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Categoría: Confesiones

CUMPLIENDO LOS DESEOS DE MI MARIDO

"Sumisión, dominación, homosexualidad...."

 

Fueron varias las semanas que pasaron desde la última aventura.  Mi vida seguía con normalidad y me sentía bastante bien.  No sólo no tenía remordimientos sino que me arrepentía de no abrir esta puerta hace años.  

Durante esos días recibía muchos correos electrónicos de gente que había leido mis relatos y conversar con ellos me ponía muy cachonda.  Me sentí cómo la confidente ya que muchos hombres me confesaban que deseaban que a sus mujeres se las follaran otros.  Con el tiempo me dí cuenta que los gustos de mi marido son más frecuentes de lo habitual.  En alguna ocasión terminé masturbandome con las conversaciones que estaba teniendo y llegué a confesar alguna de mis fantasías prohibidas.  Ver cómo otras mujeres me contaban que no se atrevían a pedirles a su marido que las compartieran me hacía sentir a mi también bastante normal.

Una noche aproveché para salir con mi marido a cenar mientras mi hermana nos cuidaba a los niños.  Hacía tiempo que no salíamos los dos sólos porque mi marido ha estaba con bastante trabajo y viajes.

Cuando nos estábamos preparando  mi marido me comentó que quería hacer alguna cosa hoy y que tenía que hablar conmigo.

Eso me dejó con la curiosidad porque hacia tiempo que ni hablabamos de fantasías sexuales y mucho menos que juntos hicieramos algo.  Aproveché para ponerme un vestido que me compré hace tiempo.  El vestido era bastante ceñido y con muchas transparencias.  Entre que no había tenido ocasión de ponermelo y no me atrevía llevaba un año en el armario con la etiqueta puesta.  El vestido era negro y aunque tenía zonas cubiertas en las partes más íntimas no te permitía usar ropa interior.  

- Laura que guapa estás.  Me dijo mi marido al verme.

- Gracias, hacía tiempo que quería ponermelo pero no tenía ocasión pero mira, se me ve un poco las areolas de mis pechos.  Son más grandes que la zona que cubre.  

- Cariño no te preocupes.  Hay que mirar bien para darse cuenta.

Al salir de casa nos montamos en el coche y nos dirijimos a un restaurante que le habían recomendado a mi marido.  En eso mi marido hizo un cambio de dirección y me dijo que nos tomaríamos un aperitivo antes que era muy temprano.

Llegamos a un sitio y al bajarnos del coche vi un cartel de club Swinger.  A las alturas de nuestra relación no le pregunté que hacíamos allí.  

Al entrar vimos que el local era un poco oscuro pero estaba bien decorado y parecía límpio.   No habían muchas personas quizás porque era temprano.  Nos sentamos en unos sillones y nos pedimos una copa.

Mientras estabamos hablando mirabamos a las parejas que habían.  La mayoria eran mayores que nosotros.  Habían también hombres sólos.

Mi marido y yo comenzamos a hablar tranquilamente y la verdad me había olvidad por completo del sitio en el que estábamos.  Actuaba como si fuese un bar culquiera.  En eso se acercó un hombre y disculpandose nos dijo si podía acompañarlos.

Luis al momento le dijo que si, que sin problema.

El hombre era un poco mayor que nosotros, no llegaría a los 50 años.  Alto, moreno... tenía buen aspecto y al hablar se le notaba muy educado.  Nos había comentado que de vez en cuando solía venir y que allí había conocido gente muy interesante.

No pasó mucho tiempo cuando mi marido me dijo:

- Laura, se nos hace tarde, tenemos que marcharnos pero no podemos dejar a nuestro amigo así.  Sácale la polla y dale una mamada.

En ese instante me quedé paralizada.  Sabía dónde estaba pero no me esperaba esa reacción de mi marido.

- Vengaaa insistió.

Obedecí a mi marido, me acerqué y poniendome de rodillas le saqué el miembro a ese extraño delante del resto de personas.  Ya la tenía bastante dura y me la llevé a la boca.  Mientras se la chupaba ellos siguieron hablando con normalidad aunque la voz de nuestro amigo se entrecortaba un poco del placer que le estaba dando.

La situación era bastante humillante para mi pero sentía que la sumisión que estaba teniendo con mi marido me resultaba muy placentera.

Se acercaron unos hombres y escuché cómo le decían a mi marido si después se la podía chupar a ellos.  Sentí un alivio cuando les dijo que teníamos prisa porque no me apetecía mucho tener que seguir.

