.
Todo estaba amarillo, mostaza, ventoso. Fresco. Los árboles se iban desnudando paulatinamente a buen ritmo. Era inminente la llegada de los primeros fríos y todo andaba sobre ruedas.
Eran frecuentes por aquellos días las fiestas, las reuniones de amigos. Sucedió aquel fin de semana que por fin Renato, el abuelo de Anita llegó al departamento de ellos para conocerlo.
__¡Por fin te dignaste a venir a nuestra morada!!__ lo recibió diciendo Anita, mientras abrazaba a su abuelo y le mordía el cuello como cuando era niña.
__¡Bueno aquí estoy!
__¡Te extrañaba tanto abuelito!!__ decía ella mientras besaba sus mejillas una y otra vez.
__¡Estas con un ataque de cariño chiquilla!!__ decía Renato
__¡Eso es para que veas que digo la verdad!!
__¡Si yo te creo, tranquila!!__ Renato camina por el pequeño living.
__¡Pasa, anda abuelo, ¿Te gusta?
__¡Sí está muy lindo!!__ recorren el lugar y ella le va mostrando los distintos ambientes. En un momento Renato pregunta
__¿Y dónde está César?
__Trabajando abuelo. ¡Alguien tiene que pagar todo esto!!
__¡Tienes razón, y esto es muy grande y lindo. El sol entra por todos lados…
__¡A nosotros nos encantó apenas lo vimos!¡Pero siéntate, siéntate ¿Qué quieres tomar?
__¡Cualquier cosa!!__ Anita desaparece por unos instantes. Renato termina de extasiarse la vista. Es un día espectacular que va cayendo de a poco. Ella regresa sonriente. Siempre alegre.
__¿Y tu abuelo como estas?
__¡Bien, estoy muy bien!
__¡César me contó de la visita con su primo!
__¿Así?
__¡Si claro!¡Me ha dicho que estabas muy bien!¡En forma!
__¿En forma?
__¡Si, en forma y eso me ha gustado mucho!
__¡Si tu lo dices!
__¡Claro abuelo uno debe cuidarse!¡Debe hacer cosas que le gustan!
__¿Y César te ha dicho ?
__¿De lo que te gusta? ¡Si claro!
__¿Y entonces?
__¡Que está todo bien!
__¿Tu lo aceptas?
__¡No…!
__¿No?
__¡No solo lo acepto, lo comparto!
__¿Qué dices?
__Eso que sé todo de César y el de mi…te veo sorprendido Renato
__¡Es que son demasiados modernos para mi!
__¡Vamos no seas un viejo conservador…no vas a ningún lado así abuelo…!!__ dice Anita mientras toma de la mano a su abuelo. Acerca su rostro al de el y simplemente le besa furtivamente los labios. El hombre no sabe que hacer. Luego ella ya abre mas su boca y le pasa su lengua sin vergüenza, sin recelo, con una creciente calentura.
Los nubarrones en la mente de Renato se van esfumando y su virilidad comienza a crecer sin límite. Se desborda, quiere romper el pantalón. Ella respira sobre su cuello. Lo muerde. Suave. Despacio. sin apuro. Las manos de Anita acarician los hombros del abuelo. Le muerde la oreja. Ella se divierte. Se toma su tiempo pasándola bien. Mete la lengua profundamente en la boca del abuelo, lo saborea. Pasa su mano por sobre la bragueta del pantalón y siente la inminente erección del hombre maduro. Renato gime un poco y ella hace una mueca en su boca, torciéndola.
__¡¡Vení vamos abuelo!!__ le susurra al oído. Se levantan de allí. Se mueven uno detrás de otro. Aparece el dormitorio. Entran. Anita abraza al abuelo. Lo besa en la boca y se restriega en la dureza creciente. Pasa sus manos por allí. Se separan un momento y se tiran en la amplia cama. Ella afloja el cinturón del pantalón. Ayuda a quitarlo.
Aparece el tronco enorme y parado. Apuntando al techo. Es un muñeco con vida propia. Ella lo mira. El abuelo ha quedado desnudo por completo.
__¡Espérame aquí!!__ dice Anita y desaparece. Renato no entiende mucho, pero se acaricia la poronga para que siga dura. Imagina a la nieta desnuda y su perversión crece innegable. El tiempo pasa. La modorra de Renato le gana y queda entre dormido.
En un sueño despertó sintiendo que lo comían. Que le comían la poronga. La saliva bañaba el mástil de arriba a abajo. Le mordían las bolas suavemente. Abrió los ojos y vio que no era un sueño. Allí estaban Anita, su nieta y César su pareja deleitándose con su herramienta endurecida y fuerte. Las tetas de la nieta bailaban frescas y jóvenes. Ella no es muy bella. Pero tiene un encanto especial. Eso la vuelve muy hermosa.
