Era una tarde bien hermosa el cielo estaba claro y sol resplandeciendo. Como todo un día común yo estaba con la que era mi novia, para ese tiempo se llamaba Naomy. Ella y yo éramos bien calientes y bien apegados. En esa tarde yo y ella pues estábamos en el patio frente a un salón que no estaba siendo usado y a nuestros alrededores pues había muchas entradas para que los estudiantes pasaran.

Pero de nada valió eso porque yo y ella estábamos bien calientes ya que como toda pareja nos estábamos besando y acariciando por todas partes, fue un momento bien fuerte que no podía parar. Me recuerdo como ella estaba en ese momento, para ese entonces, ella era bajita, pelo riso, trigueña, sus senos no eran muy grandes, pero se podían agarrar y notar, pero lo más abundante eran sus nalgas y caderas, para ser bajita, wao, tremendo culo tenia, cada vez que se me sentaba encima sentía todo su culo, me volvía loco.

Pues volviendo al tema, ella está encima de mi moviendo mi pinga con sus nalgas, la tenía tan dura que el pantalón de la escuela me apretaba tanto que me empezaba a doler, así que no pude aguantar más, le metí mi mano dentro del pantis y se la empecé a tocar por debajo de su falda y ella no se paraba de mover, por un momento empezó a hacer un poco de ruido a los alrededores.

Y yo lo decía baja la voz que nos van a escuchar, ella estaba tan caliente que me dijo que la quería adentro, se fue al baño de la escuela, en aquel entonces y se quitó el pantis y se quedó con la falda de la escuela. luego regreso y me abrió el pantalón y me saco la pinga, la chupo un poquito y luego con precaución miro hacia los lados para ver si había alguien.

Y ahí fue que empezó todo, se la metió completita en su vagina que tan mojada estaba, nunca antes la había sentido tan húmeda y caliente, ella alzó su voz y me pregunto si me gustaba y yo le conteste que me encantaba como se sentía es vagina por dentro. Eso la calentó aún más, lo cual se empezó a mover más rápido para ser bajita, la condenada sabia como menear esas nalgas que tan rico se sentía, estaba tan bueno que cuando estaba por acabar ella no se detuvo, continuó ya que quería toda mi leche por dentro. Yo me asuste, pero se sentía tan rico que no la podía detener y le decía que parara, pero ella aún más rápido se movía, así siguió hasta que justamente cuando acabe mi pene se salió de su vagina, misteriosamente los dos acabamos al mismo tiempo fue una experiencia tan y tan grande que nunca más he vuelto a sentir algo parecido.

El mejor momento de mi vida, ojalá las cosas hubieran salido un poco mejor entre yo y ella, pero esa es una de las cosas malvadas que llegamos hacer entre otras más.