La situación me estaba poniendo muy caliente y notaba como tenía mi sexo muy mojada y al no tener ropa interior bajaban mis fluidos por mis muslos.

- Terminas o ¿no? me dijo mi marido en voz alta.

Intensifiqué los movimientos hasta que terminó corriendose en mi boca.  La cantidad de semen que expulsó fue enorme.  Durante segundo siguió empujandome la cabeza hacia su polla y notaba cómo seguia saliendo semen.  No tenía más remedio que tragármelo porque me atragantaba pero aún así se me salió por los bordes de mi boca.

Me levanté con la intención de dirigirme al servicio para asearme pero mi marido se levantó también y me dijo que no, que teníamos prisa.

Nos despedimos y nos fuimos.  

No hablamos mucho por el camino al restaurante.  Me sentía un poco incomoda al tener los muslos mojados y la boca sucia después de tener sexo oral con un desconocido.  

Al llegar al restaurante nos sentamos en la mesa y mientras mirábamos la carta mi marido me preguntó si me había gustado el aperitivo que me había comido.

La forma de decirmelo me hizo gracia y creo que fue a partir de ese momento de cierta complicidad que mi marido se confesó.

- Laura quiero contarte una cosa importante para mi.  

- Dime. Me puse un poco sería.

- Yo te quiero muchisimo y me gustaría estar el resto de mi vida contigo.  Eres una madre maravillosa y una mujer especial.

- Y..... dije un poco más sería porque siempre que viene un cumplido suele venir un palo.

- Hay dos temas importantes que me gustaría que entendieras y compartieras conmigo.  Durante tiempo hemos ido cumpliendo tus fantasías y ahora estamos comenzando a cumplir las mías.  En cada ocasión que te he obligado a hacer cosas me he exitado muchisimo.  Veo que humillarte y someterte me da placer y me gustaría saber si ese juego te gusta y lo aceptas.  Puede que sea temporal pero necesito seguir en esa línea.

- Cariño, te entiendo y a mi también me da cierto morbo la situación.  En principio no tengo problema.  ¿y lo otro?

- Pues lo otro es un poco más delicado pero creo que es más la novedad.  He tenido relaciones con hombres y en estos momentos disfruto más con un hombre que con una mujer.

No me sorprendió el placer sexual pero si cómo me lo dijo y me entró un poco de pánico.  No me imaginaba poder llegar a perder a mi marido.

- Luis cariño, es normal que sientas eso.  Ahora estas descubriendo esa faceta y es lógico que te guste.  Si es sólo sexo no tienes problema conmigo, puedes tener las relaciones que quieras.  Si hay afecto o amor por medio si que tendríamos un problema.

-No, sólo sexo.

Esas palabras me tranquilizaron un poco.  Cambiamos de tema y cenamos cómo si no hubiese pasado nada.  Al llegar al postre me levante un momento para ir al servicio.  No me acordaba del vestido que llevaba y vi como un hombre que estaba sentado en otra mesa con varias persona se me quedó mirando fijamente.

Al llegar al servicio y mirarme al espejo vi que tenía un poco rodado el vestido y se me veia todo un pecho.  En ese momento, recordando lo que había hecho antes me enpecé a tocar.  Me acerca al WC y me senté con las piernas abiertas y me puse a masturbarme.  

Pasados unos segundos se escucho abrir la puerta del servicio.  Una chica joven había entrado y se acercó...

- Ups, perdón dijo asombrada.

Yo ni me inmuté y seguí a lo mío.  Me dió igual mientras la chica se dió la vuelta y se acercó al lavamanos.  Yo seguía metiendome cada vez más dedos en mi coño mojado mientras sentía que la chica seguía allí en el baño.

Ya casi llegando al orgasmo abrí los ojos y allí estaba la chica delante de mi mirándome.  Eso me dió muchisimo más morbo hasta el punto de no poner pegas cuando la chica sacó su móvil y se puso a grabar.  Agaché un poco la cabeza para que mi pelo me tapara la cara y seguí a lo mío mientras la chica me estaba grabando hasta llegar al orgasmo.  

Cuando terminé y me quité el pelo de la cara la chica ya no estaba.  Me acomedé el vestido me limpié un poco y me fuí a la mesa con mi marido. Por el camino me crucé con la mesa dónde estaba la chica y aquel hombre que antes me había mirado.  Eran cuatro personas y entre risas vi que la chica estaba con su teléfono móvil.

Terminamos el postre y nos fuimos ya que mi marido me había dicho que tenía un plan después.  