__¡¡Abuelo tu pijota es hermosa, con razón al putillo de mi novio le encanta!!
__¡No seas mala Anita, que tu eres bastante zorra también!!
__¡¡Ahhh me están matando de placer, sigan así, ahhhhh!!
Los tres se prodigan caricias. La boca de César rodea la cabeza del miembro. La chupa. Anita besa los huevos grandes del abuelo. Llenos. Las manos de Renato acarician los cabellos de ambos. Ahora se mueven un poco y César se coloca dejando la propia verga a la altura de la boca de Renato. Este la mete en su bocota. La traga deliciosamente. El chico gime. En tanto sus dedos acarician el prometedor agujero. Sabe que el muchacho se va a abrir por completo de un momento a otro. Los dedos entran y el chico explota en gemidos y llantos. Ahora Anita se coloca de la misma forma. Renato cambia, y busca la conchita mojada de la nieta. Su lengua se mete dentro. Dibuja círculos, recorre los pliegues. Los saborea. Con otros dedos entra en la cuevita abierta. Profundo. Ahora hurga en la colita de la chica. Ellos no dejan de mamar la estaca. Anita siente un dedo en su culito divino. Ahora entra otro, ella se retuerce caliente. Busca la boca de su pareja y se juntan en un beso profundo. En tanto el abuelo los penetra a ambos con sus dedos inquietos.
De pronto la nieta se despega de donde está. Vuelve al momento y con un pote de crema. Se pasa con sus dedos por su conchita, su cola. Toma la vergota de su abuelo y la frota con la crema fresca. Las bolas también reciben la poción y además el agujero de Renato es encremado y eso hace que el abuelo tense un poco más su cuerpo y su poronga. César recibe su porción de crema en todas sus partes. Ellos sonríen.
Anita hace que su pareja, César se coloqué de costado. Acaricia su verga totalmente erecta. Toma a su abuelo y lo coloca detrás de César. Guía la poronga al anillo deseoso de César. Siente que apoya la cabeza y empuja su cola. Se va ensartando.
__¡¡Ohh si dámela, quiero tu verga dentro mío!!!¡¡Ahh!¡¡Ahh!__ gemía emputecido César. La tranca entró hasta las bolas. Los suspiros crecían. Anita sonríe acariciando la espalda de Renato. Le muerde los hombros. Lame la espalda. Baja hasta los glúteos aún firmes del abuelo. Lame las nalgas con suavidad. de vez en cuando le da un mordisco. En tanto el hombre taladra a su pareja.
La boca de Anita entra entre las nalgas. Busca el agujero y lo lame. Primero despacio. luego con toda la boca. se apodera de el.
__¡¡Ohhh Anita eres muy viciosa, ahhh!!!__ gime Renato
__¡No sabes cuanto abuelito!!!__ diciendo así se corre de donde estaba. Mientras tanto Renato muerde el cuello del chico que tiene ensartado. César siente como golpean las bolas del abuelo en su cola. La pija del chico ha crecido al máximo. Está muy dura. Renato la acaricia un poco. Aprieta los huevos del chico que implora que lo gocen.
Anita ha vuelto a la cama. Renato siente algo en su trasero. El dildo entra sin esfuerzo. El abuelo ha abierto su parte posterior sin remilgos. Pega un fuerte suspiro. Gruñe cuando se siente taladrado. Goza sin tiempo. Está en el infinito. Anita va y viene dentro de su abuelo y muerde el cuello. Se siente poderosa.
__¿Te gusta abuelito?__ pregunta risueña, mientras muerde la oreja.
__¡¡Oh me encanta diablilla, coge a tu abuelito hazlo, ahh!!!__ César comienza a chorrear leche de su pija enardecida y caliente. Grita. Su acabada es abundante. Salta hacia todos lados. Los dedos de Renato apenas logran atrapar unas gotas. Se la da a probar al mismo chico que bufa caliente como volcán.
Anita va y viene dentro del abuelo. Lo coge con velocidad. Sus tetas preciosas chocan la espalda del hombre alzado.
__¡¡Ohh césar como aprietas ese culo, me vas a sacar la leche!!¡¡Ahhhh!!
__¡Es lo que quiero Renato, que me largues tu néctar!!__ César apura el movimiento de sus caderas , le da un ritmo frenético, a su vez Anita apura sus embestidas. Renato muerde sus labios y lentamente empieza a largar su leche abundante en el hoyo enloquecido del muchacho ardiente. La larga y gruesa pijota de Renato queda descansando un momento en el anillo de César. Siente que late el culito del chico alrededor de su serpiente en espera. Anita sale del agujero del abuelo. Le muerde el cuello y las orejas. Lo lame llenado de saliva el oído. Renato se tensa.
