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Cuidado con lo que deseas (02)

por Hypnoman (basado en un cuento de Mike Hunt)

Capítulo 2 Cuando llegué a casa Terri estaba inusualmente amable. Parecía muy interesada con mi entrevista con la Dra. Kale. Después de haber respondido sus preguntas, me anunció que tenía que salir a cerrar una venta. "¿Un lunes por la noche?" - protesté. "Sí, tengo turno con la Dra. Kale mañana, así que debo dejar todo terminado esta noche." - me contestó. "¿Por qué concertaste un turno con Kale la misma noche que generalmente vemos al Dr. Anthony?" - pregunté. "Bien, podemos ver qué puede hacer Kale por nosotros, antes de regresar con Anthony. No hemos mejorado nada en todo este año y medio, desde que empezamos con él" - me explicó. "Sí, es verdad. ¿Cuánto tiempo estarás fuera de casa?" "Sólo un par de horas" - contestó.

Al poco rato, Terri salió. Yo había planificado ir al gimnasio a hacer un poco de ejercicio, pero tenía tiempo de visitar un par de sites de dominación primero. Ni bien Terri se fue, ya estaba frente a la pantalla. Encontré que tenía un mensaje de correo.

No conocía a quién me había mandado el mensaje, Ms Xenia. Hmmm.....La línea de asunto decía: Cumple tu deseo. Lo abrí. Mis ojos se abrieron rápidamente y mi corazón empezó a latir con más fuerza. Leí:

"Querido potencial esclavo:

Soy una alta, delgada, vistosa y embriagante mujer dominante. Hace un tiempo respondiste a un anuncio que puse bajo un nombre diferente. Demostrabas estar interesado, así que decidí guardar tu respuesta.

Ahora que me he radicado en la ciudad de Chicago, he decidido darte una oportunidad para que puedas cumplir tus sueños de sumisión. Pero, una sola chance solamente.

Si todavía estas interesado en servir a una Diosa, escríbeme una carta que exprese tus más profundos y tus más secretos deseos. No ocultes nada. La amplitud de criterios mejorará muchísimo las chances de que seas seleccionado. Pero déjame advertirte, ¡no los inventes!. Porque de ser seleccionado, pronto descubriré tus mentiras y ¡serás despedido para siempre!

Tú comenzarás la carta con las palabras: "Querida Señora. Yo deseo...", y terminarás la carta con "...Sumisamente Suyo." ¡Hazla bien, esclavo! Limitarás la longitud de tu carta a sólo mil palabras, así que ve al grano y haz que cada palabra sea importante.

No dudo que estarás preguntándote si esto es real o no. No quiero recibir correspondencia de ti hasta que no me hayas enviado esa carta. Así que déjame asegurarte que esto no solo es real, es más real de lo que puedas imaginar. ¡A trabajar! Tienes exactamente 48 horas después de haber leído este mensaje para complacerme.

Dominantemente tuyo...

Señora Xenia"

Mi corazón estaba golpeando y mi miembro estaba comenzando a tener una erección. Casi estaba jadeando. Nunca le había comentado a mis amigos sobre mis deseos íntimos, así que supuse que debía ser alguien a quien yo le hubiese respondido un mensaje en el pasado. Mi único miedo era que podía ser una broma jugada por algún ex-marido o ex-novio de alguna dominatriz a quien yo le hubiese respondido alguna vez.

Xenia también tenía AOL como servidor de acceso, así que ella podía saber a que hora exactamente había recibido el mensaje. Es decir que el tiempo ya estaba pasando. Decidí comenzar a trabajar inmediatamente. No estaba todavía muy seguro de enviar o no la carta, pero quería tener, al menos, una opción.

Escribir la carta no fue tarea fácil. Los chicos interrumpieron muchas veces y el tiempo pasaba rápidamente. Casi sin darme cuenta, Terri ya estaba estacionando su auto en la cochera. Me desconecté y apresuradamente me metí en el baño. Eran ya las 9:15 y ya no había posibilidad de ir al gimnasio. Probablemente tendría que explicarle a Terri por qué no había ido, ya que no era usual que faltase al gimnasio un lunes por la noche.

No tuve que esperar demasiado. Ni bien salí del baño, Terri me preguntó: "¿No fuiste al gimnasio esta noche?" "No querida. Quise tomarme un tiempo para pensar en la entrevista que tuve con la Dra. Kale." - le mentí. "¿Y en qué pensabas?" - preguntó. "Bueno, es muy cara para mí. Realmente no podremos afrontarlo." - le expliqué. "¿Estás diciendo que no irás a verla nuevamente?" - me preguntó en un tono cargado de curiosidad. "No es solamente por eso. Ella también quiere usar una droga para acelerar el proceso, y yo soy un poco desconfiado con esas cosas." - le contesté. "Bien, si ella es cara y nosotros no podríamos afrontarlo, el acelerar el proceso es una buena alternativa. ¿Cuánto tiempo lo aceleraría?" "Ella dijo que usando la droga se aceleraría a un tercio de lo que duraría con las técnicas tradicionales." "¿Y cuánto cuesta cada sesión?" "Cuatrocientos dolares" "Creo que ese no sería el problema más importante." - respondió rotundamente. "No, supongo que no. Creo que estoy un poco en duda con eso de tomar una droga." - le dije. "¡No me digas! Recuerda que en la universidad estabas casi todo el tiempo drogado. ¡Probablemente te guste!" - me dijo irónicamente. "Sí, bien... es que es una clase de suero de la verdad" - le dije tratando de mantener la seriedad de la conversación. "Ah, sí. ¿Y tú tienes algo que ocultar?" - me interrogó. "No, por supuesto que no." - respondí. "Entonces, no hay nada que pueda preocuparte. ¿No es así?" "Supongo que no. Pero también dijo que voy a necesitar a alguien que me traiga a casa después de la sesión" - agregué. "¿Por qué?" - me preguntó "Existe un posible efecto de adormecimiento" - le expliqué. "¿Cuándo es tu próximo turno?" "El viernes a las seis" "Yo te llevaré" - se ofreció. "No tienes por qué complicarte. Le pediré a Jerry que me alcance" - le dije. "Ahh, ya veo. No me quieres cerca tuyo cuando estés bajo el efecto del suero de la verdad, ¿No es así?" - refutó en un tono molesto. Me estaba arrinconando con su maneras manipuladoras. "No es así, querida" - traté de explicarle "Ok. Correcto." - respondió sarcásticamente, ingresando al baño y cerrando la puerta detrás suyo.

A los pocos minutos, salió del baño y con el mismo tono sarcástico dijo: "Bien, que te lleve Jerry entonces".

Nada más se habló del tema. Cuando nos fuimos a acostar, una hora más tarde, ella inmediatamente me dio la espalda y se dispuso a dormir.

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