Al salir, nos montamos en un taxi y nos dirijimos a una urbanización.  Mi marido me dijo que no preguntara y permanecí callada todo el tiempo.   Al llegar había un hombre en la puerta esperándonos.  

- Laura, te presento a Fran.

Me acerqué para darle dos besos.  Olía muy bien....

Fueron varias las semanas que pasaron desde la última aventura.  Mi vida seguía con normalidad y me sentía bastante bien.  No sólo no tenía remordimientos sino que me arrepentía de no abrir esta puerta hace años.  

Durante esos días recibía muchos correos electrónicos de gente que había leido mis relatos y conversar con ellos me ponía muy cachonda.  Me sentí cómo la confidente ya que muchos hombres me confesaban que deseaban que a sus mujeres se las follaran otros.  Con el tiempo me dí cuenta que los gustos de mi marido son más frecuentes de lo habitual.  En alguna ocasión terminé masturbandome con las conversaciones que estaba teniendo y llegué a confesar alguna de mis fantasías prohibidas.  Ver cómo otras mujeres me contaban que no se atrevían a pedirles a su marido que las compartieran me hacía sentir a mi también bastante normal.

Una noche aproveché para salir con mi marido a cenar mientras mi hermana nos cuidaba a los niños.  Hacía tiempo que no salíamos los dos sólos porque mi marido ha estaba con bastante trabajo y viajes.

Cuando nos estábamos preparando  mi marido me comentó que quería hacer alguna cosa hoy y que tenía que hablar conmigo.

Eso me dejó con la curiosidad porque hacia tiempo que ni hablabamos de fantasías sexuales y mucho menos que juntos hicieramos algo.  Aproveché para ponerme un vestido que me compré hace tiempo.  El vestido era bastante ceñido y con muchas transparencias.  Entre que no había tenido ocasión de ponermelo y no me atrevía llevaba un año en el armario con la etiqueta puesta.  El vestido era negro y aunque tenía zonas cubiertas en las partes más íntimas no te permitía usar ropa interior.  

- Laura que guapa estás.  Me dijo mi marido al verme.

- Gracias, hacía tiempo que quería ponermelo pero no tenía ocasión pero mira, se me ve un poco las areolas de mis pechos.  Son más grandes que la zona que cubre.  

- Cariño no te preocupes.  Hay que mirar bien para darse cuenta.

Al salir de casa nos montamos en el coche y nos dirijimos a un restaurante que le habían recomendado a mi marido.  En eso mi marido hizo un cambio de dirección y me dijo que nos tomaríamos un aperitivo antes que era muy temprano.

Llegamos a un sitio y al bajarnos del coche vi un cartel de club Swinger.  A las alturas de nuestra relación no le pregunté que hacíamos allí.  

Al entrar vimos que el local era un poco oscuro pero estaba bien decorado y parecía límpio.   No habían muchas personas quizás porque era temprano.  Nos sentamos en unos sillones y nos pedimos una copa.

Mientras estabamos hablando mirabamos a las parejas que habían.  La mayoria eran mayores que nosotros.  Habían también hombres sólos.

Mi marido y yo comenzamos a hablar tranquilamente y la verdad me había olvidad por completo del sitio en el que estábamos.  Actuaba como si fuese un bar culquiera.  En eso se acercó un hombre y disculpandose nos dijo si podía acompañarlos.

Luis al momento le dijo que si, que sin problema.

El hombre era un poco mayor que nosotros, no llegaría a los 50 años.  Alto, moreno... tenía buen aspecto y al hablar se le notaba muy educado.  Nos había comentado que de vez en cuando solía venir y que allí había conocido gente muy interesante.

No pasó mucho tiempo cuando mi marido me dijo:

- Laura, se nos hace tarde, tenemos que marcharnos pero no podemos dejar a nuestro amigo así.  Sácale la polla y dale una mamada.

En ese instante me quedé paralizada.  Sabía dónde estaba pero no me esperaba esa reacción de mi marido.

- Vengaaa insistió.

Obedecí a mi marido, me acerqué y poniendome de rodillas le saqué el miembro a ese extraño delante del resto de personas.  Ya la tenía bastante dura y me la llevé a la boca.  Mientras se la chupaba ellos siguieron hablando con normalidad aunque la voz de nuestro amigo se entrecortaba un poco del placer que le estaba dando.

La situación era bastante humillante para mi pero sentía que la sumisión que estaba teniendo con mi marido me resultaba muy placentera.