Saca su herramienta de la funda. César gira su cuerpo que chorrea líquido y le busca los labios a Renato. Se funden en un beso. Anita atrapa el viborón y lo mete en su boquita. Lo limpia. Lo besa. Lo acaricia en todo su recorrido. Mientras los hombres se besan profundamente. Ella se arrima. Ahora Renato busca su boca. Las lenguas se poseen. Una sobre la otra. Renato atrapa el botón pronunciado. Ella sufre una descarga eléctrica. Se eriza su piel. Se chorrea. Los dedos del abuelo hurgan el preciado cofre. César chupa ahora, sonoramente las tetas de su pareja. Los pezones están al máximo. Son gordos. Exquisitos. Anita explota en orgasmos. Se sacude enloquecida. Se aferra al tronco de su abuelo. Llena su mano con las bolas engrandecidas. Van cayendo. Ella de espaldas. César acompaña la caída. Toma la vara engarrotada y la dirige a la entrada de la cueva. Anita se abre muy caliente. La gruesa estaca entra con cierta facilidad. Está tan húmeda. Tan mojada. Que la vergota entra hasta los huevos. Ella resopla y gime. Renato bombea despacio. Comienza a disfrutar de la cuevita. Ella gime y susurra
__¡Oh abuelo eres tremendo!!¡¡Me haces gozar como perra, ahhh, siii, ahhh!!!__ Renato exaltado bombea más rápido. Luego vuelve a bajar la intensidad. César entretanto le ha abierto las nalgas y le chupa el oscuro ojete. Lo llena de baba. besa una y otra vez aquel hoyo profundo.
Renato besa la boca de la chica. Su lengua roza los dientes de esta. Los recorre. chupa la lengua, bufando y gimiendo muy caliente. La gruesa morcilla del abuelo recorre la vagina que hierve. Anita muerde el cuello de Renato. Ahora el abuelo se prende de las hermosas tetas de su nieta . Las chupa goloso. César mete los dedos en el hoyo del hombre. Siente que su vara va a explotar. Acaricia los huevos del abuelo. Los toma y los recorre con los dedos libres. Renato siente que ya no aguanta. Entonces larga chorros de leche dentro de la nieta. Vociferado y mordiendo las tetas duras y frescas de Anita que solloza y grita de placer profundo. La víbora sale flácida y satisfecha.
Todo es suspiro y caricia. Los dedos de César están dentro del abuelo.
__¡Anda César méteme tu pija de una vez, hazlo!!!__ ruega Renato. El muchacho se acomoda detrás.
__¡Levanta tu cola!!__ pide César. El hombre se coloca en cuatro patas. César chupa un poco más el culito en pompa. Mete su lengua saboreando. Anita tirada observa la escena con una sonrisa sádica. La verga de César entra en el ojete abierto. Lo clava fuertemente. Renato se queja. Gime. bufa. Resopla. La verga taladra yendo y viniendo. El muchacho toma fuerte de las caderas del macho que cede y se deja avasallar. Deja que el otro penetre y lo sacuda. Lo mueva.
__¡Abuelito tu cara es un reflejo de cómo gozas!!__ comentaba risueña Anita. Se mueven los amantes. César besa la nuca del hombre maduro ya. Lo taladra sin descanso. Con una vitalidad insostenible. Anita se acerca a su pareja. Toma los huevos que se sacuden y se bambolean. El chico se tensa. Ella ahora pone dos dedos en el anillo del chico y aprovecha que aún está húmedo y lo penetra, sabiendo que está muy a gusto. César se abre un poco más. Ella va y viene dentro del culito. César gime y se retuerce y empieza a largar su semen dentro de Renato que grita sintiendo la descarga abundante, plena.
El hombre cae de bruces en la cama dejando su culo hacia arriba. Anita abre sus cachas y chupa el néctar que tiene detrás. La poronga de Renato busca endurecerse una vez más. Su nieta es una chica muy fogosa. En sus venas corre sangre de salvajes. La lengua llena de saliva la entrada y la limpia. Dejándola brillante. Además de esto no ha dejado de saborear la verga casi dormida de su pareja, que también ha caído de costado en la cama. buscando aire.
__¡¡Ohh que pareja de salvajes que son ustedes, me van a hacer morir de tanto placer!!!
__Abuelito tu mereces esto y mucho más!!
__¡¡Tenemos varios días para seguir gozando!!__ comenta César al borde del desmayo
__¿Días?... No esperaré días para continuar. Unos minutos puede ser…__ todos se ríen de las palabras de Anita. Ella no hizo una broma. Se acuesta en medio de los hombres. Sus pijas están en un breve letargo. Una creciente modorra los va tomando a todos. Los cuerpos desnudos se relajan paulatinamente.
Anita no deja quietos sus deditos. Acaricia los muslos de los machos cabríos. Nota que la estaca de Renato busca levantarse y eso la pone cachonda. Le gusta calentar a los hombres. Siempre lo ha hecho. César lo sabe. Siempre lo supo desde que se conocieron. Se dijeron todo abiertamente. Por eso han llegado adonde han llegado. Han estado con todas las personas que han deseado. Solo no han estado con aquellas que por un motivo u otro no han querido estar con ellos.
Se alza el mástil de Renato, el abuelo, César ya posa sus manos sobre el. Anita se aferra a el. El chico ya baja y se lo mete en la boca. Renato se infla de pasión. Anita besa sus labios. Chupa su lengua. Baja y besa sus tetillas. Las muerde. César chupa las bolas. Las baña de agua de su boca. Renato, el abuelo de Anita gime y resopla. Está hundido sin remedio en ese viaje de placer y lujuria que le regala su nieta y César y quien sabe cuantos más.
Igual Renato, el abuelo de Anita, no desperdiciará un solo momento. Eso lo tiene muy claro.-
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