Bueno este relato es real y pasó en el cine Inca de Ambato…

Una tarde salí con unos amigos a tomar unas cervezas en un bar de Ambato más o menos a las 5:00 de la tarde, tomamos ya varias cervezas, poco a poco me iba cogiendo y nos poníamos un poco alegres, el calor de las cervezas y hablar de las cosas ricas que hemos hecho con las chicas también me ponía caliente. En eso de las 9:00 de la noche aproximadamente mis amigos deciden ir a sus casas, puesto que ellos eran de la ciudad de Latacunga se fueron juntos.

Yo me quedé un poquito tragueado y caliente, así que no podía quedarme en el bar y decidí ir en busca de unos amigos para seguir bebiendo, me dirijo por la avenida Cevallos y al llegar al cine Inca miro la cartelera y decido entrar para mirar un poco de pornografía.

Ya en el cine, habían algunas personas dentro, decido ir a una butaca al final del cine, en la pantalla se veía una rica rubia, con tremendo cuerpo, tragándose un buen trozo de pieza, eso me calentó aún más, cuando de repente se acerca un joven de aproximadamente unos 25 años y se sienta junto a mí, yo no le daba importancia cuando de repente siento que su pierna roza la mía, no sé porqué pero sentí algo extraño en el cuerpo, pero no dije nada, luego de unos minutos vuelve a rozar mi pierna ahora con su mano, le regresé a ver y me dijo:

—Está buena la película verdad... Yo respondí si muy buena. Él me dijo, al parecer estás bien caliente, entonces respondí con esa culetiza que se ve cómo no. Él me dice: si quieres te quito la calentura, yo respondí cómo lo harías, él ni corto ni perezoso acercó su mano y me agarró el pene que lo tenía ya bien erecto.

Me lo acarició suavemente, poco a poco empezó a bajar el cierre de mi pantalón, sacó mi verga y empezó a masturbarme, a ese son pasamos como 6 minutos, yo cada vez me ponía bien caliente, estaba muy excitado, él se agachó y me la empezó a mamar, era la primera vez con un hombre me lo mamaba, pero estaba rica la mamada, yo le empecé a ayudar empujando su cabeza para que se meta hasta el fondo mi verga. La sensación era tan rica que tenía que retirarle para no terminar y seguir recibiendo una rica mamada.

Finalmente yo avancé más y la sensación del orgasmo estaba cerca, él me dijo no te preocupes termina en mi boca, me empezó a mamar más duro, fue tan rica la sensación que no pude soportar más y terminé en su boca.

Él seguía chupando mi verga hasta dejarla sin gota de semen. Me guardé la pieza, él se levantó y nunca más lo volví a ver.

Lamentablemente al poco tiempo convierten el cine en una iglesia evangélica y ya no puedo repetir estos encuentros.

Si algún ecuatoriano lee este mensaje, me gustaría que me contacten para poder ser amigos, salir a tomar unas cervezas, ver unas películas porno y si se da algo más, bienvenido sea.