Se acercaron unos hombres y escuché cómo le decían a mi marido si después se la podía chupar a ellos.  Sentí un alivio cuando les dijo que teníamos prisa porque no me apetecía mucho tener que seguir.

La situación me estaba poniendo muy caliente y notaba como tenía mi sexo muy mojada y al no tener ropa interior bajaban mis fluidos por mis muslos.

- Terminas o ¿no? me dijo mi marido en voz alta.

Intensifiqué los movimientos hasta que terminó corriendose en mi boca.  La cantidad de semen que expulsó fue enorme.  Durante segundo siguió empujandome la cabeza hacia su polla y notaba cómo seguia saliendo semen.  No tenía más remedio que tragármelo porque me atragantaba pero aún así se me salió por los bordes de mi boca.

Me levanté con la intención de dirigirme al servicio para asearme pero mi marido se levantó también y me dijo que no, que teníamos prisa.

Nos despedimos y nos fuimos.  

No hablamos mucho por el camino al restaurante.  Me sentía un poco incomoda al tener los muslos mojados y la boca sucia después de tener sexo oral con un desconocido.  

Al llegar al restaurante nos sentamos en la mesa y mientras mirábamos la carta mi marido me preguntó si me había gustado el aperitivo que me había comido.

La forma de decirmelo me hizo gracia y creo que fue a partir de ese momento de cierta complicidad que mi marido se confesó.

- Laura quiero contarte una cosa importante para mi.  

- Dime. Me puse un poco sería.

- Yo te quiero muchisimo y me gustaría estar el resto de mi vida contigo.  Eres una madre maravillosa y una mujer especial.

- Y..... dije un poco más sería porque siempre que viene un cumplido suele venir un palo.

- Hay dos temas importantes que me gustaría que entendieras y compartieras conmigo.  Durante tiempo hemos ido cumpliendo tus fantasías y ahora estamos comenzando a cumplir las mías.  En cada ocasión que te he obligado a hacer cosas me he exitado muchisimo.  Veo que humillarte y someterte me da placer y me gustaría saber si ese juego te gusta y lo aceptas.  Puede que sea temporal pero necesito seguir en esa línea.

- Cariño, te entiendo y a mi también me da cierto morbo la situación.  En principio no tengo problema.  ¿y lo otro?

- Pues lo otro es un poco más delicado pero creo que es más la novedad.  He tenido relaciones con hombres y en estos momentos disfruto más con un hombre que con una mujer.

No me sorprendió el placer sexual pero si cómo me lo dijo y me entró un poco de pánico.  No me imaginaba poder llegar a perder a mi marido.

- Luis cariño, es normal que sientas eso.  Ahora estas descubriendo esa faceta y es lógico que te guste.  Si es sólo sexo no tienes problema conmigo, puedes tener las relaciones que quieras.  Si hay afecto o amor por medio si que tendríamos un problema.

-No, sólo sexo.

Esas palabras me tranquilizaron un poco.  Cambiamos de tema y cenamos cómo si no hubiese pasado nada.  Al llegar al postre me levante un momento para ir al servicio.  No me acordaba del vestido que llevaba y vi como un hombre que estaba sentado en otra mesa con varias persona se me quedó mirando fijamente.

Al llegar al servicio y mirarme al espejo vi que tenía un poco rodado el vestido y se me veia todo un pecho.  En ese momento, recordando lo que había hecho antes me enpecé a tocar.  Me acerca al WC y me senté con las piernas abiertas y me puse a masturbarme.  

Pasados unos segundos se escucho abrir la puerta del servicio.  Una chica joven había entrado y se acercó...

- Ups, perdón dijo asombrada.

Yo ni me inmuté y seguí a lo mío.  Me dió igual mientras la chica se dió la vuelta y se acercó al lavamanos.  Yo seguía metiendome cada vez más dedos en mi coño mojado mientras sentía que la chica seguía allí en el baño.

Ya casi llegando al orgasmo abrí los ojos y allí estaba la chica delante de mi mirándome.  Eso me dió muchisimo más morbo hasta el punto de no poner pegas cuando la chica sacó su móvil y se puso a grabar.  Agaché un poco la cabeza para que mi pelo me tapara la cara y seguí a lo mío mientras la chica me estaba grabando hasta llegar al orgasmo.  

Cuando terminé y me quité el pelo de la cara la chica ya no estaba.  Me acomedé el vestido me limpié un poco y me fuí a la mesa con mi marido. Por el camino me crucé con la mesa dónde estaba la chica y aquel hombre que antes me había mirado.  Eran cuatro personas y entre risas vi que la chica estaba con su teléfono móvil.

Terminamos el postre y nos fuimos ya que mi marido me había dicho que tenía un plan después.  

Al salir, nos montamos en un taxi y nos dirijimos a una urbanización.  Mi marido me dijo que no preguntara y permanecí callada todo el tiempo.   Al llegar había un hombre en la puerta esperándonos.  

- Laura, te presento a Fran.

Me acerqué para darle dos besos.  Olía muy bien....

Al entrar en su casa vi bastante complicidad entre ellos y practicamente no me dió tiempo a imaginarme nada.  De repente se fundieron en un beso y comenzaron a tocarse.  Yo estaba allí parada y no sabía que hacer.  Se dirigieron al dormitorio mientras yo me quedé sentada en el sillón.  Al minuto más o menos me levanté y me acerqué a la habitación.  Me impactó bastante la escena pero tenía mucha sensualidad, por lo menos para mi.  Allí estaba mi marido con otro hombre totalmente desnudos.   

Mi marido estaba dándole una mamada a otro!!! no me lo podía creer.   Sabía que lo había hecho pero no lo había visto y me gustaba la imagen.

Me senté en un sillón frente a la cama... allí comencé a sentir nuevamente cómo mi entrepierna se humedecía mientras mi marido me miraba de vez en cuando con una polla en la boca.  

Estaba muy exitada y me quité el vestido que ya me incomodaba.  Mientras me metía más dedos de los habituales vi a mi marido ponerse a cuatro patas pidiendo ser penetrado.  El otro hombre tenía una buena herramienta la cual vi cómo facilmente entraba dentro de mi marido.  Sus gemidos de placer eran muy evidentes hasta el punto de ver cómo mi marido sin tocarse mientras le estaban dando por el culo se corría.  

Al darse la vuelta para volver a chuparsela vi de frente el culo de mi marido.  Lo tenía súper dilatado.  Yo estaba muy cachonda y no tardé en correrme mientras se corrian en la boca de mi marido.

No me podía imaginar que ver una escena homoxesual podría exitarme tanto mientras entendía lo que mi marido me había dicho.

Se fueron a la ducha juntos y allí me quedé yo toda abierta, sudada y con un orgasmo maravilloso.

Me acerqué al servicio y los vi juntos en la ducha.  Fuí a entrar y mi marido me dijo que no me duchara, que todavía no ha terminado conmigo....

Nos fuimos de la casa del amigo de mi marido y le dí varios besos y abrazos.  Se le notaba felíz y yo estaba muy contenta de que estuviese así.  Nos montamos en un taxi y yo pensaba que nos dirigiamos a nuestra casa pero vi que volvíamos al club.

- Laura a ti hoy todavía no te ha follado nadie.  Entramos un rato.

Al entrar vimos que había más gente que antes y habían algunas personas teniendo sexo delante de otros.  

- Laura cariño, sientate allí al fondo que voy a pedir una copa.  Súbete el vestido, abre las piernas y masturbate.

-¡Cómo! ¿seguro que quieres eso?

- Si, hazlo y si se te acerca alguién deja que haga lo que quiera.

En ese momento recordé lo que me había pedido mi marido y fuí muy dispuesta a cumplir sus deseos.  Por el camino pensé quieres esto pues verás tu....

Me senté dónde me había dicho.  Estaba separada pero no tanto de otras personas.  Me subí el vestido y abrí bien las piernes, en ese instante ví cómo varias personas se quedaron mirándome.  tampoco estaba haciendo nada diferente al resto ya que cerca de mi había una señora chupándole la polla a un hombre.

En la distancía vi a mi marido mirándome desde la barra mientras yo me estaba masturbando.  Estaba sintiendo placer de ser observada.  Me gustaba la situación.  En pocos segundos tenía varios hombres acercándose a mi y mi marido seguía mirando en la distancia.  

Uno de los hombres se acercó bastante y se sacó la polla del pantalón y sin decir nada la acercó hasta mi coño.   Me agarró las piernas para acomodar la postura y me penetró hasta el fondo.  Sentía su calor y su humedad por lo que tenía claro que no se había puesto preservativo.  No tardó ni un minuto en correrse...  No fué tampoco el único.... mi marido mirando cómo se sucedian uno tras otro.   Ya eran tantas las corridas que habían dejado dentro de mi que ni sentía cuando me penetraban.

Al buen rato mi marido se acercó y me dijo que ya había terminado su copa.  Que nos vamos a casa.

Datos del Relato
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